La columna vertebral de Egipto (y de una buena parte de África) es el mítico río Nilo. En el transcurso de milenios se han ido asentando poblaciones a lo largo de su cauce, buscando tierras más benévolas en las cuales sembrar sus cultivos, criar a sus animales y, en definitiva, hacer sus vidas.
Egipto es el ejemplo más claro de ello. A pesar de estar situado en una zona extremadamente árida y desértica, acogió a una de las civilizaciones más importantes de la Antigüedad. Claro que esto no hubiese sido posible sin el Nilo, el gran río africano.
Hoy nos aventuramos a viajar por el río Nilo, quien vio nacer a la civilización egipcia, marcó el ritmo de sus estaciones, sus cosechas y la vida de quienes se asentaron en torno a él. Egipto no sería quien es si no fuese por el Nilo. A este hermoso río homenajeamos hoy con este artículo. ¿Nos acompañas?
El turismo en Egipto también gira en torno al río Nilo. No solo porque junto a él se encuentran asentadas las principales ciudades del país (El Cairo, Lúxor, Aswan y otras), sino también porque con su belleza y misticismo no deja de cautivar a los viajeros que se aventuran en tierras egipcias.
Los cruceros por el Nilo son el medio de transporte predilecto de los turistas. Y tiene su lógica. Después de todo, quién no querría navegar a través de este famoso río y conocer ciudades, templos y monumentos faraónicos.
El Nilo siempre fue una fuente inagotable de recursos para los egipcios, aportando agua y alimentos para su subsistencia. En aquellas épocas no navegaban cruceros por el Nilo, sino embarcaciones mucho más sencillas que transportaban personas y mercancías a lo largo del país.
Viajar a Egipto es conocer el Nilo. No existe posibilidad de que sea de otra manera. Por eso, hemos armado esta guía de viaje a través de él. Te contamos cuál es su recorrido, la importancia para los egipcios, algunos mitos asociados a él y cómo hacer turismo a través del río Nilo.
¿Qué recorrido hace el Río Nilo?
El Nilo tiene más de 6.600 km de longitud (6.853 para ser exactos), lo cual lo convierte en el mayor río del continente africano y el segundo más largo del mundo (solo superado por el Amazonas, con 7.062 km).
Respecto a su nacimiento, se desconoce con exactitud el lugar de origen. Pero, se cree que inicia su periplo en los Grandes Lagos de África Central (principalmente el lago Victoria). Este inmenso espejo de agua (uno de los más grandes de África) tiene como afluente al río Kagera (considerado el afluente principal del Nilo). La sección en donde las aguas del lago comienzan a formar el río se la conoce como Nilo Victoria.
El recorrido del Nilo Victoria sigue hasta el lago Albert (en el límite entre Uganda y la República Democrática del Congo), a partir del cual nace el Nilo Blanco. En Sudán el Nilo Blanco se une al Nilo Azul (el cual nace en Etiopía) e irrumpe en Egipto como el gran Nilo, en medio de un fértil valle.
Ni bien ingresa en Egipto, el Nilo se embalsa en el lago Nasser (el cual se creó como consecuencia de la construcción de la presa de Aswan). Desde allí avanza hasta formar un delta pantanoso, para culminar su larga travesía en el Mediterráneo, muy cerca de la milenaria ciudad fundada por Alejandro Magno: Alejandría.
El extenso recorrido del Nilo finaliza en su delta, en la desembocadura del río hacia el Mediterráneo. Situado en el Bajo Egipto, el Delta del Nilo posee una extensión de casi 240 km, abarcando desde Alejandría hasta el puerto de Said. De allí que sea considerado uno de los deltas más grandes del mundo. Por la acumulación de sedimentos, múltiples brazos del Nilo se abren en este punto.
La civilización egipcia se asentó en los últimos 1.300 km del cauce del río Nilo, en los cuales era posible la navegación fluvial. A la zona del Valle del Nilo se la conoce también como Alto Egipto y se extiende desde el lago Nasser hasta El Cairo. El Bajo Egipto o Delta del Nilo se extiende desde El Cairo hasta el Mar Mediterráneo. En estas últimas dos zonas se desarrolló (y aún se desarrolla) principalmente la vida. El resto era desierto puro y árido (excepto algunos pequeños oasis).
