La provincia de Barcelona está llena de sitios interesantes para descubrir, más allá de su impresionante capital. De hecho, algunos de los pueblos más bonitos de Cataluña se encuentran en estas tierras, por ende, hacer una ruta en coche por ellos es una propuesta turística a la que no podrás resistirte. En este sentido, el pequeño y encantador pueblo medieval de Mura aparece como una de las mejores opciones.
Mura se encuentra situado dentro de la comarca del Bages, en el corazón del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, por ende, es el punto de partida de muchas rutas de senderismo de diferente grado de dificultad.
Apenas 60 km separan la ciudad de Barcelona de Mura, por lo que es una escapada perfecta de un fin de semana. Recorrer el pueblo y sus alrededores te regalará una experiencia agradable para compartir con amigos, familia o en pareja. Si no tienes un fin de semana completo, también es una buena propuesta hacer una excursión de un día.
Tip viajero: para disfrutar de la verdadera esencia de Mura, te sugerimos ir entre semana. Los fines de semana (en especial en temporada alta) las callecitas de Mura se abarrotan de turistas, perdiendo un poco su encanto. Los fines de semana fuera de temporada también son una buena alternativa.
¿Qué tiene de especial Mura? El entorno natural en que se halla inmerso y el aire medieval que se respira en sus calles estrechas, empedradas y en sus casas de piedra. De hecho, su nombre en latín, murus, hace referencia a las murallas defensivas que antiguamente rodeaban la población.
¿Cómo llegar a Mura?
La mejor manera de llegar a Mura es haciendo una ruta en coche de poco más de una hora o 40 minutos desde Barcelona o Terrassa, respectivamente. El trayecto desde la capital catalana es una secuencia constante de paisajes hermosos, que le dan a esta carretera llena de curvas cerradas un encanto especial.
La ruta más rápida para llegar a Mura desde Barcelona es por la BV-1221 La otra manera es siguiendo la C-58 y luego la C-16, pasando por Terrasa. La desventaja de esta ruta es que la C-16 tiene un peaje no muy económico.
Llegar en transporte público a Mura es una opción poco recomendada, puesto que no hay conexión directa desde Barcelona en autobús. La única manera de llegar por este medio de transporte es partiendo de Manresa y Terrassa, dos ciudades cercanas a Mura. De todos modos, la frecuencia de los viajes y los horarios complican bastante la planificación, por eso lo mejor es hacer el trayecto en coche.
Otra alternativa para llegar a Mura es tomar un tren desde Barcelona a Sant Vicenç de Castellet. El boleto es económico y la frecuencia de los viajes es alta. Una vez allí, puedes coger un taxi hasta Mura para sortear los kilómetros restantes (poco más de 15).
Una vez en Mura, debes tener en cuenta que no es posible entrar con el coche al centro (eso rompería por completo con la estética del pueblo). Para eso, tiene un parking habilitado con unas 120 plazas disponibles. En temporada baja eso no representa mucho problema, pero en temporada alta (en especial los fines de semana), lo mejor es llegar lo más temprano posible.
¿Qué se puede ver en Mura?
Mura posee todos los ingredientes que hacen a un pueblo medieval perfecto: un entramado de calles laberínticas, escaleras empinadas que conducen a patios adornados con macetas y flores, pequeñas plazas y edificios de piedra. Todos estos aspectos configuran una postal sumamente fotogénica capaz de volver locos a los amantes de la fotografía. Desde cualquier esquina, es posible captar con una lente la belleza de este enclave rodeado de naturaleza.
Al ser pequeño, Mura no posee una enorme cantidad de sitios por conocer. Más bien, el encanto está en el pueblo en sí mismo. En recorrer sus calles sin prisas ni mapa y en disfrutar de su gastronomía. Respecto a esto último, te recomendamos hacer una parada y almorzar en el famoso restaurante Cal Carter, donde los productos de la tierra le dan a los platos un toque único.
En otras palabras, en Mura podrás pasar una jornada agradable, perdiéndote en sus calles entrelazadas unas con otras, formando una especie de laberinto. De ese modo, te irás acercando a los rincones más encantadores del pueblo.
