25 actividades para disfrutar de La Habana

La capital cubana es uno de los mejores destinos para viajar por Latinoamérica. La Habana siempre te dejará con ganas de más. Su particular encanto, su historia, su gente, su comida, la magia de la ciudad vieja y la enorme cantidad de cosas que hay para hacer allí lograrán robar tu corazón. Aprender sobre la Revolución Cubana, tomar un mojito, bailar al ritmo de la rumba cubana y fotografiar sus famosos edificios color pastel, son apenas algunas de las muchas cosas que podrás hacer allí

Como queremos que tengas una experiencia de viaje completa, hemos armado este listado con 25 cosas para hacer en La Habana. Las mismas abarcan actividades de lo más diversas, de manera que puedas disfrutar de color, aroma, sabor y ritmo de la ciudad.

La Habana es el alma de Cuba, su ciudad más representativa y su capital. Es uno de esos destinos que brillan con luz propia y un sitio al que, a pesar de tener un cierto aire decadente, siempre querrás volver. Parte de ello tiene que ver con su gente, que te hará sentir como en tu casa.

La historia de la ciudad y el país es tan fascinante que deberíamos dedicar un artículo exclusivo a hablar de ello. Parte de este pasado se deja ver en su patrimonio histórico y cultural, en sus interesantes museos y edificios restaurados. La cultura inunda las calles, en las cuales suena música tradicional, se aprecian murales y pinturas y se ven personas bailando rumbas. Cada rincón habanero tiene un encanto especial y tras cada esquina encontrarás un motivo más para enamorarte de la ciudad.

Al mismo tiempo, la capital cubana sorprende al viajero con su animada vida nocturna y su increíble oferta gastronómica. En definitiva, viajar a Cuba y no pasar por La Habana sería lo mismo que ir a París y no visitar la Torre Eiffel.

25 cosas para hacer en La Habana

Muchos viajeros llegan a Cuba desesperados por ir a sus playas, destinando apenas unas horas a pasear por su capital. Si bien es cierto que con un día podrás visitar lo básico de La Habana Vieja, también es verdad que para empaparte de la verdadera magia de la ciudad, tienes que dedicarle al menos 2 o 3 días. Solo de ese modo llegarás a los rincones más auténticos y podrás tomar contacto con los habaneros.

Como somos de la idea de que a cada destino hay que dedicarle su tiempo, aquí tienes una gran cantidad de propuestas para disfrutar de La Habana en 2 o 3 días de paseo. Antes de comenzar, te contamos que la ciudad se organiza en tres zonas principales: Habana Vieja, Habana Centro y Vedado. Cada uno de estos barrios posee cualidades únicas e irrepetibles y tiene sus motivos por los cuales vale la pena visitarlos.

La Habana Vieja se encuentra situada en el este de la ciudad, frente a la bahía, y representa la zona donde se fundó la villa. Centro Habana se ubica en la parte norte y central de la ciudad y alberga muchos lugares interesantes. El barrio de Vedado tiene su corazón en Plaza de la Revolución, una zona repleta de hoteles, restaurantes y mucha vida nocturna.

A continuación verás una serie de atractivos para disfrutar de cada uno de estos barrios, de modo que nada quede fuera del tintero.

1- Hacer un free tour por la ciudad

No existe mejor manera de conocer un destino que no sea de la mano de su gente, más aún si se trata de La Habana. Por eso, te sugerimos que una de las primeras cosas que hagas, sea unirte a un free tour por la ciudad y conocer sus puntos más emblemáticos de la mano de un guía local.

Con un free tour guiado por locales también aprenderás sobre los episodios más importantes de la historia cubana. Además, el precio lo pones tú al final del paseo. Si te interesa la idea de conocer La Habana de esta manera, aquí tienes una propuesta: free tour por La Habana.

2- Perderse por las calles de La Habana Vieja

Tal cual lo indica su nombre, La Habana Vieja es la parte más antigua de la ciudad y, también, la más turística. La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad y a lo largo de los años ha sido restaurada. Gracias a ello, pasear por sus calles que parecen detenidas en el tiempo es un placer y una de las mejores experiencias que puedes vivir en la capital cubana.

La Habana Vieja atrapa al viajero con su ambiente y sus edificios históricos. A medida que avances por sus calles irán apareciendo grandes hoteles, tiendas de artesanías, restaurantes, bares y algunos de los edificios más antiguos y emblemáticos de la ciudad. Si bien no ofrece las mismas posibilidades que otras capitales del mundo, pasear por ella es un imprescindible de cualquier viaje a Cuba.

¿Sabías qué? Después del huracán Irma, que azotó Cuba en el 2017, la ciudad quedó muy dañada y lamentablemente todavía se pueden observar algunos vestigios de ello.

Las calles más importantes de La Habana Vieja son Cuarteles, Teniente Rey, Mercaderes, Obispo, la calle Oficios y otras. A lo largo de estas arterias aparecen edificios restaurados de arquitectura barroca y colonial que se mezclan con otros de estilo neoclásico, Art Decó y Art Nouveau. Los colores pasteles también se hacen presentes, dotando a las calles de La Habana Vieja de una magia especial.

Tip viajero: si no tienes problema con levantarte temprano, te recomendamos pasear por esta parte de la ciudad antes de las 10 de la mañana, ya que después se llena de turistas.

3- Visitar la Plaza San Francisco

Una de las cuatro plazas de La Habana Vieja es la de San Francisco. La misma se desarrolló mirando hacia el puerto en el siglo XVI y hoy en día funciona como puerta de entrada a la ciudad. Al igual que sus hermanas, posee un ambiente animado y una buena cantidad de restaurantes y cafeterías.

En la Plaza de San Francisco de Asís verás varios monumentos y edificios a su alrededor. Una de las más llamativas es la Fuente de los Leones y su adoquinado irregular, una obra de mármol blanco que es una de las más lindas y simbólicas de la ciudad. También se encuentra la Terminal Sierra Maestra, punto desde el cual parten los barcos turísticos; la Lonja del Comercio, la Iglesia y convento de San Francisco de Asís; el Museo del Ron y el Coche Miambí, un vagón de tren estadounidense de 1990.

Tip viajero: si eres un apasionado de la bebida más famosa de Cuba, el ron, no dejes de visitar su museo, aprender todo sobre su proceso de elaboración y culminar la experiencia con una cata.

El conjunto de edificaciones coloniales y las vistas al mar hacen de esta plaza un punto de partida obligado de una ruta a pie por La Habana Vieja.

4- Disfrutar del animado ambiente de la Plaza Vieja

Muy cerca de la Plaza San Francisco encontramos la Plaza Vieja, otra visita imprescindible para hacer en La Habana. De hecho, es su rincón más alegre, gracias a los edificios coloridos que hay a su alrededor.

Las construcciones coloniales de la Plaza Vieja en la antigüedad rodeaban el antiguo mercado en el que se comerciaba con todo tipo de mercancías, incluidos los esclavos. Actualmente, en lugar del mercado, se ven restaurantes y algunas tiendas internacionales de moda.

Para apreciar la plaza desde la mejor perspectiva tienes que subir a la azotea del edificio Gómez Vila, ubicado en una de sus esquinas. Además, en su interior se encuentra una cámara oscura, predecesora de las actuales cámaras de fotos. Por 2 CUC podrás visitar la sala y ver imágenes de toda la ciudad en tiempo real. Sin dudas, una experiencia diferente para hacer en La Habana.

También te recomendamos sentarte en alguna de sus terrazas a tomar un trago o probar un plato típico cubano. La plaza tiene un ambiente muy animado día y noche, por lo que es un plan perfecto para concretar en cualquier momento del día. Siempre suele haber artistas cubanos cantando, lo cual le suma atractivo a la experiencia.

Si quieres un consejo gastronómico, te recomendamos degustar las cervezas artesanales de La Taberna de la Muralla, otro sitio con mucho ambiente que se suele animar con música local.

5- Fotografiar la Catedral

Paseando por las calles de La Habana Vieja llegarás a la Plaza de la Catedral, uno de los rincones más bonitos de esta zona. Recientemente restaurada, el templo más importante de la ciudad recuperó el espléndido estilo barroco que tuvo en el siglo XVII. Sus dos torres campanario son su sello distintivo.

El conjunto de edificios de piedra, también de estilo barroco, que rodean la plaza le dan más encanto al lugar. Si quieres un consejo, no te pierdas la oportunidad de visitar el patio interior del restaurante El Patio, sitio donde además podrás tomar un primer contacto con la gastronomía cubana.

6- Conocer la historia de la ciudad en la Plaza de Armas

Otro punto digno de mención de La Habana Vieja es la Plaza de Armas. Además de ser muy pintoresca, reviste mucho interés histórico, puesto que allí se fundó formalmente la ciudad en 1519. Nota de esto lo dan la gran cantidad de edificios históricos que hay a su alrededor, ya que durante mucho tiempo fue el centro administrativo.

Uno de los edificios más importantes de la plaza es el Palacio de los Capitanes Generales, uno de los ejemplos más representativos del barroco cubano. En la época de la colonia española era la residencia de los gobernadores y hoy en día es un museo dedicado a la historia independentista cubana.

7- Acercarse al Castillo de la Real Fuerza

Cuando visites la Plaza de Armas de La Habana, no dejes de acercarte al Castillo de la Real Fuerza, uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar en tiempos del dominio español en el Caribe. Se encuentra ubicado a un costado de la Plaza de Armas, frente al mar, así que no deberás moverte demasiado. Tanto este castillo como el resto de las fortificaciones de la ciudad son Patrimonio de la Humanidad.

De todas las fortalezas que quedan en pie en América, el Castillo de la Real Fuerza es la más antigua. Su construcción se remonta a los años 1558 y 1577 y fue uno de los bastiones defensivos más importantes de Cuba, jugando un papel clave en la defensa de la ciudad ante los ataques de la Corona Inglesa.

Una de sus estancias más famosas es la Torre de la Espera, cuya parte más alta está coronada por una copia de la famosa veleta de bronce llamada La Giraldilla (la original se encuentra en el Museo de La Ciudad), ubicado en la misma Plaza de Armas.

Asimismo, te llamará la atención el impresionante foso que rodea la fortaleza, actual sede del Museo de Navegación. Por su parte, el interior del castillo alberga el Museo de la Real Fuerza, un sitio en el cual se puede ver la evolución del castillo, la Plaza de Armas y sus alrededores.

8- Pasear por Centro Habana

Junto con Habana Vieja se despliega el barrio conocido como Centro Habana, una zona con una arquitectura similar, solo que con edificios de mayor altura por lo cuales no han pasado las labores de restauración.

Al igual que la parte vieja de la ciudad, sus calles están llenas de vida y son perfectas para tomar contacto con los locales, sus costumbres y tradiciones. Más que en la capital cubana, te dará la sensación de estar en un barrio en donde todos sus habitantes se conocen. Si bien las calles y viviendas de esta zona están más deterioradas, la esencia cubana se mantiene intacta, y en ello radica su principal encanto.

Las calles de Habana Centro se encuentran llenas de mercados, restaurantes de comida local, pequeños bares y un ambiente muy cotidiano. Además, una de sus ventajas es que los precios son mucho más asequibles que en Habana Vieja, barrio que está más orientado al turismo.

Centro Habana tiene un par de paradas obligadas. Una de ellas es en el Parque Central, un espacio verde situado muy cerca del Capitolio. En el medio alberga una estatua muy antigua de José Martí, el famoso prócer y político cubano.

Si hablamos de los edificios emblemáticos de Habana Centro tenemos que nombrar el Gran Teatro Alicia Alonso. Si bien su belleza muchas veces se ve eclipsada por el Capitolio, lo cierto es que es otro de los edificios más bonitos de la ciudad. Su un estilo neobarroco le da un aire majestuoso por donde se lo mire. Si bien fue inaugurado en 1915, recientemente ha sido rehabilitado.

Hoy en día, el Gran Teatro Alicia Alonso es la sede del Ballet Nacional de Cuba y cuenta con diversas salas. La visita guiada por sus instalaciones tiene un precio de 2 CUC. El paseo vale la pena, especialmente por las hermosas vistas del Capitolio que se disfrutan desde sus balcones.

Al otro lado del Parque Central, frente al Hotel Inglaterra y el Gran Teatro de la Habana se encuentra el Museo Nacional de Bellas Artes. Si te gustan estos espacios, aquí encontrarás una buena muestra de la pintura cubana.

Otro de los edificios emblemáticos de Habana Centro es la Torre Bacardí. Tal como habrás adivinado, su nombre indica que perteneció a la familia de origen barcelonés que dio vida al famoso ron. El edificio es una verdadera joya de Art Decó y en su momento fue el más alto de la ciudad (1930). Lo más interesante es subir al mirador que hay en su azotea por el módico precio de 2 CUC.

9- Empaparse con la historia cubana en el Museo de la Revolución

Hay ciudades en las que no conocer su historia es prácticamente un pecado. Una de ellas es La Habana. Por eso, visitar el Museo de la Revolución es una de las actividades obligadas para hacer en La Habana.

La exposición del Museo de la Revolución hace un recorrido por la historia cubana desde la época precolombina hasta la actualidad, aunque se centra especialmente en la Revolución Cubana. Recordemos que la misma llevó al derrocamiento del presidente Batista en 1959, y también con la vida de Che Guevara. Eso sí, no esperes encontrar diversas perspectivas de la historia del país. Más allá de su partidismo, no deja de ser una visita de lo más interesante.

El Museo de la Revolución se encuentra ubicado en el edificio del antiguo Palacio Presidencial. Su colección incluye documentos, armas y objetos personales de Fidel, el Ché Guevara o Camilo Cienfuegos. Al mismo tiempo, tiene rincones curiosos, como el mural donde se ven las caricaturas de los Bush, Batista y Ronald Reagan.

La entrada al museo cuesta 8 CUC y con ella tendrás incluida la visita al memorial Granma. Este último es un homenaje al barco en donde Fidel Castro y el Che Guevara viajaron de México a Cuba antes del triunfo de la Revolución.

10- Visitar el Capitolio, un imprescindible que hacer en La Habana

El precioso Capitolio de La Habana es una de sus postales más emblemáticas. Su enorme cúpula de 90 metros de altura se aprecia desde varios puntos de la ciudad, por lo que es imposible que no te veas atraído a conocer el edificio.

El Capitolio fue construido en 1929 para albergar el Congreso. Pero, cuando triunfó la Revolución Cubana en 1959, se disolvió y pasó a ser la sede de la Academia Cubana de las Ciencias y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología. En 2019 terminó un largo proceso de restauración que dejó el edificio con la estética que verás hoy en día.

Un dato curioso sobre el Capitolio es que representa el kilómetro 0 de la isla. Para marcar dicho punto, ubicaron un diamante bajo la cúpula, solo que en 1973 lo trasladaron al Banco Nacional de Cuba por cuestiones de seguridad. De todos modos, eso no fue suficiente para protegerlo, puesto que posteriormente desapareció.

Este emblemático edificio se encuentra situado en Habana Centro y es posible visitar las hermosas salas de su interior por 3 CUC.

11- Recorrer el Paseo Del Prado

Desde el Capitolio parte la avenida peatonal más importante de la ciudad: el Paseo del Prado, otro de los imperdibles que se pueden ver en La Habana.

La postal de esta vía comercial, que conecta el Parque Central con el Malecón, se presenta con una gran cantidad de edificios coloridos y árboles que crean un espacio muy agradable para caminar tranquilamente. Si pasas por ella un fin de semana, verás una gran cantidad de pintores exponiendo su arte a lo largo de esta avenida.

¿Sabías qué? Tras el triunfo de la Revolución, la calle pasó a llamarse Paseo de Martí, aunque los cubanos siguen usando su nombre original.

12- Dar un paseo en un coche clásico

Una de las actividades más populares para hacer en La Habana es dar un paseo en un coche clásico. Cuando visites el Gran Teatro verás estos vehículos que en su mayoría fueron importados desde los Estados Unidos durante los años 40 y 50. Pero, cuando la Revolución colmó Cuba, Fidel Castro prohibió que llegaran más de estos coches ni repuestos estadounidenses. De allí que a partir de 1959 arribaron los Lada rusos.

Un consejo clave para conseguir un paseo a buen precio es alejarse de los alrededores del capitolio. En los callejones de La Habana Vieja hay coches clásicos que ofrecen paseos a un costo mucho más razonable (alrededor de 30 CUC la hora).

13- Caminar por el Malecón de La Habana

El paseo marítimo de La Habana tiene más de 8 km de largo y se extiende desde la Vieja Habana hasta el principio del barrio de Miramar. Este recorrido no solo es transitado por los turistas que visitan la ciudad, sino que es un punto de encuentro de los habaneros, quienes acuden a este espacio a pescar, charlar y pasar el rato. Por ende, es otro de los mejores lugares para compartir con la gente de la ciudad.

Uno de los tramos más recorridos del Malecón es el que abarca Habana Vieja, ya que desde este punto se disfrutan de unas vistas muy bonitas del Castillo del Morro. De todos modos, hay otros sitios interesantes para visitar en esta zona.

Uno de ellos es el Castillo de San Salvador de la Punta. Erigido entre los años 1589 y 1630, constituyó una de las defensas más importantes de la ciudad. A lo largo de su historia cumplió varios papeles, desde Puerto Naval hasta Escuela de Milicias. En el 2002 fue rehabilitado y desde ese entonces funciona como museo.

14- Visitar el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña

Son dos los motivos más importantes por los cuales tienes que visitar el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña. Por un lado, las vistas de La Habana que se disfrutan desde este punto son espectaculares. Al mismo tiempo, permite descubrir las dos antiguas fortalezas de la ciudad: el Castillo de los Tres Santos Reyes del Morro y la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña.

Ambas fortificaciones se ubican al otro lado de la bahía y, junto con la Habana Vieja, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El Castillo de los Tres Reyes del Morro es una imponente fortaleza construida entre 1589 y 1630 para defender la ciudad del asedio de los piratas. Ubicada en la entrada de la bahía, sus muros de 3 metros de ancho la convirtieron en el principal bastión defensivo de la Corona española. La misma cumplió su función durante más de un siglo, hasta que en 1762 sucumbió ante el ataque terrestre de 20.000 soldados ingleses.

Hoy en día, el Castillo de los Tres Reyes del Moro alberga el Museo Marítimo. Además, cuenta con un faro que sirve para orientar a los barcos que llegan al puerto de La Habana. Si bien la entrada a la fortaleza cuesta 6 CUC, si deseas subir a lo alto del faro y disfrutar de unas vistas increíbles de la bahía y la ciudad, deberás abonar un adicional de 2 CUC.

La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña es una colosal fortificación erigida en el siglo XVIII, con la finalidad de reforzar la defensa de la ciudad. Posee 700 metros de largo y ocupa 19 hectáreas, hecho que la convierte en la fortaleza más grande de toda América.

Tras cumplir un largo período defendiendo la ciudad, hoy en día la fortaleza se ha restaurado y permite al turista pasar una buena cantidad de horas visitándola. El Museo de las Fortificaciones y el Centro Cultural Casa del Che funcionan allí. Además, muy cerca hay bares, restaurantes, puestos de artesanías y una tienda de tabaco donde se encuentra el cigarro más grande del mundo.

La entrada a la fortaleza tiene un precio de 6 CUC durante el día y 8 CUC por las noches.

Para llegar a las fortificaciones puedes tomar los metrobuses P8, P11 o P15 y bajar en la primera parada después del túnel. Otra opción más cómoda es tomar un taxi. Desde La Habana Vieja el trayecto cuesta alrededor de 4 o 5 CUC. También, es posible llegar tomando el Ferry Casablanca, que parte desde la Avenida Carlos Manuel Céspedes (en La Habana Vieja).

15- Asistir a la ceremonia de El Cañonazo

La hora del día más adecuada para acercarse al Parque Histórico Militar Morro-Cabaña es al atardecer, momento en que podrás asistir a la famosa ceremonia del Cañonazo”. La misma rememora el disparo del cañón durante la época colonial, el cual alertaba a los habitantes de la ciudad ante el ataque de los piratas.

La ceremonia tiene lugar todos los días a las 9 pm en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña. Para la ocasión, actores ataviados con uniformes militares del siglo XVIII recrean el disparo del cañón sobre el puerto, actividad que se mantuvo hasta 1850. Presenciar este espectáculo simbólico es otra de las experiencias que merece la pena vivir en La Habana. Eso sí, procura llegar temprano para conseguir un buen sitio.

16- Hacer un viaje en el tiempo en la casa del Che Guevara

La Habana es una ciudad marcada por la historia, especialmente la escrita por dos personajes: Fidel Castro y el Che Guevara. A lo largo de muchos puntos es posible ir armando las piezas de la historia del país y esta ciudad en particular. Aunque, déjanos decirte que los mejores maestros son su gente. Puedes visitar museos y, en este caso, la casa del Che, pero para tener una perspectiva global de lo que sucedió en Cuba, lo mejor es oír a los ciudadanos.

En 1959 Fidel Castro dio la orden de que el Che Guevara se trasladara de Santa Clara, sitio en donde comenzó la Revolución Cubana, hasta La Habana. La casa en la que se alojó el Che en aquel entonces está abierta al turismo. La visita permite acceder a su despacho, habitación e incluso se pueden ver objetos personales y más. La entrada cuesta 6 CUC.

Si conocer su casa no es lo que más te interesa, de todos modos te sugerimos que te acerques. ¿Por qué? Porque junto a esta histórica vivienda se alza una enorme estatua de mármol de un Cristo. Esta obra de 20 metros de altura simboliza la protección de la ciudad y es la segunda figura de este tipo más alta del mundo, por detrás del Cristo Redentor de Río de Janeiro.

La casa del Che Guevara se encuentra muy cerca de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, por lo que puedes aprovechar la ocasión para visitar todos estos atractivos en un mismo día.

17- Dar un paseo por el Vedado

Otro de los barrios más turísticos de La Habana es el conocido con el nombre de Vedado. El mismo corresponde a la zona más chic de la ciudad, tal como comprobarás ni bien llegues.

El Vedado parece una ciudad aparte a La Habana. Sus calles y construcciones te recordarán más a una ciudad norteamericana, como Nueva York o Miami. En otras palabras, es una zona que rompe con la estética colonial habanera. De todos modos, el Vedado es el auténtico núcleo comercial, residencial y cultural de la ciudad, con una gran cantidad de rascacielos y grandes edificaciones. Por ende, es otro imprescindible del viaje.

El motivo por el cual este barrio tiene un ambiente diferente a los otros dos es que creció en la segunda expansión de la ciudad. De allí que en sus calles y avenidas se observan elegantes edificios construidos a principios y mediados del siglo XX. Sus vías amplias y arboladas, las mansiones y rascacielos inspirados en el estilo Art Decó le dan un ambiente muy diferente a las calles de Centro Habana.

¿Sabías qué? El nombre del barrio viene de la época en la zona era un extenso bosque que funcionaba como una barrera natural contra el ataque de piratas. Por suerte, el gobierno de la colonia decidió mantener este bosque, que más tarde bautizó como el Vedado.

La calle más frecuentada del Vedado es La Rampa, la cual acoge muchos hoteles, restaurantes, tiendas, discotecas, pubs nocturnos y la famosa heladería Coppelia. Además, en esta zona se encuentra Zorra, una de las mejores discotecas para salir de fiesta, y el Cuervo, uno de los locales de Jazz más famosos de la ciudad.

18- Apreciar el arte del Callejón de Hamel

Uno de los puntos más interesantes del barrio el Vedado es el Callejón de Hamel, una galería de arte afroamericano a cielo abierto que fomenta esta cultura en el barrio. Con apenas 200 metros de largo, el pasaje se encuentra lleno de murales, frases de artistas y pensadores y esculturas hechas con materiales reciclados. Sin dudas, un paseo colorido e interesante para conocer esta cultura de un modo diferente.

El mejor día para visitar el callejón es el domingo, cuando artistas ataviados con atuendos muy llamativos interpretan shows de percusión.

19- Hacer una parada en la Plaza de la Revolución

La histórica Plaza de la Revolución es el punto más emblemático de Vedado y una de sus postales más famosas. Es considerada una de las plazas más grandes del mundo y, además, es un sitio con mucha carga política. Por ejemplo, Fidel Castro promulgó largos discursos desde este amplio espacio, en el cual también se le despidió cuando falleció.

Lo más destacado de la plaza es el monumento a José Martí, una torre de 112 metros que representa la construcción más alta de la ciudad. Igual de fotografiados son los relieves que componen la cara del Che Guevara, junto a su famoso lema “Hasta la victoria siempre”; y a Camilo Cienfuegos.

20- Pasear por las lápidas de la Necrópolis de Cristóbal Colón

Uno de los cementerios más importantes del mundo se encuentra en La Habana, precisamente al frente de la Plaza de la Revolución.

La Necrópolis de Cristóbal Colón fue declarada Monumento Nacional y acoge uno de los conjuntos arquitectónicos monumentales más destacados del planeta. Si bien visitar un lugar así puede que no esté en tus planes, sin dudas que vale la pena.

El cementerio tiene 56 hectáreas y es famoso por su iconografía religiosa y sus elaboradas esculturas de mármol. Lejos de ser inquietante, pasear entre sus lápidas es lo más parecido a estar en un museo. La enorme cantidad de monumentos de diferentes estilos realizados por artistas cubanos y extranjeros es la principal responsable de ello.

El cementerio lleva este nombre porque entre 1795 y 1898 reposaron allí los restos del famoso almirante Cristóbal Colón. La entrada cuesta 5 CUC para los extranjeros e incluye un mapa con los puntos más interesantes de la necrópolis.

21- Probar un mojito en La Bodeguita del Medio

La Habana es conocida por sus mojitos, por ende, si te gusta este cóctel no puedes irte sin probar uno de La Bodeguita del Medio, el bar más famoso de la ciudad.

La Bodeguita de en Medio es popular por la gran cantidad de celebridades que pasaron por ella, por su ambiente cubano y por ser en lugar donde se inventó el mojito. Eso sí, los precios aquí son un poco más caros que en otros bares de la ciudad. Encontrarás este emblemático lugar muy cerca de la Plaza de la Catedral.

Otra bebida que nació en La Habana es el daiquiri, en este caso, en la Floridita. Por ende, acercarse a este bar es una buena manera de degustar esta rica bebida. De todos modos, en cualquier otro bar encontrarás el mismo cóctel a precios más accesibles.

22- Saborear la gastronomía cubana

No puedes irte de La Habana sin probar algún plato local. La ciudad está llena de restaurantes para todos los bolsillos, así que seguramente encontrarás un sitio para comer bien y barato.

Hay 3 maneras de probar la comida cubana:

• Las ventanitas: son personas que sirven sus platos a través de la ventana. En este caso, la comida es más sencilla y básica, aunque también más barata. Lo más habitual son el arroz con pollo, la pizza o las hamburguesas, todo a muy buen precio.
• Los restaurantes gestionados por el gobierno tienen precios más caros y menús más elaborados. Eso sí, debido a la escasez de ingredientes con la que convive a diario Cuba, no siempre tienen todos los menús que ofrecen en su carta.
• Los paladares son restaurantes de gestión privada, con un precio mayor a los anteriores. En términos de calidad, podríamos decir que son la mejor opción para comer en La Habana.

Nuestro consejo es que vivas las 3 experiencias. Para un snack rápido o un desayuno, las ventanitas son perfectas. Comer en un restaurante nacional es algo que también tienes que hacer, puesto que allí degustarás sabores propios de Cuba. Lo mismo con los paladares, que son un gustito para darse de vez en cuando.

En cuanto a los platos típicos, podríamos dedicar un artículo completo a ello. En líneas generales, algunos de los platos típicos son: el arroz con pollo, los moros y cristianos (frijoles negros con arroz blanco), la ropa vieja (carne de ternera desmenuzada con salsa de tomate, aceitunas, ajo y arroz); la vaca frita (similar a la anterior, pero con menos ingredientes); el sandwich cubano (súper recomendable); el ajiaco (una sopa que se prepara carne, yuca, patata, plátanos verdes, lima y otros ingentes), solo por mencionar algunos.

La comida callejera es siempre una buena manera de descubrir la gastronomía de cada destino. En ese caso, te recomendamos hacer este tour: tour de comida callejera en La Habana.

23- Mover el cuerpo en un show de música cubana

Si la comida te deja con culpa, puedes quemar un poco de calorías al ritmo de la música cubana. Las calles de La Habana son un show a toda hora del día. La salsa, la rumba o el bolero le dan a las noches un brillo especial, así que no dudes en cerrar el día de esa manera.

Algunos de los locales más famosos para ir a bailar un poco de salsa y otros ritmos cubanos son Tropicana y Parisien, El Guajirito o Habana Café. En algunos casos es obligatorio reservar tu plaza con antelación. En casi todos estos lugares deberás abonar una entrada que incluye consumiciones y/o cena. Los precios oscilan entre los 20 y 70 CUC, según la opción que elijas.

24- Relajarse en las playas del Este, las más cercanas a La Habana

Si viajas a Cuba con planes de playa, pero no quieres moverte mucho más allá de La Habana, la solución es ir a las playas del Este. Las mismas son un conjunto de arenales pegados unos con otros, ubicados apenas a 18 km de la ciudad, en dirección a Guanabo.

Lo particular de esta zona, es que no cuenta con el desarrollo inmobiliario que sí se ve, por ejemplo, en Varadero. A pesar de ello, es muy frecuentada por los habaneros, que se acercan a nadar en sus aguas turquesas y descansar en sus arenas blancas y finas.

Para quienes disfrutan de ambientes más bien vírgenes, sin grandes pretensiones de servicios, las playas del Este son perfectas. No así para quienes buscan el lujo y las comodidades de los grandes resorts.

25- Hacer una excursión a Viñales

Una de las mejores excursiones para hacer en La Habana es al Valle de Viñales, también conocido como Parque Nacional de Viñales, un sitio que desde 1999 lleva la mención de Patrimonio Mundial por la UNESCO.

En Viñales encontrarás uno de los escenarios naturales más hermosos de la geografía cubana. Los grandes protagonistas son los famosos mogotes, unos pequeños montes de piedra caliza que se distinguen por sus cimas redondeadas. Además, la zona alberga las mayores plantaciones de tabaco de Cuba, por lo que también es perfecta para descubrir todo lo relacionado con esta industria.

En otras palabras, es una propuesta estupenda para salir un poco de los paisajes urbanísticos y el tumulto de gente, y sumergirse en un ambiente donde predomina el verde y el aire puro. Además de estas colinas redondeadas cubiertas de vegetación, el valle cuenta con algunas cuevas que se pueden visitar.

La excursión a Valle de Viñales te llevará a conocer los campos de tabaco en los que se elaboran los famosos habanos, la selva y la milenaria Cueva del Indio, una antigua caverna repleta de estructuras minerales; además del pueblo colonial de Viñales.

Mapa de La Habana

Como siempre, aquí tienes un mapa con los sitios que te proponemos visitar en La Habana. Por supuesto que quedan cosas por ver, la oferta de la ciudad es realmente interminable. Pero, con todas estas actividades podrás conocer a fondo este destino tan fascinante desde el punto de vista histórico, cultural y paisajístico.

Viajar a La Habana es una de las cosas que hay que hacer en la vida. Si piensas como nosotros, esperamos que esta guía te sirva para planificar tu recorrido.