Amman es la capital del Reino Hachemita de Jordania y una de las ciudades más modernas y abiertas de esta zona del mundo, por lo que su visita es prácticamente obligada si visitas el país. Situada es una región al noroeste del Jordania, sobre 7 colinas, es un punto de entrada estratégico para descubrir una nación fascinante. Te invitamos a descubrir Amman y todos sus atractivos.
En Amman viven unos 4 millones de jordanos, representando casi el 40% de la población total del país. Es una ciudad moderna, que tiene un rico pasado por el cual dejaron su huella varias civilizaciones. Esta mezcla de civilizaciones y modernismo en el cual se halla inmersa hace que sea posible pasar de las ruinas del teatro romano a los numerosos graffitis y ejemplos de arte urbano desparramados en todo el centro de la ciudad. En estos contrastes, en sus monumentos y en el frenético ritmo de vida radica el principal encanto de Amman.
Recorrer Amman y Jordania en general es hacer un viaje en el tiempo, más precisamente al 8500 a.C., fecha que datan los restos más antiguos encontrados. Muchas civilizaciones han pasado por este país (asirios, persas, omeyas, griegos y romanos y más), dejando restos arqueológicos y artísticos desparramados en todo el territorio.
En el siglo I a.C. Amman se llamó Filadelfia, y era una ciudad griega que al ser conquistada por los romanos se convirtió en una Decápolis. De esta época datan algunos de los rincones más interesantes de Amman, como los restos de la Ciudadela, el Teatro Romano y el Odeón. Si de influencias culturales hablamos, Palestina hizo lo suyo, ya que a mediados del siglo XX se produjo un gran influjo de refugiados palestinos.
Recorrido por la ciudad de Amman: principales atractivos
Los atractivos principales de Amman pueden descubrirse en un día, siempre y cuando comiences temprano y estés dispuesto a tener una jornada intensa. Si cuentas con más tiempo, podrás recorrer la ciudad de un modo más profundo y visitar otros atractivos de Jordania. En Amman no solo es importante la Ciudadela y el Teatro Romano, también lo son los zocos, las grandes avenidas, los miradores y las plazas. Y ni hablar de su riquísima gastronomía y su animada vida nocturna. En fin, es una ciudad que tiene mucho que ofrecer.
Muchos viajeros usan la capital de Jordania como base para explorar lugares cercanos, como el castillo de Ajloun o las ruinas de la ciudad romana de Jerash. De todos modos, no dejes de dedicarle un día entero a Amman. Solo así podrás gozar, también, de su sabrosa gastronomía y sus animadas noches. Poco a poco la ciudad va abriéndose al turismo, como podrás comprobarlo a medida que la recorras.
Ciudadela de Amman
En lo alto de una de las colinas por la que se extiende Amman encontrarás uno de los atractivos principales del viaje: la Ciudadela. Esta colina es un impresionante museo al aire libre que recorre toda la historia de la ciudad, partiendo desde el neolítico y atravesando los períodos en que fue ocupada por diferentes civilizaciones, hasta quedar finalmente bajo el dominio musulmán.
Lo primero que verás cuando ingreses al recinto es una hermosa panorámica de las colinas por las que se extiende la ciudad. Una vista a 360° y a más de 800 metros de altura de colinas repletas de pequeños edificios blancos y ocres, con el gran Teatro Romano situado a sus pies.
La Ciudadela de Amman está conformada por los restos del asentamiento original que conformó la ciudad actual. A medida que la recorras podrás ir descubriendo el paso de las diferentes civilizaciones, que se hacen visibles en un templo romano, el Palacio Omeya, una iglesia bizantina, entre otros.
El Templo de Hércules, con sus dos columnas gigantescas visibles desde toda la ciudad, es uno de los puntos más destacadas de la Ciudadela. Construido en el siglo II a.C., durante el reinado de Marco Aurelio, estas ruinas son una demostración de lo importante que fueron en aquel momento. En la parte trasera verás una enorme mano que formó parte de un gran coloso que custodiaba el templo en sus días de gloria. Hoy en día, hay allí un mirador muy bonito.
Otro de los edificios que forman parte de la Ciudadela es el Palacio de los Omeyas, que no tiene nada que ver con los romanos. Su cúpula color azul plomo es el elemento arquitectónico más distinguido del complejo, cuyos orígenes se remontan al siglo VIII. Levantado por la dinastía Omeya sobre los antiguos yacimientos griegos y romanos, se cree que formaba parte de un gran complejo de edificios residenciales de la realeza. Hoy en día todavía se pueden apreciar las columnas, los restos de una mezquita y otros aposentos que dan nota de la opulencia del lugar.
La entrada está incluida en la Jordan Pass (luego te contamos sobre esto) y al acceder tendrás la posibilidad de contratar un guía de habla hispana por unos 15-20 JOD (que equivalen a unos 17-23€ al cambio). Visitar la Ciudadela es la mejor actividad para comenzar tu recorrido por Amman. En algo de dos horas podrás recorrerla por completo, y si la visita coincide con el horario de llamado a la oración le dará un plus extra.
Museo Arqueológico de Jordania
No necesitas ser un aficionado de la arqueología para sorprenderte con el Museo Arqueológico de Jordania. El edificio se encuentra ubicado justo al lado del Templo de Hércules y, si bien es pequeño y sencillo, contiene piezas de gran valor. Toda la colección es muestra de las diferentes culturas que habitaron en la zona desde el 7000 a. C. Las más importantes son las figuras Ain Ghazal, que datan del 6500 a.C. y son las estatuas antropomórficas más antiguas hechas por el hombre. También destacan los cráneos de Jericó, que datan de la Edad de Bronce, una estatua de la diosa griega Tique y tallas de estilo egipcio.
Teatro Romano
El Teatro Romano es otro de los mejores lugares que visitar en Amman, que destaca por su perfecto estado de conservación. Se encuentra situado en una ladera que protege del sol a los espectadores, y construido en tres niveles diferentes con accesos laterales. Al igual que el resto de la ciudad, la piedra con la que fue levantado el Teatro Romano es blanca.
Este enorme auditorio data del siglo II a.C. y fue construido para albergar a unas 6 mil personas. Las columnas que se alzan frente él son lo único que ha logrado conservarse del antiguo foro, que en su momento fue una de las mayores plazas de todo el Imperio Romano.
Tanto al atardecer como con los primeros rayos del sol las vistas son realmente hermosas, cuando las piedras blancas se tiñen de color rosado. Lo mejor de todo es subir hasta la parte más alta para admirar las vistas de la Ciudadela y Amman. Ve con cuidado porque algunos escalones son enormes y están un poco inclinados. Cuando estés arriba recorre el teatro de lado a lado, ya que la perspectiva desde cada extremo y desde la parte central son muy diferentes. Además de ser impresionante, posee una excelente acústica, por lo que suelen realizarse allí diferentes conciertos de música y ceremonias de todo tipo.
El Teatro Romano se encuentra a solo 10 minutos a pie de la ciudadela, en la plaza Hachemita, por lo que ambas visitas pueden combinarse a la perfección. La entrada está incluida también en la Jordan Pass y no deberás pagar nada extra. Hacia la derecha de la plaza se encuentra el Odeón, otro pequeño teatro construido al mismo tiempo que su hermano mayor, solo que tiene capacidad para recibir a 500 personas. Si bien no tiene la grandiosidad de su vecino, vale la pena hacerle una visita.
Downtown o centro de Amman
El centro de Amman es la parte con más vida de la ciudad y parece no descansar en ningún momento. A cualquier hora verás una gran cantidad de gente, tiendas y coches, edificios modernos y otros más antiguos que se conjugan perfectamente. Mezclados entre ellos se encuentran las ruinas de la fuente pública romana del Ninfeo y la mezquita Al-Husseiny. Este tipo de fuentes fueron muy populares en las ciudades romanas y, antes, contenía una piscina de 600 metros cuadrados por tres metros de profundidad que siempre estaba llena de agua. Lamentablemente, los restos que se conservan no están en muy buen estado, aunque hace unos años comenzó un proceso de restauración para que recupere algo del encanto que tuvo en su momento.