Entre las paradas obligadas de Mura se encuentran la iglesia románica de San Martín, el paseo de Cami Antonietti, las fuentes que rodean la localidad y una tina del siglo XVIII ubicada en pleno centro. A medida que recorras las calles estrechas y empedradas de Mura verás que las tinas están desparramadas por todos lados. Muchas de ellas han sido reconvertidas en muros de casas o torreones, mientras que otras se conservan intactas. Las mismas eran usadas por los habitantes de Mura para elaborar sus propios vinos.
Principales sitios de interés de Mura
Mura no posee grandes monumentos, de allí que el mayor encanto radica en conocer el pueblo en su conjunto. Sin embargo, aquí tienes un listado con las paradas más importantes que podrás hacer en tu paseo por Mura:
- Plaça de la Diputació: esta pequeña plazoleta se encuentra situada en la entrada de Mura. Si bien no tiene nada que la haga especial, no deja de ser un espacio agradable que hace a la estética del pueblo.
- Iglesia de San Martí de Mura: es uno de los puntos más interesantes del recorrido por Mura. Se trata de un templo de estilo románico construido en el siglo XII sobre los restos de una edificación prerrománica del año 972.
La Iglesia de San Martí de Mura no sorprende especialmente por sus dimensiones, pero sí por su estética y buen estado de conservación. Está compuesta por tres naves, cada una concluida en un período diferente: del siglo XI la más antigua, del siglo XII la principal y del XVII la tercera nave. Un detalle a tener en cuenta es que el templo abre sus puertas únicamente los domingos a las 12 del mediodía para la celebración de la misa.
- Ermita de Sant Antoni de Mura: a las afueras del pueblo se encuentra esta sencilla capilla de estilo románico dedicada a San Antonio de Padua. Lamentablemente, no es posible visitar su interior, puesto que el único día que abre es el 13 de junio para celebrar la fiesta en honor a San Antonio de Pádua.
- Font de l’Era: la Fuente de la Era es otro de los rincones más populares de Mura. Se encuentra situada junto a un parque infantil y una zona en la que podrás disfrutar de un pícnic. Para llegar a ella solamente debes cruzar el puente que atraviesa la riera dels Nespres.
- Font del Rector: la Fuente del Rector lleva este nombre porque fue construida por el sacerdote Lluis Costa en el siglo pasado. Para llegar a ella debes seguir el camino que corre en paralelo a la riera de Nespres, al final del cual se encuentra el Gorg del Padre (en breve te damos más detalles).
- Mirador de l’Ajuntament: esta bella terraza panorámica es otro de los puntos más famosos de Mura. Desde aquí obtendrás una postal muy bonita del pueblo, además que podrás conocer su historia o aprender sobre su entorno gracias a los letreros didácticos que hay en él.
Cal Carter: el mejor lugar para comer en Mura
La oferta de bares y restaurantes en Mura no es muy amplia. Sin embargo, entre los sitios más populares y recomendados para comer podemos mencionar al restaurante Cal Carter, ubicado en el centro de Mura, junto a la Iglesia de San Martí.
Este restaurante de cocina catalana invita a descubrir los sabores locales de Mura. El negocio familiar nació en el año 1964 y desde entonces ha pertenecido a los mismos dueños. Aquí la cocina es casera y procura utilizar productos de temporada, lo cual ayuda a que los platos tengan un sabor auténtico y único.
Entre los ingredientes clásicos destacan los garbanzos, uno de los protagonistas de la gastronomía de Mura. La especialidad de la casa es servirlos gratinados con alioli y bacalao, una preparación que dará un festín a tus papilas gustativas. También son famosas las setas, que se producen durante todo el año, y la tradicional paella de montaña. Otras especialidades de la casa son los canelones, la butifarra con patatas y, para la hora de los postres, la tarta de queso, las trufas de chocolate y la crema catalana.
El restaurante posee una agradable terraza con vistas muy bonitas al pueblo, que en temporada alta suele llenarse rápidamente (por eso, conviene reservar tu mesa con antelación).
Además de Cal Carter, tienes otras opciones para comer bien en Mura. Una excelente alternativa es el Hostal de Mura, el único que abre en temporada baja entre semana. Aquí también podrás disfrutar de la tradicional comida catalana, en particular las carnes a las brasas, que son la especialidad de la casa.
¿Qué ver en los alrededores de Mura?
El hecho de que Mura se encuentra situada en pleno Parc Sant Llorenç del Munt i l’Obac hace que cuente con muchos sitios interesantes a su alrededor, algunos de los cuales son accesibles a través de sencillas rutas de senderismo.
La creación de este parque en 1972 benefició enormemente a Mura y otros pueblos cercanos a él. De allí que muchos excursionistas lleguen a este pequeño enclave para hacer diferentes rutas por la zona.
Los mejores sitios de interés que descubrirás en los alrededores de Mura son:
Ruta de las tinas
Una ruta interesante para hacer dentro del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y l’Obac es la que lleva a las antiguas tinas de vino a pie de viña. Pero, ¿qué son las tinas? Unas construcciones típicas del valle del Montcau, en la comarca de Bages, que se levantaron hace más de 200 años para elaborar vino. De ese modo, el proceso de prensado y fermentación se realizaba en medio de la viña y se evitaba el transporte a las bodegas.
En ese entonces, la comarca tenía más de 27.000 hectáreas de vid plantadas, convirtiéndose en una de las mayores productoras de vino de Cataluña. Las tinas más antiguas que se conservan datan del siglo XVIII, aunque comenzaron a proliferar a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Esto se mantuvo hasta que llegó la plaga de la filoxera, que frenó la producción. Las tinas fueron abandonadas y cayeron en el olvido.
Hoy en día, todavía hay varias bodegas en la zona (con la Denominación de Origen Pla de Bages), aunque apenas 600 hectáreas están dedicadas a viñedos, de las casi 30.000 que llegó a haber.
Por fortuna y gracias a los esfuerzos de la gente de la zona, las tinas han sido recuperadas y restauradas. Por eso, hoy en día es posible disfrutar de una ruta por las tinas e imaginar cómo fue la enorme producción de vino que hubo en aquel entonces.
Más de 30 de las 100 tinas que hay en la comarca del Bages se encuentran ubicadas a lo largo de la orilla del torrente del Flequer. Por eso, siguiendo la ruta conocida como SL-C 52, de algo más de 5 km, es posible ver estas construcciones. El sendero es circular, de baja dificultad y atraviesa un bosque mediterráneo dentro Parque Natural de Sant Llorenç del Munt il’Obac.
El itinerario incluye 4 conjuntos de tinas, de las cuales las más espectaculares son las “tines de l’Escudella”, compuesto por 11 tinas, una prensa de vino y 7 barrancas. El acceso es libre y a lo largo del recorrido encontrarás paneles en catalán que explican el funcionamiento de las tinas. Incluso, es posible entrar en algunas, ver sus cúpulas y la cerámica que reviste su interior. Si deseas conocer más sobre la historia, puedes apuntarte a un recorrido guiado.
¿Dónde comienza la ruta? Entre las poblaciones de Pont de Vilomara y Rocafort (a 6 km de Mura).
Gord del Padre
Esta bonita cascada se encuentra situada a 10 minutos de caminata desde la Ermita de Sant Antoni de Padua, siguiendo la ruta de la riera del Nespres.
El paseo no tiene pérdida, solo hay que seguir las indicaciones verdes y blancas. De camino a la cascada pasarás por la Fuente del Rector, después de la cual hay unas escaleras que suben hasta la Fuente de L’Escola. Un poco más adelante, ya habrás llegado a la Gorg del Pare.
El salto de agua se encuentra inmerso en un entorno natural muy pintoresco, que en verano invita a darse un chapuzón en la pequeña poza que se forma en la base de la cascada. El paseo es muy sencillo e ideal para hacer con niños. Su paisaje y la sombra de los árboles invitan a pasar un momento relajado escuchando el sonido del agua o compartiendo un pícnic en familia.