Para los egipcios la salida del sol por el oriente significaba la vida, mientras que el ocaso por occidente representaba la muerte. De allí que las ciudades y aldeas se ubicaron en la ribera este del Nilo, mientras que las necrópolis y templos funerarios sobre la orilla oeste.
¿Sabías que los egipcios adoraban a múltiples dioses? Anubis (el dios del Inframundo), Osiris (el dios de la muerte), Isis (el dios de la Luna), Ra (el dios del Sol) y muchos más. El Nilo también estaba personificado en una divinidad: Hapi.
Este dios representaba el poder fecundo del río, quien llenaba de verde y de vida las orillas del valle y del delta. A él veneraban y hacía ofrendas el pueblo egipcio, pidiendo por que la crecida del Nilo se diese en el momento correcto y el caudal fuese el adecuado.
Importancia de las crecidas del río Nilo
Esto último que mencionamos no es un detalle menor. Las crecidas del río Nilo tenían una gran importancia para los egipcios. Durante milenios, las mismas marcaron el ritmo de vida de sus habitantes, hasta la construcción de la presa de Aswan en 1970.
Las crecidas del Nilo eran un fenómeno natural que ocurría una vez al año e implicaban que el nivel del agua subiera al punto tal de inundar las vegas situadas en ambas orillas del río.
Para encontrar el origen de estas crecidas hay que viajar miles de kilómetros al sur. Concretamente, al Macizo Etíope (donde nace el Nilo Azul), que entre mayo y agosto esta zona experimenta las lluvias monzónicas. Esto, sumado a las crecidas del Nilo Blanco, provocaba un aumento del caudal del río. Dicho aumento se iba trasladando hacia el norte paulatinamente, atravesando las seis cataratas del Nilo y llegando a Egipto entre los meses de junio y julio.
Entre noviembre y marzo las aguas del Nilo se retiraban, volviendo a su cauce habitual, mientras que marzo y julio era el momento de la cosecha. ¿Por qué hablamos en pasado? Porque con la creación de la presa de Aswan se puso fin a este proceso natural.
Volviendo a lo anterior. Si las aguas del río Nilo no crecían lo suficiente, la superficie de tierra fértil apta para la siempre se reducía. Por ende, había menos cosechas y eso acarreaba una consecuente hambruna entre la población. Las crecidas excesivas también eran desfavorables. Las cosechas enteras se perdían por anegamiento, los diques y canales se destruían y las aldeas y pueblos eran arrasados por el agua.
Para calcular las crecidas en el Nilo se creó un instrumento llamado Nilómetro (todavía quedan algunos de ellos repartidos en distintos puntos del país, en El Cairo, por ejemplo).
La construcción de la Presa de Aswan: un antes y un después en las crecidas del río Nilo
Es común que el hombre con sus creaciones interrumpa los ciclos de la naturaleza, a veces para bien, a veces para mal. En el caso de las crecidas del Nilo, la construcción de la Presa de Aswan (o Asuán) tuvo un efecto mitad positivo, mitad negativo.
A mediados del siglo XX, durante el gobierno del presidente Gama Abdel Nasser, tuvo lugar esta impresionante obra hidráulica al sur de la ciudad de Aswan. Esto trajo como consecuencia el embalse del río y la creación del lago Nasser, el cual hace de frontera natural con Sudán.
Como te contamos al principio, la Presa Baja y Alta se erigieron a la altura de la primera catarata del Nilo, con el fin de controlar las crecidas del río Nilo y producir energía eléctrica para la población. Esta impresionante obra impulsó a Egipto hacia la modernidad, aunque también trajo sus consecuencias.
Entre los daños colaterales producidos por la construcción de la presa cabe mencionar el traslado de muchos templos y monumentos patrimoniales (que de lo contrario quedarían sepultados bajo el agua).
Uno de los ejemplos más claros de esto son los templos de Abu Simbel, que debieron cortarse en grandes bloques y trasladarse a una zona más elevada del terreno. Este megaproyecto impulsado por la UNESCO costó millones e implicó la ayuda de muchos países. Como devolución de favores, Egipto regaló algunos templos a los países colaboradores.
También se produjeron importantes cambios medioambientales en el Valle del Nilo, la desaparición de la actividad pesquera y el desplazamiento forzoso de los nubios (algunos hacia otras zonas de Egipto y otros en Sudán).
Hoy en día, el cauce del Nilo es constante, ya que la presa de Aswan se encarga de regular su nivel. Esto permite la comunicación en barco entre Aswan y la ciudad de Wadi Halfa y la realización de los cruceros por el Nilo, de lo cual te hablaremos más adelante.
