Trinidad, la ciudad más bonita de Cuba

Seguimos recorriendo Cuba y es momento de hablarte de otro de sus destinos imperdibles: Trinidad. Esta pequeña ciudad colonial, situada en la costa sur y centro de la isla, presume de ser la más bonita del país. Los motivos de dicha mención son varios: su tamaño reducido, calles empedradas y casas pintadas en colores pasteles, las montañas a su alrededor y su ambiente animado son algunos de ellos. ¿Te gustaría conocer todo lo que hay para ver en Trinidad? Entonces ponte cómodo, porque hay mucho sobre lo que queremos hablarte.

Cuba es uno de los destinos caribeños más populares. Sus playas son consideradas como algunas de las más lindas de las bañadas por el Mar Caribe y su belleza natural sorprende en todo momento. Además de las imperdibles ciudades de La Habana, Varadero y Cienfuegos, Trinidad es otro destino que no tendría que quedar excluido de tu ruta. Estamos seguros de que su ambiente colonial te hará sentir privilegiado de poder caminar por sus calles.

Al igual que la capital cubana, Trinidad es una ciudad con muchísima historia. Fue la tercera villa fundada por la Corona Española, allá por 1514, y paso obligado en el camino de Santiago de Cuba a La Habana, fundadas unos años más tarde (1515 y 1519 respectivamente). Entre los siglos XVII y XIX el comercio de azúcar y de esclavos le dio a la ciudad un fuerte impulso para su crecimiento. De esta época gloriosa quedan varias muestras concentradas principalmente en la Plaza Mayor.

Entre mediados del siglo XIX y mediados del XX la ciudad quedó relativamente aislada y no se construyeron nuevos edificios. Esto contribuyó enormemente a que hoy luzca su trazado original. A eso se suma la posterior restauración que se realizó de sus edificios, dejando como resultado un destino mágico.

Hoy en día, Trinidad es una de las ciudades coloniales mejor conservadas de toda América. Además, sus atractivos no se limitan únicamente al núcleo urbano en sí. Gracias a su ubicación privilegiada, es posible hacer muchas excursiones y paseos por sus alrededores.

Como queremos que puedas aprovechar al máximo su paso por Trinidad, hemos armado esta completa guía de viaje en la que descubrirás todo lo que puedes hacer en ella y sus alrededores, así como información importante para tu paseo.

¿Qué ver en Trinidad?

Si lo comparamos con La Habana, Trinidad no tiene una cantidad enorme de lugares para visitar. De todos modos, eso no es algo que le quite encanto. De hecho, es perfecta para descansar y desconectar un poco del bullicio de la capital. Como toda ciudad pequeña, Trinidad invita a pasear tranquilamente por sus calles, dejándose llevar lo que dicten los sentidos.

Las calles estrechas y empedradas te irán llevando poco a poco a la parte alta de Trinidad, pasando por pequeñas plazas, iglesias y viviendas pintadas de todos los colores. El paseo también se ve acompañado de tiendas de artesanía, restaurantes y bares que tientan a hacer una parada y comer algo rico.

Si quieres conocer Trinidad de la mano de un guía local, te recomendamos contratar un free tour por Trinidad. Este completo recorrido te llevará a conocer los rincones más emblemáticos de la ciudad, su historia, costumbres y más. Además, el precio del paseo lo pones tú al finalizar el recorrido.

Centro histórico

El empedrado centro histórico de Trinidad es el mejor conservado de Cuba. Como ya te contamos, tras la abolición de la esclavitud y el infortunio del negocio del azúcar, la villa se sumió en la pobreza y no se construyeron nuevas edificaciones. De ese modo, Trinidad quedó detenida en el tiempo.

Pasear por las calles del centro histórico da la sensación de hacer un viaje a siglos atrás, a la época de la colonia. No en vano, se la conoce como la ciudad-museo de Cuba y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El centro histórico de Trinidad abarca las calles situadas alrededor de la Plaza Mayor, punto de visita obligado (asimismo, es una de las pocas zonas de la ciudad donde tendrás buena conexión wifi).

Aparte de edificios coloridos, estas vías empedradas acogen muchas tiendas de artesanías y mercados callejeros. Por eso, comprar algún recuerdo de tu paso por Trinidad es algo que también tienes que hacer, además que estarás contribuyendo en la economía de las familias cubanas (como seguro sabes, muchos países de Latinoamérica viven profundas crisis económicas y sociales).

La calle Jesús María o José Martí es la principal arteria comercial de Trinidad. Si prestas atención, verás que bajo el primer nombre se encuentra el otro que reza “héroes de la Revolución”, aunque todos siguen usando el original.

