Península volcánica de Kamchatka, Rusia

Kamchatka es una península volcánica situada en Siberia, al este de Rusia. Cuenta con un gran grupo de volcanes situados en la península de Kamchatka que forman parte del Cinturón de Fuego del Pacífico. Destacando unos treinta volcanes que permanecen activos.

Esta cadena de volcanes es tan importante que en 1997 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Kamchatka es una de las regiones más espectaculares en todo el mundo. Es como un museo ecológico al aire libre que ocupa un área de 470,000 kilómetros cuadrados que cuenta con 5 parques nacionales, 17 zonas protegidas para animales y 169 tesoros naturales únicos.

La interacción entre volcanes activos y glaciares le otorga al paisaje un dinamismo de gran atractivo. Además, cuenta con gran variedad de aguas termales, lagos, ríos salvajes y la espectacular costa.

Kamchatka, una tierra excepcional

Es una tierra joven desde el punto de vista geológico, ya que la península ha avanzado hasta el océano hace cerca de un millón de años. Se encuentra separada de Moscú por once zonas horarias.

A su vez, los volcanes de Kamchatka han conservado su crecimiento y la actividad sísmica constante hace que esta región sea atractiva, debido a que, en este increíble lugar siempre hay un volcán en erupción.

Kamchatka, es una tierra excepcional de fuego y hielo, que ofrece una asombrosa colección, no sólo los volcanes en erupción y géiseres, también mantiene una rica variedad en recursos hídricos, fauna y flora.

La península de Kamchatka con sus 1,250 kilómetros de extensión, fue una zona de acceso restringido para rusos y prohibida para extranjeros hasta los años 90. Debido a esto su ambiente se ha mantenido casi intacto, sin ser contaminado por los grandes operadores turísticos.

Visitar Kamchatka te brinda un viaje por uno de los lugares con más volcanes activos de la tierra, con una gran cantidad de fauna salvaje, incluidos los osos pardos y completamente virgen, con mucho territorio por explorar.

Recorriendo Kamchatka

Un lugar mágico con mucho por descubrir, lo que lo convierte en uno de los lugares más salvajes y bellos de toda Rusia. La península de Kamchatka se ubica entre los mares de Ojotsk, Bering y el océano Pacífico.

A pesar de estar rodeada de agua, esta península es sinónimo de fuego, pues forma parte del Anillo o Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se concentran los espacios de mayor actividad sísmica y volcánica de la Tierra.

Gracias a ello, la gran densidad de montañas mantiene una variedad de conos y cráteres volcánicos espectaculares, que disfrutarás en la zona. Volcanes, glaciares, géiseres, formaciones geológicas únicas, lagos, ríos y una naturaleza impactante, constituyen los primordiales elementos que hacen de Kamchatka un destino privilegiado para viajar.

El valle central de Kamchatka, está rodeado por alrededor de 160 volcanes con más de 30 que continúan activos. Esto lo convierte en un lugar increíble y único en todo el mundo.

¿Qué hacer en la tierra de volcanes?

Contiene múltiples parques naturales y zonas protegidas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Así que, la naturaleza asombrosa que vas a conseguir en este lugar es de gran asombro.  

Con cientos de volcanes, muchos de ellos activos, tienes la aventura y adrenalina en este territorio prácticamente virgen.

Trekking por la naturaleza

Sin duda, el senderismo es actividad protagónica en la Península de Kamchatka. Es posible realizar rutas de varios días por la tundra ártica y las estribaciones montañosas de la zona. Con tanta extensión y maravillas naturales, por supuesto que vale la pena explorar lo mayor posible.

Eso sí, ten en cuenta que las caminatas son largas y extenuantes, por territorios complicados que requieren cierto esfuerzo. Aunque vale completamente la pena por los paisajes y vistas que encontrarás, es necesario tener una buena condición física y ropa adecuada para varias horas de caminata.

Para reponerse fuerzas de las caminatas, es posible visitar la ciudad balnearia de Paratunka y relajarse en sus aguas termales o disfrutar en su barro medicinal.

