Chamonix es la cuna del alpinismo mundial y una de las localidades más turísticas de Francia. Bello por donde se lo mire, este enclave que yace bajo la sombra de los Alpes cuenta con una oferta de atracciones de lo más amplia, en gran parte relacionada con el disfrute de la naturaleza. En este post te contaremos todo sobre Chamonix, de manera que puedas aprovechar tu viaje al máximo.
Chamonix es un pueblo alpino ubicado en la base del Mont Blanc, que con 4.810 metros de altura es la montaña más alta de Europa. Se encuentra a poco más de una hora en coche de la ciudad suiza de Ginebra, por lo que muchos viajeros llegan desde el país vecino en avión. También hace frontera con Italia, punto desde el cual se puede cruzar a Francia a través del Túnel Mont Blanc. Y, por supuesto, también es accesible en coche desde España. Como sea que llegues, Chamonix no tiene desperdicio.
A pesar de ser un gran destino para los amantes del ski y los deportes de invierno, Chamonix ofrece un montón de actividades que permiten disfrutar de ella en todas las estaciones del año. En definitiva, es un destino para viajeros de todo tipo que busquen pasar unos días rodeados de naturaleza en un ambiente puramente alpino. Porque, si algo tiene Chamonix, es naturaleza: montañas vertiginosas, glaciares milenarios y preciosos lagos alpinos forman una estampa realmente mágica.
La ciudad, por su parte, si bien es pequeña enamora a primera vista. Su encantador centro está lleno de tiendas, terrazas y restaurantes que regalan vistas increíbles del coloso Mont Blanc. A ello se suman cautivadoras iglesias, hoteles y posadas de lujo que lo convierten en un destino no siempre accesible para todo el mundo. Sin embargo, sus precios elevados no deberían impedirle visitar Chamonix, puesto que en sus alrededores encontrarás opciones de alojamiento más económicas e igual de bellas.
¿Cuándo visitar Chamonix?
Si te preguntas en qué época es mejor visitar Chamonix, te diríamos que depende de lo que quieras hacer allí. Para hacer senderismo y recorrer sus alrededores, el verano y el otoño son las mejores estaciones. En verano el tiempo es agradable y la oferta de actividades se amplía muchísimo, especialmente el senderismo, que se disfruta de manera especial en esta época. Además, en julio y agosto la ciudad disfruta de un ambiente muy animado, con muchos mercados al aire libre.
En otoño, en cambio, las tonalidades ocres y doradas de los árboles hacen que el paisaje se disfrute todavía más (especialmente en la última semana de octubre y la primera de noviembre). Por otro lado, si lo que buscas es esquiar o hacer alpinismo, lógicamente el invierno será la mejor época para viajar a Chamonix.
Finalmente, la primavera también tiene su encanto. En esta temporada el valle se encuentra lleno de flores, por lo que la estampa también será realmente mágica.
¿Qué hacer en Chamonix?
Chamonix tiene muchísimas cosas para hacer. Como te contamos antes, su oferta se basa principalmente en el disfrute de la naturaleza, que es la gran protagonista del lugar. De ese modo, el senderismo, el alpinismo y los paseos al aire libre son las mejores maneras de disfrutar de esta bella ciudad y su entorno. Sin embargo, no es lo único, puesto que Chamonix es también una ciudad para descansar, comer bien y salir de compras.
En definitiva, la cartera de opciones es amplia y variada, así que seguro encontrarás algo que hacer en Chamonix.
Pasear por las calles de la ciudad
La ciudad de Chamonix tiene muchísimo encanto y elegancia. Pasear por sus calles alpinas sumamente prolijas y cuidadas, llenas de elegantes edificios y hoteles es una de las primeras cosas que te sugerimos hacer.
Uno de sus rincones más bellos y fotografiados es el pont coubert. Este precioso puente de madera que cruza el río Arve se encuentra adornado con flores y tiene al inmenso macizo del Montblanc como telón de fondo. Indudablemente, es de esos rincones que son visitas obligadas. Además, a su alrededor se encuentran las calles que conforman el animado centro de la ciudad, repleto de terrazas con vistas únicas a los Alpes franceses.
También, verás que Chamonix tiene una nutrida oferta de bares y restaurantes que elaboran deliciosos platos tradicionales saboyanos, con quesos y embutidos como grandes protagonistas. Su oferta de tiendas de ropa e indumentaria de alpinismo es también sumamente amplia, por lo que encontrarás allí todo lo necesario para recorrer la zona y hacer excursiones.
