¿Planeas hacer una visita al País Vasco? ¿Quieres conocer un sitio que concentre atractivos históricos, naturales y buena gastronomía? Tenemos la respuesta adecuada: Fuenterrabía. Este pueblo pesquero es una de las paradas más atractivas del País Vasco y un destino en donde encontrarás un conservado casco antiguo, un ambiente relajado y comida fantástica. ¿Quieres saber más? Quédate con nosotros porque tenemos mucho para mostrarte.
Fuenterrabía (Hondarribia en vasco) es la última ciudad del norte de España con la que te toparás antes de llegar a Francia. El río Bidasoa en sus últimos kilómetros marca la frontera con el país vecino. Si bien se lo considera como un pueblo, lo cierto es que es una ciudad pequeña rodeada de murallas y llena de callejuelas con casitas propias del País Vasco. Además, su oferta gastronómica es un verdadero lujo para el viajero, ya que alberga algunos de los mejores bares y restaurantes de la región. En definitiva, sobran los motivos por los cuales deberías visitar Fuenterrabía.
Este colorido y animado pueblo pesquero es un placer para los ojos y para el estómago. Sin embargo, quizá pocos saben que esto no siempre fue así. Por su ubicación estratégica, fronteriza y marítima, Fuenterrabía ha estado involucrada en muchos conflictos nacionales e internacionales. Su título de ciudad se lo ganó en el siglo XVII, tras vencer a los franceses luego de un largo período de enfrentamientos.
Hoy en día, además de poseer una impresionante escena gastronómica, Fuenterrabía cuenta con un casco histórico rodeado de una muralla medieval, perfectamente conservado. Tras las únicas murallas de la provincia de Guipúzcoa se esconden hermosas casas de estilo vasco, con los característicos balcones de madera pintados en diferentes colores. A ello se suman un buen número de edificios barrocos y un laberinto de estrechas calles adoquinadas que hacen que caminar por allí sea un verdadero placer.
Fuenterrabía es un destino para aquellos viajeros que buscan tranquilidad, pero sin aburrirse. Su oferta turística es de lo más completa, tal como irás descubriendo a lo largo del artículo.
¿Dónde se encuentra Fuenterrabía?
Antes de conocer cada lugar es importante ubicarse en el mapa. Fuenterrabía se encuentra en el norte de España, más precisamente en el extremo noreste de la provincia de Guipúzcoa y sobre la bahía de Txingudi. Unos 20 km la separan de San Sebastián, la capital provincial. Su custodio es el mítico Monte Jaizkibel, el cual corre paralelo al Cantábrico y asomándose en una costa accidentada, llena de acantilados y pequeñas calas que te dejarán sin aliento.
¿Qué ver y hacer en Fuenterrabía?
Fuenterrabía es una ciudad que invita a recorrerla por completo. De uno de sus lados encontrarás el espectacular recinto amurallado, del que aún se conservan algunos restos y muchos atractivos culturales e históricos. Del otro lado, extramuros, te encontrarás con una cara profundamente marinera de la ciudad. Allí se aprecia una arquitectura popular llena de casas de colores que contrastan con las calles empedradas y las antiguas casonas de piedra. Vigilándolo todo, aparece el castillo de Carlos V, junto al cual se encuentran la plaza de Armas y la iglesia mayor.
Como verás, hay mucho que ver y hacer. Por eso, a continuación te presentamos una selección de los mejores atractivos turísticos de Fuenterrabía. Las opciones van desde un agradable paseo por su casco histórico, hasta una rica comida y un recorrido por sus alrededores. Todo lo que necesitas saber sobre el turismo en Fuenterrabía lo encontrarás aquí, así que toma nota y comienza a planificar tu visita.
Las murallas de la ciudad
Prueba más concreta del origen medieval de la villa no encontrarás. Como seguramente sabes, España cuenta con abundantes vestigios de murallas y castillos bien conservados. Si analizamos el país, posiblemente las murallas de Fuenterrabía sean las menos conocidas, pero una de las más impresionantes que podemos encontrar.