Otro consejo que te damos, es que te animes a alejarte un poco de las calles más cuidadas y turísticas del centro histórico. En estas callejuelas sin asfaltar, repletas de pequeños comercios tradicionales y carros tirados por caballos, se aprecia la auténtica forma de vida cubana alejada del turismo. Dicho de otro modo, para realmente conocer una ciudad hay que descubrir sus dos caras: la turística y la cotidiana.

Plaza Mayor: el corazón de Trinidad

La Plaza Mayor es el alma de Trinidad. Cuando visites el centro histórico, obligadamente pasarás por ella. Los mismos edificios coloridos te irán conduciendo a este punto que, durante los siglos XVIII y XIX, vivió el esplendor económico de la ciudad.

En sus orígenes era conocida como la Plaza de la Iglesia, ya que era parte de la Parroquia Mayor, pero a lo largo del tiempo fue cambiando de nombre y de forma. Recién a mediados del siglo XIX alcanzó su apariencia actual, gracias a las riquezas dejadas por la producción azucarera. Desde ese entonces deleita a sus visitantes con sus espíritu caribeño colonial, dando vida a la postal con los típicos edificios color pastel a su alrededor.

El camino que lleva al corazón de la plaza se encuentra custodiado por dos galgos fundidos en mármol y unas cuantas palmeras. Mientras que, en su parte central descansa sobre un pedestal la estatua de mármol de la musa griega de la danza, Terpsícore. A su alrededor, cuatro jardines rectangulares cercados por verjas blancas importadas de Filadelfia terminan de completar su diseño.

Además de estar rodeada de edificios bonitos, la Plaza de la Trinidad posee un ambiente muy animado. En todo momento está llena de turistas y lugareños que se reúnen en torno a la famosa Casa de la Música a tomar algo, usar el WIFI y compartir el momento.

Presidiendo la Plaza Mayor verás la Iglesia de la Santísima Trinidad, el templo más importante de la ciudad y uno de los más grandes de Cuba. Su maravillosa arquitectura es el resultado de 75 años de trabajo, de allí que se aprecian detalles del estilo neoclásico, griego y tendencias del siglo XIX.

Otro de los edificios más importantes de los que hay alrededor de la plaza es el Museo Romántico. El mismo se encuentra situado en el Palacio Brunet, en uno de los extremos de la Plaza Mayor, y fue propiedad del Conde de Brunet, quien amasó una gran fortuna gracias a las plantaciones de azúcar. La planta baja del edificio acoge una colección de objetos familiares y un hermoso patio andaluz, que en su momento fue el más bello de Cuba. La entrada al museo cuesta 2 CUC.

Iglesia y convento de San Francisco

La iglesia y convento de San Francisco fue construida en 1813 por los franciscanos, aunque en 1848 pasó a ser iglesia parroquial. En 1895 hizo de cuartel para el ejército español y en 1922 fue demolida debido a su mal estado de conservación. De ella sobrevivió su torre amarilla, principal ícono de Trinidad. Por eso, subir a su parte más alta y apreciar la panorámica de la ciudad con las montañas al lado, es otra de las tareas obligadas de tu paseo.

Además, hoy en día la iglesia acoge el Museo de la lucha contra los Bandidos, un espacio que muestra, a través de fotos, documentos y objetos, la historia de los contrarrevolucionarios que se refugiaron después de 1959 en la sierra de Escambray. La entrada cuesta 1 CUC y resulta muy interesante.

La iglesia y convento de San Francisco se encuentran en la pintoresca y acogedora Plazuela de Cristo, una de las más lindas de Trinidad. La misma es pequeña y tiene espacio para descansar bajo la sombra de los árboles, mientras escuchas a los cubanos animando el ambiente con música local.

Museo de Arquitectura Colonial

Otra de las cosas que puedes hacer en Trinidad es visitar este interesante museo ubicado en una antigua mansión colonial, una más de las muchas que se construyeron gracias a las riquezas dejadas por la industria azucarera.

El Museo de Arquitectura Colonial se encuentra situado en la vivienda que fue el hogar de la familia Sánchez Iznaga. Dar un paseo por sus estancias te transportará a los tiempos en que la ciudad vivió su máximo apogeo. Cada detalle de las puertas, molduras y muebles dan nota de ello. Sin dudas, vale mucho la pena, además que la visita vale 1 CUC.

Museo de Historia Municipal

Como ves, a pesar de ser pequeño, Trinidad cuenta con varios museos. Otro de ellos es el Museo de Historia Municipal, un espacio situado en el precioso Palacio Cantero, otro de los construidos gracias a la producción de azúcar en el Valle de los Ingenios.

Si te interesa meterte de lleno en la historia de Trinidad, no hay mejor propuesta que esta. La colección de su interior cuenta la historia de la ciudad desde su fundación hasta el día de hoy, a través de piezas y documentos históricos.

Además, la parte superior del museo posee una terraza que regala unas vistas hermosas de Trinidad y las montañas que la rodean. La foto de los colores pasteles de las edificaciones y el verde de la naturaleza a su alrededor ya de por sí justifican pagar la entrada al museo (2 CUC).

¿Qué hacer en los alrededores de Trinidad?

Tal como te contamos al principio, una de las ventajas de Trinidad es que se encuentra muy cerca de grandes atractivos turísticos de Cuba. De hecho, es perfecta para explorar toda la zona central de la isla, puesto que a pocos kilómetros de ella aparecen enclaves naturales increíbles.

Aquí te contamos cuáles son las mejores cosas que puedes hacer en sus alrededores.

Relajarse en la Playa Ancón

A 11 km de Trinidad se encuentra la playa Ancón, una de las más bonitas de Cuba. Si bien los cayos se roban gran parte del protagonismo, lo cierto es que su cercanía a la ciudad la convierte en una parada obligada. Además, posee un ambiente mucho más local que las playas de Varadero, en las que se ven muchos más turistas internacionales.

La playa Ancón tiene 4 km de arena blanca y fina y está bañada por aguas azules y transparentes. Sus excelentes fondos marinos permiten contemplar la barrera coralina, además de una reserva arqueológica en la que yacen infinidad de naufragios y galeones de asaltos a corsarios. Por eso mismo, la zona es ideal para los amantes del buceo, ya que cuenta con más de 20 puntos de inmersión. Si el buceo no es lo tuyo, explorar la zona con una máscara de snorkel también es un gran plan.

La playa cuenta con bastantes facilidades y varios hoteles en los que se puede alquilar sus servicios sin necesidad de alojarse. De todos modos, también hay una zona pública con chiringuitos y mucho ambiente cubano.

La forma más cómoda de llegar a la playa Ancón es tomando un taxi compartido desde Trinidad. Al ser un destino muy popular, lo más seguro es que coincidas con algún turista que desee compartir el trayecto contigo. El precio regular de los taxis es de 15 CUC por trayecto. También hay un autobús local que cuesta 5 CUC por persona, ida y vuelta. La desventaja es que es un medio de transporte mucho más incómodo.

En caso de que vayas con tu coche de alquiler, tienes a disposición un parking vigilado que funciona hasta las 6:30 pm a un precio relativamente económico.

Tomar un catamarán a Cayo Iguana

La mayoría de los viajeros que visitan Cuba lo hacen con el objetivo de conocer sus maravillosos cayos. Si eres uno de ellos, no dudes en tomar una excursión en catamarán hasta Cayo Iguana, un paraíso de arena blanca y aguas turquesas.

Este diminuto y deshabitado cayo se encuentra situado a aproximadamente a 2 horas en barco de Trinidad. Es un paraíso de aguas tranquilas y pocas profundas, con flora y fauna exótica que crean un escenario puramente caribeño. Allí es común ver iguanas, que están muy acostumbradas a la presencia de turistas, y las jutías, un roedor autóctono de Cuba. Sin embargo, el show más espectacular yace bajo el agua: un universos de peces de color, estrellas de mar y más.

La manera de llegar a este pequeño paraíso terrenal es tomando un barco desde la playa Ancón. Si viajas en temporada alta, no olvides reservar tu lugar con anticipación. Cayo Iguana es un espacio protegido, de manera que el número diario de visitas es limitado. El único servicio que encontrarás allí es un pequeño bar que sirve comida y bebidas.

Visitar el Valle de los Ingenios

Como ya sabes, la industria azucarera jugó un papel clave en la historia de Trinidad. La mejor manera de descubrir esto es en el Valle de Los Ingenios, también conocido como Valle de San Luis.

Por cierto, los ingenios son un conjunto de instalaciones industriales que se empleaban para moler y procesar la caña de azúcar. En Trinidad llegaron a existir 40 de estas instalaciones que eran propiedad de los llamados aristócratas del azúcar durante los siglos XVII, XVIII y XIX. Muchos de ellos eran grandes empresarios provenientes de Europa que tenían comprados a los corsarios con el ron que obtenían de la destilación del azúcar. De allí que Trinidad nunca fuese saqueada durante ninguno de los conflictos bélicos que sufrió la isla.

El Valle de los Ingenios está asentado en una extensa llanura formada por los valles de Agabama-Méyer, Santa Rosa y la llanura costera del sur. Es un sitio que combina patrimonio histórico y natural y una visita imperdible para hacer desde Trinidad. No en vano, es otro sitio que fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

La forma de llegar al Valle de los Ingenios es a través de un antiguo tren de vapor que sale de la estación de trenes de Trinidad. La misma atraviesa este pintoresco valle y permite al viajero acercarse a las antiguas plantaciones azucareras coloniales en las que trabajaban los esclavos africanos. De allí que una de las atracciones más populares de esta zona es la llamada Ruta del Esclavo.

El tren realiza tres paradas, una en la torre campanario de Manaca Iznaga, una de las haciendas mejor conservadas del valle. Luego, en una antigua fábrica de cañas de azúcar y finalmente en el restaurante El Mirador. El precio de la excursión es de 10 CUC y también vale mucho la pena.

Hacer una excursión al Parque Natural Topes de Collantes

Otra de las excursiones más populares para hacer desde Trinidad es al Parque Nacional Topes de Collantes, un paraíso natural situado apenas a 20 km de la ciudad. La zona es ideal para conectar con la naturaleza cubana, respirar aire puro, nadar en sus ríos, ver cascadas y visitar cuevas.

El Parque Natural Topes de Collantes se encuentra situado en plena Sierra del Escambray, a 800 metros sobre el nivel del mar. Su paisaje natural protegido es el hogar de numerosas especies endémicas de flora y fauna, como bosques de pino, bambú o eucalipto.

Este tour por Topes de Collantes comienza visitando El Mirador, un hermoso punto panorámico desde el cual se aprecia una bella estampa del Valle de los Ingenios, Trinidad y el mar Caribe.

Luego, hace una parada en la comunidad de Topes de Collantes, visita una plantación de café y finalmente se dirige hacia Vegas Grande. Desde aquí inicia una ruta de senderismo de moderada dificultad para conocer la flora y fauna del parque. Por último, visitarás una hermosa catarata donde podrás tomar un baño refrescante.

Hablamos del Salto del Caburní, el atractivo más destacado del parque. Esta cascada tiene una caída de agua de 62 metros y es considerada una de las más espectaculares del país.

La experiencia termina con un almuerzo en un restaurante local, para reponer un poco las energías gastadas en la caminata.

Conocer la Catarata El Nicho

Otra de las mejores cosas para hacer en los alrededores de Trinidad es conocer este impresionante salto de agua situado en la Sierra de Escambray, a mitad de camino entre Trinidad y Cienfuegos.

El Nicho es un enclave protegido por el Parque Natural Topes de Collantes. Su cascada de aguas cristalinas proviene del río Hanabanilla y es el hogar del Tocororo, el ave más famosa de Cuba.

Para llegar a ella hay que recorrer un sendero de 2 km de longitud que transcurre entre densos bosques y es conocido como el Reino de las Aguas. A lo largo del paseo aparecen hermosas piscinas naturales y cuevas que se pueden explorar. Una vez en la cascada, es posible seguir un poco más y llegar a un mirador panorámico que regala unas vistas espectaculares del valle.

El punto de partida para conocer El Nicho puede ser tanto la ciudad de Cienfuegos como Trinidad. La diferencia es que desde la primera tendrás un acceso más directo, mientras que salir de Trinidad implica atravesar zonas de montañas con tramos irregulares.

La mejor manera de llegar desde Trinidad es contratando un taxi o una excursión. En el primer caso, el precio es de unos 50 CUC (ida y vuelta) y el conductor te esperará hasta que hayas visitado la cascada. La entrada a la misma cuesta 5 CUC.

¿Cómo llegar a Trinidad?

La ubicación de Trinidad es perfecta para hacer una parada en tu viaje desde La Habana a Cayo Santa María y, al mismo tiempo, pasar por otras ciudades históricas, como Cienfuegos o Santa Clara.

Si viajas en grupo, la manera más rápida de llegar a Trinidad desde la capital es tomando un taxi (el precio aproximado es de 110 CUC). Pero, en caso de que viajes solo o en pareja, lo más rentable es tomar un autobús. La empresa Viazul realiza viajes para turistas desde La Habana hasta Trinidad por un precio de 25 CUC por persona (aproximadamente) y demora unas 6 horas en llegar.

Una vez en Trinidad, podrás moverte caminando sin problema por la ciudad. Ahora, otra buena idea es alquilar una scooter y visitar por tu propia cuenta el Valle de los Ingenios y recorrer los alrededores. El precio es de 25 CUC por 24 horas y baja si la renta es por más días.

Ya lo sabes, si planeas viajar a Cuba sí o sí deberías pasar por Trinidad. En esta ciudad colonial te encontrarás con la esencia del país, con su gente y un modo de vida muy sencillo. Los paisajes a su alrededor, el patrimonio histórico y cultural que protegen sus calles, su ambiente animado y la buena comida justifican enormemente el viaje.