Vale la pena perderse en sus calles del centro y meterse de lleno en el ritmo de vida de Amman.
Mezquita Al-Husseini
A unos 5 minutos a pie de la fuente de Ninfeo se encuentra la Mezquita Al-Hussein, el alma del centro de Amman. Lo más destacado es su fachada de piedra rosa y blanca, la cual vale la pena apreciar desde afuera. Decimos desde afuera porque el ingreso a esta mezquita está prohibido para todo aquel que no sea musulmán.
Mezquita Rey Abdallah
Esta mezquita construida hace 30 años es visible fácilmente por su impresionante cúpula, que le da el nombre de mezquita azul. Ésta enorme cúpula flanqueada por dos grandes minaretes blancos y rodeada de otras más pequeñas de color celestes, convierten a la mezquita en uno de los edificios más importantes de la ciudad. Fue inaugurada en 1989 por el rey Hussein en honor a su abuelo. Su interior tiene capacidad para recibir unos 7 mil fieles, además de 3 mil más en el patio.
Desde afuera el conjunto arquitectónico es muy llamativo, además es la única mezquita de Amman a la que podrás ingresar a visitar su interior sin ser musulmán. Eso sí, si eres mujer tendrás que cubrirte la cabeza y el cuerpo, si llevas los brazos y las piernas al aire. Para entrar a ella hay que acceder por una puerta que te obliga a recorrer una serie de tiendas. Allí te dan una túnica para cubrirte las piernas, brazos y cabeza, en el caso de las mujeres y solo las piernas, en caso de los hombres.
Si tienes tiempo, aprovecha para conocer su interior. Cuando ingreses lo primero que verás es una gran alfombra roja con formas geométricas azules que cubren todo el piso. Recuerda que es necesario quitarse el calzado para poder entrar. También, podrás conocer las zonas de oración, que están separadas por género. La zona para los hombres se encuentra bajo la cúpula y es una enorme estancia deforma octogonal con capacidad para 3000 personas.
Si miras para arriba podrás ver el interior de la cúpula, que representa los rayos del sol iluminando los 99 nombres de Alá. En el frente verás varios libros del Corán, ubicados a ambos lados de un pequeño púlpito. Otra cosa que te llamará la atención es que justo al lado de la mezquita se encuentra una iglesia católica, que es un claro ejemplo de la convivencia en armonía. La entrada cuesta 2 JOD por persona (alrededor 2,40 €) y no está incluida en el Jordan Pass.
El zoco de Amman
El zoco de Amman quizá no sea de los más bonitos del mundo, sin embargo, recorrerlo es algo que no puedes dejar de hacer. En los zocos de las ciudades árabes predominan los aromas de las especies, los puestos de frutos secos y muchos productos más. Lo encontrarás junto a la mezquita Al Hussein y una vez allí podrás comenzar a recorrer una decena de puestos de comida y bienes del hogar. Además, el zoco es el mejor lugar para mezclase con los locales, interactuar con los vendedores y comprar especias y productos frescos.
Rainbow Street
Es una de las calles más populares de Amman y la arteria principal del barrio de Jabal Amman, que cuenta con varias galerías de arte y algunas de las casas más bonitas de la ciudad. Lo mejor para hacer allí en sentarse a tomar un café en alguna de sus cafeterías o comer comida local en cualquiera de sus restaurantes. Sin dudas que otro lugar interesante para ver en esta ciudad de Jordania.
Gastronomía de Amman: platos típicos y sitios donde comer
Una de las mejores cosas para hacer en Amman es disfrutar de su exquisita gastronomía. La cocina de la capital jordana recibe influencias de la gastronomía siria, palestina, iraquí o libanesa, lo que la hace verdaderamente irresistible. Por eso mismo, otra forma interesante de descubrir Amman y Jordania es probando sus intensos sabores.
La cocina de Amman es deliciosa, sana y saciante. Sus platos más tradicionales son el fatteh, el mutabal, el hummus, el mansaf, los falafels y, dentro de los postres, el kunefa.
Para los dulceros, uno de los mejores sitios de la ciudad es Habibah, la pastelería más famosa de Amman. Este local diminuto suele tener largas colas de gente esperando para comer sus especialidades. Sin dudas que el trono se lo lleva el kunafa, un postre de origen palestino elaborado con queso frito, miel por encima y trocitos de pistacho.
Para el almuerzo y la cena tienes varias opciones. Uno de los más populares es el restaurante Hashem, ubicado en pleno centro. Allí se sirve la mejor comida típica de Jordania durante las 24 horas del día. Este sencillo lugar se jacta de haber servido a la familia real jordana, incluso verás fotos de ellos en el local. Sus especialidades son el hummus y el fallafel que, según dicen, son los mejores de la ciudad.
Cerca del Teatro Romano se encuentra otro de los restaurantes destacados de la ciudad: el Restaurante Anwar Mecca. Si bien no es un salón de lujo, sirve comida muy rica y a buen precio. La especialidad de la casa es el pollo asado.
¿Cómo llegar y cómo moverse por Amman?
Cómo llegar a Amman dependerá de qué país viajes. Si viajas desde Israel, por ejemplo, es posible llegar a Amman cruzando el puente King Hussein. Desde Jerusalén a Amman son apenas 70 km, que podrás recorrer en minibuses o taxis por una tarifa no demasiado alta. En este caso, es importante tramitar la visa con anterioridad (en el siguiente apartado te contamos más sobre eso).
Lo más simple es llegar a la capital de Jordania en avión. El Aeropuerto Internacional Reina Alia (aeropuerto de Amman) está a unos 35 kilómetros del centro y el viaje hasta allí lleva poco más de media hora. Solo debes coger el bus que te lleva a la estación del centro y desde allí moverte hasta tu alojamiento. Si viajas apurado, lo mejor será tomar directamente un taxi desde el aeropuerto hasta tu alojamiento, así ahorras tiempo.
Ya en Amman comenzarás a descubrir que el tráfico es bastante caótico. El medio de transporte más utilizado, que además es bastante económico, es el taxi. Tip viajero: los taxistas están obligados por ley a poner el taxímetro, así que asegúrate que lo cumplan (ya que muchas veces no lo hacen, especialmente con turistas). Luego, podrás manejarte a pie para recorrer los lugares más importantes, especialmente si no tienes mucha prisa. Si viajas con coche alquilado quizá lo mejor sea dejarlo de lado por unos días y usar taxis, buses o moverte a pie, ya que no es una ciudad fácil para manejar.
¿Qué tener en cuenta antes de viajar a Jordania?
Antes de viajar a Jordania debes tener en cuenta algunos aspectos, como el visado. Únicamente los miembros de países árabes, Hong Kong, y Turquía pueden entrar al país sin visa. Si viajas desde cualquier otro país sí o sí necesitarás un visado. Lo bueno es que el visado de Jordania se puede obtener en cualquier punto de llegada, a excepción del Puente King Hussein, en la frontera con Palestina. La visa tiene un costo de unos 40 JOD, es decir unos 46 EUR.
Lo mejor que puedes hacer es gestionar el Jordan Pass, que por unos 70 JOD (87 EUR) te incluye la visa, más 3 días de acceso a Petra y la entrada gratuita a otras 40 atracciones del país. De ese modo podrás recorrer los principales destinos de Amman y otras ciudades de Jordania sin tener que estar pagando de manera particular por cada atracción que quieras visitar. El Jordan Pass convendrá siempre y cuando pases, al menos, 3 días en Jordania.
Otro aspecto no menor es el idioma. El idioma oficial de Jordania es el árabe, sin embargo, muchos de sus habitantes hablan inglés, especialmente los trabajadores del sector turístico. Incluso puedes encontrar algún que otro guía que maneje algo de español.
