¡Prepárate para descubrir una de las ciudades más increíbles del mundo! Sí, nos vamos a Roma, la Ciudad Eterna, un destino que respira historia en cada una de sus esquinas. ¿Te preguntas qué ver en Roma? No te preocupes, porque hemos armado una guía de viaje muy completa por esta ciudad que, estamos seguros, te enamorará a primera vista.

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Con más de 2.000 años de historia, la Ciudad Eterna es un verdadero museo al aire libre. Además de ser una de las ciudades con más historia del mundo, también es a la que más leyendas y mitos se le atribuyen. Como sea, durante el Imperio Romano esta ciudad increíble dominó el mundo. Hoy en día, sus monumentos, que son los protagonistas de muchos libros de historia, la dotan de una riqueza patrimonial única.

Si le preguntas a un viajero qué ver en Roma, la respuesta más rápida será el Coliseo o la Fontana di Trevi, pero lo cierto es que hay muchísimo más para ver. Una enorme cantidad de iglesias antiguas, barrios llenos de magia, anfiteatros, restos arqueológicos, museos de todo tipo, plazas, parques y muchos restaurantes son solo algunas de las cosas que completan la oferta turística de Roma.

¿Listo para conocer la Ciudad Eterna? Ponte cómodo, porque tenemos mucho que contarte.

Mejores cosas que ver en Roma en 3 días

Roma es fascinante. Podrías pasarte tranquilamente un mes entero en la ciudad y no dejar de sorprenderte. Sin embargo, si has incluido la capital italiana como parte de una ruta por el país, es muy posible que no cuentes con tanto tiempo. Por eso, armamos una guía con los mejores lugares que ver en Roma en 3 días, de manera que no te pierdas lo fundamental de esta ciudad patrimonial.

Antes de comenzar a viajar por Roma, te dejamos los mejores tours para disfrutar de la Ciudad Eterna.

Una de las siete maravillas del mundo, el ícono más clásico de Italia, el monumento por excelencia de la ciudad… Son muchas las maneras de presentarte al Coliseo, pero posiblemente todas se quedan cortas. Entrar a este anfiteatro en donde los gladiadores celebraban encarnizadas peleas es, literalmente, hacer un viaje en el tiempo.

Los bloques de travertino del Coliseo protegen casi 2.000 años de historia y permiten al viajero revivir la época de máximo esplendor del Imperio Romano. El Anfiteatro Flavio, nombre con el cual era llamado en la época romana (en honor a la familia que lo mandó a construir), comenzó a llamarse Coliseo recién en la Edad Media. Como sea, pasear por sus gradas, ver una panorámica completa de la arena de los gladiadores, visitar el hipogeo y sus túneles subterráneos, son una de las mejores experiencias que puedes vivir en Roma. No en vano, cada año visitan el Coliseo más de 6 millones de personas.

No nos explayaremos mucho en su historia, puesto que no es el objetivo del artículo, pero te contamos algunos datos del Coliseo que enriquecerán tu visita. Siempre es mejor conocer la historia de cada lugar que visitas, ¿no crees?

Con una presencia única, este anfiteatro comenzó a construirse en el año 72 d.C. y terminó en el 80 d.C., durante el régimen del emperador Tito. Con 188 metros de longitud, 156 de ancho y 57 metros de altura, se convirtió rápidamente en el mayor anfiteatro romano. Sus gradas tenían capacidad para acoger más de 50.000 espectadores, que observaban atentos las peleas entre los gladiadores, las recreaciones de batallas, las exposiciones de animales exóticos y hasta las ejecuciones públicas.

Tras este período de máximo esplendor, que se extendió por 500 años, el Coliseo de Roma debió hacer frente a muchos desastres naturales, saqueos y a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, que lo fueron deteriorando. A pesar de eso, su imponente aspecto en absoluto se perdió. Tan es así, que en el año 2007 el Coliseo se convirtió en una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

¿Cómo visitar el Coliseo romano?

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Dejando de lado la historia, te contamos cómo visitar el atractivo más famoso de Roma. La visita puede hacerse por libre o guiada.

La entrada al Coliseo tiene un precio de 16 EUR por persona y se puede comprar en las taquillas, en el Foro romano o en la página oficial. El ticket incluye también la entrada al Foro Romano y al Monte Palatino, que podrás visitar por única vez en un plazo de 48 hs. Otra opción es comprar el ticket especial (22 EUR), que incluye el acceso a la arena o a los túneles subterráneos del Coliseo. En este caso, el plazo para hacer las visitas también es de 48 hs.

