La Riviera Francesa, más conocida como la Costa Azul (Côte d’Azur), es una parte del litoral mediterráneo situada en el extremo sureste de Francia y uno de los centros turísticos más importantes de este bello país europeo. Su popularidad comenzó en la segunda mitad del siglo XX, cuando muchos de sus pueblos y ciudades se convirtieron en el destino de veraneo predilecto de aristócratas y burgueses europeos.

Hoy en día, el clima suave y la belleza de la Costa Azul sigue atrayendo a turistas de igual manera. Así como Winston Churchill no pudo resistirse a sus encantos, estamos seguros de que tú tampoco lo harás. Por eso, hemos planificado un recorrido por los pueblos más bonitos de la Costa Azul.

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El litoral que engloba la Costa Azul no solo acoge playas de enorme belleza, sino también ciudades importantes como Cannes y su famoso festival o Marsella, así como pequeños pueblos medievales y marineros que conservan intacta su esencia. En ellos nos centraremos especialmente en esta guía.

Si bien no existe un límite oficial, se considera que la Costa Azul se extiende desde Toulon, Le Lavandou o Saint-Tropez hasta Menton, cerca de la frontera con Italia. También se toma a Cassis como la verdadera ciudad de inicio de la Costa Azul, muy cerca de la cual se encuentra Toulon.

¿Cómo organizar una ruta por la Costa Azul?

Francia es un país en donde alquilar un coche y moverse por cuenta propia es todo un acierto. Esta elección te da la libertad de ir parando en puntos inesperados del camino, miradores o en cualquier sitio que llame tu atención. Por eso, creemos que es la más adecuada para conocer la Costa Azul.

Para organizar un recorrido por los pueblos más bonitos de la Costa Azul de Francia se puede tomar como base alguna de sus ciudades más famosas (como Cannes o Niza, por ejemplo) y desde allí moverse en un mismo día. Aunque, también puedes ir pueblo por pueblo (tipo road trip), haciendo pausas en el camino y pasando la noche en aquellos que más te gusten. Esta última es, para nosotros, la forma más linda de recorrer la Costa Azul.

Para alquilar un coche se pueden aprovechar los aeropuertos de Marseille-Provence (Marsella) y el de Nice Côte d’Azur (Niza), que cuentan con una gran disponibilidad y precios para todos los bolsillos.

Por otro lado, hay muchas variantes para hacer la ruta. Por ejemplo, puedes dedicarte solamente a los pueblos situados en la costa, o bien hacer pequeños desvíos a las montañas para descubrir pueblos con cascos medievales amurallados. Nuevamente, creemos que esta segunda opción es más completa y emocionante.

Sea cual sea el itinerario de viajes que armes, de algo estamos seguros: no te arrepentirás de hacer un recorrido por los pueblos más bonitos de la Costa Azul. Más bien, será una de tus mejores experiencias de viaje por Francia.

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Las Corniches de la Costa Azul

Vinculado con el punto anterior, no podemos dejar de mencionar a las Corniches de la Riviera, tres carreteras que recorren la Costa Azul entre Niza y Menton, siempre bordeando el mediterráneo. Su nombre Corniche, hace referencia a los roquedales de los Alpes Marítimos, quienes literalmente descienden hasta el mar.

Las Corniches de la Costa Azul son 3: la Superior, que ofrece vistas panorámicas espectaculares; la Corniche Media o Moyenne, que corre sobre la ladera de la montaña; y la Corniche Inferior, Basse o Corniche du Litoral, que serpentea entre los diferentes pueblos costeros de la Riviera Francesa.

Por ende, las Corniches son la forma más pintoresca de recorrer la Costa Azul. Las mismas sumergen a sus visitantes en paisajes de película, zonas residenciales de la Belle Epoque, pueblos medievales colgados de las montañas y ruinas que datan de la época romana.

¿Cuáles son los pueblos más bonitos de la Costa Azul?

Para esta selección de los pueblos más bonitos de la Costa Azul hemos abarcado el área que se extiende desde Cassis hasta Menton e incluido enclaves que se ubican tanto sobre el litoral como a pocos kilómetros del mar. De ese modo, tendrás una dosis perfecta de Mediterráneo y montañas.

Sainte Agnès

Cuenta la leyenda que el nombre del pueblo (Santa Inés en español) proviene de una princesa que se refugió en una cueva del lugar durante una tormenta. Como sea, esta pequeña aldea es la más alta de la costa mediterránea (y de toda Europa).

