Qué ver en la Bretaña francesa en 5 días

Saber qué ver en la Bretaña francesa será más fácil después de que revises esta guía viajera por esta interesante región en Francia.

Cuando hablamos de Francia nos vienen a la mente esos lugares llenos de historia y tradición. De hecho, la mayoría tiene a París como el principal destino que puedes visitar en el país. Sin embargo, la realidad es que Francia goza de ciudades y pueblos que parecen sacados de una película o novela cursi. Tal es el caso de la región de Bretaña, que ofrece llamativos paisajes gracias a sus imponentes castillos.

Por lo anterior, te presentaremos una guía viajera de lo que podrás ver en Bretaña, también llamada como Bretaña francesa para no confundirla con Gran Bretaña. Aunque la región tiene distintas poblaciones repartidas en sus cuatro departamentos, en esta ocasión te llevaremos a dar un recorrido de cinco días por los pueblos que son los considerados como los más bonitos de Bretaña. Por ello, no te despegues de este artículo para que descubras todo lo que podrás ver en Bretaña en cinco días. ¿Estás listo?

¿Qué encontrarás en este artículo?

¿Qué hacer en Bretaña?

Como te comentamos, esta guía ofrece un itinerario de cinco días por los pueblos más bonitos que hay para ver en Bretaña. Cada día haremos una parada en dos ciudades, mientras que en la recta final, será uno diario. Nuestro viaje consistirá en recorrer los pueblos de Rennes, Dol-de- Bretagne, Cancale, Dinard, Saint- Malo, Dinan, Josselin y Pontivy. ¿Estás listo?

Día uno: recorrido por Rennes y Dol-de- Bretagne

Rennes

Para empezar tu aventura por Bretaña, iniciaremos la travesía en el pueblo de Rennes, capital de Bretaña. Este bonito destino destaca por calles adoquinadas y su gran número de casas estilo medieval. De hecho, se tiene registro de que hay 286 casas con este corte.

Por ello, lo más llamativo del pueblo es recorrer su centro histórico, pasando por las avenidas Saint-Michel, Saint-George, du Champ-Jacquet, de Chapitre, de Damesp y Saint-Yves. Además, puedes aprovechar tu estancia y visitar la catedral de la localidad, la cual tiene elementos clásicos y romanos que llaman la atención por su belleza.

Tu visita al pueblo no puede estar completa sin visitar la Portes Mordelaises, que servía como puerta de entrada a Rennes. También puedes echar un vistazo al Parque Thabor.

Otro día con más calma, y que sea exclusivo para Rennes, puedes recorrer las orillas del río La Vilaine, conocer el Museo de Bellas Artes o pasar al centro cultural Les Champs Libres.

Una de las ventajas que tiene Rennes es su conexión a otras ciudades gracias a sus diferentes medios de transporte. En este caso, el más usado es el tren, por lo que podrás trasladarte fácilmente a nuestro siguiente destino. Toma en cuenta que Rennes cuenta con su propio aeropuerto, ubicado a siete kilómetros del centro de la ciudad. También puedes rentar un automóvil para moverte rápidamente.

Dol-de- Bretagne

Después de pasar un par de horas en Rennes, otro lugar que podrás ver en Bretaña es la ciudad de Dol-de- Bretagne. Este destino está a 45 minutos de distancia de Rennes en auto o autobús, por lo que no tomará mucho tiempo en cambiar de ciudad.

Dol-de- Bretagne es una parada obligatoria para hacer turismo religioso. De hecho, esta localidad fue la capital religiosa del rey Nominoë durante el siglo IX, por lo que podrás visitar diferentes iglesias llenas de historia y elementos llamativos. Hablando de esto, una de las características que más sobresale de los templos de Dol-de- Bretagne es su estilo gótico bretón que está presente en su imponente catedral.

Por ello, no dejes de visitar la principal iglesia de Dol-de- Bretagne durante tu visita. También puedes maravillarte de los otros edificios que tienen un estilo impecable en su arquitectura. En este caso, te recomendamos recorrer la Grande-Rue-des-Stuarts, en donde encontrarás diferentes edificios con fachadas y diseños impresionantes.