Las gruesas y altas murallas de Fuenterrabía fueron construidas con piedra caliza de Jaizkibel y desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVIII cumplieron funciones defensivas. Gracias a ellas, tesoros como el Cubo de Santa María, la Fortificación de San Nicolás, el Baluarte de la Reina y el Bastión de Santiago han logrado conservarse a pesar de las batallas y el paso del tiempo.
También, se mantienen las enormes cortinas que unen los baluartes de San Felipe y de la Reina, y las que unen este último con el de San Nicolás. La puerta de San Nicolás, situada cerca del baluarte que lleva su mismo nombre, es otro claro ejemplo de conservación. Sin embargo, muchas de las fortificaciones que rodeaban la ciudad se perdieron en 1794, como consecuencia de la Guerra de la Convención.
Una de las mejores maneras de descubrir este rincón de la ciudad es dando un paseo por el foso de la muralla, desde donde se puede apreciar el conjunto fortificado con sus baluartes, cubos y puertas. Al mismo tiempo, podrás ver las huellas de los conflictos bélicos a los cuales debió hacer frente.
Puertas de la ciudad
Como parte de las murallas de Fuenterrabía se conservan las dos puertas de acceso al recinto amurallado: la Puerta de Santa María y la Puerta de San Nicolás.
La Puerta de Santa María se componía de un puente levadizo, cuerpos de guardia y el foso. Del conjunto se conserva el edificio del cuerpo de guardia, el llamado Cubo de Santa María y un escudo de la ciudad ubicado en el arco que hay sobre ella, el cual data del año 1694. Por encima de él, verás un reloj de sol también en buen estado.
Un poco antes del arco de la Puerta de Santa María, encontrarás la famosa escultura del Hachero, una figura emblemática de la villa. La misma representa a un zapador, es decir, un soldado que facilitaba al resto de las tropas los accesos durante las batallas.
¿Sabías qué? En julio de 1638 las tropas del Rey Luis XIII cercaron la ciudad, en el marco de la Guerra de los Treinta Años. Lo que no esperaron, fue encontrarse con la devoción de los sitiados hacia la Virgen de Guadalupe, a quien prometieron hacer una procesión todos los años a su santuario si los ayudaba a resistir. Tras 69 días de enfrentamiento, los franceses se rindieron y levantaron el asedio. Desde ese entonces, cada 8 de septiembre se conmemora esta victoria con una serie de actos en honor a su patrona. El popular desfile llamado El Alarde de Hondarribia, es realizado por los Hacheros, quienes visten con su peculiar vestimenta y llevan las herramientas propias de su función.
Por otro lado, tenemos la Puerta de San Nicolás (que en realidad son dos). La más antigua del recinto medieval es un arco sencillo ubicado al final de la calle San Nicolás. La más reciente data del siglo XVI, época en la que contaba con un puente que salvaba la altura existente entre la puerta y el foso. Hoy en día, fue reemplazado por un puente peatonal moderno desde el cual se obtienen buenas vistas de la muralla, especialmente del baluarte del siglo XVI, uno de los que mejor conserva su aspecto original.
Casco histórico de Fuenterrabía
Dentro de las murallas de Fuenterrabía aparece el bien conservado casco histórico, que ha sido declarado Conjunto Monumental. En su interior, las estrechas y empedradas callecitas contienen bellos edificios con balcones de hierro forjado que hacen un paseo muy agradable. Mientras tanto, en lo alto de un promontorio se aprecia el Castillo de Carlos V, junto a la emblemática Plaza de Armas y la iglesia parroquial.
