Saber qué ver en Narbona será más fácil después de revisar este artículo con los lugares que hay para ti.
Narbona, situada en la región de Occitania en el sur de Francia, es una ciudad cargada de historia y encanto. Fundada por los romanos en el año 118 a.C., Narbona ha sido un importante cruce de caminos a lo largo de los siglos. Con una rica herencia romana, medieval y moderna, esta ciudad ofrece una variedad impresionante de lugares para visitar. En este artículo, exploraremos los principales sitios turísticos de Narbona, desde sus antiguos restos romanos hasta sus modernos museos y vibrantes mercados.
¿Qué hacer en Narbona?
Conocer el Horreum Romano
Uno de los primeros lugares que debes visitar en Narbona es el Horreum Romano, un almacén subterráneo que data del siglo I a.C. Este complejo subterráneo de túneles y cámaras es uno de los pocos ejemplos de este tipo de estructura en Francia. Originalmente utilizado para almacenar granos y otros productos agrícolas, el Horreum ofrece una fascinante visión de la vida económica en la antigua Narbo Martius, el nombre romano de Narbona.
Explorar el Horreum es como dar un paso atrás en el tiempo. Las galerías, construidas con enormes bloques de piedra, aún conservan marcas de los trabajadores que las labraron hace más de dos mil años. Además, el sitio incluye una serie de exposiciones que muestran artefactos romanos encontrados en la región, proporcionando un contexto histórico adicional a los visitantes.
Visitar la Catedral de San Justo y San Pastor
La Catedral de San Justo y San Pastor es otro de los puntos destacados de Narbona. Esta imponente catedral gótica, cuya construcción comenzó en 1272, es conocida por su impresionante altura y su magnífica nave. Aunque nunca fue completada, su estructura parcialmente terminada no disminuye su grandiosidad.
El interior de la catedral es igualmente impresionante, con hermosos vitrales que datan del siglo XIV y un coro decorado con sillería tallada. La catedral también alberga una serie de capillas laterales que contienen obras de arte y reliquias de gran valor histórico y artístico.
Ver el Palacio de los Arzobispos
El Palacio de los Arzobispos es uno de los edificios más emblemáticos de Narbona. Situado junto a la catedral, este complejo arquitectónico combina elementos de diferentes épocas, desde el periodo romano hasta el gótico y el renacentista. El palacio alberga tres museos que merecen ser visitados: el Museo de Arte e Historia, el Museo Arqueológico y el Museo Lapidario.
El Museo de Arte e Historia ofrece una vasta colección de pinturas, esculturas y objetos decorativos que abarcan desde la Edad Media hasta el siglo XIX. El Museo Arqueológico, por su parte, presenta una impresionante colección de artefactos romanos y prerromanos encontrados en la región, incluyendo mosaicos, esculturas y cerámicas. Finalmente, el Museo Lapidario exhibe una colección única de inscripciones y monumentos funerarios de la época romana.
Conocer el Canal de la Robine
El Canal de la Robine, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atraviesa el corazón de Narbona y ofrece una oportunidad perfecta para disfrutar de un paseo tranquilo. Este canal, que conecta el Canal du Midi con el mar Mediterráneo, ha sido una importante vía de comunicación y transporte desde su construcción en el siglo XVII.
Pasear a lo largo del Canal de la Robine es una experiencia relajante, con numerosos puentes y esclusas que añaden un encanto especial al recorrido. También es posible realizar paseos en barco por el canal, lo que permite a los visitantes disfrutar de vistas únicas de la ciudad desde el agua.
Visitar el Mercado de Les Halles
Ninguna visita a Narbona estaría completa sin una visita al Mercado de Les Halles. Este mercado cubierto, que data de 1901, es un vibrante centro de actividad donde los habitantes de Narbona compran productos frescos y locales. El edificio en sí es una joya arquitectónica, con una estructura de hierro y vidrio que recuerda a los grandes mercados parisinos de la Belle Époque.
En el interior del mercado, los visitantes pueden encontrar una amplia variedad de productos, desde frutas y verduras frescas hasta quesos, carnes y mariscos. También hay una serie de puestos que ofrecen comidas preparadas, perfectas para un almuerzo rápido. El mercado de Les Halles es el lugar ideal para sumergirse en la vida cotidiana de Narbona y disfrutar de los sabores locales.
Recorrer el Parque Natural Regional de la Narbonnaise
Para los amantes de la naturaleza, el Parque Natural Regional de la Narbonnaise en el Mediterráneo es una visita obligada. Este vasto parque, que abarca más de 80,000 hectáreas, ofrece una increíble diversidad de paisajes, desde playas de arena y dunas hasta marismas, lagunas y colinas cubiertas de viñedos.