En Dol-de- Bretagne pasaremos la noche para descansar y partir a nuestro siguiente destino. Por ello, puedes hospedarte en alguno de los hoteles que ofrecen una habitación económica sin perder el estilo y la comodidad. Por ejemplo, puedes quedarte en el “Chanoine Boursier”, el “Studio centre ville” o en el “Chez Marie et Jean François”. Además, están muy cerca del centro de la ciudad, por lo que podrás recorrer fácilmente todo el camino y volver a tu habitación.

Día 2: caminata por Cancale y Dinard

Cancale

Siguiendo por nuestro recorrido por los lugares que hay para ver en Bretaña, toca el turno del pueblo de Cancale, en cual está ubicado a 24 minutos en auto de Dol-de- Bretagne. Si prefieres tomar el autobús, tardarás cerca de una hora en llegar.

Una vez en la ciudad, tendrás que prepararte para relajarte en sus playas y disfrutar de las vistas de la Costa Esmeralda. Incluso, podrás disfrutar de la bahía. Por ello, te recomendamos salir a primera hora de Dol-de- Bretagne para llegar temprano a Cancale y disfrutar del clima cálido y el agua fresca. No obstante, en caso de que la marea esté baja y no puedas nadar, podrás ver los criaderos de ostras, producto muy popular y delicioso de la ciudad.

Una de las playas más populares de Cancale es la Plage du Verger. Además de nadar, en esta zona podrás practicar senderismo y geocaching. Después, cuando tu viaje esté enfocado en conocer únicamente este destino, podrás visitar la Capilla del Huerto y la aduana de Daules. Incluso, puedes pasar a la laguna. No olvides probar los productos locales que encontrarás en los alrededores.

Dinard

Después de disfrutar las playas de Cancale, toca el turno de seguir con tu viaje. En este caso, tendrás que recorrer 26 minutos en auto para llegar a Dinard. No obstante, si no tienes vehículo, te recomendamos rentar uno o irte en taxi para llegar rápidamente, ya que en el transporte público podrías tardar hasta 13 horas en terminar tu viaje. Esto se debe a las múltiples paradas que hace durante el camino. Además, te sugerimos llegar alrededor de las 12:00 horas para disfrutar de los diferentes puntos turísticos que ofrece la ciudad.

Al llegar a Dinard, podrás notar que tiene un toque similar a Cancale al ofrecer calmadas y bellas playas. En este caso, lo primero que tendrás que hacer será recorrer la avenida Clair de Lune. Esta abarca el paseo marítimo, una parte de la playa de Prieuré y termina en el embarcadero de la bahía de Bec-de-la-Vallée. Durante esta caminata podrás admirar sus bellas villas del siglo XIX que se mezclan con la naturaleza y los tonos verdes de la región.

Otro lugar que puedes ver en Dinard es el emblemático edificio de la Villa Les Roches Brunes. Este bonito lugar ofrece presentaciones culturales y vistas increíbles. De hecho, puedes pasar a la terraza para admirar la Costa Esmeralda y sentir que estás flotando, ya que esta sección parece que está suspendida sobre las olas. Si eres amante del cine, no dudes en visitar la estatua en honor al director Alfred Hitchcock. De hecho, el director tenía un vínculo muy especial con esta ciudad. En primer lugar, se inspiró en las casas de esta región para decorar la vivienda de Psicosis. Además una escena de Los Pájaros se filmó en Dinard.

También puedes pasar al Parque de Port Breton, el cual ofrece increíbles vistas a la playa de Prieuré. El parque cuenta con 23 hectáreas de bosque, por lo que es un buen punto para caminar y relajarse entre la naturaleza. Incluso, el parque tiene una sección familiar para conocer la fauna de la región.

Si después prefieres pasar más días en Dinard, no olvides visitar el mercado cubierto, la Isla de Cézembre, el sendero de la Aduana y sus playas más importantes.

Día 3: visita a Saint- Malo y Dinan

Saint- Malo

Después de dejar Dinard, toca el turno de pasar un rato agradable por Saint- Malo, el cual está a 22 minutos de distancia en automóvil particular o 34 minutos en autobús.