Para cerrar el día, Chamonix regala a locales y turistas atardeceres mágicos. No dejes de disfrutar ese inigualable momento en que la cima del Mont Blanc se ilumina con los últimos rayos del sol y refleja tonalidades amarillas y naranjas.
Subir en teleférico a la Aiguille du Midi (Aguja del Mediodía)
El plan estrella para hacer en Chamonix es subir a la Aiguille du Midi en teleférico y llegar casi hasta la base del Mont Blanc, a 3.842 metros de altura. Este pico es considerado la puerta de entrada a los Alpes y es posible disfrutar de toda su majestuosidad haciendo un viaje de 20 minutos en uno de los teleféricos más empinados del mundo. ¿Te lo vas a perder?
El teleférico inicia su recorrido en el centro del pueblo y asciende hasta el Aiguille du Midi, uno de los picos que rodean la ciudad y desde el cual se puede llegar a la cumbre del Mont Blanc. A los 2.310 metros sobre el nivel del mar realiza una parada intermedia en el Plan de l’Aiguille, desde el cual parten rutas senderistas sumamente vistosas, como la que conduce al Balcón Norte (Grand Balcon Nord cara Montenvers).
Arriba encontrarás un museo y un mirador con unas vistas a 360° de los Alpes franceses, suizos e italianos realmente asombrosas, de las cuales afortunadamente hoy cualquier viajero puede disfrutar (antes solo estaba reservada para los montañeros más experimentados). Además, con un poco de coraje podrás entrar al Pas dans le Vide, una vertiginosa caja de vidrio que cuelga del vacío.
Si bien es una actividad con un costo un poco elevado (alrededor de 60 EUR por persona), realmente vale la pena vivir la experiencia. Además, tienes la opción de continuar la travesía en teleférico hacia los picos de la vertiente italiana.
Tip viajero: posiblemente no haga falta decirlo, pero no olvides llevar abrigo (recuerda que estarás a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar y rodeado de picos cubiertos de nieve). El abrigo es necesario siempre, incluso en verano.
Llegar a la punta Helbronner (en Italia)
Antes te mencionamos que desde Aiguille du Midi puedes coger otro teleférico y llegar a los Alpes italianos. Este recorrido fascinante únicamente se puede hacer en verano y conduce hasta la punta Helbronner, que pertenece a Italia. ¿Te imaginas la increíble panorámica de los Alpes que obtendrás en el camino? Definitivamente, es algo que debes ver con tus propios ojos.
Cada trayecto en teleférico dura unos 30 minutos y va haciendo paradas técnicas en puntos estratégicos para tomar fotografías. Además, desde la comodidad de la cabina verás a los alpinistas expertos que se aventuran a cruzar los Alpes a pie.
Hacer la ruta al Lac Blanc
Si de sitios imperdibles hablamos, el Lac Blanc es uno de ellos. Situado en la Reserva Natural de las Aiguilles Rouges, a 2.352 metros sobre el nivel del mar, este precioso espejo de agua se ha convertido en todo un atractivo para los amantes del senderismo. Llegar a él es una auténtica maravilla, tanto por las vistas que se disfrutan allí como por su recorrido.
El Lac Blanc es uno de los lagos de montaña más bonitos del mundo, ya que regala una imponente panorámica del macizo del Mont Blanc, los picos Aiguilles y algunos de sus glaciares, como el famoso Mer de Glace.
La ruta de senderismo para llegar al lago es una maravilla, habiendo 3 opciones disponibles que conducen al Refugio del Lac Blanc. Una de las rutas más recomendadas es la que te detallaremos a continuación.
Lo primero que debes hacer es tomar el teleférico Les Praz, que se encuentra a las afueras de Chamonix. Las opciones a partir de allí son dos: subir desde Les Praz hasta Le Flégère y comenzar la ruta en ese punto (a 1.877 metros de altura) o, bien, desde Le Flégère subir en telesilla hasta l’Index, que se encuentra un poco más arriba (a 2.595 metros). Desde este punto hasta el refugio tienes una hora de caminata aproximadamente (3 km), por una senda con muy poco desnivel. Desde Le Flégère la ruta es bastante más exigente, pero por supuesto que dependerá de tu nivel físico y de lo acostumbrado que estés a este tipo de travesías.
Una vez en el refugio encontrarás diferentes senderos desde los cuales podrás contemplar el lago (incluso, tienes la posibilidad de hacer noche allí). Lo mejor es moverse por los alrededores de este hermoso espejo de agua y disfrutarlo desde sus diferentes perspectivas.
