Vamos a conocer el sitio que vio nacer al famoso compositor Amadeus Mozart: Salzburgo. La cuarta ciudad más importante de Austria es una de las más bellas de toda Europa y reúne todos los elementos que caracterizan a cualquier ciudad de postal centroeuropea. Es un sitio que transmite historia y arte en todos sus rincones, de manera especial en su hermoso y bien conservado centro histórico.
El listado con las mejores cosas para ver en Salzburgo que hemos preparado te será de gran ayuda a la hora de planear tu visita. Dicho esto, comencemos a descubrir esta bella ciudad austríaca.
Salzburgo está ubicada en el noroeste de Austria, muy cerca de la frontera con Alemania y custodiada por los Alpes Septentrionales, que se alzan imponentes a tan solo 25 km. Visitar la ciudad en un día es totalmente posible, ya que si bien tiene mucho para ver, la mayoría de sus atractivos están cerca uno del otro. De hecho, para muchos viajeros es una excursión de un día completo desde la capital alemana (Múnich), que se encuentra a 140 km.
Tu paso por Salzburgo implicará retroceder varios siglos en el tiempo. Es lo que genera esta ciudad rodeada del verde paisaje de los Alpes y algunas colinas incrustadas en pleno casco antiguo. Salzburgo es una verdadera ciudad de postal. Así lo comprobarás cuando descubras su castillo ubicado en lo alto de una pequeña colina, sus iglesias barrocas con imponentes campanarios, sus lujosos palacios y jardines y su fotogénico río. A medida que comiences a desandar las cuadras del casco antiguo comprenderás por qué la UNESCO lo declaró como Patrimonio de la Humanidad y te irás enamorando más de la ciudad.
Breve resumen de la historia de Salzburgo
Es de esperar que una ciudad con un patrimonio tan rico tenga por detrás una rica historia. Sin embargo, no nos explayaremos demasiado, simplemente te daremos algunos detalles que explican por qué es un destino tan interesante.
Para eso debemos remontarnos a la época romana, cuando Salzburgo era una simple colonia. Pero, esto comenzó a cambiar en el año 700, cuando San Ruperto fundó una nueva población que más adelante se convertiría en la sede de un arzobispado, cambiando de ese modo la historia de Salzburgo para siempre.
Durante más de mil años, los príncipes-arzobispos tuvieron un poder casi absoluto sobre la ciudad. Esto era posible, en parte, gracias a las enormes riquezas que generaba el tráfico de sal. La misma era extraída desde las minas Hallein y Altaussee, que estaban próximas a la ciudad y debía pasar sí o sí por Salzburgo, pagando impuestos en cada trayecto. De allí proviene su nombre (salz en alemán) y del río por el cual se transportaba la sal (Salzach).
Gracias a esto, los príncipes-arzobispos fueron dotando a la ciudad de plazas, iglesias y algunos de los palacios más bonitos de Europa. En pocas palabras, este es el motivo principal por el cual Salzburgo reúne tantos atractivos en un espacio tan reducido. Ahora que ya lo sabes, es hora de meternos de lleno en cada uno de ellos.
¿Qué ver en Salzburgo?
La ciudad de Salzburgo se encuentra dividida en dos por el río Salzach. En líneas generales, podríamos decir que la parte antigua se concentra en la margen izquierda del río, mientras que la ciudad nueva está a la derecha. De ambos lados de la orilla encontrarás cosas interesantes para ver, así que no nos demoremos más y comencemos.
Fortaleza Hohensalzburg
Si solo tienes un día en Salzburgo, puedes comenzar la visita en su sitio más emblemático. Los muros de la impenetrable Fortaleza de Hohensalzburg son visibles desde cualquier punto de la ciudad. Esta impresionante construcción tiene fama de ser la fortaleza mejor conservada de toda Europa, además que regala las mejores vistas de la ciudad.
Hohensalzburg domina la ciudad desde la colina Festungsberg, en pleno corazón de Salzburgo. Esta fortaleza comenzó a levantarse en el año 1077, aunque recién en el 1500 tomó su aspecto actual.
Su construcción y sistema defensivo fue tan perfecto, que nunca pudo ser tomada por los enemigos del principado. Aunque, defender la ciudad no era su única función, ya que también fue la residencia de los arzobispos. De allí que su interior resguarda hermosas estancias y salas llenas de antiguo mobiliario y objetos originales, como los que se encuentran en el Salón Dorado. La fortaleza también posee museos, la Sala de las Torturas, el almacén de la sal, una armería, una iglesia, varios patios interiores y fantásticos miradores.