Calle Mayor y palacios destacados
Desde la Puerta de Santa María accederás a la Kale Nagusia (Calle Mayor), que reúne algunos de los edificios más bonitos del casco antiguo. A medida que recorras su bello empedrado irás descubriendo las coloridas casas con aleros, balcones de hierro forjado y escudos. Destaca de manera especial la Casa Consistorial, un edificio barroco construido en el siglo XVIII (entre 1731 y 1740); el Palacio de Casadevante, del siglo XVII y el Palacio de Zuloaga, también de estilo barroco, construido en el siglo XVIII. Este último alberga la biblioteca municipal y el archivo histórico. Por su parte, el Palacio de Casadevante acoge el Hotel Pampinot.
Calle San Nicolás y Plaza Guipúzcoa
La calle de San Nicolás es otra de las más famosas de Fuenterrabía. Al igual que la Calle Mayor, está repleta de hermosas y coloridas casas, entre las que sobresale la Mugarretenea, construida en el siglo XVI. Si continúas por esta calle llegarás a la bella Plaza de Guipúzcoa, la cual fue construida recientemente en aspecto medieval.
Iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano
Este antiguo templo fue construido entre los siglos XV y XVI sobre los restos de antiguas murallas y una iglesia romana. Su bella arquitectura conjuga elementos de estilo gótico con añadidos renacentistas que le dan un aire especial. La fachada que mira hacia el castillo corresponde al área más antigua del templo, en la cual destaca una hermosa portada y el primitivo escudo de la ciudad. Su campanario barroco construido en el siglo XVIII, obra de Francisco de Ibero, es otro de sus elementos sobresalientes.
¿Sabías qué? Si bien su construcción comenzó en 1474, llevó mucho más tiempo del previsto. Por aquel entonces, Castilla intentaba conquistar el Reino de Navarra lo cual hizo que la renovación de las fortificaciones medievales de Fuenterrabía fuera urgente. Eso llevó a que gran parte del material usado para la construcción de la iglesia se trasladara a las murallas. Recién en 1549 y luego de muchas batallas se dio por concluida la primera etapa de la construcción del templo.
Plaza de Armas
La Calle Mayor del casco histórico culmina en la Plaza de Armas, que desde siglos atrás es la plaza principal de Fuenterrabía. Este histórico rincón de la ciudad ha sido testigo de celebraciones, recepciones, proclamaciones, corridas de toros y otros festejos populares.
Tip viajero: la Plaza de Armas es el mejor punto de partida para perderse por las calles del casco antiguo y llegar a otros rincones destacados, como la Plaza Guipúzcoa.
Castillo de Carlos V
La Plaza de Armas está dominada por el imponente Castillo de Carlos V, que actualmente funciona como el Parador de Hondarribia. En sus orígenes fue una fortaleza construida a finales del siglo X por el Rey Sancho II de Pamplona. Por su situación privilegiada en la colina con vistas al Río Bidasoa y la Bahía de Txingudi fue clave en la defensa de la villa. Actualmente, se lo conoce con este nombre por los trabajos de restauración llevados a cabo por Carlos V en el siglo XVI.
A lo largo de su historia el Castillo de Carlos V ha visto pasar por sus estancias a muchos miembros de la Familia Real Española. Por ejemplo, en 1660 se hospedaron en el castillo la Infanta María Teresa y el futuro Rey de Francia, Luis XIV, un matrimonio clave para poner fin al largo conflicto entre Francia y España.
Las muchas batallas ocurridas en Fuentarrabía causaron estragos en el Castillo de Carlos V. Por ejemplo, a finales del siglo XVIII el edificio sufrió graves daños provocados por las tropas francesas, quedando en ruinas hasta que fue rehabilitado y transformado en Parador Nacional en 1968. Desde ese momento y hasta ahora, funciona como un hotel gestionado por el gobierno español.
Barrio de La Marina
Fuera de las murallas y casco antiguo de Fuenterrabía encontrarás el emblemático Barrio de la Marina, que mira al mar y es un destino de ocio y buen comer. Se encuentra situado junto al antiguo puerto, entre las murallas del casco antiguo y el mar, y se caracteriza por ser una zona llena de casas de estilo vasco con coloridos balcones.