Suspendida en medio de las montañas, se distingue por sus casas adornadas con flores y pegadas una a la otra, por sus callecitas medievales y callejones estrechos y serpenteantes. Indudablemente, Sainte-Agnès es uno de los pueblos más hermosos de la Costa Azul de Francia.

Entre los atractivos de este apacible pueblo de montañas encontramos el castillo de Sainte-Agnès, situado a 800 metros sobre el nivel del mar, en un afloramiento rocoso. Construido sobre un antiguo castro romano, todavía conserva una torre del siglo X.

Del mismo modo, vale la pena dar un paseo por el pueblo para descubrir los azulejos de la iglesia Notre-Dame-of-Neiges, la iglesia Saint-Michel de Cabrolles y el fuerte militar Sainte-Agnès situado en la ladera sur del pueblo homónimo. Por su posición fronteriza, el castillo fue clave en la defensa de la población contra los ataques italianos durante la Segunda Guerra Mundial. Al día de hoy, se mantiene como una verdadera ciudad subterránea que cuenta con una amplia red de galerías y salas bajo tierra.

Por último, si eres entusiasta de las actividades al aire libre puedes hacer una caminata a la cascada Borrigo, que nace en el Col du Verroux.

¿Dónde se ubica el pueblo de Sainte-Agnès? En el corazón de los Alpes Marítimos, a 10 km de Menton. La pequeña ciudad costera de Menton se encuentra a 15 minutos del Principado de Mónaco, a 5 de la frontera con Italia y está muy bien conectada con las principales ciudades de la Costa Azul de Francia. Niza, por ejemplo, está a 30 minutos en coche, Marsella a 2 horas y San Remo a 30 minutos.

Roquebrune Cap Martin

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Muy cerquita de Menton y Sainte-Agnès encontramos otro pueblo encantador de la Costa Azul: Roquebrune-Cap-Martin. Asentado en la falda de una colina y protegido de los vientos por el imponente Monte Agel, este precioso pueblo goza de un clima particularmente templado y terrenos fértiles que permiten el desarrollo de hermosos jardines y olivares.

El casco urbano de la época medieval está encaramado en lo alto y dominado por el torreón de un castillo del siglo X. Las calles de Roquebrune-Cap-Martin tienen mucha pendiente, pero si las caminas con calma disfrutarás del paseo. A medida que subas a la plaza del Capitán Vincent te irás encontrando con unas hermosas vistas del mar y la ciudad de Mónaco. Ve con calma y disfruta del paseo. Merece la pena.

Otras actividades son recorrer el Cabo Martin siguiendo el paseo Le Corbusier, disfrutar de magníficas playas y jardines llenos de flores. En otras palabras, Roquebrune-Cap-Martin es una villa de película en la que no podrás dejar de tomar fotografías.

Las playas de Roquebrune-Cap-Martin son de arena fina y guijarros, aunque también hay algunas bahías y calas ideales para la navegación a vela, los paseos en kayak, en buceo, esquí acuático y otras actividades.

La Turbie

A 8 km de Mónaco y a menos de 10 km de Roquebrune-Cap-Martin encontramos La Turbie. Este pueblo francés regala unas vistas privilegiadas de esta importante ciudad de la Costa Azul y es otra de las paradas que creemos, deberías hacer.

La Turbie se encuentra situada a 500 metros sobre el nivel del mar y es famosa por las hermosas panorámicas que regala del mar y los pueblos y ciudades a sus pies. Únicamente por esto ya vale la pena hacerle una visita. Pero, hay un motivo más: poder ver de cerca el Trophée d’Auguste, un monumento conmemorativo de la época romana de más de 30 metros de altura, situado en la parte alta del pueblo.

El Trofeo de Augusto fue construido en honor al Emperador Augusto de Roma en el año 6 a.C. y es uno de los sellos de identidad de La Turbie. Lo mismo sucede con su encantador centro histórico, cuyas callejuelas te harán un viaje al pasado. Por ende, caminar por ellas y detenerse a apreciar los detalles es otra de las mejores cosas que hay para hacer en la Costa Azul. Las calles de piedra de La Turbie están llenas de rincones de encanto que vale la pena descubrir.

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Éze

Éze es uno de los pueblos medievales más bonitos de la Costa Azul. Basta con poner un pie en él para quedar cautivado por su belleza.

Este pintoresco pueblo se encuentra encaramado en lo alto de un acantilado desde el cual se disfrutan de hermosas vistas hacia el Mediterráneo y la Riviera Francesa. Fácilmente accesible gracias a su emplazamiento en las Tres Corniches, Éze es un imprescindible de cualquier ruta por la Costa Azul.

Las calles estrechas y empinadas del casco urbano de Éze cuentan con bonitas galerías de arte, casas señoriales y restaurantes. El objetivo es llegar a la cima que domina el castillo del pueblo. La caminata implica un poco de esfuerzo, pero realmente vale la pena por lo hermoso de las vistas. Se dice que Nietzsche encontró la inspiración en las calles estrechas y empinadas de este pueblo para escribir Así habló Zaratustra. Después de todo, no es nada descabellado dado la belleza del lugar.

En el mismo sitio donde descansa el castillo se encuentra uno de los rincones más hermosos de Eze: un jardín repleto de plantas, esculturas de diosas de América y África y panorámicas de ensueño.

Una de las mejores cosas de Éze es que es un pueblo 100% peatonal, por lo que tendrás que aparcar el coche en la entrada y dedicarte a caminar. La plaza de Iglesia es uno de sus rincones más pintorescos, gracias a su templo del siglo XVIII que enamora por la belleza de su fachada y torre campanario con reloj incluido.

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Villefranche Sur Mer

A 5 km de Niza y comunicado por la carretera panorámica de la Corniche Superior encontramos otro de los pueblos más bonitos de la Costa Azul. La privilegiada ubicación de Villefranche Sur Mer frente al Mediterráneo y al pie de unas imponentes colinas la convirtió en uno de los puertos más importantes y fotogénicos de la región.

La villa marítima de Villefranche Sur Mer conserva también su pequeño puerto pesquero y una Ciudadela del siglo XVI, así como muchos monumentos y edificios históricos. Entre ellos podemos mencionar la iglesia de estilo barroco italiano de San Miguel y la Capilla de San Pedro decorada con escenas de pescadores pintados por el gran artista Jean Cocteau.

La Ciudadela es una auténtica joya arquitectónica y la actual sede del Ayuntamiento de Villefranche. Además, acoge un centro cultural con un museo, un auditorio y un teatro. Antes que esto, la fortificación cumplió funciones militares y fue clave en la defensa de la villa durante la época militar. De estas épocas se conservan sus calles estrechas y edificios antiguos.

Por cierto, si quieres transportarte a la época medieval, tienes que caminar por la Rue Obscure. Situada a lo largo de la primera muralla, la llamada calle oscura mide unos 130 metros y allá por el siglo XIV era la continuación del camino de ronda defensivo por el cual circulaban los militares.

Como todo enclave costero, Villefranche Sur Mer posee un animado puerto donde podrás comer deliciosos pescados y mariscos.

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Saint Paul de Vence

Otro pueblo venerado por artistas, pintores y escritores es la villa medieval amurallada de Saint Paul de Vence. Es imposible no caer rendido ante su entramado de callejuelas empedradas dispuestas en lo alto de una colina. A pocos kilómetros del mar y muy cerca de Cannes y Niza, es otra de las paradas imprescindibles de la Costa Azul de Francia.

Este refugio de artistas es considerado uno de los pueblos más bellos de Francia, en parte gracias a su entorno provenzal y también por la belleza de su casco histórico. Un paseo por esta coqueta villa es una invitación a retroceder en el tiempo.

Entre sus rincones más emblemáticos encontramos la muralla del siglo XVI, la Iglesia de Saint-Paul, el cementerio, el Torreón del antiguo Castillo del siglo XII, el Molino de Aceite, la Iglesia de los Penitentes Blancos, la Plaza de la Grande Fontaine y muchos más.

Además de todos estos sitios, Saint Paul de Vence está lleno de galerías de arte repartidas por sus calles. De hecho, llama la atención que en un lugar tan pequeño entren tantos espacios artísticos. Sin dudas, es este despliegue lo que hace tan especial a Saint Paul de Vence.

Por cierto, puedes descubrir el encanto de Cannes, Antibes y Saint Paul de Vences contratando esta excursión desde Niza: Cannes, Antibes y Saint-Paul-de-Vence.

Antibes, uno de los destinos más exclusivos de la Costa Azul.