Un detalle a tener en cuenta son las largas colas que suele haber en temporada alta o durante los fines de semana. Por eso, lo mejor es comprar el ticket por el sitio web o bien, adquirirlo en el Foro Romano, en el que generalmente hay menos gente en las colas.

Contratar un tour guiado es la mejor manera de meterte de lleno en la historia de este coloso. Por eso, te sugerimos que optes por visitar el Coliseo, el Foro Romano y el Monte Palatino de esa manera. Una alternativa más completa es el tour que incluye estos tres atractivos más el Vaticano, siempre sin hacer las tediosas colas.

El Coliseo abre todos los días, de 8:30 am a 7 pm, excepto el 25 de diciembre y el 1 de enero, que permanece cerrado. Llegar al Coliseo es sumamente sencillo, puesto que se encuentra ubicado en la Piazza del Colosseo, junto a la estación de metro Colosseo.

Monte Palatino

Justo al lado del Coliseo se encuentra el Arco de Constantino, otro de los monumentos que ver en Roma. Este arco del triunfo fue mandado a construir por el emperador Constantino I el Grande en el año 315, a fin de conmemorar su triunfo en la batalla del Puente Milvio.

Tras admirar esta mole de mármol de 21 metros de largo y 25 de ancho (que sorprende por su excelente estado de conservación), podrás acercarte a la entrada del Monte Palatino. El Palatino es el más céntrico de los siete montes que hay en Roma y constituye una de sus paradas más históricas. Por ende, es otro imprescindible que ver en Roma en 3 días.

Desde el Monte Palatino tendrás unas vistas inmejorables del Foro Romano (mejores aún si las observas desde uno de sus laterales). Este lugar es la cuna de la ciudad de Roma y el sitio donde se asentaron sus primeros habitantes, allá por el año 1.000 a.C. En el período republicano, los romanos pertenecientes a las clases más altas se instalaron aquí y levantaron enormes y majestuosos palacios, de los cuales se conservan algunos vestigios.

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Un ejemplo de esto es el Palacio Domus Flavio, que fue la residencia del emperador, y la Casa de Livia, uno de los edificios mejor conservados del Palatino, famoso por los mosaicos y frescos de sus paredes. Tampoco dejes de visitar el Museo Palatino, en donde se exponen frescos, mosaicos y otros objetos hallados en las excavaciones, que dan nota de la época de máximo esplendor del Palatino.

Foro Romano

Lo que sigue es bajar al Foro Romano que, junto con el Coliseo, es la muestra más clara de la grandeza que tuvo el Imperio Romano. El antiguo centro de la vida religiosa, social y política de la ciudad es uno de los lugares más interesantes y bellos que ver en Roma, por eso, lo mejor es dedicarle tiempo y recorrerlo con calma.

Las excavaciones en el Foro Romano comenzaron en el siglo XX y así se pudo recuperar gran parte de este sitio histórico. Gracias a eso, hoy en día es posible ver un gran número de templos, la famosa Vía Sacra (la calle principal de la antigua Roma) y el Arco de Tito.

Otros puntos de interés del Foro Romano son el Arco de Severo Séptimo, del año 203 d.C., el Templo de Antonino y Faustina, el mejor conservado del Foro Romano; la Basílica de Majencio y Constantino y otros. Sin dudas, este museo al aire libre te dejará asombrado y será otro recuerdo más del paso por una de las ciudades más bellas e interesantes de Europa.

Visitar el Foro Romano y el Palatino puede llevarte medio día tranquilamente, puesto que abarcan una extensión muy amplia. Además, tienen tantos sitios interesantes que querrás detenerte a apreciar detenidamente todos los detalles y monumentos.

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Plaza Campidoglio

Tras terminar de recorrer el Foro Romano, es momento de subir a la Plaza Campidoglio. En este caso, deberás sortear una escalinata que te llevará a esta maravillosa plaza proyectada por Migue Ángel. También conocida como Plaza del Capitolio, se trata de la primera plaza moderna que se diseñó en Roma.

Tras el pedido del Papa Pablo III Farnese, Miguel Ángel diseñó esta plaza orientada a la Basílica de San Pedro, que era el centro político de la ciudad en aquella época. Hoy en día, la Plaza Campidoglio se ha convertido en uno de los focos turísticos más importantes de la ciudad, por ende, otro sitio que ver en Roma.