El Barrio de la Marina lleva este nombre porque fue el sitio en donde vivieron durante siglos los pescadores de la villa. Por aquel entonces, la pesca costera en la bahía de Fuenterrabía se realizaba mediante pequeñas embarcaciones y representaba gran parte del sustento de la villa. La actividad estaba especializada en la pesca de anchoas y sardinas que se conservaban en salazón y se exportaban a Francia. Ya en la época bajomedieval comenzó a forjarse este barrio extramuros, que actualmente lleva el nombre de la Marina.
En la entrada del barrio encontrarás el Barco Museo Mariñel, un buque que ha sido restaurado y es un testimonio fiel del fuerte vínculo de la villa y sus habitantes con el mar. Otra de las cosas para ver en este barrio es el Paseo Butrón, que corre paralelo al río Bidasoa y desemboca en el Puerto Deportivo. Si andas con tiempo, no dudes en visitar la playa de la Bahía de Fuenterrabía, que se encuentra separada de la parte francesa (Baie du Figuier) por la desembocadura del río.
Si te gusta caminar, podrás continuar tu recorrido y llegar al puerto pesquero y el Castillo San Telmo y subir en dirección al camping Faro de Higuer. Desde allí tendrás unas vistas espectaculares del Mar Cantábrico, la costa y Hendaya.
Las calles principales del barrio son la calle de San Pedro y la Calle Santiago. La primera representa el centro neurálgico de la ciudad y corre paralela a la línea de la costa. En ella destaca su edificación más antigua: la casa Zeria, construida en el año 1575. Los coloridos balcones son otro de sus detalles característicos, que tienen su origen en la pintura que sobraba de los barcos. Por su parte, la calle Santiago es una de las calles originales del barrio (de hecho, fue la primera) y lleva este nombre porque por allí pasaban los peregrinos del Camino de Santiago.
Por otro lado, el barrio de la Marina es un sitio muy popular para salir a comer, gracias a su alta concentración de bares y restaurantes. Las calles San Pedro y Santiago deleitan al turista con un ambiente muy animado, lleno de terrazas de bares y restaurantes en donde probarás las mejores delicias de la zona.
Playa de Fuenterrabía
Fuenterrabía cuenta con una hermosa playa de casi 800 metros de longitud que se ubica en la Bahía de Txingudi, junto a la desembocadura del río. Los turistas que la visitan pueden disfrutar de un refrescante baño en las aguas del Mar Cantábrico y de una agradable caminata por su orilla.
Este arenal de carácter semiurbano suele tener un alto índice de ocupación en las épocas estivales. Esto sucede por su fácil acceso a pie, en coche o en transporte público. Su ambiente es muy familiar y sus servicios completos (aseos, vestuarios, guardavidas, parking, zonas de juegos para niños, acceso para discapacitados, bares y más). Además, en la época estival se monta una estructura en el mar con toboganes y trampolines de la cual pueden disfrutar los más pequeños. Su cercanía al casco urbano también permite que esté rodeada de establecimientos hoteleros para todos los gustos y bolsillos.
Asimismo, la playa de Fuenterrabía permite a los aficionados de los deportes acuáticos practicar piragüismo y windsurf.
Hendaya
Al otro lado del río se encuentra el pueblo francés de Hendaya. Esta localidad también se caracteriza por sus casas de estilo vasco y neo-vasco y cuenta con una pintoresca playa que atrae tanto a franceses como españoles. Por su situación fronteriza, Hendaya siempre ha sido una importante zona de comercio entre ambos países. Incluso, durante la Guerra Civil Española acogió a muchos de los españoles que huían de la violencia.
Hoy en día, Hendaya se ha convertido en un popular destino de veraneo gracias a sus 3 km de costa. Además, presume de atractivos históricos como el Castillo Abaddia (“Château Abbadia”) y sus características formaciones rocosas llamadas flysch, a las cuales pueden llegar mediante una serie de senderos que recorren la costa.