El parque es un paraíso para los observadores de aves, con numerosas especies migratorias que hacen escala en las lagunas y marismas. También hay una serie de senderos para caminatas y ciclismo que permiten a los visitantes explorar la belleza natural de la región. Además, el parque incluye varios sitios arqueológicos y patrimoniales que reflejan la rica historia de la Narbonnaise.
Ir a la Abadía de Fontfroide
A pocos kilómetros de Narbona se encuentra la Abadía de Fontfroide, uno de los monasterios cistercienses mejor conservados de Francia. Fundada en 1093, la abadía jugó un papel importante en la historia religiosa y política de la región durante la Edad Media.
La abadía está rodeada de hermosos jardines y viñedos, lo que la convierte en un lugar ideal para una excursión de un día. Los visitantes pueden explorar la iglesia abacial, el claustro, la sala capitular y otras partes del monasterio, todas ellas maravillosamente restauradas. Además, la abadía organiza regularmente eventos culturales, como conciertos y exposiciones, que enriquecen aún más la visita.
Conocer el Museo de Arte Moderno de Narbona
El Museo de Arte Moderno de Narbona, también conocido como el Museo de la Casa de los Canónigos, es una visita imprescindible para los amantes del arte. Inaugurado en 1979, el museo alberga una impresionante colección de obras de arte moderno, con énfasis en artistas del siglo XX.
El museo está ubicado en un hermoso edificio histórico que añade un encanto especial a la experiencia. Entre las obras expuestas se encuentran pinturas, esculturas y cerámicas de artistas reconocidos como Pablo Picasso, Raoul Dufy y Henri Matisse, así como de artistas contemporáneos locales. Las exposiciones temporales y los eventos culturales organizados por el museo ofrecen una visión dinámica y siempre cambiante del arte moderno.
Visitar las Arenas de Narbona
Las Arenas de Narbona, un anfiteatro romano que data del siglo I d.C., son otro testimonio impresionante del pasado romano de la ciudad. Aunque gran parte de la estructura original ha sido destruida, las excavaciones arqueológicas han revelado suficientes restos para dar una idea de la magnitud y la importancia del anfiteatro en la vida pública de la antigua Narbo Martius.
Las arenas podían albergar hasta 15,000 espectadores y eran el escenario de espectáculos de gladiadores, juegos y otros eventos públicos. Hoy en día, el sitio es un lugar fascinante para explorar y aprender sobre la historia romana de Narbona.
Conocer el Jardín de los Archivos
El Jardín de los Archivos, situado cerca del Palacio de los Arzobispos, es un lugar encantador para relajarse y disfrutar de la tranquilidad. Este jardín, diseñado en el estilo francés clásico, ofrece senderos sombreados, fuentes y áreas de descanso que invitan a los visitantes a detenerse y contemplar la belleza de su entorno.
El jardín también alberga una serie de esculturas y monumentos que añaden un interés artístico e histórico al paseo. Es un lugar perfecto para descansar después de una intensa jornada de exploración y para disfrutar de la serenidad que ofrece este rincón verde en el corazón de la ciudad.
Ir a la Plaza del Ayuntamiento
La Plaza del Ayuntamiento, conocida como Place de l’Hôtel de Ville, es el corazón de Narbona. Esta animada plaza está rodeada de edificios históricos, cafés y tiendas, y es un lugar ideal para observar la vida cotidiana de la ciudad. En el centro de la plaza se encuentra el Ayuntamiento de Narbona, un edificio elegante que data del siglo XIX.
La plaza también alberga el famoso Vía Domitia, una sección de la antigua calzada romana que conectaba Italia con España. Descubierta en 1997, la Vía Domitia está expuesta al aire libre, permitiendo a los visitantes caminar sobre los mismos adoquines que los viajeros romanos hace más de dos mil años.
Conocer la Torre de Gilles Aycelin
Finalmente, otro lugar para ver en Narbona es la Torre de Gilles Aycelin, adyacente al Palacio de los Arzobispos, ofrece una de las mejores vistas panorámicas de Narbona. Esta torre de vigilancia, construida a finales del siglo XIII, formaba parte de las fortificaciones medievales de la ciudad.
Subir a la torre es una experiencia que vale la pena, aunque requiere un poco de esfuerzo. Desde la cima, se puede disfrutar de una vista impresionante de la ciudad, el canal y el campo circundante.
Sin duda, Narbona tiene de todo para vivir unas vacaciones muy especiales con toda tu familia.
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