Uno de los motivos por el cual tantos viajeros pasan por este punto particular, es la presencia de los Museos Capitolinos. Además, ubicada entre el Palazzo Senatorio y el Palazzo Nuovo (también diseñados por Miguel Ángel) se encuentra la famosa escultura de la Loba Capitolina, quien alimentó a los fundadores de la ciudad de Roma, Rómulo y Remo.

Actividad opcional: visita al Museo Capitolino

Si te queda tiempo, puedes aprovechar que te encuentras en la Plaza del Campidoglio para hacer una visita al Museo Capitolino.

Formado por el Palacio de los Conservadores (Palazzo dei Conservatori) y el Palacio Nuevo (Palazzo Nuovo), el Museo Capitolino es uno de los más antiguos del mundo. Sus orígenes se remontan al año 1471, cuando el papa Sixto IV donó una colección de bronce. Ambos palacios, unidos por una galería subterránea, constituyen otra de las visitas que hacer en Roma más interesantes.

El Museo Capitolino acoge una colección impresionante de esculturas y pinturas de autores de renombre, como Caravaggio, Tiziano, Rubens y Tintoretto. Entre sus obras más famosas destacan la Venus Capitolina, la Cabeza de Medusa y la loba que amamantó a Rómulo y Remo (cuya réplica también se encuentra en la plaza, como te contamos antes). También es muy interesante la sala cubierta de vidrio en la cual se expone la estatua de Marco Aurelio y diferentes fragmentos que se conservan de algunas estatuas colosales.

El horario de visita al Museo Capitolino es de martes a domingo de 9:30 am a 7:30 pm. La entrada cuesta 15 EUR y es gratuita el primer domingo de cada mes (al igual que el Coliseo).

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Plaza del Campidoglio

Así finalizamos nuestro primer día en Roma, una jornada intensa cargada de emociones. Para cenar, puedes elegir alguno de los restaurantes que hay alrededor de la Plaza del Campidoglio, o bien buscar algo en la zona donde te alojes. Como sea, no faltarán opciones para comer en Roma.

Día 2: Piazza Navona, Panteón de Agripa, Fontana di Trevi y barrio de Trastevere

Para el segundo día te proponemos seguir explorando aquellos sitios de Roma que tampoco deberías perderte. Por eso, asegúrate de comenzar temprano, así le sacas el máximo provecho a la jornada.

La primera parada de la ruta es en otro de los mejores lugares que ver en Roma: la Piazza Navona.

Piazza Navona

La Piazza Navona es, posiblemente, la más bella de Roma. Alrededor de ella se concentran muchos de los edificios y monumentos más emblemáticos de la ciudad, por lo que es una zona en la que encontrarás muchísimas cosas para ver.

Este sitio era el lugar en donde se situaba el antiguo estadio Domiciano (también conocido como Circo Agonal), en donde más de 30.000 espectadores se congregaban para celebrar los juegos atléticos griegos. Hoy en día, esta plaza acoge 3 imbatibles: los restos del estadio de Domiciano, la iglesia de Santa Inés en Agonía y la Fuente de los Cuatro Ríos.

La Fuente de los Cuatro Ríos se encuentra situada en el centro de la Plaza Navona. Construida por Bernini en 1651, posee cuatro estatuas que representan los ríos más importantes de la época: el Danubio, el Ganges, el Nilo y el Río de la Plata. Sin embargo, no es la única que verás en la plaza, ya que hay otras 2 fuentes barrocas que llamarán tu atención (la Fuente del Moro y la Fuente de Neptuno).

La plaza se encuentra rodeada de bares, restaurantes y terrazas, por lo que podrás darle inicio a tu segunda jornada desayunando en este sitio con tanto ambiente.

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Panteón de Agripa

A 300 metros de la Piazza Navona se encuentra el edificio mejor conservado del Imperio Romano: el Panteón de Agripa, otro imperdible que ver en Roma. Con casi 2.000 años de antigüedad, este sitio es una verdadera obra maestra.

Ubicado en la Piazza della Rotonda (más conocida como La Rotonda), el Panteón de Agripa lo mandó a construir el emperador Adriano entre los años 118 y 125 (de allí que también se lo llama Panteón de Adriano). Su gigantesca cúpula es la mayor del mundo sin hormigón armado, de allí que sea considerada como otra de las joyas arquitectónicas de Roma.