Visitar este pueblo francés es un buen complemento de un viaje por Fuenterrabía. En Hendaya podrás recorrer su casco histórico, el cual se encuentra junto a la estación de tren. En esta última, según cuenta la historia, se habrían reunido Francisco Franco y Adolf Hitler en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial, para discutir la participación de España en la guerra.
El centro neurálgico del casco antiguo es la Plaza de la República, la cual se caracteriza por su ambiente tranquilo y acogedor. Los miércoles por la mañana se celebra el mercado semanal y es cuando la plaza posee más vida. El resto de los días es ideal para tomar o comer algo en una de sus múltiples terrazas. Junto a ella se encuentra la Iglesia de San Vicente (Église Saint Vincent), una hermosa construcción del siglo XVI que vale la pena visitar.
Durante el verano, cientos de turistas visitan el principal atractivo de esta ciudad costera: la playa de Ondarraitz, una ensenada de casi 3 kilómetros de arena fina y dorada. A lo largo de la misma corre el paseo marítimo llamado Boulevard de la Mer, a mitad del cual se encuentra el Old Croisière Casino, un singular edificio que alberga un centro comercial construido en la misma playa.
Alineadas a la playa verás una serie de hermosas casas vascas que poseen un estilo similar a las casas vascas tradicionales, pero con un toque más moderno (de allí que se lo conoce como estilo neo-vasco).
Otro de los grandes atractivos del pueblo es la Fortaleza de Hendaya, ubicada en un escarpado acantilado. Su propietario, Antoine d’ Abbadie, creó un observatorio astronómico que contribuyó enormemente a la popularidad del lugar. El edificio sorprende por su fachada, que simula ser un castillo de la Edad Media, y por la multitud de estilos distintos que imperan en su interior, como el art nouveau y las inspiraciones orientales.
El Château Abbadia (Castillo de Hendaya) se encuentra a unos 2 km de la playa y está abierto a los visitantes. Es un espacio único, especialmente atractivo para los amantes de la arquitectura y el arte.
A su vez, puedes aprovechar para recorrer el Domaine d’Abbadia, un parque natural protegido de 64 hectáreas que rodea el Château d’Abbadia. Allí hay varios senderos que transcurren a lo largo de la costa y regalan unas vistas maravillosas de las “rocas gemelas” de Hendaya y los flysch. Para poder visitar esta zona deberás conducir unos 5 minutos desde el castillo hasta una de las entradas al parque.
Camino de la Bahía
Otra de las mejores cosas para hacer en Fuenterrabía es recorrer a pie el pintoresco Camino de la Bahía. Este sendero que transcurre paralelo al agua recorre 14 km, comenzando en el extremo este de la playa de Hendaya hasta llegar al puente que cruza a Irún. Luego, ingresa a España y atraviesa Fuenterrabía.
Desde él podrás disfrutar de hermosas vistas de la Bahía de Txingudi y Fuenterrabía, además de observar las ruinas de las murallas construidas por Vauban y varios cañones que todavía apuntan a Fuenterrabía.
Recorrido por los alrededores de Fuenterrabía
Fuenterrabía se encuentra rodeada de una inmensa belleza natural, entre los que destacan los mejores acantilados del País Vasco. Por eso, si quieres dedicar parte de tu viaje a recorrer sus encantos naturales, esta sección te será de gran ayuda.
Entre las localidades de Fuenterrabía y Pasaia, en apenas 20 km de la costa guipuzcoana, aparece el paisaje más espectacular del litoral vasco, en donde los impresionantes acantilados y el Monte Jaizkibel se llevan todos los aplausos.
El Monte Jaizkibel posee 543 metros sobre el nivel del mar que lo convierten en el segundo monte costero más alto de España. Su cercanía a la costa lo vuelve realmente único, a lo cual contribuyen sus empinados caminos y espectaculares acantilados.