La fortaleza de Hohensalzburg puede visitarse todos los días de 9:30 am a 5 pm (de enero a abril), de 8:30 am a 8 pm (de mayo a septiembre) y de 9:30 am a 7 pm (de octubre a diciembre).
Tip viajero: si tu visita a la ciudad coincide con un día domingo, a las 11:45 am podrás oír el concierto de los trompeteros, que tocan algunas marchas desde lo alto de la Torre del Trompetista.
El acceso a la fortaleza puede hacerse a pie o en un funicular que parte desde la calle Festungsgasse. Si lo haces de esta última forma, la entrada para adultos tiene un costo de 13,30 € y 7,60 € para niños de 6 a 14 años. Si subes a pie, la entrada cuesta 10,30 € para adultos y 5,90 € para niños. También puedes tener la entrada incluida con la Salzburg Card (más adelante te hablamos de ello).
Barrio de la Catedral de Salzburgo
El Barrio de la catedral es otro de los sitios que no puedes dejar de visitar en Salzburgo. Se trata de un impresionante recinto desde el cual, en épocas de antaño, los príncipes-obispos de la ciudad ejercían su poder. Hoy en día constituye el corazón del casco histórico y está formado por la Catedral, la Antigua Residencia, el Monasterio de San Pedro y la Iglesia Franciscana. Prácticamente todas estas visitas son de pago y están interconectadas entre sí, por lo cual se accede a ellas pagando una entrada única.
Entre otras cosas, el recorrido turístico incluye la entrada a las habitaciones barrocas de la Antigua Residencia y a su valiosa colección de arte; la entrada al Museo de la Catedral y al Museo de San Pedro; al Oratorio norte y la terraza panorámica.
La catedral barroca de Salzburgo es sin dudas la iglesia más destacada de la ciudad. Fue construida en el año 767, aunque sufrió incendios y bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial que obligaron a reconstruirla. Es famosa por haber sido el sitio en donde fue bautizado Mozart, quien posteriormente se convirtió en el organista de la catedral durante varios años. Lo más llamativo del templo es su enorme cúpula turquesa, las siete campanas, los frescos del Antiguo Testamento y el museo que acoge en su interior.
Cementerio Gótico de San Pedro y catacumbas
Con un ticket independiente al que te permite conocer los atractivos del Barrio de la Catedral, pero en el mismo sitio, puedes explorar el bellísimo Cementerio Gótico de San Pedro y sus catacumbas.
Lo encontrarás ubicado a los pies del monte Mönchsberg, y como parte del recinto del Monasterio de San Pedro. La iglesia de San Pedro fue fundada en el año 696 como parte del monasterio benedictino de San Pedro y vale la pena conocerla para poder disfrutar de su interior de estilo rococó. Sin embargo, la mayoría de los aplausos se los lleva su cementerio. Resulta que no se trata de cualquier cementerio, sino de uno de los más antiguos del mundo, cuyo origen se remonta a la época romana. Por eso mismo, es uno de los lugares que te recomendamos visitar en Salzburgo
Si bien es pequeño, cuenta con un buen número de tumbas y mausoleos e incluso conserva una lápida del año 1288. Está muy bien cuidado y decorado con plantas y flores que hacen que parezca más un jardín que un cementerio. Además, su gran atractivo son las catacumbas de origen paleocristiano excavadas en la roca, que también sirvieron como ermitas y desde las cuales se obtiene una panorámica completa de todo el cementerio.
Dato curioso: entre las personalidades enterradas en el cementerio se encuentra la hermana de Mozart (Nannerl).
La entrada al cementerio es gratuita, aunque si deseas conocer las catacumbas deberás abonar 2 €. La entrada está incluida en la Salzburg Card.
Las plazas más bonitas de Salzburgo
Salzburgo no posee solo iglesias y palacios interesantes, sino también hermosas plazas. Una de ellas es Residenzplatz, una de las más populares del casco antiguo de la ciudad, alrededor de la cual se encuentran dos palacios de obispos.
Su origen data de finales del siglo XVI y no solo aloja las antiguas residencias de los arzobispos, sino también es la más grande de la ciudad (tal es su tamaño, que al momento de construirla debieron demoler 55 casas medievales). Su espacio central está coronado por la fuente más grande de Salzburgo, construida en el siglo XVII en estilo barroco y mármol y adornada con esculturas de caballos, delfines y un atlas.