La leyenda de Osiris y el Nilo
La historia de Egipto está repleta de mitos y leyendas que perduran hasta el día de hoy. Una de las más populares es la del dios Osiris y su asesinato por parte de Seth, su hermano. Este último, celoso por el poder y la popularidad que tenía su hermano lo incitó (engañándolo) para que se adentrara en un sarcófago que en teoría regalaría a quien mejor encajase en él. Cuando el inocente Osiris ingresó al ataúd, Seth cerró la tapa y lo arrojó al río Nilo.
Isis, la esposa de Osiris, al enterarse de la noticia comenzó a buscar el cuerpo de su marido para darle la debida sepultura. Unos niños que jugaban en el Nilo le indicaron dónde podría estar el ataúd (de allí nace la creencia de que los niños poseían el don de la adivinación).
Resulta que el ataúd estaba alojado en un árbol de Biblos, que rápidamente creció en torno a él y lo encerró. Cuando Isis llegó al lugar, supo que el cadáver del dios Osiris estaba dentro del árbol y pidió recuperarlo.
Ya con el ataúd en su poder, Isis lo dejó junto al Nilo para poder preparar las hierbas y pociones que le devolverían la vida. La hermana de la diosa, Nepthys, quedó a cargo de la protección del cuerpo. Pero, el dios Seth ya estaba al tanto de los planes de Isis, por lo que encontró a Nephthys y la obligó a revelar dónde se encontraba oculto el cadáver. Fue así como Seth cortó el cuerpo de Osiris en múltiples pedazos que esparció por el río Nilo.
Cuando Isis regresó y se enteró de lo sucedido comenzó a buscar junto a su hermana los restos de Osiris. En cada sitio donde encontraban un trozo de él lo sepultaban y construían un santuario. Esta es una de las maneras de explicar las numerosas tumbas del dios Osiris del Antiguo Egipcio.
También se dice que de allí nacieron las 36 divisiones territoriales del Antiguo Egipto. En cada parte donde caía una parte del cuerpo nacía un nome (que sería algo similar a un condado o provincia).
La única parte del cuerpo que Isis no pudo encontrar fue el pene de Osiris, que aparentemente habría terminado en el estómago de un cocodrilo. Es por esto que el cocodrilo se asocia con el dios de la fertilidad, Sobek. Como el cuerpo de Osiris nunca más volvió a estar completo, no podría regresar a la vida. Por eso se convirtió en el Señor del Más Allá y Juez de los Muertos. Mientras tanto, el río Nilo se hizo fértil gracias a que recibió el pene del dios y de esa manera dio vida a los habitantes de la tierra.
Horus, el hijo de Osiris, vengó a su padre y derrotó a su tío Seth, a quien expulsó de la tierra, restaurando de este modo el orden y el equilibrio en la región. Luego de esto, Isis y su hijo Horus gobernaron la tierra en completa armonía.
Turismo en el río Nilo
Además de una fuente inagotable de vida, el río Nilo es un amplio abanico de oportunidades para el turismo. De hecho, muchas de las atracciones del país giran en torno a él y se ubican a lo largo de su ribera, desde las ciudades más importantes hasta los templos más majestuosos.
Los interesados en sentir la magia de este río optan por los cruceros turísticos que parten desde distintos puntos. Pero, no es la única manera de disfrutar de él. También se puede navegar en las tradicionales falucas (que surcan las aguas del río Nilo desde tiempos antiguos); hacer travesías de kayak, pescar, elevar la adrenalina con una jornada de rafting y más.
Valle del Nilo: principales atractivos turísticos
En el Valle del Nilo se concentran un sinnúmero de atractivos turísticos. Aquí se encuentra el Valle de los Reyes, los deslumbrantes templos de Lúxor, Karnak y Abu Simbel y mucho más. Incluso, entre El Cairo y la ciudad de Lúxor hay pequeños poblados que valen la pena, pero que muchos viajeros pasan por alto. Por eso, lo mejor es contar con varios días para poder conocer la mayor cantidad de lugares posibles.
Recordemos que el Valle del Nilo se extiende desde El Cairo hasta el lago Nasser. Por ende, iremos mostrándote qué ver a orillas del río desde la capital egipcia hasta el lago. Es decir, de norte a sur. No solo incluimos ciudades, sino también haremos alusión a museos, templos y otros atractivos puntuales situados a orillas del río Nilo.