Una vez que hayas disfrutado del Lac Blanc, con los hermosos Alpes reflejados en sus aguas, puedes hacer una ruta alternativa al Lac de Chesèrys, que se encuentra muy cerquita. Para llegar a este otro lago de montaña irás en descenso, ya que se encuentra a menor altura. Si bien es menos impactante que el Lac Blanc, se encuentra de camino en bajada hasta la telecabina de Le Flégère, por lo que no tiene pérdida.
Las otras dos alternativas para llegar a Lac Blanc son las siguientes:
- Desde la localidad de Argentière: el sendero comienza cerca de la plaza central, en el punto donde se encuentra el cartel que indica el camino Chemin des Grands Bois (Camino de los Grandes Bosques). La ruta tiene poco más de 5 km, solo de ida, y sortea un desnivel de 1.000 metros. Una alternativa es llegar al lago y continuar hacia Les Praz (a pie o en el telecabina) y desde allí coger un autobús de regreso hasta Argentière.
- La tercera opción es partiendo desde Col des Montets, casi en la frontera con Suiza. En este caso, también es una ruta para hacer a pie de principio a fin. La distancia es prácticamente la misma que la anterior, al igual que el desnivel sorteado. Una de las diferencias es que antes de llegar a Lac Blanc pasa por los Lagos de Chéserys. El sendero comienza al lado de la Oficina de Información de la Reserva Natural de las Aiguilles Rouges, en Col des Montets (una vez pasado el pueblo de Argentière).
Conocer el glaciar más grande de Francia: el Mer de Glace
Otro de los reclamos turísticos de Chamonix es el Mer de Glace, el más grande del país y uno de los más grandes de Europa. Si bien para caminar sobre el glaciar necesitarás equipo adecuado y contar con un guía, los accesos a sus bordes están preparados para que todo el mundo pueda disfrutar de ellos, así que no hay excusas.
¿Sabías qué? Esta impresionante lengua de hielo posee un desnivel de 2.500 metros, hasta 400 metros de espesor, casi 7 km de longitud y 40 km de extensión. Estas dimensiones lo convierten en el glaciar más grande de Francia y el tercero de los Alpes. Lamentablemente, está sufriendo las consecuencias del calentamiento global y ha retrocedido en altura 115 metros en los últimos 35 años.
La manera más sencilla de llegar al Mer de Glace es mediante el célebre tren cremallera que te llevará desde Chamonix a Montenvers, un enclave situado a 1.913 metros de altitud.
En Montenvers tendrás la oportunidad de disfrutar de las increíbles vistas del glaciar, de los Drus y los Grandes Jorasses. Aunque, disfrutar de las vistas o comer algo en la estación no son las únicas opciones, ya que también dispones del sendero que baja hasta el milenario Mer de Glace (si lo tuyo no es la caminata tienes a disposición una telecabina que baja hasta este lugar).
El descenso a los pies de la Mer de Glace se realiza por un camino escalonado, que en su tramo final ha sido acondicionado con un tramo de vía ferrata, escaleras fijas y cuerdas. Una vez allí, te encontrarás con la inmensidad del glaciar y comprenderás por qué es tan famoso.
Otra de las actividades imperdibles para hacer aquí es visitar la Grotte de la Mer, una cueva de hielo que permite entrar en el corazón del glaciar. La misma se talla en el hielo cada año desde hace medio siglo y le permite al viajero conocer cómo era la vida de los montañeses de principios del siglo XIX. El acceso se puede hacer mediante una caminata de 20 minutos a través de un sendero o en telecabina, aunque para entrar a la gruta deberás sí o sí sortear 580 escalones.
Si tanto hielo te abre el apetito, tienes a disposición el restaurante del Refugio de Montenvers y sus platos de cocina saboyana o tradicional. O bien, la alternativa de almorzar en el restaurante Le Panoramique Mer de Glace, que regala increíbles panorámicas del glaciar. Para una parada más rápida, el Bar des Glaciers es ideal.
Subir hasta Le Brévent
Si cuentas con varios días en Chamonix otro buen plan es subir hasta Le Brévent, desde donde se obtienen una de las mejores vistas del macizo Mont Blanc. De hecho, es el mirador más cercano a esta mítica montaña y el que mejor situado está. Con las condiciones climáticas adecuadas y la hora indicada, la panorámica es realmente fabulosa, por lo que vale la pena el intento.