El Panteón de Agripa sorprende tanto por su arquitectura como por sus medidas: mide exactamente lo mismo de diámetro que de altura. A su vez, la cúpula es incluso más grande que la de la Basílica de San Pedro. Esta última queda oculta tras su fachada rectangular compuesta por 16 columnas de granito de 14 metros de altura.

En la parte central de la cúpula del Panteón de Agripa se encuentra el óculo, un orificio que permite la entrada de los rayos del sol. Precisamente, esta posición convierte al óculo en un gigantesco reloj solar que marca la hora según la posición de la luz en la pared interior del edificio.

No te conformes únicamente con admirar su fachada, lo realmente mágico se esconde tras sus gruesos muros. Allí encontrarás las tumbas de muchos reyes de Italia, obras de arte, siete capillas, imágenes religiosas y más.

El horario de visita al Panteón de Agripa es de lunes a sábado de 8:30 am a 7:30 pm, y de 9 am a 6 pm los domingos. La entrada es gratuita.

Fontana di Trevi

La famosísima Fontana di Trevi es la más grande y bella de la ciudad. Además de su infinidad de detalles, impresiona por la gran escultura de Neptuno subido a un carro tirado por caballos marinos y tritones.

Si bien sus orígenes se remontan al año 19 a.C., lo cierto es que su aspecto final lo obtuvo en 1762. Con el tiempo, se convirtió en uno de los mejores sitios qué ver en Roma. A cualquier hora que vayas la encontrarás repleta de turistas lanzando monedas al agua. ¿Por qué hacen esto? Por un antiguo mito que nació con la película de 1954 «Tres monedas en la fuente».

Si lanzas una moneda (siempre con la mano derecha sobre el hombro izquierdo), volverás a Roma. Si lanzas dos, encontrarás el amor en una italiana/o; y, si arrojas tres, te casarás con la persona que conociste.

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Trastevere, el barrio más auténtico de Roma

La segunda mitad de la jornada la dedicaremos a recorrer uno de los barrios más bonitos de Roma: Trastevere. Para eso, debes dirigirte al Ponte Garibaldi (muy cerca de la Piazza Navona) y cruzar el Tíber para acceder a la Viale di Trastevere. Aquí pasarás lo que queda del día, ya que hay muchos sitios interesantes para ver.

El Trastevere es uno de los barrios más emblemáticos de Roma. Ni bien comiences a caminar por sus calles adoquinadas, te meterás de lleno en su aire bohemio y su laberinto de callejones estrechos, llenos de rincones mágicos. Terrazas con manteles a cuadros, trattorias (que invitan a hacer una parada técnica a almorzar) y casitas tradicionales le dan a este barrio un aire especial. Por eso, pasear por Trastevere es una de las mejores cosas que hacer en Roma.

Trastevere invita a sus visitantes a perderse en su entramado de calles rodeadas de edificios históricos que parecen inmunes al paso del tiempo. Por eso, podemos decir que es uno de los barrios más auténticos de Roma o una parada clave para descubrir la esencia de la ciudad.

Entre sus calles principales encontramos la Vía della Scala y la Vía della Lungaretta, ambas muy concurridas y con muchísimo ambiente. De ellas nacen otras callejuelas que también tienen su encanto, como Vicolo del Cinque o la Vía del Moro, solo por mencionar algunas.

Si quieres un consejo de qué ver en Trastevere, dirígete entonces a la Basílica de Santa María, la iglesia más importante del barrio. Situada en el corazón de Trastevere, en la Piazza di Santa María in Trastevere, sorprende por su carácter medieval que se conserva a pesar del paso de los años. No te pierdas la oportunidad de conocer su interior, ya que la entrada es gratuita.

Antes o después de visitar el templo, detente a observar una de las fuentes más antiguas de Roma, situada en el corazón de la plaza. Por las tardes se llena de locales y turistas que se reúnen allí a pasar un buen rato, por lo que siempre tiene un ambiente muy animado.

Si no tienes problemas con caminar, puedes dirigirte a la Porta Portese, una antigua puerta que daba acceso a la muralla que rodeaba a la ciudad. La encontrarás al final de Vía Portuense, en una zona mucho más relajada, perfecta para pasear sin la presencia de tantos turistas.