Esta bonita ciudad también goza de una atractiva costa. De hecho, esta villa tuvo un papel histórico muy importante, gracias a los navegantes y corsarios que nacieron aquí, incluyendo a Jacques Cartier, el responsable de descubrir Canadá. Por ello, durante tu visita notarás que la villa conserva ese aire de grandeza histórica y amabilidad.

En tu medio día en la ciudad, puedes recorrer la plaza Chateaubriand, que reúne hoteles, restaurantes y el casco antiguo de la región. Incluso, en el otro extremo de la plaza podrás encontrar el popular castillo de Saint-Malo con su Museo de Historia. Si quieres seguir caminando por la villa, puedes recorrer el casco antiguo para ver la catedral de San Vicente y sus tiendas de artesanías y antigüedades.

Otro lugar que puedes visitar durante tu estancia en Saint- Malo es el Gran Acuario. En este espacio podrás conocer más de 600 especies marinas que habitan en las profundidades y los manglares. Lo que más llama la atención del acuario es su enorme tanque de tiburones. También hay una gran sala con tortugas. Incluso, el acuario tiene un enorme submarino llamado Nautibus que te puede llevar de paseo por el agua. Toma en cuenta que el acuario está abierto todos los días de 10:00 a 18:00 horas. Además, la entrada tiene un costo de 18, 50 euros para adultos y 13, 50 euros para niños de 4 a 12 años. También puedes preguntar por los eventos especiales y artículos exclusivos para hacer más dinámica tu visita.

Antes de partir de Saint-Malo, no olvides probar las famosas creps y las galettes en el casco antiguo de la ciudad. Ambas son preparaciones dulces que están rellenas con opciones dulces o saladas. Por ejemplo, las creps pueden estar rellenas de mermelada o azúcar, mientras que las galettes tienen salchicha y mantequilla.

Dinan

A 32 minutos de Saint- Malo podremos encontrar la ciudad de Dinan, tu siguiente parada en el tercer día por los lugares que hay para ver en Bretaña. Este destino es una bella localidad medieval que ofrece diferentes aventuras para todos los gustos.

Al llegar, podrás notar sus bellas casas con detalles en madera que contrastan con los edificios con influencias bizantinas, persas y romanas, principalmente la bella basílica de Saint-Sauveur. Además del templo, puedes hacer un recorrido por el casco histórico y disfrutar de los edificios y murallas originales de la Edad Media. Asimismo, puedes hacer una caminata por la rue du jerzual, una de las avenidas más importantes y antiguas de la ciudad. De hecho, esta era la única que existía en esa época, por lo que era la puerta de entrada y salida de toda la mercancía y para los mismos visitantes. Asimismo, en esta calle vivían los artesanos y mercaderes más ricos e importantes de la ciudad. Por ello, podrás admirar su trabajo en algunas de las fachadas de las casas.

Si quieres ver todo el paisaje, puedes visitar la Torre del Reloj y ver desde arriba la villa a 46 metros de altura. De hecho, actualmente solo quedan dos torres de reloj en Bretaña y una de ellas es esta. También puedes visitar la Basílica de San Salvador, que tiene un campanario con una altura de 60 metros, lo que lo convirtió en el punto más alto de la villa. Finalmente, otro sitio que tienes que conocer durante tu estancia en Dinan es el Vieux Pont que está sobre el río Rance, en la parte baja de la ciudad.

Día 4: de paseo por Josselin

Nuestro viaje ahora nos llevará a Josselin, localidad situada a una hora con 15 minutos en auto de Dinan. Debido al tiempo en que tardarás en trasladarte, le daremos un día completo a Josselin para disfrutar de sus maravillas. Uno de los elementos más importantes y sobresalientes del pueblo es su castillo, considerado como uno de los más bonitos e interesantes de Bretaña.

Lo primero que puedes hacer en Josselin es recorrer el centro de la villa. En este punto podrás admirar las casas que datan del siglo XI y que aún conservan sus acabados de madera y piedra. Por ello, tienes que visitar el barrio de Sainte-Croix para conocer todos los edificios y viviendas antiguas.

Posteriormente, tendrás que dirigirte al castillo de Josselin para sentirte parte de la historia de la villa. Incluso, antes de entrar, puedes admirar y caminar por sus jardines que tienen elementos franceses e ingleses. Asimismo, la fachada del mismo castillo es otro elemento lleno de historia, ya que tiene elementos originales del siglo XIV.

