Bolivia es un país que tiene una riqueza natural y cultural que realmente vale la pena destacar. Este enorme país cuenta con enormes desiertos, el salar más grande del mundo, montañas que superan los 6.500 metros de altura y una exuberante selva amazónica. Sin embargo, sus atractivos no son únicamente naturales. También tiene grandes ciudades, como es el caso de La Paz, la sede del Gobierno de Bolivia.
La Paz es un destino que genera sentimientos encontrados. A pesar de lo que muchos creen, cuenta con varios atractivos que justifican el pasar 2 o 3 días recorriendo la ciudad. Sin más, te invitamos a conocer todos los sitios de interés que encontrarás en La Paz. ¿Te apuntas al recorrido?
La Paz es la sede de gobierno más alta del mundo. Así como oyes, la ciudad se encuentra a nada más y nada menos que a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Como te podrás imaginar, el mal de altura suele ser algo habitual en los viajeros que llegan a la ciudad. Por eso, no te preocupes si de golpe subir unas sencillas escaleras te quita el aliento. Aclimatarse y acostumbrarse a la altura lleva un tiempo, pero no es nada que te impedirá disfrutar del paseo.
Posiblemente, si tenemos que usar una palabra para definir La Paz, podríamos decir que es caótica. Sus calles siempre están llenas de gente, las tiendas abiertas y los coches circulan sin descanso. Precisamente y aunque suene raro, esto es lo que le da cierto atractivo a la ciudad. Sin dudas, es una de las mejores maneras de conocer el país, su gente, forma de vida, costumbres. En otras palabras, La Paz es una ciudad que debe ser vivida y que, además, cuenta con muchos sitios interesantes que deseamos que te animes a descubrir.
Por si fuera poco, esta ciudad latinoamericana se encuentra inmersa en un entorno natural privilegiado y muy cerca de algunos de los más grandes atractivos del país. En este sentido, debemos mencionar el lago Titicaca, el sitio arqueológico de Tiwanaku y el espectacular Parque Nacional Madidi.
Historia y características de La Paz
Lo primero que llama la atención de La Paz es su ubicación. Desde Lo Alto, verás como la ciudad aparece encajonada en un cañón, con inmensas montañas a su alrededor. Por eso mismo, su trazado urbano es muy sinuoso y está lleno de desniveles que hacen que caminar por sus calles requiera un poco de esfuerzo.
La ciudad fue fundada en 1548 por los colonizadores, en los tiempos en que el río Choqueyapu corría en el fondo de un cañón. Este sitio, que era rico en oro y fue explotado por los españoles, hoy se ha convertido en una enorme alcantarilla que corre bajo la calle principal de la ciudad, la avenida El Prado.
Unas décadas atrás, la población de La Paz creció notablemente tras la llegada de miles de campesinos que buscaban una mejor vida. De ese modo, nació un nuevo asentamiento situado en lo alto del cañón donde se encuentra la ciudad. El mismo recibió el nombre de El Alto y hoy en día posee más de un millón de habitantes. Allí se encuentra el aeropuerto más alto del mundo, a 4.000 metros de altitud, otro de los récords que ostenta la ciudad.
Los mejores sitios para visitar en La Paz
Muchos viajeros pasan por alto la ciudad. Es decir, generalmente la usan como base para llegar a otros destinos, como el Salar de Uyuni o el Lago Titikaka. Sin embargo, nosotros te sugerimos que pases unos días recorriendo La Paz. Si te entusiasma la idea, presta atención a lo que sigue. Te contamos todo lo que puedes ver y hacer en La Paz.
Plaza Murillo
La Plaza Murillo se encuentra ubicada en el corazón de la ciudad, rodeada del Palacio Presidencial y el Congreso Nacional. Podría decirse que es el centro del poder político de La Paz y un espacio en donde locales y turistas se reúnen frecuentemente.