Puig de la Balma
Uno de los sitios más interesantes para conocer en los alrededores de Mura es el Puig de la Balma, una antigua masía del siglo XII construida sobre la misma piedra.
Este conglomerado de edificios totalmente excavados en la roca, que hoy en día funcionan como alojamiento, restaurante y museo, tiene más de 1.000 años de historia. Sin dudas, ofrece una postal de película digna de admirar. Aunque, lo cierto es que es mucho más que eso. El Puig de la Roca es un testimonio de la vida rural en Cataluña, un sitio de enorme riqueza patrimonial que ha captado el interés de muchos cronistas, documentalistas y cineastas.
Tip viajero: si deseas pasar la noche allí tienes que reservar con antelación, puesto que únicamente cuenta con 5 habitaciones dobles.
Para llegar al Puig de la Balma desde Mura hay que tomar la carretera que lleva a Rocafort. En un momento verás un desvío a la izquierda, bien señalizado, que se abre a un camino de tierra y piedras de 3 km. Lo mejor es ir a pie, puesto que las condiciones de la ruta no son idóneas para los coches, salvo que sea un vehículo acorde a este tipo de terrenos.
El Museo del Puig de la Balma cuenta con una colección de utensilios, enseres y herramientas agrícolas que se usaron generación tras generación en los trabajos diarios de la masía. El complejo también acoge una pequeña capilla del siglo XIV que fue restaurada en 1996.
Cova Simanya y subida al Montcau
Otra excursión sencilla y relativamente corta para hacer dentro del Parc Natural de Sant Llorenç de Munt es la que conduce a la Cova Simanya. La ruta lleva una hora y media aproximadamente, entre la ida y la vuelta, aunque muchos turistas deciden combinarla con el ascenso a la cima del Montcau.
La Cova Simanya, en realidad, son dos: una más grande, conocida como Cova Simanya Gran, y una más pequeña llamada Cova Simanya Petita.
El parking desde donde comienza la ruta se encuentra junto al Centro de información del Coll d’Estenalles. Si pones este nombre en Google Maps no tendrás problemas para llegar al lugar. El estacionamiento es gratuito y tiene un espacio grande, donde es relativamente fácil encontrar sitio para dejar el coche. De todos modos, en los días cálidos de primavera y otoño es normal que muchos turistas hagan esta ruta. En estos casos, lo mejor es ir temprano.
Desde el parking deberás cruzar la carretera y seguir las señales que llevan por un camino asfaltado, muy bien señalizado. La primera parte de la ruta es un ascenso pronunciado, aunque hasta la cueva no tienes más que 40 minutos de caminata. En caso de querer subir al Montcau no te preocupes, porque la bifurcación está bien señalizada.
En este mismo punto hay otro desvío que lleva a las cuevas a través de unas escaleras. Hasta el momento la ruta es asfaltada, pero a partir de este punto el camino es de tierra y rocas (en los días de lluvia puede estar algo resbaladizo).
Si te gusta el senderismo y estás acostumbrado a caminar, subir al Montcau (a 1.506 metros sobre el nivel del mar) no debería representar ningún problema. Todo el camino está muy bien señalizado con postes de color verde y la subida es bastante ligera, especialmente en el primer tramo.
A medida que ganes altura, las vistas serán cada vez más espectaculares. El último trecho es el más complicado por lo pronunciado de la pendiente, pero nada que no se pueda hacer despacio. Una vez en la cima tendrás unas vistas alucinantes de las montañas de Montserrat.
Luego de contemplar el paisaje puedes bajar en dirección al Coll d’Eres por un camino que no demanda más de 15 minutos. Desde esta pequeña explanada salen varios senderos, incluido el que lleva a la Cova Simanya.
En ese punto encontrarás las escaleras de piedra que dirigen a las cuevas. En este tramo la ruta está marcada con los colores rojo y blanco de la GR5. Tras sortear las escaleras solo resta bajar por medio de un bosque hasta ver el hito de madera que indica el camino a las cuevas.
Luego del desvío puedes seguir el sendero a la Cova Simanya Gran. El camino es muy estrecho, pero no tiene dificultad y la entrada a la cueva se encuentra muy bien señalizada. Una vez allí podrás explorar libremente y dejarte sorprender por las vistas, que son muy bonitas.