¿Sabías qué? Le Brevent es también el paraíso para los amantes del parapente. Desde su estación intermedia los amantes de este deporte se lanzan a surcar los cielos de Chamonix. Los novatos que quieran tener un subidón de adrenalina pueden arrojarse junto a un instructor y ver el Mont Blanc desde una perspectiva única e inolvidable.
Para subir a Brevent debes ir primero a la estación inferior de Plan Praz, ubicada muy cerca del centro de Chamonix. La subida en telecabina está dividida en dos tramos, hasta llegar a los 2.017 metros en Plan Praz. Desde este punto salen varias rutas de senderismo, aunque tu objetivo es continuar subiendo en teleférico hasta la cima de Le Brévent, a 2.525 metros sobre el nivel del mar.
En Le Brevent tienes varias cosas para hacer, aunque el plan estrella es disfrutar de la terraza ovalada del restaurante que hace de mirador del macizo del Mont Blanc, el Mont Maudit y el glaciar des Bossons. Los más inquietos, pueden aprovechar para hacer alguna de las excursiones que comienzan desde este punto.
Otro mirador que sube por encima del restaurante regala también unas vistas increíbles. El mismo está equipado con paneles explicativos que cuentan la historia de Jacques Balmat y el Doctor Michael Paccard, quienes realizaron la primera ascensión al Mont Blanc, el 8 de agosto de 1786. Además, hay una rosa de los vientos desde la cual se pueden hacer grandes fotos.
Si con esto no tienes suficiente, entonces embárcate hacia la Aiguillette des Houches, a la cual se llega mediante una travesía de 4 km.
Visitar el glaciar de Argentière
El glaciar de Argentière es otro campo de hielo que puedes visitar en Chamonix y también uno de los más grandes de los Alpes franceses. A pesar de que no tiene la fama del Mer de Glace, vale la pena hacer la excursión y ver de cerca esta maravilla natural.
Para llegar desde Chamonix se debe seguir la carretera que cruza el valle en dirección a Suiza, hasta la aldea de Argentière. Allí se encuentra el telecabina de Plan de Joran, la cual lleva a la estación intermedia de Plan de Joran. A poco más de 2.100 metros de altura, desde este punto parte la excursión al glaciar.
La caminata es sencilla y no presenta grandes dificultades (incluso, se puede hacer con niños). Lo único que hará falta es contar con calzado adecuado, puesto que el terreno es muy pedregoso. También hay que estar preparados para sortear los 450 metros de desnivel que presenta el sendero. Más allá de eso, desde un principio las vistas te acompañarán, especialmente las de l’Aiguille Verte, del macizo de les Aiguilles Rouges y del valle de Argentière.
El camino no tiene pérdida, solo debes seguir las indicaciones hacia Argentière y Point de Vue, hasta un cruce de caminos. Si continúas por la izquierda llegarás hasta el refugio de Lognan, y hacia la derecha al refugio de Argentière y Point de Vue. Este último es el indicado para acceder al glaciar.
A medida que avances irá haciéndose presente la grandeza de esta masa glaciar, que hasta hace 100 años llegaba hasta la aldea de Argentière (dato que habla del fuerte retroceso que están viviendo los glaciares en los últimos años).
La ruta continúa hasta un hito de piedra que indica el Point de Vue, que es un excelente mirador del glaciar. Desde aquí podrás ver la cascada de hielo rodeada de impresionantes picos, como el Mont Dolent (de 3.823 metros) y l’Aiguille Verte (de 4.122 metros).
Si bien es posible llegar a la base del glaciar, se recomienda ir con sumo cuidado, puesto que las grietas en el hielo pueden ser peligrosas.
Subir al Glacier des Bossons, uno de los más espectaculares de Chamonix
Como ves, cerca de Chamonix hay un gran número de glaciares para visitar. En este caso, hablamos del Glacier des Bossons, que se encuentra ubicado en un marco natural incomparable. Su lengua de hielo es una de las más grandes de Europa y llega hasta el valle de Chamonix, pasando por el pueblo de Bossons.
El glaciar Bossons se alimenta de la capa de suelo congelado del Mont Blanc y del hielo que recibe de otras cumbres que hay a su alrededor. Lamentablemente, al igual que los anteriores, su lengua terminal se encuentra en continuo retroceso como consecuencia del calentamiento global.
Para visitar el glaciar se debe tomar el telesilla que parte de Bossons, que en menos 5 minutos conduce a los pies del campo de hielo. Cerca del final del trayecto, a 5 minutos a pie, hay un chalet de montaña desde el cual se aprecia una vista espectacular de la cascada del glaciar y sus características grietas, que se visualizan con mucho detalle. A su vez, este punto marca el comienzo del paseo a la Meseta de las Pirámides. Un poco más arriba, comienza la popular caminata de La Jonction, otro de los picos más famosos de Chamonix.
Esta última ruta es bastante exigente, pero única en cuanto a las vistas que regala. El camino va en un continuo zigzag, abriéndose a los laterales del sendero dos glaciares diferentes que se unen al llegar a la cumbre.
Pasar un día de playa en el lago Passy
Si visitas Chamonix en verano, podrás disfrutar de un inolvidable día de playa en Lac Passy. Este enclave situado en un entorno natural inmejorable y con una de las más espectaculares panorámicas del Mont Blanc es imperdible. Conocida como la playa del Mont Blanc, el espejo de agua no se encuentra propiamente en Chamonix, pero sí muy cerca (a 25 km), por lo que llegar a él no representa ningún tipo de problema.
El lago de Passy invita a pasar un día a puro relax en su preciosa playa de montaña. Frente a tus ojos aparecerá una espectacular vista frontal del Mont Blanc y todos los picos a su alrededor. Los niños disfrutarán de manera especial de este espejo de agua, que se caracteriza por sus aguas templadas y poco profundas.
La orilla del lago está compuesta de arena fina y el ingreso al agua no es pedregoso, por lo que no hace falta usar escarpines. Tras la primera línea de arena hay un césped muy bien cuidado en donde simplemente podrás instalarte con tu toalla y dedicarte a disfrutar. La zona está muy bien equipada y cuenta con toboganes, juegos para niños, un pequeño embarcadero donde podrás alquilar barcas a pedales y más.
Definitivamente, el lago Passy es el mejor plan para quienes viajan a Chamonix en busca de descanso y naturaleza.
Dar un paseo en el tranvía de Mont Blanc
Otro plan imperdible para hacer en Chamonix es hacer un viaje inolvidable en el tranvía del Mont Blanc, el tren cremallera con más altitud de Francia y la principal vía de acceso para los aventureros que buscan coronar la cima del macizo. Es uno de los pocos trenes cremallera que quedan en el país y el más famoso, junto al de Montenvers.
El tranvía inicia su recorrido en los pequeños núcleos urbanos de Le Fayet y Saint Gervais les Bains. Nuestra sugerencia es que lo tomes en Le Fayet, para conseguir un mejor lugar. Este entrañable tranvía recorre el valle, pasa por praderas, bosques alpinos y paisajes de ensueño.
En la primera parte del viaje desde Le Fayet el mítico tranvía atraviesa hermosos bosques de abetos. A medida que va ganando altura va dejando atrás preciosas vistas del valle y de las montañas. El objetivo es llegar al Nid d’Aigle, aunque antes de alcanzar la cima realiza paradas en diferentes puntos desde los que parten excursiones. En cualquiera de estas estaciones podrás comer algo en sus restaurantes, hacer un pícnic en el prado, admirar el glaciar de Biossannay y aprovechar los senderos marcados para hacer rutas en bicicleta. En invierno, el tren llega hasta Bellevue, el destino ideal para disfrutar del esquí, snowboard, caminar con raquetas de nieve y hacer esquí de fondo.
Luego de un viaje de 95 minutos el tren cremallera alcanza el Nid d’Aigle, a 2.372 metros de altura. Aquí te encontrarás con un escenario escarpado y abrupto en donde el frío se siente más que en otros miradores de Chamonix. Es un sitio en donde la naturaleza se presenta en el estado más puro, así que aprovecha a recargar tus pulmones de aire fresco y limpio. Desde este punto tienes varias opciones de caminata, por ejemplo ascender a la cumbre blanca por la vía Real, visitar los refugios de la Tete Rousse y Goute o el espectacular refugio del Nid d’Aigle.
Desde este último se aprecia una excepcional panorámica del Glaciar de Biossannay, al cual podrás acercarte haciendo una caminata de 15 minutos.
Tip viajero: el tren cremallera está incluido en la tarjeta Multipass, de la cual te hablaremos más adelante.
Esquiar en Chamonix: el mejor plan para el invierno
No podemos finalizar nuestra guía de Chamonix sin antes hablarte de la actividad estrella del invierno. Todos los años, miles de personas vienen desde distintos puntos del globo a esquiar en Chamonix. El motivo es que son pocos los sitios en donde se puede disfrutar de este deporte con unas vistas tan espectaculares.