Una vez dentro del castillo, te darás cuenta de que, a diferencia de otros espacios, este lugar sigue habitado por la realeza. En este caso, se trata de la familia del duque Alain de Rohan, quien en el siglo XIX ordenó restaurar y remodelar el castillo para hacerlo su vivienda permanente. Así, hoy en día hay familiares del duque que siguen viviendo en el castillo. Sin embargo, debido a su importancia histórica y cultural, la familia permite la entrada a su casa.

Por esta razón, los visitantes solo pueden conocer la planta inferior del castillo, en donde se encuentran el comedor, la antecámara, el gran salón y la biblioteca. Asimismo, toma en cuenta que el horario y el tiempo de las visitas son limitados para no molestar a los propietarios. Por ello, el castillo abre sus puertas del 1 de abril al 31 de octubre, de 14:00 a 18:00 horas. El tour sin guía tiene un costo general de 10,80 euros, mientras que el recorrido con guía tiene un valor de 14,80 euros.

Al lado del castillo está el Museo de muñecas y juguetes. La colección cuenta con más de 5 mil piezas que se han encontrado con el paso de los años. De hecho, las primeras piezas provienen del desván del Castillo, cuando Antoinette de Rohan los encontró hace más de 30 años. Posteriormente, se reunieron más piezas para inaugurar el museo. Incluso, es considerada como la colección privada de muñecas y juguetes más importante en Francia.

Otro sitio en Josselin que tienes que conocer es el río Oust, que cuenta con una experiencia auditiva para conocer el pasado de este lugar. Incluso, hay grabaciones que narran la historia, los elementos de flora y fauna que componen el río y hasta historias sobre las lavanderas que llegaban a este lugar.

Ya que pasarás la noche en Josselin, lo mejor será quedarse en un hotel cerca al castillo para aprovechar al máximo el tiempo. Para ello, puedes escoger el Logis Hotel du Chateau. No olvides probar la cocina local.

Día 5: fin del camino en Pontivy

Finalmente, terminamos el viaje por los pueblos más bonitos que hay para ver en Bretaña visitando Pontivy. Este destino está ubicado a 35 minutos de Josselin en automóvil y a 48 minutos en autobús, por lo que no tendrás que preocuparte por el tiempo de traslado. Pontivy, al igual que todos los pueblos que recorriste, tiene un bello encanto medieval gracias a su castillo y callejuelas que conservan sus fachadas de piedra y madera.

En este caso, el primer lugar que puedes visitar es el castillo. Este fue construido por la familia de los duques de Rohan en el siglo XV y es uno de los escenarios más importantes para la historia de la villa. Además, es uno de los últimos castillos fortificados en la Bretaña francesa. El recorrido puede hacerse en dos partes, visitando primero la parte exterior y luego la interior, ya que ambas zonas están llenas de historia. Asimismo, te recomendamos hacer el tour con uno de los guías del castillo para que te explique cada habitación.

Durante tu visita podrás apreciar el patio, las galerías, torres, capilla y la terraza de artillería. Además, los guías podrán contarte qué hay detrás de los salones y de las habitaciones que permanecen cerradas. Toma en cuenta que las visitas son limitadas, por lo que tienes que hacer una reservación para obtener un lugar y poder entrar al castillo. Asimismo, tienes que revisar la página oficial para saber si hay alguna remodelación en curso que pueda cancelar tu visita.

Durante tu estancia no olvides recorrer el barrio medieval para conocer las casas que fueron construidas en los siglos XV y XVII. También puedes pasar por el barrio Napoleónico que fue construido por el propio emperador. De hecho, la villa de Pontivy llevaba el nombre de ‘Napoleonville’ porque era parte del imperio de Napoleón. En este caso, el barrio imperial contrasta notablemente con el barrio medieval. A diferencia de las casas de madera y callejuelas, el barrio Napoleónico tiene calles más anchas y rectas para mejorar el flujo y la comunicación con la villa.

Lo que más llama la atención del barrio Napoleónico es la impresionante iglesia imperial de San José. Por ello, no dudes en visitarla durante tu estancia.