Además, es el sitio en donde se realizan muchos eventos culturales durante todo el año. Su belleza se ve incrementada durante la Navidad, cuando se monta un mercado navideño lleno de puestos de artesanías y comida local.
También encontramos Kapitelplatzes, otra de las plazas más bonitas de Salzburgo, desde la cual se aprecia a la perfección la Fortaleza de Hohensalzburg. Esta plaza es conocida por el famoso ajedrez gigante que hay en el suelo y por la gran esfera dorada con la figura de un hombre de pie encima. Es también un sitio muy popular entre los locales y, al igual que la otra, acoge un precioso mercadillo de Navidad durante el invierno.
Tip viajero: en unos de los laterales de la plaza y casi escondida, se encuentra la tradicional panadería Stiftsbackerei, que lleva más de 700 años en funcionamiento. El acceso se realiza a través de un arco que da a una pequeña plaza con un molino de agua y a la panadería. No dudes en entrar, ver como elaboran el pan y probar alguno de sus productos.
Casa natal de Mozart
Algo que no debe sorprenderte es que la ciudad que vio nacer a Mozart tenga muchos monumentos y museos dedicados a este gran compositor. Si quieres seguir sus huellas, lo primero que debes visitar es la Casa Natal de Mozart, ubicada en pleno casco antiguo (concretamente en el N.º 9 de la calle Getreidegasse). Tras estas paredes vivió su familia durante unos 30 años y el 27 de enero de 1756 nació el maestro de la música clásica y compositor de obras memorables. Hoy en día, su antigua casa es un interesante museo dedicado a su vida y obra.
De todos los espacios y monumentos que honran a Mozart que hay repartidos por toda Salzburgo, ninguno es como este, por lo que no puedes perdértelo. En su interior se expone el mobiliario del siglo XVIII perteneciente al músico, cartas, retratos y varios de sus instrumentos musicales.
El horario de visita es de miércoles a domingo de 10 am a 3:30 pm y la entrada tiene un precio de 12 € para adultos, 3,50 € para niños y 4 € para jóvenes.
Mozart está presente en muchos rincones de la ciudad, incluso en unos bombones con su cara, los Mozartkugel. Esta delicia rellena de pistacho y mazapán se vende en cualquier pastelería de la ciudad, aunque los originales pertenecen al Café Konditorei Fürst. Allí, el pastelero Paul Fürst creó en 1890 la receta de estos bombones, con el objetivo de conmemorar el centenario de la muerte de Mozart. Por otro lado, en todos los festivales de verano que tienen lugar en Salzburgo suena su música.
Getreidegasse, la calle más famosa de la ciudad
Luego de visitar la Casa de Mozart, dedícate a recorrer Getreidegasse, la calle con más vida de todo Salzburgo. Se trata de la arteria comercial más importante del centro histórico, que destaca tanto por sus tiendas como por las antiguas casas de estilo medieval que hay a lo largo de ella. Muchas de estas casas han sido reconvertidas a tiendas de moda y de productos tradicionales marcadas con enormes letreros de hierro forjado.
¿Sabías qué? Los carteles forjados en hierro que hoy son todo un símbolo de la ciudad, responden en realidad a una antigua tradición que surgió en la Edad Media. En aquella época, una buena parte de la población no sabía leer, por lo que utilizaban estos letreros para identificar al gremio. Hasta el día de hoy, muchas franquicias han tenido que respetar esta norma.
Al inicio de la calle se encuentra Alter Markt, la antigua plaza del mercado y otro de los rincones más concurridos de la ciudad. Alrededor de ella hay bonitos edificios barrocos, una fuente octagonal dedicada a San Florian y el famoso Café Tomaselli, que dicen que era el favorito de Mozart.
Palacio Mirabell y jardines
Al principio del artículo te contamos que Salzburgo destaca por sus hermosos palacios. Bueno, es hora de hablarte de uno de ellos (quizá el más importante de la ciudad): el Palacio Mirabell. Declarado Patrimonio de la Humanidad, este hermoso palacio es uno de los edificios más legendarios de Austria y otra visita imprescindible para hacer en Salzburgo.
Ubicado muy cerca del casco antiguo, el Palacio Mirabell fue construido en el año 1606 por el príncipe-arzobispo Wolf Dietrich, en estilo barroco. Es maravillosa tanto su arquitectura como sus hermosos y coloridos jardines, anexados al edificio en 1690. Su interior está lleno de espacios increíbles, como la famosa escalera de los ángeles y el Salón de Mármol, uno de sus atractivos más destacados. Detrás de él, la catedral y el castillo hacen de Mirabell uno de los lugares más fotogénicos de la ciudad.