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Trastevere, uno de los barrios más auténticos de Roma

Colina de Gianicolo

Para el final de la tarde, puedes subir a la Colina del Gianicolo, un mirador que te regalará unas vistas muy bellas de Roma. Desde esta montaña de más de 80 metros disfrutarás de unas vistas magníficas del centro de Roma, con el monumento a Vittorio Emanuele II como protagonista de la estampa.

Gianicolo es una de las famosas 7 colinas de Roma y un sitio con mucha historia. Allá por el siglo VI a.C (en la Antigua Roma), cuando la monarquía llegaba a su fin y comenzaba la República, este sitio cobró mucha importancia.

Las dos clases sociales que se formaron con la República, los patricios y los plebeyos, tenían muchas diferencias entre sí. Luego de muchas luchas por sus derechos, los plebeyos se establecieron en la colina del Gianicolo, que en ese momento quedaba fuera de la ciudad. Esto obligó a los patricios a negociar su regreso y así se forjaron las bases del Derecho Romano, que al día de hoy se sigue utilizando.

Este monte, que inspiró a los antiguos romanos, también fue el escenario de la batalla en la que Garibaldi repelió el ataque de las tropas francesas en 1849. Por eso, la cima se encuentra llena de esculturas en su homenaje.

Además de pasear y contemplar el atardecer alejado del ajetreo de la ciudad, en la cima del Monte Gianicolo podrás apreciar varios monumentos interesantes. Uno de ellos es la enorme fuente de mármol conocida como Fontana dell’Acqua Paola. Otros son el Faro Manfredi, de 1911, la Iglesia de San Pietro in Montorio y el famoso Monumento a Garibaldi.

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Panorámica de Roma desde la Colina de Gianicolo

Día 3: Ciudad del Vaticano, un lugar imprescindible que ver en Roma

Un viaje a Roma no puede dejar de incluir una visita a la Ciudad del Vaticano. Por eso, el tercer día lo comenzarás tomando el metro bien temprano hasta la parada Ottaviano, la más cercana al Vaticano.

Situado en plena ciudad de Roma se encuentra el Vaticano, el país más pequeño del mundo. Junto con el Coliseo, es otro de esos sitios que todos los viajeros que llegan a la ciudad no desean perderse. Con una extensión de apenas 0,44 km² y alrededor de 800 habitantes, el Vaticano es el corazón de la Iglesia Católica. La máxima institución del Vaticano es su residente más famoso, el Papa (el obispo de Roma).

Conocer el lugar donde vive el Sumo Pontífice es uno de los motivos más importantes por el cual llegan a diario miles de personas. Pero, además de su importancia religiosa, el Vaticano posee edificios de un valor artístico e histórico incalculable.

Los 3 principales puntos de interés del Vaticano son la Plaza de San Pedro, la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos. Veamos más detenidamente cada uno de ellos.

Plaza de San Pedro

Tu primer contacto con el Vaticano será en la imponente y majestuosa Plaza San Pedro, uno de esos lugares imprescindibles que ver en Roma.

La Plaza de San Pedro es una de las más grandes y bellas del mundo. Sus espectaculares dimensiones (320 metros de longitud y 240 metros de ancho) han llegado a albergar a más de 300.000 personas. Fue construida por Bernini entre 1656 y 1667, con el apoyo del Papa Alejandro VII. Además de sus fabulosas dimensiones, destaca por la presencia de dos tramos de columnas en sus laterales, coronadas con 140 figuras de santos. Por su parte, el centro de la plaza brilla gracias a la presencia de un obelisco de 25 metros de altura proveniente de Egipto.

La forma más imponente de llegar a la Plaza de San Pedro es a través de la Vía della Conciliazione, una extensa calle que tiene como punto de llegada la Basílica de San Pedro.

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Basílica de San Pedro

Pocos edificios pueden compararse en importancia con la Basílica de San Pedro, la visita por excelencia para hacer en el Vaticano. Tras estos muros, el Papa celebra sus liturgias más importantes, a la vez que acoge la Santa Sede.

Este edificio, uno de los más grandes del planeta, te deja boquiabierto por su enorme cúpula, que puede verse desde todos los miradores de Roma. El mismo efecto produce su interior, que acoge la mayor cantidad de obras de arte por metro cuadrado del mundo. Sin dudas, es uno de esos sitios que debes visitar al menos una vez en tu vida.