A su alrededor aparecen otros edificios emblemáticos, como la Catedral Metropolitana Nuestra Señora de La Paz, el Gran Hotel París, la casa Agramonte, la Academia de Historia Militar, la Cancillería y el Museo Nacional de Arte.
La plaza tiene varias estatuas de próceres del país de la patria y lleva su nombre en honor a Pedro Domingo Murillo, mártir del levantamiento que reclamó la independencia del país a principios del XIX (el 16 de julio de 1809).
En enero de 1810 Pedro Murillo y otros participantes de la sublevación murieron ahorcados. Dieciséis años más tarde, el 25 de agosto de 1825, el país finalmente obtuvo su Independencia.
En 1906 la Plaza Mayor o Plaza 16 de Julio cambió su nombre a Plaza Murillo. En ese entonces, se colocó un monumento del prócer de 3 metros de altura, obra de un escultor italiano. Lamentablemente, cuando se transportaba desde Italia, la embarcación se hundió y algunas partes del monumento se perdieron para siempre. Hoy en día, la estatua de Murillo sigue firme en el centro de la plaza.
Con el tiempo, se añadieron bellas figuras femeninas de mármol que representan las 4 estaciones del año y las 4 musas de las artes.
Catedral Metropolitana Nuestra Señora de La Paz
Una de las construcciones a destacar en la Plaza Mayor es la Catedral Metropolitana, construida en 1831 en estilo neoclásico y elementos barrocos.
El templo original fue levantado tiempo después de la fundación de la ciudad de La Paz, en épocas coloniales. Tras mucho trabajo, la iglesia quedó concluida en 1658 y se mantuvo en pie durante 170 años. Lamentablemente, las fallas en su estructura comenzaron a aparecer y los canónigos debieron trasladarse al Templo de Santo Domingo, uno de los más antiguos de la ciudad que aún se mantienen en pie.
Hoy en día y tras una larga historia, la catedral posee una llamativa fachada dividida en dos cuerpos, mientras que su interior se distribuye en 5 naves con portadas flanqueadas por columnas corintias. A su vez, su interior alberga un interesante museo de arte sacro. Sin dudas, se trata de una de las construcciones más antiguas de la ciudad, a la cual no deberías dejar de dedicarle unos minutos.
Mercado de Brujas
Ya con solo leer su nombre te das una idea de que no se trata de un mercado convencional. El Mercado de Brujas se encuentra detrás de la Plaza Mayor y comprende las calles Illampu, Sagarnaga, Santa Cruz y Linares. Se trata de uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad, por ende, uno de sus imprescindibles.
¿Sabías qué? El Mercado de Brujas de La Paz fue declarado en el 2019 como Patrimonio Cultural Inmaterial, ya que es considerado un punto de referencia para conocer los usos de la medicina tradicional y las ofrendas rituales andinas.
Pasear por el Mercado de Brujas es una explosión de color. Además, es un buen lugar para tomar contacto con la gente local y ver sus vestimentas típicas. Pero, vayamos a lo que realmente importa, ¿qué hay en este mercado que es tan famoso?
En el Mercado de Brujas verás a los brujos locales, conocidos como yatiri, haciendo rituales y puestos que venden todo lo que te puedas imaginar (y cosas que ni se te cruzarían por la cabeza también). Pociones para la fertilidad, fetos de llamas disecados que usan como ofrenda a la Madre Tierra (te advertimos que vendían cosas raras); amuletos contra los malos espíritus, pócimas para conseguir lo que deseas (eso no está tan malo, ¿no crees?), y todo tipo de objetos inquietantes son algunas de las cosas que encontrarás en este peculiar mercado.
De ese modo, en este laberinto de puestos y calles estrechas podrás adquirir una pócima para atraer al ser deseado, o un polvo para que llegue a ti la fortuna que tanto deseas. Aunque, la fortuna difícilmente llegará, porque en este mercado querrás comprar todo. Como sea, si te interesa la cultura ancestral, este rincón del mundo te encantará.
Calle Sagárnaga
Otra de las cosas que no puedes dejar de hacer en La Paz es pasear por su calle más animada.
La calle Sagárnaga está repleta de bares, restaurantes y cafeterías en donde podrás hacer una parada técnica para recuperar energías (las empinadas calles de La Paz así lo requieren). También, posee muchas tiendas de recuerdos de viaje y artesanías a precios muy accesibles. Así no salgas con ánimo de compras, vale la pena pasear por sus calles y callejones aledaños y apreciar sus rincones coloridos. Las casas coloniales también se llevan parte del protagonismo y te dan la posibilidad de entrar a alguna de ellas y conocer sus patios.
Basílica de San Francisco
Al final de tu paseo por la calle Sagárnaga, en la plaza San Francisco, te toparás con la Basílica de San Francisco, el templo más importante de La Paz.
La construcción original data de 1548, aunque debió ser reconstruida en 1758 con piedras del yacimiento de Tiwanaku (según se dice). El templo llama la atención por su característico estilo barroco mestizo, que fue posible porque en su construcción participaron manos indígenas. De ese modo, en su fachada y retablos se aprecian elementos precolombinos, máscaras y elementos que simbolizan la flora y fauna tropical del país.
Además, es el sitio donde Pedro Murillo se reunía en secreto con sus compatriotas revolucionarios, de allí que los restos de este héroe nacional descansan en su interior. Por otro lado, se dice que bajo la basílica hay una serie de túneles que conectaban con la Plaza Murillo y que se usaron durante la época de la revolución.
A la derecha de la puerta principal del templo encontrarás el convento y museo de San Francisco, en donde podrás disfrutar de su colección, visitar los jardines, claustros.
Calle Jaén
La Calle Jaén es otro de esos rincones de La Paz que de ninguna manera deben quedar fuera de tu ruta. Es una de las calles coloniales mejor conservadas de la ciudad y un verdadero placer para los sentidos. Sus callejones coloridos invitan a tomar cientos de fotografías y hacer un recorrido por la historia del país, ya aquí comenzaron a construirse los cimientos que forjaron la Independencia de Bolivia.
En el siglo XVI la calle Jaén era el mercado de los camélidos y en el siglo XIX se convirtió en el hogar de algunas de las figuras más importantes de la época. Allí vivió nada más y nada menos que Pedro Murillo, junto a su compañero Apolinar Jaén, quienes fueron los sembradores de las ideas libertarias en América Latina. Tan es así, que esta calle fue el punto de partida de la revolución del 16 de julio de 1809, que marcaría un antes y un después en la historia del país.
La calle Jaén tiene apenas 100 metros de longitud y conecta las zonas de Sucre e Indaburu. Sus casitas coloniales pintadas en colores animados y sus adoquines son un verdadero encanto, así que no dudes en acercarte a ella. Es completamente peatonal y, a pesar de ser muy turística, no deja de ser un sitio tranquilo y seguro.
Además de ser histórica, la calle Jaén está envuelta en un aura de misticismo que se acrecienta por las noches. Según cuentan los lugareños, cuando el sol se esconde aparece un hombre, que aparentemente sería el fantasma de Pedro Murillo. También, se dice que por las noches se oyen gritos que no parecen venir de ningún sitio concreto, ruidos de cadenas y golpes en las puertas. Por eso, en el inicio de la calle se colocó una cruz verde para liberar la calle de estos fenómenos extraños.
Más allá de las leyendas, la calle Jaén es uno de los rincones más visitados de la ciudad. A pesar de tener apenas 100 metros, allí se concentran los principales museos de La Paz: el Museo Costumbrista Juan de Vargas, el Museo de los Metales Preciosos Precolombinos, el Museo del Litoral y el Museo de la Casa Murillo.
Los museos de la calle Jaén
Como mencionamos antes, la calle Jaén alberga la mayor concentración de museos de la ciudad. Por eso, si te gusta conocer estos espacios de historia, arte y cultura, no dejes de visitar este rincón de la ciudad.
En el Museo Costumbrista Juan de Vargas podrás conocer la historia y las tradiciones del pueblo de La Paz. El museo está ubicado en una pinacoteca llena de obras de arte históricas en las que se ven reflejadas las costumbres, hábitos y tradiciones de la sociedad en el pasado y en la actualidad. También hay esculturas en miniaturas donde se muestran acontecimientos relevantes, como el ahorcamiento de Pedro Domingo Murillo.
El Museo de Metales Preciosos exhibe una interesante colección de platería y cerámica de las culturas prehispánicas, que fueron donadas al museo por coleccionistas particulares. La colección incluye piezas de oro (diademas, colgantes, adornos y pectorales que usaban los emperadores incas); y de plata (en su mayoría objetos ceremoniales de diversas culturas).
En el Museo del Litoral conocerás cómo Bolivia perdió su salida al mar en la guerra contra Chile en el siglo XIX, acontecimiento que marcó el futuro económico, político y social del país. La visita al museo permite a los visitantes conocer la historia y tomar conciencia de uno de los hechos más importantes del país, a través de documentos y representaciones de la vestimenta de los soldados bolivianos, sus armas y más.
Finalmente, el Museo Casa de Murillo está montado en el sitio que funcionó como escondite del revolucionario Pedro Domingo Murillo. La casa ha sido restaurada en función a la información que hay en los archivos de la Policía Colonial, y mantiene los muebles, pinturas, platería y textiles originales.
Barrio Sopocachi
Si buscas disfrutar de un ambiente más sofisticado, entonces debes ir al barrio de Sopocachi. Allí encontrarás modernos cafés y restaurantes en los que podrás probar platillos locales de calidad y a buen precio. Además, las calles aquí son más tranquilas y ordenadas, hay centros comerciales y supermercados que te darán la sensación de estar en una ciudad diferente.
El barrio tiene también cierto aire bohemio, es el centro de la vida nocturna y las artes. A su vez, es uno de los rincones más multiculturales de la ciudad, puesto que tiene habitantes de todas las partes del país y otros continentes.
Uno de sus mejores rincones es la Plaza Abaroa y el Mirador El Montículo, que regala unas vistas espectaculares de La Paz. Un consejo que te damos, es que uses la línea del teleférico que parte de la Estación Sopocachi y sube hasta El Montículo. Una vez que disfrutes las vistas, puedes comenzar desde allí la visita al barrio. De lo contrario, subir a pie hasta el mirador por sus empinadas pendientes puede ser una pesadilla.
Plaza Sucre y Cárcel de San Pedro
No es una visita imprescindible, pero uno de los encantos que tiene la Plaza Sucre es su ambiente tranquilo, muy diferente al de otras zonas de la ciudad.
En uno de sus extremos se encuentra la famosa Prisión de San Pedro, la más grande del país. Esta cárcel tiene la particularidad de que los presos pagan por sus celdas y tienen ciertas libertades (especialmente los más pudientes). Hasta hace un tiempo estaban permitidas las visitas a su interior, hasta un turistas quedó atrapado adentro y se prohibieron los tours.
Teleférico de La Paz
El teleférico es, posiblemente, el atractivo turístico más espectacular de La Paz. ¿Qué mejor que surcar esta ciudad que parece colgada de las nubes desde las alturas?
En total, el teleférico cubre un trayecto de 30 km y sortea una altitud de 3.600 a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Tan es así, que esta increíble obra ha entrado en el libro de los Récords Guinness por ser la red más extensa del mundo.
Para recorrer la ciudad desde las alturas puedes hacer uso de cualquiera de las 10 líneas que tiene actualmente el Teleférico de La Paz. Las mismas unen prácticamente todos los puntos de la ciudad en pocos minutos y evitan el caos y los atascos en las calles. Para los turistas, es una manera de conocer la grandeza de esta ciudad custodiada por enormes montañas.
Por supuesto, y más tratándose de un país de Latinoamérica, la obra se ha politizado. Por eso, las cabinas con capacidad para diez personas van acompañadas de una figura de Evo Morales. Más allá de eso, las vistas desde lo alto son realmente espectaculares.
Una de las sugerencias es que utilices las líneas rojas y amarillas, que son las que regalan las mejores panorámicas de la ciudad. La línea azul, por su parte, lleva a El Alto, en donde se encuentran los curiosos cholets.
El Alto
Los cholets de El Alto son otro de los atractivos de la ciudad. ¿Qué son? Una serie de casas de hasta 6 o 7 pisos que están repartidas por El Alto. Uno de los más famosos es el cholet llamado “El Imperio del Rey”, el cual sorprende por su colorido.
El Alto es una ciudad boliviana que no puede disociarse de La Paz. Así como la capital del gobierno boliviano fue construida en el fondo de un valle, El Alto se encuentra en una llanura por encima de ella. Estas dos enormes ciudades, que juntas alcanzan casi 2 millones de habitantes, se encuentran muy vinculadas entre sí y conectadas por medio del teleférico.
El Alto está poblada principalmente por la comunidad aymara, conformada por migrantes que llegaron del campo en busca de nuevas oportunidades, como te contamos al principio. Es considerada como la ciudad más nueva de Bolivia, que poco a poco está experimentando un rápido crecimiento demográfico y económico. La presencia del Aeropuerto Internacional El Alto sin dudas es un factor que contribuye.
¿Sabías qué? Así como La Paz es la capital más alta del mundo, El Alto es, entonces, la ciudad más alta del planeta (se encuentra a 4.000 metros sobre el nivel del mar).
Mirador Killi KIlli, el más impresionante de La Paz
La Paz cuenta con aproximadamente 30 miradores desde los cuales se aprecia el tamaño y el peculiar trazado de la ciudad. Como te imaginarás, se encuentran en las partes más altas, por lo que llegar a ellos implica hacer bastante esfuerzo. De todos modos, las vistas que regalan compensan enormemente el trabajo hecho por tus pulmones, así que no dejes de visitar alguno.
Dentro de los miradores, hay uno que es especialmente famoso. Hablamos de Killi Killi, el cual ofrece una vista de casi 360° de La Paz, con el pico Ilimani y sus 5600 metros de altura como telón de fondo. Como te anticipamos, llegar a él no es tarea sencilla, ya que deberás caminar por calles empinadas, estando a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar. Si prefieres no sufrir, no dudes en tomar un taxi desde la Plaza Murillo o el centro de la ciudad y llegar a la entrada del mirador por unos 10 bolivianos (1,5 USD). Luego de disfrutar de las vistas, puedes bajar caminando, lo cual implica mucho menos esfuerzo.
¿Qué ver en los alrededores de La Paz?
Muy cerca de La Paz hay varios atractivos que sirven para complementar la visita a la capital del Gobierno de Bolivia. Por eso, si tienes varios días, te sugerimos que incluyas en tu itinerario los lugares que mencionamos a continuación.
El Valle de la Luna
Si quieres ver un lugar que parece sacado de una película de ciencia ficción, no dejes de ir al Valle de la Luna.
Este atractivo imperdible se encuentra en Mallasa, al sur de la ciudad. Una de sus curiosidades, es que habría sido el mismísimo Neil Armstrong quien le puso su nombre. Sea o no cierto, no quedan dudas de que está bien colocado.
Para llegar al Valle de la Luna por tu cuenta (se puede ir en tour) deberás coger un minibús rumbo a Mallasa (las líneas 902 y el 273 que pasa por la Avenida 6 de Agosto, por ejemplo). Como sea, el cartel del parabrisas debe decir Mallasa. El valle se encuentra a unos 10 km de la ciudad, por lo que el trayecto no lleva mucho tiempo.
La entrada al Valle de la Luna cuesta 15 bolivianos (1,5 USD) y una vez dentro podrás hacer dos circuitos, uno de 15 y otro de 45 minutos. Nuestra sugerencia es que los hagas a ambos, ya que en total no te llevará más de una hora de paseo. A lo largo del trayecto atravesarás una especie de museo de estalagmitas de arcilla que el tiempo y el viento se encargaron de moldear. Las formaciones tienen diferentes colores en función al mineral predominante, aunque la mayoría es de color marrón.
Lago Titicaca y la Isla del Sol
Al principio, te contamos que Bolivia posee escenarios naturales de enorme belleza. Uno de ellos es el Lago Titicaca, un cuerpo de agua lleno de leyendas que se sitúa en el altiplano andino de los Andes Centrales.
El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, situado a unos 3.800 metros sobre el nivel del mar y el más grande de Sudamérica (de agua dulce). Este inmerso espejo de agua hace de frontera natural entre Bolivia y Perú (el 56% de su superficie pertenece a Perú, mientras que el 44% a Bolivia), tiene casi 3 millones de años de antigüedad y una profundidad media de 107 metros.
Para visitar esta maravilla natural debes ir al pueblo de Copacabana, situado en la orilla del Lago Titicaca. Este enclave tranquilo y turístico es la base principal para visitar la zona y tomar una excursión a la isla del Sol (la isla más importante y principal atracción del lago). Según la mitología Inca, es el sitio donde nació el sol (de allí su nombre). Para visitar la isla lo mejor es contratar un tour guiado desde Copacabana y conocer todas sus historias y leyendas.
En la Isla del Sol podrás pasear por sus playas, ver las huellas del sol (que tienen la forma del pie derecho e izquierdo) y las ruinas de la población aymara, que datan de la época pre inca. Sin dudas, es una visita más que interesante que te permitirá conocer uno de los rincones con mayor riqueza histórica y cultural del país.
Desde La Paz a Copacabana hay unos 150 km. La mejor manera de llegar es tomando un bus desde la capital y pasar uno o dos días en Copacabana o en la Isla del Sol.
Sitio arqueológico de Tiwanaku
Otro de los lugares para visitar desde La Paz es el sitio arqueológico de Tiwanaku, el más importante del país. Se trata de un antiguo centro cívico y sagrado que fue la capital del Imperio Tiwanaku. Hoy en día, es una de las mejores maneras de conocer esta cultura pre incaica que dominó gran parte del territorio de Perú, Bolivia y el norte de Chile.
Tiwanaku se encuentra situado al sureste de la orilla del lago Titicaca y consta de antiguos recintos, pirámides, portales y monumentos. En el año 2000 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, gracias a su riqueza e importancia para la historia de Bolivia.
Dentro del recinto podrás apreciar los restos de grandes construcciones, visitar dos museos en donde se muestran los objetos encontrados en las excavaciones y aprender mucho sobre la cultura de los Tiwanaku.
Para ver las ruinas más antiguas y mejor conservadas de Bolivia podrás tomar un bus desde La Paz hasta la ciudad de Tiwanaku, y luego desde allí moverte hasta la zona arqueológica. Desde la plaza principal hasta la entrada al recinto hay apenas 1 km de distancia, por lo que se puede llegar caminando sin problemas.
Mapa de La Paz y alrededores
¿Cómo llegar a La Paz?
Ahora que ya sabes cuáles son los sitios que no puedes dejar de visitar en La Paz, te contamos cómo llegar a ella.
En avión
Una de las mejores maneras de llegar a La Paz es volando. Tu destino será el Aeropuerto Internacional El Alto, que se encuentra a 14,5 km del centro de la ciudad. Al ser uno de los más importantes del país, posee buenas conexiones con otras ciudades de Bolivia y de otros países. