Escondida en el rincón más remoto de Egipto, muy cerca de la frontera con Sudán, se encuentra Abu Simbel, el segundo atractivo más visitado del país, después de las Pirámides de Giza. El complejo se encuentra formado por dos templos excavados en la roca que están dedicados al poderoso emperador egipcio Ramsés II y a Nefertari, su primera esposa.

¿Te gustaría conocer en detalle este lugar increíble? Ponte cómodo, porque hemos preparado una completísima guía de viaje a los templos de Abu Simbel.

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La que es considerada la obra más grande dejada por el faraón Ramsés II se encuentra situada en el extremo sur del país, no muy lejos de la ciudad de Aswan (en la cual comúnmente finalizan los circuitos fluviales por el Nilo). Este sitio emplazado junto al Lago Nasser es Patrimonio de la Humanidad y un tesoro histórico y arqueológico que te dejará maravillado, tanto por su belleza exterior como interior.

Abu Simbel es uno de los ejemplos más claros de la magnificencia del Antiguo Egipto y uno de los monumentos más fotografiados del país. Por su belleza y espectacularidad compite con las Pirámides de Giza y se considera uno de los destinos de visita obligada de cualquier viaje por Egipto.

Historia de Abu Simbel

Hacer una guía de Abu Simbel, pero no hablarte de su historia, sería lo mismo que nada. Por eso, haremos un repaso por el pasado de esta construcción, te contaremos quién fue Ramsés II y otros detalles muy interesantes que agradecerás haber leído el día que hagas la visita.

¿Quién fue Ramsés II?

Comencemos hablándote del protagonista del lugar: Ramsés II, el faraón que gobernó Egipto durante su época dorada. Además de ser el rey guerrero, es considerado el rey constructor. No sólo tuvo más hijos que ningún otro gobernante de Egipto, sino que construyó los templos más espectaculares del país y mejoró las obras de sus predecesores. Una de sus creaciones más increíbles es, precisamente, Abu Simbel.

Ramses II, “El Grande” gobernó durante 66 años, épocas consideradas como la cumbre del poder y gloria de Egipto. Tenía apenas 14 años cuando subió al trono y de primera debió enfrentarse a los hititas, una tribu de la actual Turquía que lo desafió tomando la ciudad comercial de Qadesh (en la actual Siria).

Mencionamos esta batalla porque es importante en la historia del faraón. Si bien salió victorioso, lo hizo a duras penas. A pesar de eso, ordenó que se construyeran murales en las paredes de todos los templos de Egipto en donde se lo viera representado derrotando sin ninguna ayuda a los hititas. Aunque, lo cierto es que la solución definitiva a la guerra llegó tras años de negociaciones, cuando Ramsés II firmó un tratado de paz con los hititas (el primero cuyo texto se conserva).

Ramsés se casó con Nefertari, la hija mayor del rey hitita, con el fin de mantener las buenas relaciones diplomáticas. Junto a ella (su reina principal) formó una enorme familia compuesta por más de 100 hijos.

La construcción de Abu Simbel

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Una de las muestras más claras de la riqueza de Ramsés II fue la descomunal campaña de construcción llevada a cabo durante los 66 años de su reinado. De hecho, fue el faraón que más pirámides y templos construyó en el país, con Karnak y Abu Simbel como máximos exponentes. Ambos son considerados como dos de las maravillas más valiosas del Antiguo Egipto.

No se sabe con certeza cuándo comenzó a construirse Abu Simbel. Hay quienes dicen que fue entre los años 1264-1244 a.C. y otros que afirman que fue entre el 1244-1224 a.C. La discrepancia tiene su origen en las diferentes interpretaciones de la vida de Ramsés II que tienen los historiadores actuales. Pero, una de las teorías más firmes sostiene que se construyó con el fin de conmemorar la «victoria» de Ramsés II durante la batalla de Qadesh contra los hititas.

Lo que sí se sabe con certeza es que el complejo tardó 20 años en completarse y a quienes estaban dedicados sus templos. El Gran Templo rendía culto a Amón, Ra y Ptah, las tres grandes deidades del Antiguo Egipto, y también al propio Ramsés deificado. Mientras que el Templo Menor a la diosa Hathor y la reina Nefertari.

La soberbia de Ramsés II se hace notar con solo pararse frente a esta descomunal construcción. El faraón no quería que nadie pusiera en dudas que él fue su constructor, motivo por el cual montó estatuas sentadas de más de 18 metros de altura en las que se lo ve representado.

Con el paso de los sucesivos faraones, los templos de Abu Simbel fueron cayendo en el olvido, al punto tal que durante siglos permanecieron ocultos entre la arena del desierto.

¿De dónde proviene el nombre Abu Simbel?

Si bien se cree que la palabra Abu Simbel hace referencia a la designación del complejo en la antigüedad, esto es incorrecto. Se dice que el explorador suizo Jean-Louis Burckhardt (el mismo que descubrió Petra en Jordania) fue quien se encontró con el lugar en el año 1813 d.C., conducido por un niño llamado Abu Simbel.

El pequeño había ya divisado que entre la arena del desierto se asomaban unas construcciones curiosas y cuando se encontró con Burckhardt no dudó en llevarlo al lugar. Por su parte, el explorador bautizó el lugar con el nombre de su verdadero descubridor, Abu Simbel.

El complejo de templos se encontraba completamente sepultado en la arena, por lo que Burckhardt no pudo realizar la excavación de estos colosos. Fue así que años más tarde, en el 1817 d.C., el explorador italiano Giovanni Belzoni excavó Abu Simbel por primera vez.

¿Cuándo se movió Abu Simbel?

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Un siglo y medio más tarde de que este tesoro de la humanidad haya salido a la luz, se vio amenazado por el gobierno del presidente Gamal Abdel Nasser, quien presentó el proyecto de construir una presa sobre el Nilo y formar así el lago artificial más grande del mundo (Lago Nasser). La cuestión era que Abu Simbel quedaría sepultada bajo el agua.

Ante esta situación, la UNESCO puso en marcha un plan de rescate descomunal y pocas veces llevado a cabo a lo largo de la historia. El mismo involucró a cientos de albañiles egipcios y un equipo de arqueólogos e ingenieros de todas partes del mundo. La hazaña se llevó a cabo entre 1964 a 1968 y costó más de 40 millones de dólares.

La idea era poder mover ambos templos, orientarlos en la dirección exacta original y levantar una montaña artificial para que pareciera que están excavados en la montaña. Para eso, se cortaron los templos en bloques de 20 toneladas que se izaron en el aire 65 metros y se desplazaron 200 metros, para ser insertados en las montañas artificiales. Increíble, ¿no crees?

Las estatuas y estelas más pequeñas también fueron removidas y colocadas en su posición original en los nuevos templos. De ese modo, se pudo preservar la gloria del emperador Ramsés II.

Abu Simbel fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979 y con el tiempo llegó a constituirse como uno de los atractivos turísticos más visitados de Egipto.

Curiosidades de Abu Simbel

Una de las curiosidades de Abu Simbel es que ambos templos se encuentran orientados al este. Esta disposición no fue al azar, sino con el objetivo de que dos veces al año, el 21 de febrero y el 21 de octubre, los rayos del sol iluminasen las estatuas de Ramsés y Amón en el santuario del Gran Templo. Las fechas tampoco son producto de azar, sino que se cree que corresponden al cumpleaños y coronación del faraón.

La estatua del dios Ptah, en cambio, fue posicionada de manera tal que en ningún momento fuese iluminada por los rayos del sol. ¿Por qué motivo? Porque esta deidad estaba asociada con el inframundo egipcio, por lo que su imagen debe mantenerse en continua oscuridad.

Un detalle a tener en cuenta, es que como producto del traslado del complejo monumental y el desplazamiento del Trópico de Cáncer, las fechas en las que ocurre este fenómeno cambiaron. Actualmente, tienen lugar cada 22 de octubre y 22 febrero, momento en que se congrega una gran cantidad de turistas en el templo.

Hay otro detalle que únicamente se ve en Abu Simbel. Si te fijas en el Templo Menor verás 6 estatuas de 10 metros, 4 que representan a Ramsés II y dos que muestran la figura de su esposa favorita, Nefertari. Lo curioso, es que todas las estatuas tienen la misma altura, algo que deja en claro el prestigio de la reina. Normalmente, las mujeres eran representadas a una escala mucho menor que la del faraón. Por ende, lo que sucede en Abu Simbel es una excepción a lo que verás en el resto de los templos de Egipto.

Por otro lado, el Templo Menor es el segundo dedicado a la esposa de un gobernante egipcio. El primero fue construido por el emperador Akenatón, que gobernó el país de 1353-1336 a.C. y le dedicó un templo a su esposa Nefertiti.

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¿Cómo llegar a Abu Simbel?

Abu Simbel se encuentra emplazado en la orilla occidental del Lago Nasser, a pocos kilómetros de la frontera con Sudán (en el desierto de Nubia). A su alrededor no hay ninguna ciudad de relevancia, siendo la más cercana Aswan (a 285 km). El Cairo, por ejemplo, se encuentra a más de 1.000 km. Por ende, su ubicación remota implica que para conocerlo haya que tener una buena planificación.

En avión

La opción más cara y rápida para llegar a Abu Simbel es tomando un vuelo desde El Cairo a Aswan (o Asuán). Una vez allí un servicio de shuttle gratuito te llevará al recinto arqueológico. La aerolínea que gestiona el recorrido es EgyptAir. En caso de que optes por viajar de esta forma, te sugerimos reservar tu billete de avión con anticipación.

En excursión

La forma más cómoda de conocer Abu Simbel es tomando una excursión organizada. De ese modo, no deberás preocuparte por el traslado y contarás con un guía de habla hispana que te contará la historia y detalles del lugar.

Esta excursión a Abu Simbel comienza bien temprano, alrededor de las 3 o 4 de la madrugada, cuando pasarán a recogerte por tu hotel en la ciudad de Aswan en una furgoneta o autobús climatizado. La idea del madrugón es evitar el intenso calor de las horas del mediodía, algo que de seguro agradecerás. Además, de camino a Abu Simbel podrás presenciar un mágico amanecer sobre el desierto.

La visita guiada dura 2 horas y te llevará a recorrer cada rincón de los templos, conocer la historia del lugar y curiosidades. La hora de regreso a Aswan está pactada para alrededor del medio día, por lo que tendrás tiempo para seguir recorriendo esta turística ciudad egipcia.

También puedes contratar esta excursión de 2 días a Abu Simbel que incluye un espectáculo nocturno en el cual los templos se iluminan y musicalizan con diversas proyecciones que cuentan la historia del Antiguo Egipto. La excursión incluye, además del traslado, el guía y las entradas a los templos, el espectáculo nocturno y el alojamiento en un hotel cercano a Abu Simbel, con cena y desayuno.

Esta excursión de Egipto al completo + Lago Nasser, 11 días con todo incluido es una maravilla. La misma realiza un itinerario imperdible por las joyas arqueológicas y ciudades más importantes del país, incluido Abu Simbel. Es una excelente opción para los viajeros que no quieren preocuparse por nada, más que disfrutar de la experiencia de viajar por este país increíble.

Igual de completo es este tour de Egipto al completo, 8 días con todo incluido. Al igual que el anterior, incluye una visita a Abu Simbel y la mayoría de las ciudades, pirámides y templos más famosos de Egipto.

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En barco

Otra manera muy interesante de conocer Abu Simbel es en el marco de un crucero por el río Nilo. El punto de partida puede ser tanto la ciudad de Lúxor como Aswan. Por ejemplo, con este Crucero por el Nilo de 4 noches de Lúxor a Asuán podrás conocer ciudades y yacimientos arqueológicos y combinar de manera opcional con una visita a Abu Simbel.

También tienes este Crucero de 4 días por el lago Nasser, que ya tiene incluido dentro de su itinerario la visita a los templos. Con este itinerario podrás conocer otros templos nubios situados en el Lago Nasser que también fueron rescatados por la UNESCO.

En transporte público

Para llegar a Abu Simbel en transporte público sí o sí tendrás que estar el día anterior en la ciudad de Aswan. La ventaja de ir de esta manera es que cuando llegues al lugar podrás disfrutar de los templos sin tantas aglomeraciones, puesto que la mayoría de los tours organizados ya se habrán marchado. La desventaja es que será mucho más cansador y la luz no será la mejor para hacer fotos. En todo caso, no está mal considerar la opción y analizar si es lo que deseas hacer o no.

A 5 km del centro de Aswan se encuentra la estación de buses. El horario de salida es a las 8 am y de regreso a la 1 pm. Ten en cuenta que el viaje dura unas 4 horas, por lo que no tendrás demasiado tiempo para recorrer los templos. Otra cosa que tienes que considerar es que el bus te dejará en el pueblo y que desde allí tendrás que buscar un traslado a la zona de los templos.