Antibes es una aldea idílica de la Costa Azul que, al igual que Éze, fue un importante enclave comercial en épocas de antaño. Hoy, es uno de los destinos más exclusivos de la Riviera Francesa y un pueblo que tiene como principales atracciones las murallas de Vauban y las torres sarracenas que datan de la época medieval.

El pueblo de Antibes está situado entre las ciudades de Niza y Cannes y es dueño de hermosas playas bañadas por las aguas cristalinas del Mediterráneo. Las mismas son un imán para los turistas en la época estival, especialmente para quienes buscan destinos con glamour y exclusividad.

También posee un puerto lleno de barcos de lujo, un centro histórico amurallado y el Castillo Grimaldi, actual sede del Museo Picasso. En este último se exhiben decenas de obras creadas por el artista durante su estancia en este pueblo de la Costa Azul.

Una de las mejores cosas para hacer en Antibes es caminar por las calles estrechas y sinuosas llenas de tiendas, bares y restaurantes del casco histórico. También puedes hacer uso del autobús Hop-On Hop-Off, que pasa por los sitios más importantes del pueblo. Haz clic aquí para contratar: autobús turístico de Antibes.

¿Buscar un alojamiento de lujo? Lo encontrarás en la península boscosa de Cap d’Antibes, donde encontramos elegantes villas escondidas entre la vegetación. De hecho, se dice que aquí se encuentran algunos de los hoteles y villas más lujosos de Francia, rodeados de extensos parques y jardines con plantas de todo el planeta.

El acceso al pueblo de Antibes es muy sencillo, puesto que está bien comunicado con Cannes, situada a 10 km, y Niza, a 20 km. Por ende, podrás llegar sin problema desde las dos ciudades más turísticas e importantes de la Costa Azul.

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Mougins, un museo al aire libre en la Costa Azul

Picasso pasaba sus vacaciones de verano en el hotel Vaste Horizont de este hermoso pueblo. Más tarde, adquirió una propiedad junto a su esposa Jacqueline, donde finalmente falleció. Mougins, quien supo enamorar al artista malagueño, también te cautivará a ti.

No solo es uno de los más bonitos que ver en la Costa Azul, sino también uno de los más pintorescos y coquetos de la Provenza. Situado en una colina y muy cerca de Antibes, Mougins enamora gracias a sus callejuelas empedradas y empinadas flanqueadas por casas de piedra adornadas con flores, terrazas, plazas y galerías de arte.

Un paseo por la villa no puede dejar afuera la famosa estatua de la cabeza de Pablo Picasso y la Torre de la Iglesia Románica de Mougins. Desde esta última se aprecia la forma de caracol que posee el pueblo e incluso la Bahía de Cannes.

Por otro lado, Mougins sigue siendo una villa de artistas, ya que sus calles empedradas están plagadas de pequeñas galerías de arte y atelieres. Es muy habitual encontrar artistas en cada esquina creando y vendiendo sus obras, ya sean pinturas, esculturas o cualquier otro tipo de expresión artística. En la misma línea, la villa cuenta con varios museos dedicados al arte. Por ende, cualquier amante de la materia disfrutará mucho de su paseo por Mougins.

Como muchos otros pueblos de la Costa Azul, Mougins es peatonal. Eso significa que tendrás que dejar el coche en el parking gratuito que hay en la entrada de la villa. El casco urbano se sitúa en un promontorio, por lo que las calles tienen bastante pendiente. De todos modos, desde el aparcamiento hay un ascensor que facilita la llegada a la parte más alta.

Fréjus

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Seguimos recorriendo la Costa Azul y llegamos a Fréjus, un pueblo situado al sur de la cordillera del Estérel, en la confluencia de los ríos Reyran y Argens. De esta antigua colonia romana se conserva el anfiteatro, el acueducto, el faro y unas termas. Por eso, vale la pena pasear por sus calles para apreciar este rico patrimonio romano.

Una caminata por el casco histórico de Fréjus te llevará a conocer un magnífico conjunto episcopal. El mismo está formado por la catedral siglo XI, un claustro, el baptisterio (uno de los más antiguos de Francia) y el palacio episcopal. Se trata de uno de los sellos de identidad de Fréjus y un sitio digno de una visita.

Los amantes del senderismo pueden hacer una ruta por el macizo del Estérel y disfrutar de unas increíbles vistas panorámicas entre el mar y la montaña. Igual de bonitos son los muchos jardines repletos de flores y plantas de esta localidad.

En Fréjus encontramos también un atractivo bastante fuera de lo común (si consideramos que estamos en Francia). Hablamos de una de las pagodas más antiguas de Europa: Hong Hien Tû. La misma fue erigida en 1917 por soldados indochinos y es una muestra muy clara de la arquitectura budista vietnamita. Sin dudas, otro sitio interesante para descubrir en este pueblo de la Costa Azul.

Saint Tropez, un emblema de la Costa Azul

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Más que un pueblo, Saint Tropez es una pequeña ciudad costera y un ícono indiscutible de la Costa Azul, por eso no podemos dejar de mencionarlo.

Este selecto paraíso mediterráneo es frecuentado por las clases sociales más altas y en verano suele ser un hervidero de gente. A pesar de eso, Saint-Tropez conserva un encanto de lo más especial y único, con sus calles llenas de casitas de colores y un sabor a mar que recuerda sus orígenes de pueblo marinero.

Saint Tropez cuenta con hermosas playas. La Bouillabaisse, la plage de les Graniers, les Canebiers o la Moutte son algunas de las que invitan a pasar una tarde de verano.

También es interesante darse una vuelta por la zona más antigua de la ciudad para conocer rincones con encanto como la Place Aux Herbes. Situada en la zona del Puerto Viejo, esta colorida y coqueta plaza alberga el mercado de frutas y pescados por la mañana. También te sugerimos dar un paseo por el pintoresco Passage de la Poissonerie, adornado con mosaicos de motivos marinos.

El pequeño casco antiguo es otro de los sitios con más encanto de Saint Tropez. Allí verás una iglesia de estilo barroco famosa por su campanario coronado con un bonito reloj. Las callejuelas estrechas invitan a perderse y disfrutar de su ambiente tranquilo, especialmente fuera de temporada.

Tampoco dejes de acercarte a la Ciudadela de Saint Tropez del siglo XVII, actual sede del museo de Historia Marítima. Su elemento más destacado es la Torre del Homenaje, las canalizaciones y la muralla. Si te acercas a la zona donde se ubican los cañones te encontrarás con unas espectaculares vistas de la ciudad, el campanario de la iglesia, parte del puerto deportivo, el mar y la costa.

Cassis

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El pequeño pueblo de pescadores de Cassis se ubica entre los monumentos naturales del Cap (uno de los acantilados mas altos de Europa) y Les Calanques (un parque natural lleno de formaciones de piedra caliza de color blanco que contrastan con el azul del Mediterráneo). Cassis es otro de los rincones de la Costa Azul por el cual pasaron artistas, escritores, poetas y pintores que cayeron rendidos ante su belleza.

Cassis es un enclave provenzal de 7.000 habitantes cuyos orígenes se remontan a la época romana. Hoy en día, es un lugar muy tranquilo durante todo el año, excepto en plena temporada estival cuando su población aumenta con la llegada de cientos de visitantes.

El casco urbano se divide en dos zonas: la del puerto y la del interior. La primera es sumamente pintoresca y está llena de bares y restaurantes que invitan a saborear delicias locales. No dejes de probar unos sabrosos mejillones gratinados, los famosos calamares a la provenzal y el pescado a la plancha del día.

La zona del interior consta de calles estrechas y empinadas, como la de Víctor Hugo, la cual conduce a uno de los monumentos emblemáticos de Cassis: la elegante fuente de las cuatro naciones. En la parte más alta se encuentra el castillo medieval que hoy se ha convertido en un hotel de lujo. Así no te alojes, vale la pena subir hasta este punto para disfrutar de una hermosa panorámica de la bahía de Cassis.

Por si fuera poco, el pueblo es la base ideal para tomar una excursión al Parc National des Calanques, donde podrás disfrutar de un sinnúmero de actividades al aire libre. Aquí tienes dos propuestas interesantes:

Mapa con los pueblos de la Costa Azul

Es momento de despedirnos, pero antes te dejamos un mapa con los pueblos más bonitos de la Costa Azul. Explorar esta región de Francia es sin dudas una de las mejores cosas para hacer en este país europeo. Así sea verano, primavera u otoño, no dejarás de disfrutar de su magia y pueblos de película. ¡Así que no lo pienses más y comienza a planificar tu escapada a la Costa Azul!

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Créditos fotográficos

  • Roquebrune-Cap-Martin, Côte d'Azur (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Roquebrune.jpg), por Myosotismail/CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en)

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