Chamonix ofrece 4 opciones de esquí. La zona más grande de todas es Brevant/Flegere, que cuenta con 32 pistas, incluidas algunas para esquiadores de nivel intermedio y avanzado. La zona de Grands Montets es la más alta y desafiante de todas, con 28 km de pistas ubicadas sobre el pueblo de Argentière. Luego, tenemos la estación Les Houches, una de las más grandes de Chamonix, con 55 km de pistas y unas vistas espléndidas del macizo Mont Blanc. Finalmente, Le Domaine de Balme posee 29 km de pistas con pendientes en su mayoría suaves.
Los principiantes también tienen opciones para disfrutar de este deporte en Chamonix. Por ejemplo, en la estación de esquí de Les Planards los niños podrán dar sus primeros pasos sobre el esquí de manera segura. La Vormaine, en la zona de esquí de Col de Balme, también cuenta con pistas ideales para principiantes y para quienes deseen practicar snowboard.
Dominar la cumbre del Mont Blanc
Tampoco podemos terminar la guía sin hablarte del motivo principal por el cual Chamonix recibe tantos visitantes. Cada año, alrededor de 20.000 personas se aventuran a subir el pico más alto de Europa en una travesía realmente única.
Se trata de un reto que técnicamente no presenta grandes dificultades, aunque está claro que implica tener buen estado físico y equipo adecuado. Del mismo modo, siempre se recomienda subir con guía, que se puede contratar fácilmente en Chamonix.
Hay muchas maneras de subir el Mont Blanc, sin embargo, las sendas más populares comienzan en el Refugio Gouter, a 3.835 metros de altura, al cual se puede llegar tras una caminata de 4-6 horas desde la terminal del tranvía Nid d’Aigle. La otra senda parte del Refugio Cosmique, a 3.613 metros, a 30 minutos desde la estación del teleférico Aiguille du Midi. La subida hasta la cima sortea un desnivel de más de 1.000 metros, por lo que hay que estar preparado.
Repetimos, si bien es sumamente exigente, las personas acostumbradas a este tipo de travesía pueden dominar la cumbre del Mont Blanc de la mano de un guía y ser compensados con unas de las vistas más espectaculares que verán en su vida. Si no tienes mucha experiencia y quieres vivir esta travesía, puedes practicar antes con picos menos desafiantes.
¿Cómo llegar a Chamonix?
Una de las maneras más utilizadas por los viajeros para llegar a Chamonix es volar hasta el aeropuerto de Ginebra, en Suiza. El mismo posee muy buenas conexiones con otros destinos europeos y precios más accesibles que otras ciudades del país. Desde allí, puedes alquilar un coche o coger un autobús a Chamonix, que se encuentra a una hora y cuarto por carretera. El autobús de Easyjet viaja desde el aeropuerto hasta la estación central de Chamonix en un trayecto rápido, cómodo y sumamente bello.
Multipass Mont-Blanc: la tarjeta que te ayudará a viajar por Chamonix
No vamos a engañarte, Chamonix es un destino caro. Por eso, si piensas pasar varios días recorriendo la zona, sacar esta tarjeta que te permitirá ver todos los espectáculos naturales de la región es una gran estrategia para ahorrar un poco de dinero.
Lo mejor que puedes hacer es planificar de antemano qué vas a hacer en Chamonix. De esa manera, podrás definir si realmente conviene o no sacar la tarjeta. Recuerda que es muy posible que utilices varios teleféricos, y con la Multipass podrás acceder a todos.
¿Cómo funciona la Multipass? Como todas las tarjetas de este estilo, el precio del Multipass varía en función de los días que vayas a usarla y a si serán consecutivos o no (en este último caso es un poco más caro). De ese modo, puedes sacar por 2, 3 o 4 días, en fin, lo que creas necesario.
Tip viajero: antes de sacar la tarjeta también te sugerimos que chequees previamente el clima, ya que si hay mal tiempo no podrás hacer muchas excursiones.
Chamonix es un destino para enamorarse. La belleza de los Alpes, el imponente Mont Blanc, los glaciares y lagos alpinos harán que tu estadía sea inolvidable. Chamonix es de esos destinos que cualquier amante de la naturaleza y la montaña debe visitar. Si eres uno de ellos, esta guía completa con todo lo que puedes hacer allí será de gran ayuda.
Esperamos que hayas disfrutado del recorrido y haber despertado en ti el deseo por visitar Chamonix. ¡Nos vemos en el próximo destino!
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