La obra de la Basílica de San Pedro inició en el año 1506 y finalizó en 1626. Los arquitectos más destacados de la historia participaron en ella, entre ellos Bramante, Miguel Ángel y Carlo Maderno. Su nombre fue elegido en honor al primer papa de la historia: San Pedro, cuyos restos yacen sepultados allí.

La cúpula de la basílica es atributo, en mayor medida, del gran Miguel Ángel. Aunque, Giacomo Della Porta se encargó de continuar su trabajo y Carlo Maderno de finalizarlo. Su enorme belleza ha inspirado a muchos de los edificios más importantes del mundo, como el Capitolio de Washington y la Catedral de San Pedro, de Londres.

El interior de la Basílica de San Pedro destaca por la presencia de numerosas obras de arte, como La Piedad de Miguel Ángel, la estatua de San Pedro y el Baldaquino de Bernini. Estas obras son una auténtica maravilla, por lo que te sugerimos que dediques tiempo suficiente a apreciar cada uno de sus detalles.

Tip viajero: la entrada a la basílica es gratuita, por lo que habitualmente se forman largas colas para entrar a ella. Si quieres evitar esto y meterte de lleno en la historia del Vaticano, es muy recomendable contratar una visita guiada.

Una de las mejores cosas que puedes hacer en la Basílica es subir a su cúpula. Eso sí, esta actividad no es gratuita. Para disfrutar de las maravillosas vistas desde lo alto tendrás que pagar 10 EUR si usas el ascensor hasta la terraza y luego subes 320 escalones; o bien, 8 EUR si subes los 551 escalones que llevan al mirador.

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Museos Vaticanos

Los Museos Vaticano son algo obligado que ver en Roma. Si todo lo que has visto en el Vaticano hasta ahora te ha sorprendido, espera ver este lugar en donde se exhiben los tesoros que los Papas han acumulado durante siglos. En otras palabras, visitar los Museos Vaticanos es disfrutar de una de las colecciones de arte más importantes del mundo.

En los Museos Vaticanos encontrarás un conjunto de galerías y museos que resguardan algunas de las obras más importantes del mundo; monumentos y jardines, la Biblioteca Vaticana (una de las más importantes del mundo), las estancias de Rafael y la gran joya del museo: la Capilla Sixtina.

La forma más barata de visitar los Museos Vaticanos es sin reserva previa. En este caso, se abona un ticket de 17 EUR por persona que da acceso al museo, a las estancias de Rafael y a la Capilla Sixtina. La desventaja son las largas colas que suele haber en temporada alta. Para evitar esto puedes visitar el museo dos horas antes de su cierre, alrededor de las 4 pm.

En la página oficial del Vaticano puedes comprar un ticket de 21 EUR que incluye lo mismo que el anterior, pero evita las colas. Por 7 EUR podrás adquirir un audioguía, que enriquece la visita.

Las visitas guiadas de más de 3 horas incluyen todos los atractivos que mencionamos en la guía, evitan las colas y se realizan de la mano de expertos. Por ende, es una de las mejores maneras de descubrir el Vaticano y no perderte de nada.

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Capilla Sixtina

Si eres fanático del arte, en la Capilla Sixtina te volverás loco. La gran obra maestra de Miguel Ángel está dentro de los mayores tesoros del Vaticano y de Roma. No solo deslumbra por su decoración, sino también es el edificio en donde se lleva adelante el cónclave y se corona al Papa elegido.

Es por esto último, que visitar la Capilla Sixtina es una experiencia un tanto peculiar. Allí no podrás hablar, hacer fotos, videos ni utilizar el móvil. Incluso, los guías tampoco pueden hablar. Por eso, los detalles de la capilla se cuentan al principio del tour.

La enorme cantidad de frescos que cubren las paredes y techo de la Capilla Sixtina es lo que más llama la atención. Sus autores más importantes son, nada más y nada menos, que Miguel Ángel, Botticelli, Perugino y Luca.

Para visitar la Capilla Sixtina y evitar las colas, deberás adquirir la entrada para los Museos Vaticanos, uno de los atractivos con mayores colas de Europa. Pero, si prefieres visitarla por tu cuenta, lo mejor es hacerlo alrededor de las 1 pm. Los fines de semana, el primer domingo de cada mes y Semana Santa son momentos que debes evitar entrar a la Capilla Sixtina (por la enorme cantidad de turistas).