Sus jardines no tienen desperdicio. Entre sus rincones más bonitos sobresale la Fuente de Pegaso, el Teatro de los setos, el jardín de las rosas y el de los enanos.
El acceso al Palacio Mirabell y sus jardines es gratuito, aunque muchos de sus espacios son de uso gubernamental, por lo que no están abiertos al público.
¿Sabías qué? Otro de los motivos por los cuales Salzburgo es conocida es gracias a la famosa película de Hollywood: Sonrisas y Lágrimas. De hecho, miles de visitantes llegan cada año para ver en vivo y en directo algunos de los escenarios donde se filmó la película. En este sentido, una de las escenas más representativas tuvo lugar en los refinados jardines del Palacio Mirabell. Así que ya tienes otro motivo más para visitar este sitio tan bonito.
El Palacio y los jardines pueden visitarse todos los días de 8 am a 8 pm. Por su parte, las visitas a la Sala de Mármol pueden hacerse los días lunes, miércoles y jueves de 8 am a 4 pm y los martes y viernes de 1 pm a 4 pm.
Palacio de Hellbrunn
Siguiendo en la misma línea, te sugerimos visitar el Palacio de Hellbrunn, situado a 5 km al sur del centro de la ciudad. Es un conjunto monumental de estilo renacentista que en épocas de antaño era la residencia de verano para el príncipe-arzobispo de Salzburgo, Markus Sittiku. Fue él quien diseñó los populares “Juegos de agua”, que consistían en una serie de cuevas, figuras y fuentes ocultas que tenían la finalidad de brindar un momento entretenido a sus invitados.
Hoy en día, los visitantes de la ciudad pueden disfrutar de los divertidos juegos de agua en los jardines.
El palacio puede visitarse todos los días (en marzo, abril, octubre y noviembre) de 9 am a 4:30 pm. El resto de los meses cierra a las 5:30 pm, mientras que en julio y agosto (temporada de verano) a las 6 pm. La entrada está incluida en la Salzburg Card.
Paseos por el río Salzach
El río Salzach es un verdadero emblema de la ciudad. Dar un paseo en bote por este afluente del Eno, que a su vez desemboca en el Danubio, es un plan perfecto para un día de sol. Como te contamos al principio, divide la ciudad en dos, la parte antigua y nueva, por lo que a lo largo del recorrido divisarás ambas caras de la ciudad.
Además de apreciar las hermosas vistas de Salzburgo, podrás pasar por debajo de los 13 puentes que cruzan el río Salzach. De todos ellos, el Makartsteg (puente de los candados) es sin duda el más conocido. También es curioso el Mozartsteg, un hermoso puente que hasta 1921 había que pagar un peaje para cruzarlo. La caja de peaje hasta el día de hoy existe y alberga la cafetería más pequeña de Salzburgo.
Si dispones de la Salzburg Card, puedes subir de forma gratuita al barco panorámico “Amadeus”, que realiza un recorrido de 8 km a lo largo del río. Los mismos parten del puente de los candados y brindan un paseo que realmente vale la pena hacer.
Museos de Salzburgo
Salzburgo también posee varios museos interesantes para visitar. Uno de ellos es Haus der Natur (Museo de Ciencias y Naturaleza), que fue fundado en 1924 y renovado en 2009. Es un excelente plan para ir con niños, ya que sus más de 80 salas de exposición exploran temas muy diversos, que abarcan desde la era de los dinosaurios hasta la navegación espacial. Los más pequeños de la familia se fascinarán en su acuario, ante las enormes maquetas de dinosaurios o en el zoológico de reptiles. Así que ya lo sabes, si viajas a Salzburgo con niños o si simplemente eres un aficionado de las Ciencias Naturales, este museo te encantará.
Otra buena opción es el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, construido sobre una pequeña colina a 485 metros de altura. Para llegar a él deberás usar el ascensor Mönchsberg-Aufzug, que te lleva a la entrada en tan solo 15 segundos. El museo exhibe esculturas, fotografías, pinturas y obras de los siglos XX y XXI. Además de eso, podrás disfrutar de su peculiar arquitectura, que engloba un moderno edificio y una antigua torre de agua del siglo XIX, desde la cual se obtienen increíbles vistas.
La entrada a ambos museos está incluida en la Salzburg Card.
Fábrica de cerveza artesanal Stiegl
Te advertimos que Salzburgo tenía mucho para ofrecer. A pesar de que no es un imprescindible, la visita a esta cervecería es otro plan atractivo pensado para los más grandes. Si tienes alma cerveza y espíritu curioso, te encantará vivir la experiencia Stiegl-Brauwelt.