La Cova Simanya Gran tiene 400 metros de longitud y es una de las más largas de todas las cuevas del Parc Natural de Sant Llorenç de Munt. La parte que se puede visitar son los primeros 150 metros, mientras que los metros restantes implican tener linternas y equipamiento de espeleología.
El acceso a la Cova Simanya Petita lo encontrarás a mitad de camino entre la entrada del sendero y la Cova Simanya Gran. Tienes que saber que este tramo no está bien señalizado, por lo que deberás ir probando hasta dar con él. Un poco más adelante el sendero se aclara y aparece el hito que marca la entrada a la cueva. En ese caso el acceso es más complicado e implica ir con cuidado. Una vez allí verás la forma peculiar de la cueva que, no sorprende tanto como la mayor, pero también es muy bonita.
Pueblos cercanos a Mura
Ya estamos llegando al final de esta guía de viaje por Mura, pero antes queremos contarte sobre algunos pueblos cercanos que puedes visitar. De ese modo, tu paseo por la comarca de Bages será más completo. Además, si tienes solamente un día de viaje, comenzando temprano, podrás visitar Mura, Talamanca y Rocafort en una jornada.
Talamanca
Talamanca se encuentra a 9 km de Mura, por la BV-1223. Se trata de un pueblo histórico, bien conservado y muy pintoresco, que tiene varios puntos de interés. En este caso, la mayoría de las construcciones de piedra datan de los siglos XVI y XVII, época en que la comarca vivía la prosperidad económica dejada por la producción de vino.
Algunos de los atractivos para visitar en este pequeño pueblo son las ruinas del castillo y la Iglesia de Santa María. El Castillo de Talamanca se lleva todas las miradas. Se trata de una fortaleza de origen románico del cual no se conserva más que la torre circular con almenas y algunos muros. Por su parte, la Iglesia de Santa María es otra construcción románica levantada sobre un templo más antiguo, probablemente del siglo XII. Su elemento distintivo es la torre campanario, a la cual es posible subir por una escalera de caracol.
Junto a la iglesia se encuentra la pintoresca Plaza de la Fuente, un espacio restaurado que suma mucha belleza a la estampa. Desde aquí se obtiene la postal más famosa del pueblo: la fuente con la iglesia de fondo.
También vale la pena acercarse a la Plaza dels Saldoners, en donde estaba la antigua cantera de la cual se extrajo la piedra usada para construir las viviendas de Talamanca. Además, desde aquí tendrás unas vistas muy bonitas del Macizo de Montserrat.
Otra alternativa es hacer una ruta de 3 km para conocer la ermita de Santa Magdalena de Talamanca, del siglo XIII. Esta bella construcción completamente restaurada forma parte del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.
Rocafort
Para visitar Rocafort deberás regresar a Mura y desde allí sortear la corta distancia que separa ambos pueblos. El nombre correcto del municipio es Pont de Vilomara i Rocafort, que resulta de la unión de Rocafort de Bages y El Pont de Vilomara.
Rocafort es pequeño y otro pueblo que mantiene su esencia medieval casi intacta. Aquí también podrás acceder a los restos de su castillo, que en épocas de antaño tuvo mucho esplendor. Conocido con el nombre de Castillo de Nèspola, sus muros esconden más de 1.000 años de historia, aunque lamentablemente es muy poco lo que se conserva de él.
A medida que recorras las calles estrechas y empedradas de Rocafort irás encontrando rincones fotogénicos. Uno de ellos es la Iglesia de Santa María, un templo gótico erigido sobre los restos de una construcción románica más antigua. Aunque, lo más lindo que tiene Rocafort es el entorno natural privilegiado en donde se sitúa, principalmente gracias a las vistas de Montserrat que regala.
Mura y sus alrededores son la excusa perfecta para agarrar el coche y desconectar, así sea un día, de la rutina. Esperamos que nuestra propuesta de hoy haya sido de tu agrado y que te animes a recorrer los hermosos pueblos y atractivos del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac.
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