En las faldas del Jaizkibel se asientan a su vez los municipios más importantes de Guipúzcoa: Fuenterrabía, Irún, Pasajes Errenteria y Lezo. Además, el monte se encuentra repleto de obras de ingeniería civil y militar. Entre ellas destacan el Santuario de Guadalupe, dos fuertes militares, enormes antenas de telecomunicaciones, cinco torreones de la última Guerra Carlista y sinuosas carreteras que no opacan la belleza natural de la zona. Los frondosos bosques terminan de configurar el paisaje, imponiéndose con su color verde en la postal del Jaizkibel.
El camino que recorre el litoral y conduce a este monte tiene como primera parada al faro Higuer, que constituye un magnífico mirador al Jaizkibel. A lo largo del trayecto, te encontrarás con un espectáculo geológico que tiene a los flysch como grandes protagonistas. Estas formaciones propias de la costa vasca alternan capas de rocas duras con otras blandas, creando un espectáculo digno de admirar. La erosión dispareja produce formas insólitas y da lugar a una rica gama de colores que va desde tonalidades anaranjadas y ocres hasta grises y rojizas.
En la ascensión al Jaizkibel te encontrarás con la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe (a 5 km de Fuenterrabía). Su construcción data del siglo XVI y, como ya sabes, está dedicada a la patrona del pueblo. Allí podrás aparcar el coche y disfrutar de hermosas vistas de la Bahía de Txingudi desde el mirador que hay junto a la ermita.
El Monte Jaizkibel también es conocido por sus cinco torreones, que fueron construidos para la defensa de Irún en la Guerra Carlista. Los mismos se disponen en línea con la cresta de la montaña y dan lugar a una agradable ruta de senderismo por la cima del monte. En la parte más elevada, a 543 metros, encontrarás el fuerte de San Enrique, también del siglo XIX.
Si deseas, podrás continuar por la carretera hacia el otro lado del monte, en donde te espera la villa portuaria de Pasajes de San Juan, donde podrás visitar la plaza de Santiago, el rincón con más historia del pequeño pueblo. Otros paseos interesantes son el faro de la Plata, el embarcadero de Ondartxo o tomar un barco y visitar el barrio histórico de Pasai San Pedro, que se encuentra del otro lado de la bahía. La particularidad de Pasajes es que su casco histórico se divide en cuatro barrios separados por una pequeña bahía. De allí que para moverse de uno a otro se utilicen habitualmente pequeños barquitos.
Ya al final del viaje, en el fondo de la bahía, te toparás con el coqueto pueblo de Lezo, otro enclave pintoresco por el que podrás dar un agradable paseo.
Rutas de senderismo y playas
El senderismo es una de las principales actividades para realizar en el Monte Jaizkibel. Esta práctica por la zona tiene siglos de antigüedad, ya que el Camino de Santiago recorre el monte de punta a punta. Aunque, la ruta jacobea no es la única opción de senderismo en el Jaizkibel.
Algunas rutas longitudinales recorren el monte, uniendo las localidades de Lezo y Pasaia (al oeste), con Fuenterrabía (al este). A su vez, otras rutas más cortas te permiten conocer parajes concretos o llegar hasta pequeñas playas y calas. También, cuentas con rutas que descienden hasta la incomunicada costa de Azabaratza. La zona cuenta con muchos hitos geológicos, entre los que destaca una gran laja de roca, la grieta de Akerregi o la roca de Zapelarri. Desde todos estos miradores naturales tendrás hermosas vistas del mar Cantábrico.
Otras actividades populares para hacer en el Jaizkibel son el running, el ciclismo, deportes acuáticos e incluso golf, gracias al Real Golf Club de San Sebastián y el Justiz Golf.
Pero, los encantos del Monte Jaizkibel aún no terminan. Por si no lo sabías, algunas de las mejores calas de la zona se esconden en su falda más pegada al mar.
Una de las más famosas es la Playa de los Frailes, a la cual se accede desde el Faro de Higer. La misma disfruta de una situación aislada entre vegetación que le da un bajo nivel de ocupación. Está rodeada por enormes acantilados que hacen que las horas de sol sean reducidas. Si te gusta el buceo, esta playa es ideal, ya que sus aguas cristalinas permiten una muy buena visibilidad.
Otra playa muy tranquila, situada al oeste del Cabo de Higer, es Errota Sein. Consiste en una playa de cantos rodados y rocas a la cual es complicado acceder y no cuenta con aparcamiento, por lo que es un lugar muy tranquilo.
Mapa de Fuenterrabía y alrededores
A fin de ayudarte a ubicarte y planear mejor tu visita por Fuenterrabía, te dejamos un mapa con muchos de los sitios mencionados en el artículo.
Gastronomía de Fuenterrabía
La gastronomía de Fuenterrabía es uno de los motivos principales por el cual muchos de los viajeros deciden visitar esta villa pesquera. De hecho, en los últimos años su escena culinaria ha crecido considerablemente gracias a la llegada de jóvenes chefs que se formaron con los mejores cocineros vascos. Hoy en día, su gastronomía compite tranquilamente con la de San Sebastián, la otra meca vasca de la comida.
En Fuenterrabía encontrarás incontables restaurantes y bares de pintxos (pinchos) asombrosos. Muchos de ellos se concentran en el barrio de la Marina, especialmente en su calle principal peatonal delineada por árboles y llena de hermosas casas y establecimientos en los que podrás comer.
¿Qué son los pinchos? Aperitivos del tamaño de un bocado, similares a las tapas, propios de los bares y tabernas de todo el País Vasco. En otras palabras, son el centro de la cultura gastronómica local, por lo que probar uno de ellos es tarea obligada si viajas a Fuenterrabía. Su nombre proviene del verbo español “pinchar”, ya que desde siempre los pintxos se sirvieron sobre un trozo de pan y atravesados por un palillo. Sin embargo, la gastronomía vasca ha evolucionado enormemente y los pintxos son cada vez más variados.
Para comer los populares pintxos tienes cientos de opciones. Lo mejor es callejear e ingresar al bar que más llame tu atención y cumplir con la tradición.
¿Cómo llegar a Fuenterrabía?
Fuenterrabía es una ciudad a la cual puedes llegar desde diferentes maneras. Lo más habitual es hacerlo en avión al aeropuerto de San Sebastián, el cual conecta principalmente con Madrid y Barcelona. Desde allí dispones de la flota de autobuses de la empresa Ekialdebus, que comunican el aeropuerto con Fuenterrabía y San Sebastián.
Si viajas en coche podrás acceder desde la autopista AP 8, mejor conocida como “Autopista del Cantábrico” que corre a lo largo de la costa norte de España. Dentro del País Vasco es una autopista de pago y pasa a ser una carretera gratuita hasta Galicia. Si vienes de la ciudad de Pamplona, el acceso puedes hacerlo por la carretera N-121, que finaliza en Irún.
Una vez en Fuenterrabía podrás dejar el coche en el aparcamiento gratuito situado frente a la Puerta de Santa María. Junto a la playa encontrarás otro parking, de pago durante los meses de verano (9 € al día).
Para ir desde Fuenterrabía a Hendaya, una buena opción es tomar un barco de la empresa Jolaski, que comunica ambas localidades en unos 10 minutos. Durante el verano los barcos salen desde las 10 am hasta la 1 am y el billete cuesta 1,80 €.
Ya lo sabes, Fuenterrabía cuenta con muchos atractivos que harán de tus vacaciones un momento especial. La pequeña villa vasca invita a recorrer su centro histórico, a comer la mejor comida de la zona y a deleitarse con sus paisajes.