Visita a los volcanes

Lógicamente la tierra de volcanes y fuego es el principal atractivo de Kamchatka. Uno de ellos es el Kliuchevskói, situado prácticamente a la altura del río Kamchatka. Con sus casi 4,800 metros de altitud mantiene el récord por tamaño del volcán activo más alto de Eurasia.

Otro de los imperdibles, es el Kronotsky. Su perfecto cono y el espejo que forma a sus pies del lago Kronotskoye, hacen de este volcán uno de los más hermosos del planeta tierra.

El mayor volcán activo del hemisferio norte, es el impresionante y nevado Klyuchevskaya Sopka, que merece la pena acercarse a sus dominios y maravillarse con su paisaje mágico.

También en la misma reserva natural donde se encuentra el volcán Kronotsky, se encuentra otro de los lugares imprescindibles, conocido como Valle de los Géiseres, la segunda mayor concentración de geiseres naturales de todo el mundo.

Por su parte, desde la ciudad Petropávlovsk, situada junto a la bahía de Avacha se observan los volcanes Koriaksky, Aváchinsky y Kozielski, que representan su postal más típica. También en dirección hacia el norte, encuentras otro volcán activo, el Tolbachik.

Recursos y paisajes naturales

Las montañas de fuego de Kamchatka, nos ofrece una de las formaciones más increíbles de toda la península. La famosa cueva de hielo del volcán Mutnovsky, una cavidad formada por la corriente que fluye bajo el hielo glaciar en la que las estructuras del interior, produciendo un juego de luz que asemeja a un escenario de otro planeta.

La riqueza natural de la península es también exuberante. Por ejemplo, el Parque Natural de Nalychevo, el de Bystrinsky, el de Kluchevskoy o el de los Lagos Azules son algunos de los lugares que debes visitar en tu recorrido.

De igual forma, la península de Kamchatka es extraordinariamente rica en recursos hídricos. Cuenta con aproximadamente 14,000 ríos, 100,000 lagos, 274 fuentes de aguas termales de las cuales 160 están calientes.

Asimismo, la flora se distingue por pastizales gigantes que crecen en el rico suelo volcánico. En cuanto a su fauna, incluye 170 especies de aves y 60 especies de mamíferos, más que en otros lugares del continente.

Más de la mitad de las águilas marinas de Steller del mundo, así como la mayor población de osos pardos, se encuentran en este destino. Aproximadamente 100 mil aves marinas se observan en los peñascos costeros mientras que numerosas focas, delfines y ballenas blancas se bañan en las cristalinas aguas de los golfos y bahías.

¿Dónde se encuentra Kamchatka y cómo llegar?

Se encuentra ubicado al extremo este de Rusia, a la altura del sur de Alaska por el otro lado del estrecho de Bering. Situado entre los mares de Ojotsk, Bering y el océano Pacífico. Aunque es un destino muy lejano, las conexiones son buenas, económicas y rápidas.

Un dato importante es que, todos los turistas que quieran entrar en Rusia deben solicitar una visa de entrada al país. Para Kamchatka no se exige ninguna documentación ni limitación especial, por lo que es tan simple como tramitar un visado a Moscú o St. Petersburgo.

¿Cuándo viajar a Kamchatka?

Dependiendo del estilo de viaje y lo que deseas observar, tienes diferentes fechas para viajar. Por ejemplo, para turismo de senderismo y tradicional, la mejor época es de finales de noviembre a principios de junio, ya que el verano es suave y no mantiene altas temperaturas.

Sin embargo, si lo tuyo es el esquí y motos de nieve, lo más recomendable es viajar de marzo a finales de abril.

Kamchatka es una tierra con volcanes activos, flujos congelados de lava, fumarolas, aguas termales, géisers, osos, orcas, leones marinos y una cultura en base a la conservación ambiental y paisajismo sumamente hermoso. Un viaje espectacular por uno de los lugares más increíbles del planeta tierra.

La combinación de hielo y fuego, es algo que atrae sin lugar a dudas, estar tan cerca de volcanes activos nos recuerda el poder de la naturaleza. Si te entusiasma conocer Rusia, toma tu tiempo para disfrutar de este asombroso lugar mágico y lleno de encanto natural, ¡la aventura nos espera!