Esta famosa fábrica de cerveza, fundada en 1492, ocupa un espacio de más de 5.000 m² e invita a sus visitantes a realizar un entretenido recorrido por su historia y descubrir el proceso de elaboración de la cerveza. El tour se realiza a través de una enorme pantalla, diferentes salas de exposiciones y el paseo por algunas de las zonas de producción y embotellado. Además, el tour puede hacerse en inglés o con audioguía en castellano.
Al final, participarás de una cata de cervezas en el bar y podrás probar una gran variedad de platos típicos de Austria. Sin dudas que es un excelente plan, especialmente para un día de verano que pide matar el calor con un vaso de cerveza.
La entrada también está incluida en la Salzburg Card.
Mirador de Mönchsberg
Estamos llegando al final de nuestro recorrido por Salzburgo y llegó la hora de culminar el día con las mejores vistas de la ciudad. Para ello, cuando el sol comience a esconderse en el horizonte, sube a la colina Mönchsberg, a 485 metros de altura.
El ascenso puedes hacerlo a pie desde algunos de los senderos que parten desde el río o usando el ascensor Mönchsberg-Aufzug, el mismo que te lleva al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo. El precio de este ascensor es de 3,80 €, aunque también está incluido con la Salzburg Card.
Una vez en la cima lo único que hay que hacer es disfrutar de las vistas y apreciar Salzburgo, que a medida que el sol se esconde comienza a iluminarse de a poco. De ese modo, damos por terminado un día maravilloso en una de las ciudades más lindas de Austria.
¿Qué es la Salzburg Card?
La Salzburg Card es una tarjeta súper práctica que permite disfrutar de muchísimas atracciones de manera sencilla y rápida, que incluye también el transporte público. Puedes sacar una tarjeta de 24, 48 o 72 horas, según el tiempo que pienses quedarte en la ciudad.
Ya te mencionamos todos los atractivos que incluye, pero a modo de recordatorio, con esta tarjeta tienes la entrada asegurada a:
- La Fortaleza de Hohensalzburg,
- El Palacio Hellbrunn,
- El Zoológico de Salzburgo,
- El Museo de Historia Natural
- El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo
- La Casa Natal de Mozart
- El paseo en bote por el río Salzahc y mucho más.
El precio de la tarjeta depende de la cantidad de días que vayas a usarla. La Salzburg Card de 24 horas tiene un precio de 29 €, 38 € para la de 48 horas y 44 € para la de 72 hs. En todos los casos, el precio se reduce a la mitad para los niños que tienen entre 6 y 15 años y es gratis para los menores de 6 años.
Si tienes pensado moverte en transporte público y visitar varias de las atracciones de la ciudad, sin dudas que vale la pena sacar la Salzburg Card.
¿Cómo llegar a Salzburgo?
Salzburgo goza de una ubicación privilegiada, en pleno corazón de Europa y prácticamente en la frontera con Alemania. Cualquiera que esté haciendo una ruta en coche por esta zona puede llegar fácilmente a la ciudad, tanto saliendo desde Múnich como de la capital austríaca, Viena (aproximadamente a 280 km).
Si no tienes coche propio, la forma más rápida para ir desde Viena a Salzburgo es en tren. El viaje demora unas 2 horas y media y el precio del boleto varía entre los 20 y 35 €, según la compañía que elijas. Los trenes salen cada media hora, a partir de las 5:30 am y desde varias estaciones de la ciudad, finalizando el recorrido en la estación central de Salzburgo. Si solo piensas quedarte un día y regresar a Viena, podrás coger el último tren de vuelta, que sale a las 8 pm. Es decir, que dispones de bastante tiempo para hacer el recorrido por la ciudad.
Llegar en avión también es posible, aunque las conexiones no tienen la misma frecuencia que con Viena. Por eso, lo mejor es llegar al aeropuerto de Munich o Viena y desde ahí conectar con Salzburgo en tren o en coche.
Finalmente, decirte que si bien Salzburgo se puede recorrer en un día, lo cierto es que para descubrir la verdadera esencia de la ciudad quizá necesites más tiempo. De todos modos, si no dispones de más de un día no te desanimes, porque lo más importante llegarás a conocerlo. Sea como sea, es una ciudad que debe formar parte de la ruta por Austria de cualquier viajero. Así que, ponte en marcha y planifica tu viaje a Salzburgo, créenos que no te arrepentirás.
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