Para que puedas hacer la visita a los templos como debe ser, lo más recomendable es pasar la noche en alguno de los hoteles de Abu Simbel o coger una de las furgonetas que salen desde la plaza del pueblo. Las mismas regresan a Aswan conforme se van llenando los cupos. En ese caso, el hecho de ir en transporte público sí tiene más sentido. Caso contrario, será una carrera a contrarreloj que no disfrutarás.

Otro detalle a tener en cuenta si vas por tu cuenta, es que no suele haber guías en la entrada de los templos. Si lees nuestra guía de viaje no tendrás problemas porque conocerás la historia del lugar. Como sea, tendrás que documentarte previamente si quieres saber qué estás viendo.

¿Qué ver en Abu Simbel?

Como ya sabes, el complejo arqueológico de Abu Simbel se encuentra conformado por dos templos. Luego de que el guía turístico te de la información sobre ellos, tendrás tiempo para recorrer ambas construcciones por tu cuenta y sacar todas las fotografías que desees.

Pero, antes te recomendamos tomarte el tiempo necesario para admirar los templos por fuera y prestar atención a los detalles. Después de todo, es un lugar único que afortunadamente se preserva en muy buen estado. El hecho de que los templos hayan permanecido tantos siglos sepultados bajo la arena contribuyó mucho a su conservación.

Tampoco dejes de acercarte al Lago Nasser, punto desde el cual se pueden tomar fotos a las distancia de los templos de Abu Simbel.

El Gran Templo

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El Gran Templo o Templo de Ramsés II se alza imponente alcanzando 30 metros de alto y 35 de largo. En cuanto estés frente a él, lo primero que captará tu atención son los enormes colosos sentados que flanquean la entrada, dos a cada lado. Cada uno mide unos 20 metros (son las más grandes que se conservan del Antiguo Egipto) y representan a Ramsés II en su trono, vigilando atentamente todo el Valle del Nilo.

Como te contamos antes, este templo se encuentra dedicado a las tres deidades creadoras y supremas del Antiguo Egipto: Ra-Horakthi, Amón y Ptah. Pero, también aparece divinizado el propio faraón (algo que era bastante habitual en aquellos tiempos).

Un detalle es que una de las coronas de Ramsés se dañó durante un terremoto, por lo que la parte superior permanece en el suelo, frente al templo.

Debajo de estas enormes figuras hay estatuas más pequeñas que representan a los enemigos conquistados por el faraón (los nubios, los libios y los hititas). También hay otras estatuas que muestran a los miembros de la familia real, al dios Ra-Horajti y algunos símbolos de poder.

Luego de admirar esta espectacular fachada, podrás acceder al interior del templo y seguir maravillándote. El mismo penetra más de 56 metros dentro del acantilado y cuenta con tres salas elevadas.

El interior del templo

La Sala Hipóstila es quizá la más impresionante de todas. Allí se aprecian ocho estatuas de 9 metros adosadas a los pilares que muestran a Ramsés deificado, en este caso representando al dios del inframundo, Osiris. Las paredes de los costados están adornadas con bajorrelieves que muestran la batalla de Qadesh y otras campañas militares llevadas a cabo por el faraón.

Luego, hay una sala más pequeña en donde está representada Nefertari sentada en una barca junto a otras divinidades.

La última sala es el Santuario, otra de las visitas imperdibles del Gran Templo. Allí se ven las estatuas de las deidades Ra-Horajti, Amón y, por supuesto, Ramsés II, que en dos momentos concretos del año quedan iluminados por el sol. Recuerda que la única que no se ilumina es la del dios Ptah.

Templo Menor

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También conocido como Templo de la Reina Nefertari, se encuentra situado a 150 metros del Gran Templo. Como ya sabes, fue esculpido por el faraón para rendir culto a su esposa favorita y a la diosa del amor y la belleza: Hathor.

La fachada del Templo Menor también es una obra de arte digna de admiración. Allí se lucen cuatro estatuas del rey Ramsés y dos de su reina Nefertari, cada una con una altura de 10 metros. Recuerda el detalle que te contamos antes, que no era habitual que las mujeres de los faraones se vieran representadas en esculturas de las mismas dimensiones.