Mapa con las mejores cosas que ver en Roma

Mejor época para viajar a Roma

Si bien podríamos decir que cualquier momento del año es bueno para visitar Roma, lo cierto es que puede ser una sabia decisión evitar los meses de verano. Durante junio, julio y agosto la ciudad explota de turistas y las temperaturas son muy elevadas. La mezcla de calor extremo y las largas colas para ingresar a los principales atractivos puede hacer que no disfrutes de Roma como se merece. Y lo cierto, es que viajar a este destino es una experiencia que debes vivir al máximo.

Entonces, el mejor momento para viajar a Roma son los meses correspondientes a la primavera y el otoño. En estas dos temporadas las temperaturas son agradables, permiten caminar y estar al sol sin sentir que te estás achicharrando, y al mismo tiempo, hay muchos menos turistas. Una buena idea puede ser viajar a Roma en septiembre, momento en que la ciudad se disfruta de manera relajada, con buen tiempo y suficientes horas de luz para aprovechar el día al máximo.

Mejor lugar para alojarse en Roma

Roma es una ciudad enorme, por lo que elegir estratégicamente el lugar en donde vas a alojarte es muy importante. Previamente, deberás evaluar cuánto estás dispuesto a gastar y cuáles son tus preferencias. Más allá de eso, elegir bien el lugar de alojamiento puede ayudarte a ahorrar tiempo que invertirás más tarde en cada atractivo.

El centro de Roma es probablemente la opción más acertada si buscas estar cerca de los principales atractivos de la ciudad. Eso sí, en este caso deberás contar con un presupuesto más grande, puesto que los alojamientos (incluso los más básicos) rondan los 100 EUR la noche (e incluso más). Las zonas cercanas a la Fontana di Trevi, la Piazza Navona o el Panteón están dentro de las mejores opciones.

Otra buena opción para alojarse en Roma es el encantador barrio de Trastevere, uno de los más históricos y animados de Roma. La desventaja es que las conexiones con los lugares más turísticos y el aeropuerto no son las mejores.

La zona alrededor de la Estación de Termini también es una opción recomendada. A pesar de que la zona alrededor de la terminal puede ser un poco insegura, si te manejas con cuidado no tendrás problemas. Termini se encuentra cerca del aeropuerto, los precios son un poco más bajos y tiene muy buenas conexiones con el centro.

Finalmente, Monti, el barrio de moda de Roma, es también una opción. Esta zona plagada de galerías de arte y tiendas es cada vez más demandada por los turistas que viajan a Roma. Además, se encuentra muy cerca de atractivos como Santa María la Mayor y el Coliseo y sus precios son más accesibles (alrededor de 80 EUR la noche para un buen alojamiento).

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Pintoresco barrio de Trastevere, uno de los mejores sitios para alojarse en Roma

¿Cómo llegar a Roma?

“Todos los caminos conducen a Roma” dice la popular canción. Y es totalmente cierto, ¡tienes muchas maneras diferentes de llegar a Roma! Veamos cada una de ellas en detalle.

Llegar a Roma en avión

Es muy probable que llegues a Roma en avión a cualquiera de sus dos aeropuertos internacionales: el de Fiumicino y el de Ciampino. En ambos arriban vuelos de muchas ciudades europeas, ya sea con compañías low cost como Ryanair y Vueling; y otras grandes aerolíneas, como Alitalia y Lufthansa.

El Aeropuerto de Roma Fiumicino (también conocido como aeropuerto Leonardo da Vinci) se encuentra a 30 km de la ciudad y es el más transitado del país. Desde allí tienes varias formas de llegar a la ciudad. La más recomendable es tomar el tren Leonardo Express, que por unos 14 EUR te dejará en la Estación de Termini en media hora. Es la vía más rápida, puesto que evita el tráfico de Roma. Otra opción es tomar el autobús de Terravision, que es más económico (5 EUR) y demora el mismo tiempo que el tren.

Por supuesto, siempre tienes la opción de contratar un traslado privado, que es más caro, pero más rápido y cómodo. Lo mismo sucede con los taxis, que por 50 EUR aproximadamente te dejarán en el centro de Roma.

Por su parte, al Aeropuerto Roma Ciampino llegan la mayoría de las compañías low cost de Europa. Se encuentra situado a 15 km de la ciudad y muy bien comunicado por transporte público y privado.

