Entre Zúrich y Lucerna se encuentra la pequeña ciudad de Zug, la capital del cantón que lleva su mismo nombre. Este destino que parece sacado de un cuento de hadas se alza a orillas del lago Zugersee o lago de Zug. Si quieres descubrir lo mejor de la naturaleza suiza y una ciudad llena de vestigios medievales, entonces nuestro destino de hoy es el indicado.
¿Quieres saber cuáles son los atractivos que enamoran a los viajeros que pasan por estas tierras? Sigue leyendo porque te contamos todo lo que necesitas saber sobre la ciudad de Zug y sus alrededores.
El cantón de Zug es el más rico de Suiza. Una de las curiosidades de esta región es que tiene los impuestos más bajos del país. De ese modo, Zug no es elegido únicamente por ciudadanos, sino también por numerosas empresas que radican en él. De ese modo, Zug pasó de ser el cantón más pobre del país en los años 90 del siglo pasado al más rico. La mayoría de sus habitantes tienen estudios universitarios y los sueldos son de los más altos del país. Aun así, las familias que perciben menos de 70.000 euros por mes deben recibir ayuda del cantón para pagar sus hipotecas.
Por otro lado, Zug ofrece una mezcla única de estilo urbano y proximidad a la naturaleza. Esto hace que en tu paso por la ciudad puedas disfrutar de un encantador casco histórico y otros edificios modernos, como también de un mágico atardecer en el lago.
¿Qué hacer en Zug?
A pesar de ser pequeña, Zug tiene mucho que ofrecer: un casco antiguo medieval, un encantador lago, hermosas vistas a los montes Rigi y Pilatus y una rica gastronomía. La ciudad desprende elegancia en cada uno de sus rincones y a la vez te sumerge en una atmósfera medieval que enamora a cualquier amante de este tipo de ciudades. Pasear por Zug es un auténtico placer que no te llevará más de un día completo.
¿Listo para conocer todo lo que puedes ver y hacer en Zug? Vamos entonces a conocer sus principales puntos de interés.
Zytturm (Torre del Tiempo) y reloj astronómico
Es posible que cuando llegues a Zug lo primero que capte tu atención sea la Zytturm, la torre más alta e importante de la ciudad. Esta mole de 52 metros de altura ubicada en el centro histórico regala unas vistas excepcionales.
Al parecer, cuando los condes de Kyburg fundaron la ciudad a principios del siglo XIII, también dieron la orden de construir esta torre. En un primer momento, daba acceso al casco antiguo, aunque con el paso del tiempo fue ampliándose y elevándose hasta alcanzar su forma actual. También tuvo distintos usos a lo largo de su historia, por ejemplo, funcionó como cárcel y torre de vigilancia. Hoy en día, además de su espectacular reloj, cuenta con grandes ventanales y un pronunciado tejado a cuatro aguas.
Desde 1480 es torre de reloj, aunque el reloj que le da el nombre se instaló en 1574. Sin embargo, lo más llamativo de todo es el reloj astronómico que se encuentra en la parte inferior del reloj principal.
El reloj astronómico de Zug posee cuatro manecillas que giran a diferentes velocidades. Cada una de ellas muestra el mes, el estado de la luna, el día de la semana y el año bisiesto. La que tiene una flecha es la que muestra el día de la semana; la manecilla de la luna muestra el día correspondiente del mes; la del sol muestra el mes; mientras que la que tiene una “S” dorada indica los años bisiestos y demora 4 años en dar la vuelta completa.
De todas ellas, la manecilla más rápida es la semanal. Los días de la semana se simbolizan con dioses y diosas reconocibles por sus atributos y cada día va pasando por la figura que le da a cada día su nombre correspondiente.
Los meses se representan como los signos del zodiaco, mientras que las fases lunares pueden ser leídas en dos lugares. Por un lado, con la manecilla de la luna, que cuando está en la posición de las 12 indica que hay luna nueva; el primer cuarto cuando marca las 3, el último cuarto a las 9 y luna llena cuando marca el 6. El otro indicador corresponde a la bola que tiene mitad en color dorado y mitad en color negro. Cuando la luna está llena la parte dorada es la que brilla, mientras que con la luna nueva se ve únicamente la parte negra.
Casco histórico
El centro histórico de Zug mantiene el típico aire medieval característico del centro de Europa. Ubicado a orillas del lago y con 800 años de historia, conserva gran parte de las fachadas con entramado de madera y techo a dos aguas. De hecho, muy pocas ciudades suizas concentran la cantidad de edificios medievales que encontrarás en Zug, lo cual lo convierte en un lugar único.