Mejor época para visitar Amman
Las mejores estaciones para viajar a Amman y Jordania en general son la primavera (que va de marzo a mayo) y el otoño (de septiembre a noviembre). En estos meses las temperaturas son adecuadas, ya que tanto en verano como invierno llegan a ser extremas. Si de clima y temperatura hablamos, abril es el mejor mes, y marzo puede serlo también para Amman, pero no tanto para zonas como la del Mar Muerto, ya que puede hacer frío. En la medida de lo posible evita el verano, especialmente julio y agosto, cuando la media ronda los 35°C, sin una pizca de viento. En cambio, a partir de diciembre y durante enero y febrero es habitual que nieve.
¿Por qué viajar a Jordania?
Jordania es un país interesantísimo, es tierra de civilizaciones perdidas construidas en piedra rosa y de ciudades color hueso. Es un país con una rica historia, por el cual pasaron una mezcla interesante de civilizaciones que dejaron su huella. Jordania es de esos países que se amigaron con el modernismo, pero sin dejar de lado sus raíces y sus arraigadas tradiciones. Si aún dudas en visitar o no este país, te damos algunos motivos por los cuales creemos que no puedes dejarlo afuera de tu lista de destinos.
- Jordania es un país seguro. Sí, a pesar de encontrarse en el ojo del huracán y de estar rodeado de países que enfrentan gravísimos conflictos bélicos, Jordania es un remanso de paz.
- Otra cosa que debes saber, contrario a lo que suele oírse, es que el trato a la mujer es mucho más cercano al de los países occidentales, respecto a otros países musulmanes. Si bien es cierto que verás mujeres con velo (después de todo es su vestidura típica), como turista podrás deambular con ropa occidental sin inconvenientes. Eso sí, intenta cubrirte las piernas lo más que puedas.
- El pueblo jordano es muy amable con el turista extranjero. Acostumbrados a su presencia, los jordanos se aseguran que quienes lo visitan se lleven un buen recuerdo del país. Por eso, es frecuente que busquen dialogar contigo, se interesen en saber de dónde vienes y te ayuden con cualquier inquietud que puedas tener.
- Es un país con una rica historia. Si bien el Reino Hachemita de Jordania existe como tal desde 1946, es un lugar lleno de historia. Estas tierras han sido testigos del paso de nabateos, judíos, romanos, persas, griegos y más. Lo mejor es descubrir Jordania y su historia hablando con la gente local, visitando sus monumentos y compartiendo sus tradiciones.
- Es un país con muchísimos atractivos. Si bien seguro que lo primero que viene a tu mente cuando piensas en Jordania es la impresionante Petra, hay muchas otras cosas para ver. Por ejemplo, una infinidad de castillos que se levantan a lo largo de su extensión. Estas fortificaciones, algunas mejor conservadas que otras, fueron construidas por o contra los cruzados y, hoy en día, hacen de miradores excepcionales. No dejes de acercarte a alguno de ellos, como el de Ajloun y el de Shobak, y disfrutar de las vistas. Otro lugar excepcional que ver en Jordania es Jerash y las ruinas de una antigua ciudad romana que están perfectamente conservados y permiten volar con la imaginación. Lo mismo sucede con el desierto de Wadi Rum, un sitio que parece sacado de otro planeta. En este desierto la arena roja se funde con algunas dunas suaves y formaciones rocosas ofreciendo uno de los atardeceres más hermosos del planeta. Y ni hablar del mar muerto, casi 10 veces más salado que el océano. Flotar en este mar salado que es territorio hostil para plantas y animales, es una de las mejores cosas que hacer en Jordania.
- Como ya te contamos, su gastronomía es un viaje en sí mismo. Jordania debe descubrirse probando sus platos llenos de sabor y texturas que le darán un festín a tu paladar.
Así que ya lo sabes, no dejes de visitar Jordania y su capital, Amman. Todos los condimentos necesarios para vivir una experiencia inolvidable están aquí. Arma tu maleta y prepárate para descubrir una de las ciudades más interesantes de Oriente Medio.