El autobús de Terravision comunica con la Estación Termini en 40 minutos. El precio de los viajes ronda los 5 EUR o 9 EUR ida y vuelta. El tren y el metro son también dos buenas alternativas. Para ir en tren al centro, primero deberás coger un autobús de la compañía ATRAL a la estación (el viaje dura 5 minutos y cuesta poco más de 1 EUR). Desde allí podrás coger el tren por 1,5 EUR y estar en Termini en 20 minutos.

Con el metro sucede lo mismo, solo que deberás tomar uno de los autobuses ATRAL que comunican con la estación de metro Anagnina por 1,2 EUR. Desde la estación sale la línea A que llega a Termini en 25 minutos.

Llegar a Roma en tren

El tren es otra alternativa más para llegar a Roma, especialmente si viajas desde otras ciudades italianas. Si tienes prisa, desde ciudades como Florencia o Milán podrás tomar los trenes de alta velocidad Eurostars. De lo contrario, tienes a disposición los trenes alternativos, cuyos precios son mucho más accesibles.

Desde otras ciudades europeas también es posible viajar en tren a Roma, aunque en este caso deberás contar con más tiempo. Por ejemplo, desde Barcelona el viaje lleva al menos 18 horas, sumado al tiempo de la escala en Milán. Por eso, en estos casos la mejor alternativa para llegar a Roma es el avión.

De cualquier manera, es muy probable que tu punto de partida para conocer Roma sea la Estación de Termini, la estación de ferrocarril más importante de la ciudad. A ella llegan a diario 800 trenes y alrededor de 500.000 pasajeros, convirtiéndose en la estación más transitada de Italia.

La Estación de Termini posee excelentes conexiones con los principales puntos de la ciudad. Por allí pasan las líneas A y B y una gran cantidad de autobuses. El centro se encuentra a unos 30 minutos a pie.

Omnia Card y Roma Pass: la manera más práctica de disfrutar de los mejores sitios que ver en Roma

Como vimos, Roma es una ciudad enorme que incluye muchísimo atractivos. Por ende, además de comprar varias entradas para acceder a sus principales monumentos, deberás subirte en muchas ocasiones al metro o autobús. No te preocupes, tienes dos grandes opciones para ahorrar dinero durante tu paso por la Ciudad Eterna: la Roma Pass y la Omnia Card.

La Roma Pass puede ser una gran aliada durante tu viaje. Esta tarjeta turística se vende en dos modalidades: 48 y 72 horas, a un precio de 32 y 52 EUR respectivamente. ¿Qué beneficios brinda? Permite acceder con descuento a los principales puntos de interés de la ciudad y usar el transporte público de manera gratuita durante el tiempo que dure la tarjeta.

De esa manera, con la Roma Pass podrás visitar, por ejemplo, el Coliseo, el Foro Romano y el Palatino por apenas 2 EUR. Además, los usuarios que tengan esta tarjeta tienen una cola exclusiva para ellos, por lo que ahorrarás tiempo para entrar a cada atracción.

Por eso, ya que vas a pasar 3 días en la ciudad, nuestra sugerencia es que adquieras la Roma Pass de 72 horas y te dediques solo a disfrutar.

La Omnia Card es la tarjeta del Vaticano. Por un precio de 55 EUR tendrás 24 horas para visitar todos los atractivos del Vaticano, con audioguía y sin cola. Además, te da acceso al autobús turístico Open Bus Vatican & Rome. Sin dudas, otra gran aliada de tu viaje.

¿Sabías que las dos tarjetas son combinables? Puedes adquirir la Omnia Card + la Roma Pass de 72 hs. El precio de ambas tarjetas es de 113 EUR. Si bien por separado es más económico, debes tener en cuenta que de esta manera puedes usar la Omnia Card por 72 horas.

Todas las tarjetas y su combinación son muy útiles, aunque siempre dependerá de qué atractivos desees visitar.

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Con este consejo final, damos por concluida nuestra guía con las mejores cosas que ver en Roma en 3 días. No hace falta aclarar que hay muchísimo más por ver. Hemos conocido solo algunos de sus sitios más emblemáticos. Pero, son 3 días y cada día tiene 24 horas, tampoco se puede hacer magia. De todos modos, con este itinerario habrás tomado contacto con lo mejor de la Ciudad Eterna. ¡Esperamos que nuestros consejos te ayuden a vivir uno de los mejores viajes de tu vida!

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Créditos fotográficos

- [Nombre de a foto según banco de imágenes] ([url de donde la encontramos]), por [Nombre del autor] / CC BY ([url de la licencia])

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