A las casas con entramado de madera y monumentos históricos se suman una gran cantidad de tiendas pequeñas, cafeterías y restaurantes. Por eso, el centro histórico de Zug es el sitio perfecto para ir de compras, tomar un café o comer algo y visitar sus muchos monumentos, museos y galerías de arte.
El punto neurálgico del casco antiguo es la Kolinplatz, en cuya parte central se encuentra la fuente Kolinbrunnen, delante del hotel Ochsen. La misma muestra la figura del caballero Wolfgang Kolin portando un estandarte del ejército suizo.
Entre los edificios destacados del centro histórico encontramos el Ayuntamiento, construido en 1509 en estilo gótico tardío. El mismo conserva muchos elementos decorativos que lo hacen único, como las altas ventanas de madera. Hoy en día acoge un museo histórico y un anticuario.
En el casco histórico de Zug también podrás conocer la casa de orfebrería más antigua del mundo. La misma se encuentra ubicada en un edificio con mucha historia y con una elaborada arquitectura. Tras sus paredes y techos llenos de filigranas se encuentra una colección inigualable de joyas antiguas de gran calidad. Entre otras cosas, la colección incluye relojes y joyas de Omega, Blancpain, Chopard, Piaget, Parmigiani, Pomellato, Messika, Wellendorff, entre otras. La entrada es gratuita.
Esta zona de la ciudad posee varias fuentes. Una de ellas es la fuente Greth Schell, que se encuentra ubicada frente a la entrada de la Capilla de Nuestra Señora (la más antigua de la ciudad). La misma simboliza a una mujer, Greth Schell, que lleva a su marido borracho a casa. Cada año, el lunes de carnaval se recrea la historia. También tenemos la fuente de Pica, que se encuentra en el mismo lugar donde en el siglo XVI había una fuente para lavar el pescado. La nueva escultura muestra la imagen de un niño sosteniendo una pica en sus brazos y fue realizada en 1956 por el escultor Andreas Kögler.
Murallas y torres de la ciudad
En Zug se conservan cuatro torres que eran parte de la antigua muralla que protegía la ciudad. La más pequeña de todas es la Torre Huwil, que se encuentra situada en medio de un pequeño parque con juegos infantiles. La construcción impresiona por sus gruesas paredes y buen estado de conservación.
La Torre de los Capuchinos en su momento estuvo en la esquina noreste de las fortificaciones de Zug. Fue construida en el siglo XVI, concretamente en 1526, tal como verás debajo de la buhardilla de ladrillo. Lleva este nombre debido a su proximidad con el monasterio de los capuchinos.
Por su parte, la Torre de la Pólvora fue construida a principios del siglo XVI en la esquina sureste de la muralla. Sus paredes poseen un increíble grosor de 270 cm y, tal cual lo indica su nombre, durante tres siglos se utilizó como almacén de pólvora. Al igual que la Torre Huwil, hoy en día se encuentra habilitada para la realización de eventos en su interior.
Iglesias de St. Oswald
La Iglesia de St. Oswald es uno de los edificios del gótico tardío más importantes de Suiza. Su enorme torre es el elemento más destacado de su arquitectura, aunque todo el edificio es sumamente llamativo. Comenzó a construirse en el año 1478 gracias al botín obtenido tras las guerras de Borgoña, por lo cual es un reflejo fiel de la riqueza de ese período.
Si bien es el templo religioso más importante de la ciudad, no es el único que verás en tu paseo. Otra iglesia destacada de Zug es la Iglesia de San Miguel, la cual está dedicada al patrón de la ciudad. Al igual que la anterior, es un edificio al cual no podrás evitar tomarle un par de fotografías.
Lago de Zug
Las grandes ciudades de Suiza se encuentran a orillas de lagos: Zúrich, Lucerna, Lausanne, Ginebra. Zug no podía ser menos, así que también se encuentra a orillas de un hermoso espejo de agua que es famoso por regalar los atardeceres más bellos del país (algo que deberías corroborar con tus propios ojos, ¿no crees?).
En verano, el lago de Zug es el gran protagonista. Además de navegar en él, podrás disfrutar de todas sus zonas de baños, que sorprendentemente son gratuitas. Sin embargo, la mejor manera de enamorarse del lago de Zug es dando un paseo en barco y disfrutar del paisaje que aparecerá frente a tus ojos. Además de ello, dispones de operadoras que alquilan equipos para disfrutar de deportes acuáticos como surf de remo, wakeboard, hidropedales y más.
A su vez, la orilla del lago de Zug ha sido acondicionada con un hermoso paseo desde el cual se disfruta de magníficas vistas de los picos nevados del Oberland bernés, del Rigi y el Pilatus. Mientras tanto, si caminas hacia su extremo norte, en dirección al casino, encontrarás un monumento que marca el punto donde una parte de la orilla se deslizó en el lago en 1887.
Museos en Zug
Para ser una ciudad pequeña, Zug sorprende con su amplia y variada oferta museística. Si te gusta disfrutar de estos espacios dedicados a la cultura, el arte y la historia, entonces no te pierdas el Museo del Castillo, cuya colección es particularmente interesante.
El castillo de Zug es uno de los sitios históricos de la ciudad. En su momento, fue la sede de la clase dominante de la población: los Lenzburgs, Kyburgs y Habsburgs. Luego de que Zug se uniera a la Confederación Suiza en 1352, el castillo pasó a ser propiedad privada y se usó durante mucho tiempo como residencia para las familias importantes de Zug. Tras un extenso trabajo de restauración llevado a cabo entre 1979 y 1982, el castillo se convirtió en un museo donde podrás conocer la historia de la ciudad y el cantón de Zug.
La impresionante colección del castillo de Zug está conformada por unos 50.000 artefactos históricos que van desde la Edad Media hasta la actualidad. Entre otras cosas, verás un pequeño recipiente de hueso y cuerno que representa el objeto más antiguo de toda la colección.
Cerca del Ayuntamiento se encuentra el Museo de la Pesca, otro sitio interesante que visitar en Zug. En la planta de arriba encontrarás una exposición sobre la historia pesquera de la ciudad y diferentes objetos, mientras que en la planta baja verás una zona de cría de peces de distintas clases.
Tampoco puedes perderte el Museo del Pastel de Cereza de Zug. Allí conocerás la historia de Heinrich Höhn, el inventor del pastel de cereza, quien en 1913 montó una pequeña confitería con su esposa. Fascinado por el kirsch local, experimentó con un pastel empapado en kirsch durante varios años hasta que finalmente lanzó el primer pastel de cerezas Zug, el cual fue todo un éxito. En 1943, Heinrich Höhn entregó su negocio a la familia Treichler, quien montó este interesante museo donde encontrarás más de 200 exhibiciones originales, documentos y fotografías con más de 100 años de historia.
¿Qué hacer en Zug en invierno?
Zug no es una ciudad que se disfrute únicamente en verano. En los meses más fríos del año su oferta turística no se achica, más bien todo lo contrario. Entre todo lo que Zug tiene para ofrecer en esta temporada, encontrarás la montaña local de la ciudad (Zugerberg). En apenas unos minutos llegarás a través de una pequeña ruta de senderismo a una cima dominada por un paisaje invernal espectacular.
Para vivir una experiencia más deportiva tienes a disposición las pistas de esquí de fondo del Zugerberg, a 925 metros de altura. Además, llegar aquí vale la pena por sus vistas al Rigi y a los Prealpes.
¿Qué ver en los alrededores de Zug?
La ciudad de Zug no solo es atractiva en sí misma, también lo son sus alrededores, los cuales te sugerimos que recorras.
Cavernas de Höllgrotten
Muy cerca de Zug se encuentran las cavernas de Höllgrotten, de 6.000 años de antigüedad. Este sitio singular y fascinante esconde pequeños lagos, estalactitas y estalagmitas que forman un mágico paisaje subterráneo.
Las cuevas Höllgrotten se encuentran ubicadas en la quebrada de Lorze. Consisten en un sistema de cavernas de piedra caliza que se formaron con el correr del tiempo a partir de la caída constante de agua calcárea. A pesar de que son muy antiguas, fueron descubiertas recién en el siglo XIX cuando se excavó una cantera en las cercanías.
Hoy en día, las cuevas cuentan con un moderno sistema de iluminación LED que permite descubrir sus colores y formas naturales. Además, cada cámara se encuentra conectada con la otra por medio de un sendero en muy buenas condiciones. A través de un audio guía adaptado para los más pequeños de la familia podrás conocer la historia de cómo se formó esta fascinante cueva. Sin dudas, es un excelente plan para complementar la visita a Zug.
Llegar a las cuevas desde Zug es muy fácil. Para ello debes ir primero a la ciudad de Baar, que se encuentra apenas a 5 minutos en coche desde Zug. Una vez allí puedes alquilar una bicicleta y hacer de esta forma el corto trayecto hasta las cuevas.
Lucerna
Sin ir más lejos, puedes aprovechar tu paso por Zug para visitar una de las ciudades más turísticas de Suiza: Lucerna.