En el interior del templo también se pueden visitar tres salas: la Sala Hipóstila, el Vestíbulo y el Santuario. En la segunda se los ve al rey y a la reina delante de la diosa Hathor, mientras que el la última aparece esta deidad con cabeza de vaca protegiendo al faraón.

Consejos para visitar Abu Simbel

Si luego de leer todo esto te han dado ganas de visitar Abu Simbel, toma nota de todos los consejos que te daremos a continuación.

  • Recuerda que las excursiones desde Aswan a Abu Simbel salen por la madrugada y que el viaje al recinto arqueológico demora unas 4 horas, por lo que puedes aprovechar el traslado para descansar un poco.
  • Lo más seguro es que cuando llegues a los templos haya bastante gente, puesto que los contingentes turísticos se organizan para estar temprano por el intenso calor. Además, en las primeras horas de la jornada los templos reciben la luz directa del sol y adquieren ese color rojizo que tanta magia les da.
  • Un tip para evitar las muchedumbres es no visitar el Gran Templo primero, sino ir al Templo Menor. De ese modo, podrás disfrutar de ambos con relativa tranquilidad, ya que lo habitual es que la gente comience primero por el de Ramsés y luego por el de Nefertari.
  • Otro tip importante es que evites hacer la excursión los días viernes y sábado, que es cuando mayor cantidad de visitantes encontrarás.
  • Un detalle no menor a tener en cuenta a la hora de visitar Abu Simbel es que allí te encontrarás frente a un clima desértico puro. Durante el verano la temperatura puede superar fácilmente los 40°C, mientras que en invierno rondan los 20°C. Por las noches, las temperaturas bajan un promedio de 15 grados, pero nunca llegan a producirse heladas. En verano puede hacer alrededor de 25°C y en invierno unos 10°C.
  • Por ende, para visitar Abu Simbel hay que extremar los cuidados frente a la intensa radiación solar. Es decir, deberás tener a mano suficiente agua, bloqueador solar, gafas de sol y un gorro o sombrero que te proteja la cabeza. Si vas a viajar a Egipto entre los meses de abril a octubre, es fundamental usar prendas claras y transpirables.
  • No olvides llevar algo para comer, puesto que los traslados son largos y lo más seguro es que tengas hambre. Los frutos secos y las galletas son una buena opción. Otra cosa que sí o sí tienes que tener a mano es tu pasaporte, ya que durante el recorrido suele haber controles policiales que exigen mostrar la documentación.

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¿Cuánto sale la entrada a Abu Simbel?

Los precios de las entradas a Abu Simbel son los siguientes:

  • 255 libras egipcias para adultos (8,53 USD).
  • 133 libras egipcias (4,45 USD) para estudiantes y niños de 2 a 12 años.
  • Si deseas hacer fotos dentro de los templos tendrás que pagar 300 libras adicionales (10,02 USD) y 20 por usar un trípode (0,67 USD).
  • El espectáculo de luz y sonido tiene un costo de 300 libras para adultos (10,02 USD) y 200 para niños de 6 a 12 años (6,69 USD).

Ten en cuenta que existe una única taquilla en la entrada a los templos y que los pagos se pueden realizar únicamente en efectivo.

El horario de visita a los templos Abu Simbel es de 5 am a 6 pm, todos los días de la semana. Por su parte, el espectáculo de luz y sonido tiene lugar a las 7 pm de domingo a jueves y de viernes a sábados a las 8 pm.

Este último es una experiencia que vale mucho la pena. A través de una mezcla de luces láser y sonidos se realiza una recreación de cómo era el templo cuando se inauguró. También hace un recorrido completo por su historia. El idioma depende de los visitantes, pero si es en uno diferente al castellano te darán un auricular que te permitirá escucharlo en tu lengua.

Mapa de Abu Simbel

Como de costumbre, nos despedimos con un mapa de Abu Simbel. Esperamos que hayas disfrutado de este recorrido por uno de los atractivos más importantes de Egipto. Este país esconde una cantidad incontable de tesoros y hoy te presentamos uno de ellos. En los días siguientes te iremos mostrando muchos más, de manera que puedas hacer un recorrido completo por Egipto. ¡Nos vemos en el próximo destino!

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Créditos fotográficos

- [Nombre de a foto según banco de imágenes] ([url de donde la encontramos]), por [Nombre del autor] / CC BY ([url de la licencia])

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