El Cairo
Si viajas a Egipto es prácticamente un hecho que pasarás por su capital, la ciudad más grande y caótica del continente africano. A pesar de que ni bien pongas un pie allí puedes sentirte un poco abrumado, no desesperes y tómalo con calma.
Si bien la mayoría de los viajeros dedica apenas un par de días a recorrer sus principales atractivos, lo cierto es que El Cairo es una ciudad mucho más interesante de lo que muchos creen. Sus museos, mezquitas, templos, barrios y mercados merecen ser descubiertos con tranquilidad, tiempo y paciencia. Y ni hablar de su gastronomía, que es una explosión de sabores y aromas islámicos.
No nos detendremos mucho a contarte qué ver en El Cairo, puesto que no es la finalidad del artículo. En ese caso, puedes leer nuestra guía sobre la capital egipcia: Descubriendo El Cairo en 3 días . Pero, a grandes rasgos podríamos decir que sus atractivos se concentran en torno a la zona llamada El Cairo Histórico, la cual fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Si nos centramos en el río Nilo, nuestro protagonista de hoy, te podríamos proponer que hagas un crucero por él. Los mismos duran alrededor de 3 o 4 horas y se realizan todos los días de la semana. Incluso, puedes optar por contratar un crucero con cena incluida, como este que te dejamos a continuación: Crucero por el Nilo con cena y espectáculo. ¿Prefieres algo más intenso? Entonces esta es una alternativa genial: tour en kayak por el río Nilo.
Otra de las cosas que puedes hacer en El Cairo en torno al Nilo es visitar sus islas: Gezira y Rhoda. Cada una de ellas acoge barrios que también vale la pena visitar.
En Gezira, por ejemplo, se encuentra la Torre de El Cairo, el edificio más alto de la ciudad (tiene 180 metros); también hay varios museos, teatros, un jardín botánico y un acuario. La isla de Rhoda es más pequeña, pero también muy interesante. Allí se encuentra el Nilómetro, el Palacio de Manesterly y el Palacio Manial, el cual acoge un museo dedicado al aire islámico.
Museo Egipcio de El Cairo
El Cairo posee un montón de museos, tantos que deberíamos dedicar un artículo exclusivo a hablarte de ellos. Pero, hay uno que merece especial atención. Primero, porque se encuentra ubicado a orillas de nuestro protagonista de hoy. Segundo, porque es una maravilla con todas las letras.
Hablamos del Museo Egipcio, un espacio que es capaz de volver loco a cualquier amante de la historia del Antiguo Egipto. De hecho, es uno de los mayores museos arqueológicos del mundo.
Si bien muchos tesoros de esta antigua civilización se encuentran repartidos en museos a lo largo del mundo (por ejemplo, en el Museo Egipcio de Berlín), el de El Cairo sigue siendo uno de los más interesantes. Fue construido en 1902 para resguardar allí tesoros del país, aunque se catapultó a la fama en 1922, cuando alrededor de 3500 piezas del tesoro de Tutankamón llegaron a él.
Hoy en día su colección incluye más de 120.000 objetos que incluyen: estatuas y bustos de faraones y reinas; máscaras funerarias, sarcófagos, momias, relieves, grabados y más.
Actualmente, algunas de las piezas de este museo fueron trasladadas al Gran Museo Egipcio, quien se convirtió en el edificio arqueológico más grande a nivel mundial dedicado a una sola civilización. Se encuentra ubicado en Giza, a 2 km de la necrópolis.
Menfis y Saqqara
Si bien Menfis y Saqqara son dos sitios distintos, lo cierto es que están estrechamente vinculados, tanto por su historia como por su cercanía. Ambos lugares se encuentran situados muy cerca de El Cairo, sobre la margen izquierda del río Nilo (por lo que pertenecen a la Gobernación de Giza).
Menfis fue la antigua capital del imperio, mientras que Saqqara era la necrópolis elegida por los faraones para su eterno descanso. Por ende, te imaginarás que son sitios que respiran historia por cada uno de sus poros.
Si bien no están situados a orillas del Nilo, sino unos kilómetros tierra adentro, los mencionamos por su relevancia histórica. Además, lo más habitual es que los turistas tomen una excursión a estos lugares. Hoy en día, en el sitio donde se encontraba la antigua ciudad de Menfis se asienta el pequeño poblado de Mit-Rahina. Pero, se han excavado incontables tesoros de la antigua capital ocultos bajo la tierra.
Uno de los descubrimientos más importantes tuvo lugar en 1820, cuando el explorador italiano Giovanni Battista Caviglia descubrió en las ruinas de la antigua Menfis una estatua gigantesca de uno de los faraones más importantes de Egipto: Ramsés II.
Esta mole de casi 3 metros no estaba completa, puesto que falta gran parte de la mitad inferior. Pero, sí se conserva su Doble Corona, que lo identifica como Señor del Alto y del Bajo Egipto. Hoy en día, esta colosal estatua se encuentra exhibida en el Museo Mit-Rahina (un atractivo imperdible). En este museo al aire libre podrás ver otras joyas arqueológicas, como la Esfinge de Alabastro.
En Saqqara, por su parte, se encuentran atractivos como la Pirámides Escalonada de Zoser, la primera de la historia; así como otros conjuntos funerarios.
¿Te gustaría visitar estos lugares? Entonces no te pierdas esta excursión desde El Cairo: Pirámides de Giza, Menfis y Saqqara. La misma incluye las imperdibles Pirámides de Giza, que no hemos mencionado en este artículo, pero que son una visita obligada para hacer en Egipto. ¿Quieres saber más? No dejes de leer esta completa Guía de viaje por las Pirámides de Giza.
Menia (Minya)
De la antigua Menfis hacemos un salto de varios kilómetros y nos trasladamos a una urbe situada a orillas del río Nilo: Menia. Esta ciudad erigida en una de las zonas más fértiles del Valle del Nilo es considerada como el centro geográfico de Egipto, ya que está más o menos a mitad de camino entre El Cairo y Lúxor.
Desde la capital tienes un viaje en auto de aproximadamente 3 horas (poco menos de 300 km). Si prefieres volar, el aeropuerto más cercano se encuentra a 130 km y recibe vuelos nacionales y algunos internacionales (desde Jordania, Arabia y Kuwait).
Los cruceros por el río Nilo más largos (aquellos que duran alrededor de dos semanas) pasan por la ciudad de Menia. Pero, la mayoría de los viajeros pasan por alto esta ciudad, ya que lo habitual es volar desde El Cairo a Lúxor.
Menia fue la capital de Egipto cuando Akenatón y Nefertiti habitaban el pueblo de Tel El Amarna, un centro arqueológico no muy conocido. Este sitio se puede visitar junto con otros museos y sitios de entierro que aún albergan monumentos, pinturas y esculturas originales que sobreviven estoicas al paso del tiempo.
Por ende, hacer una parada en Menia te permitirá conocer sitios importantes de la historia de Egipto sin grandes aglomeraciones, lo cual es una gran ventaja. Su arquitectura también incluye construcciones de la época romana y griega, por lo que podríamos decir que hay de todo.
Su paseo a orillas del Nilo (Corniche) es uno de los grandes atractivos de la ciudad. Allí se encuentra el Museo Akenatón, donde se exhiben valiosas piezas del Antiguo Egipto.
Para visitar Menia, puedes contratar esta excursión de 2 días a Menia desde El Cairo.
Tell el-Amarna
Tell el-Amarna es una región situada en la ribera oriental del río Nilo, a pocos kilómetros de la ciudad de Menia. A mediados del siglo XIV a.C. se edificó allí la ciudad de Akenatón, el faraón que durante su reinado oficializó el monoteísmo como religión de Egipto.
El reinado de Akenatón y Nefertiti fue breve, al igual que la historia de esta ciudad. Por eso, los turistas que llegan al lugar se encuentran con una planicie desértica en la cual hay diseminadas ruinas de lo que fue esta gran ciudad. La mayor muestra de fe de su grandeza la dan las dos columnas reconstruidas del Pequeño Templo de Atón.
Al día de hoy, todavía se siguen haciendo importantes hallazgos arqueológicos en la zona. De hecho, es uno de los enclaves arqueológicos que más datos aporta sobre el Antiguo Egipto. La visita a este yacimiento arqueológico te permitirá ver ruinas y tumbas de la era de Akenatón.
Templo de Dendera
Muy cerca de la ciudad de Dendera se encuentra este templo, considerado por muchos como uno de los más hermosos de Egipto. Se sitúa en una amplia zona del Valle del Nilo que se extiende desde Menia hasta Quena. De hecho, apenas 5 km lo separan de esta ciudad y otros 4 de Dendera, de quien toma su nombre.
El Templo de Dendera no solo es uno de los más bonitos (gracias a su rica decoración con jeroglíficos), sino también uno de los más enigmáticos y mejor conservados del país. Tan es así que es el único templo egipcio que conserva sus colores originales, gracias a que se mantuvo sepultado bajo la arena del desierto durante muchos años. Fue Napoleón y su tropa quienes hallaron el lugar en 1798.
La construcción de este hermoso templo tuvo lugar en el período grecorromano, entre los años 125 a.C. y el 60 a.C., por lo que es relativamente reciente si lo comparamos con otros templos egipcios. Se encuentra dedicado a Hathor, la diosa del amor y la maternidad. Se cree que sus principales impulsores fueron Ptolomeo XII y Cleopatra VII.
A pesar de que es muy sencillo llegar a él, no muchos turistas lo visitan, por lo que tendrás el privilegio de recorrer un lugar histórico sin exceso de gente. Para visitarlo puedes contratar esta excursión a los templos de Abydos y Dendera (que incluye también el Templo de Abydos). En caso de que vayas por tu cuenta, el horario de visita es de 7 am a 5 pm y la entrada cuesta unas 80 libras egipcias (2,65 USD).
Lo más interesante de la visita es apreciar el increíble estado de conservación y los colores originales del templo, presentes tanto en el techo, las columnas y las paredes. El Templo de Dendera es lo más interesante del recinto, pero también están el Templo de Iseo (dedicado al nacimiento de Isis) y unas construcciones llamadas mammisis, ambos de la época romana.
Templo de Karnak, un sitio imperdible situado a orillas del río Nilo
Karnak es un recinto arqueológico compuesto por templos, obeliscos, estatuas y un enorme lago sagrado situado en Tebas. Esta región fue durante más de dos milenios la capital del Antiguo Egipto. En este lugar más de 30 faraones erigieron los templos y estatuas dedicadas al dios Amón más impresionantes del país. De allí que sea conocido como el gran santuario de Amón.
Karnak es uno de los atractivos más visitados del país y uno de los lugares imprescindibles para conocer a orillas del gran río Nilo. Se trata de uno de los lugares de culto más espectaculares de la Antigüedad, en donde los arqueólogos han hecho descubrimientos de una riqueza única.
Hay muchas cosas para ver en Karnak, tantas que le dedicaremos un artículo exclusivo al lugar. Pero, a grandes rasgos podríamos decir que es un imperdible su Gran Sala Hipóstila, un espacio con columnas gigantes decoradas con relieves y jeroglíficos; así como la Avenida de las Esfinges, la cual unía los templos de Karnak y Luxor.
Aquí te dejamos dos alternativas para visitar el Templo de Karnak:
Valle de los Reyes
El Valle de los Reyes es una impresionante necrópolis que estuvo destinada al eterno descanso de la realeza egipcia. Concretamente, allí fueron enterrados los faraones de las dinastías XVIII, XIX y XX (período conocido como Imperio Nuevo). Entre los más famosos de este período se encuentran Tutankamón, Ramsés V y VI, Tutmosis III y Seti I.
¿Sabías qué? La ubicación de esta necrópolis no fue cuestión del azar. Por un lado, la montaña donde fue construida (sí, no es un valle aunque lleve ese nombre) se encuentra al lado de la antigua ciudad de Tebas, de donde procedían los gobernantes en ese momento. Por otro lado, se orienta en dirección oeste. Si recuerdas lo que contamos al principio, este punto marca el lugar donde muere el Sol y por el cual los egipcios entran al reino de los muertos.
El Valle de los Reyes es uno de los cementerios más famosos del mundo. Las más de 60 tumbas que alberga fueron construidas entre los años 1539 y 1075 a. C. Si bien son relativamente pocas las que están abiertas al público, la visita a este sitio se considera uno de los imprescindibles de cualquier viaje por Egipto.
Entre las tumbas más llamativas encontramos las de Tutankamón, Ramsés V y VI y la tumba de Seti I, las cuales requieren boletos adicionales para poder visitarlas.
Para llegar lo más habitual es tomar un vuelo de El Cairo a Lúxor. Pero, también es posible visitar este increíble cementerio en el marco de un viaje en crucero por el río Nilo. Nosotros te sugerimos también contratar esta visita al Valles de los Reyes y las Reinas, Colosos y Hatshepsut.
El horario de visita al Valle de los Reyes es de 9 am a 3 pm, todos los días (excepto viernes y domingo). El ticket de ingreso tiene un costo de 240 libras egipcias (7,95 USD) y permite visitar 8 tumbas. Si deseas ver la de Ramsés V y VI tendrás que abonar 100 libras adicionales (3,31 USD).
Lúxor
A orillas del río Nilo encontramos otra de las ciudades más turísticas e impresionantes de Egipto: Lúxor. Se trata del museo al aire libre más grande del mundo y un sitio que acoge tumbas, monumentos y templos en muy buen estado de conservación. Tan es así, que es una visita obligada en cualquier itinerario de Egipto.
Hay muchísimas cosas para ver en Lúxor. Sitios como el Valle de los Reyes y el Templo de Karnak que mencionamos antes están entre sus atractivos más visitados. Por eso, lo más seguro es que cubras cada uno de estos sitios cuando conozcas estas hermosa ciudad egipcia.
No nos explayaremos demasiado, porque tenemos una guía de viaje completa sobre Lúxor que puedes usar como referencia cuando visites la ciudad. Aquí te dejamos el enlace: Qué ver en Luxor, Egipto.
Ten en cuenta que desde Lúxor parten muchos de los cruceros turísticos por el Nilo hacia la ciudad de Aswan, al sur de Egipto. Por ende, también la puedes usar como base para vivir esta increíble experiencia de navegación.
Templo de Lúxor
El Templo de Lúxor fue construido en honor al dios Amón, a unos 2 km del Templo de Karnak. Es otra de las maravillas para ver a orillas del río Nilo y una parada obligada de los cruceros que navegan por él. Por ende, de una manera u otra seguramente lo conocerás.
El Templo de Lúxor tiene aproximadamente 3.500 años de antigüedad y los responsables de que hoy en día los turistas puedan apreciar semejante belleza son los faraones Amenhotep III y Ramsés II. Su impresionante fachada, colosos y obeliscos fueron levantados en pleno apogeo de la ciudad tebana (antigua capital egipcia), allá por el siglo XIV a.C. Aunque, ha sufrido modificaciones con el paso del tiempo.
En la antigüedad el Templo de Lúxor representaba el centro de la ciudad de Tebas. Lo mismo sucede hoy en día, solo que en la ciudad homónima. Por ende, se encuentra en un punto muy turístico y práctico para visitar. Eso sí, no se recomienda ir sin un guía, salvo que seas un amplio conocedor de la historia egipcia. De ese modo, no te perderás detalles importantes y podrás conocer la larga historia del lugar.
La Avenida de las Esfinges preside el camino a la entrada al Templo de Lúxor. Recuerda que la misma comunicaba este último con el Templo de Karkac. Hoy ya no lo hace, pero no deja de ser muy llamativa y fotogénica. Por ende, ya su ingreso es un preludio de las maravillas que conocerás en el interior.
Edfu
Ya estamos llegando al final de este viaje a lo largo del río Nilo, pero quedan un par de sitios más de los que queremos hablarte. Si seguimos navegando en dirección sur llegamos a Edfu, otra ciudad egipcia que acoge un templo majestuoso.
Edfu se encuentra a mitad de camino entre Lúxor y Aswan (donde culminan los cruceros por el río Nilo, o comienzan, según la dirección). Para los viajeros que llegan desde los resorts vacacionales situados frente al Mar Rojo, Edfu hace de puerta de entrada al Valle del Nilo (especialmente los que vienen de Marsa Alam).
La construcción del Templo de Horus (o de Edfu) se remonta al período final del Antiguo Egipto, concretamente a la época ptolemaica. Uno de sus artífices fue Ptolomeo XII, el padre de Cleopatra, en el siglo I a.C. Aunque, su construcción se inició un siglo y medio antes, posiblemente sobre otras construcciones anteriores.
El Templo de Edfu es uno de los más grandes y mejor conservados de Egipto (el segundo después del Templo de Karnak), debido a que permaneció enterrado bajo 12 metros de arena durante muchos años. Está dedicado a Horus, hijo de Iris y Osiris, uno de los dioses más venerados por los egipcios.
Una de las mejores maneras de visitarlo es tomando un crucero por el río Nilo desde Aswan a Lúxor (o viceversa). Lo mejor de todo es que también incluye otros templos ya mencionados, por lo que el recorrido no solo es pintoresco, sino que sumerge al turistas en la historia egipcia.
Templo de Kom Ombo
El Templo de Kom Ombo no solo es otra maravilla arqueológica del sur de Egipto, sino que es conocido especialmente por los hermosos atardeceres que regala sobre el río Nilo. Nuevamente, estás ante un punto que generalmente está incluido en los cruceros por este hermoso río africano.
El Templo de Kom Ombo data del siglo II a.C y está dedicado a Sobek, el dios de la fertilidad y creador del mundo y a Horus el Viejo. En cada uno de sus sectores (perfectamente simétricos) se aprecia una entrada, una sala hipóstila sostenida por columnas y un santuario. Sus espacios están repletos de detalles grecorromanos y relieves agregados durante la época del dominio romano.
Además del crucero por el Nilo, puedes contratar esta excursión a Edfu y Kom Ombo, que incluye los últimos dos templos mencionados.
Aswan
Llegamos a la ciudad más meridional de Egipto: Aswan (o Asuán). Aquí es donde se encuentra la famosa presa que nombramos antes, a partir de la cual se controla el caudal del Nilo y se creó el lago Nasser. Más allá de eso, Aswan es una ciudad hermosa que vale mucho la pena conocer.
A ella arriban los cruceros por el río Nilo. Más allá (es decir, más al sur, ya no se puede seguir). También es el mejor punto de partida para visitar los templos de Abu Simbel (emplazado en el lago Nasser), una de las maravillas arqueológicas más grandes del país. Por su fuera poco, Aswan es famosa gracias a su hermosos paisajes sobre el río Nilo, cuyo color azul se funde con las arenas doradas del desierto; por sus palmerales y vergeles y por los monumentos faraónicos situados en sus alrededores.
¿Quieres saber más? No dejes de leer nuestra completa guía de viaje de Aswan. Allí encontrarás toda la información que puedas necesitar: Visitamos Aswan: turismo por el sur de Egipto.
Cruceros por el río Nilo: una travesía inolvidable
No hace falta volver a decirlo, pero los cruceros por el río Nilo son una experiencia única. No solo te permitirán conocer los principales atractivos egipcios de una manera diferente, sino que en todo momento te acompañarán paisajes increíbles, aquellos que solo Egipto puede dar.
Además de que te llevará a conocer los mejores templos egipcios, tomar un crucero por el Nilo es una manera segura de transitar por el país. De hecho, es mucho más seguro que hacerlo por carretera, algo que se recomienda hacer con mucha precaución para quien no conoce las rutas egipcias.
Los cruceros fluviales generalmente son de categoría 4 y 5 estrellas. Si bien no poseen el lujo de los cruceros a los que están acostumbrados los europeos, cuentan con todas las comodidades para que vivas una experiencia única. Por otro lado, los itinerarios son los mismos, independientemente de la categoría del crucero.
Otra cosa a tener en cuenta es que la gran mayoría de cruceros hacen la ruta desde Aswan a Luxor (o viceversa) en 3 o 4 días. La navegación tiene lugar principalmente de noche, para de día poder visitar templos y sitios de interés. A diferencia de lo que muchos turistas pueden creer, los cruceros habitualmente no parten desde El Cairo.
Tampoco dejes de considerar la época adecuada para hacer un crucero por el Nilo. Nuestra sugerencia es que optes por los meses entre noviembre y febrero, cuando las temperaturas son más benévolas. En verano durante el día puede hacer más de 40°C, lo cual puede ser bastante molesto a la hora de visitar los templos. En cambio, durante el invierno las temperaturas son mucho más agradables para pasear.
Aquí te dejamos dos opciones increíbles de cruceros por el río Nilo:
¿Cuál elegir? Ambos son excelentes propuestas. Pero, el crucero de Lúxor a Aswan te da la posibilidad de visitar Abu Simbel, que es una verdadera joya turística. En ambos casos tendrás la ventaja de tener todas las comidas del día incluidas (menos la bebida), las entradas a los templos, acceso a todos los servicios del crucero y un guía turístico. Por ende, tu única preocupación será dedicarte a disfrutar al máximo de la travesía.
Mapa del río Nilo: puntos a visitar
¿Listo para navegar por uno de los ríos más increíbles del mundo? Así contrates un crucero o recorras Egipto por tu cuenta, viajar por la ribera del Nilo será una de las experiencias más increíbles de tu vida.
Comments are closed.