Lucerna se encuentra ubicada en el centro de Suiza, a solo 30 km de Zug, y a orillas de un hermoso lago. Es una de las ciudades más bellas del país e, incluso, de Europa. Allí no solamente podrás disfrutar de un paseo a orillas del Lago de los Cuatro Cantones con los Alpes de fondo, sino también de su precioso casco histórico medieval, sus puentes de madera sobre el río Reuss y de una deliciosa gastronomía.
Lucerna es grande y podríamos dedicarle exclusivamente un artículo, pero a modo de resumen, en esta bella ciudad podrás visitar lugares como:
- El puente de la capilla: es el puente cubierto de madera más antiguo de Europa. Con más de 200 metros de longitud, lleva este nombre por su cercanía a la capilla de San Pedro. Definitivamente, es uno de los rincones más bellos de la ciudad, por lo que no puedes perdértelo.
- La Iglesia de San Leodegario: de estilo renacentista, es una de las más antiguas del país y otro sitio que vale mucho la pena visitar.
- El monumento al león: es una escultura de 10 metros tallada sobre una gran roca ubicada frente a un pequeño lago. La misma recuerda a los 760 soldados de la Guardia Suiza que murieron durante la Revolución Francesa.
- La antigua muralla medieval: de ella se preservan nueve torres defensivas que antes protegían a la ciudad. Es una de las mejor conservadas y más largas del país. El mejor plan es caminar por el tramo habilitado y disfrutar de unas vistas hermosas del casco antiguo de Lucerna.
- El Lago de los Cuatro Cantones: es el gran protagonista de la postal de la ciudad. Este enorme espejo de agua de origen glaciar es uno de los más lindos del continente gracias a sus lenguas que simulan ser fiordos. Por eso, uno de los mejores planes para hacer en Lucerna es recorrer el lago embarcado.
- Centro histórico: pasear por el casco antiguo de Lucerna es un placer para los sentidos. Se caracteriza por las tradicionales calles empedradas y plazas rodeadas de antiguos edificios que te trasladarán a la época medieval.
Estas son algunas de las cosas que puedes hacer en Lucerna, pero hay mucho más. ¿Te la vas a perder?
Engelberg
A 64 km de Zug se encuentra Engelberg, una de las estaciones de esquí más prestigiosas del mundo. Se trata de un hermoso pueblo ubicado en el cantón de Obwalden, que es considerado como el destino de montaña por excelencia del centro de Suiza.
Lo que hace especial a este pueblo es el hecho de estar enclavado al fondo del valle del mismo nombre. Además, desde Engelberg se puede subir al famoso Monte Titlis a través de un teleférico rotatorio. Todo esto hace de este pueblo uno de los destinos de esquí más populares de Suiza. El complejo cuenta con un buen número de pistas con diferentes niveles de complejidad en las que podrá disfrutar toda la familia.
En verano, Engelberg es ideal para dar agradables paseos en los bosques que circundan la población. Además, en sus calles se respira un ambiente muy amigable durante todo el año. Otro de sus grandes atractivos es el impresionante monasterio benedictino a partir del cual se fundó el pueblo. En definitiva, otro gran destino que te sugerimos visitar desde Zug.
¿Cómo llegar a Zug?
Gracias a su ubicación central en Europa, Suiza es un país perfectamente conectado por trenes con más de 12 países. Las conexiones ferroviarias internacionales, nacionales y regionales paran diariamente en Zug y con mucha frecuencia, lo cual hace que llegar a esta ciudad sea muy sencillo. Además, Zug posee una cómoda conexión con la red de autopistas, lo cual hace que también se pueda llegar fácilmente en coche. Una vez en la ciudad, podrás moverte a pie, en transporte público o en sus cómodos carriles para bicicletas.
La estación de tren de Zug se encuentra en el centro de la ciudad, de manera que en pocos minutos podrás llegar al casco antiguo, los principales lugares de interés, alojamientos y restaurantes.
Si viajas en coche desde Zúrich, deberás tomar por la A4 y desde Lucerna, en cambio, la A14. El acceso desde el oeste de Suiza se realiza por el Hirzel Pass y luego por la A14.
Si prefieres viajar en avión, el Aeropuerto de Zúrich es la mejor opción. El mismo se encuentra a 50 minutos de la estación de trenes de la ciudad y comunicado con ella. Desde aquí podrás moverte en tren, o bien alquilar un coche y llegar a Zug en menos de una hora.
¿Qué te pareció nuestro destino de hoy? Creemos que si planeas hacer una ruta por el centro de Suiza, la ciudad de Zug no debería quedar fuera de tu itinerario. Como se encuentra conectada de múltiples maneras con los principales destinos de Suiza, no hay excusas para no hacer la visita. Allí te esperan su hermoso lago y bien conservado casco antiguo para que vivas una gran experiencia.
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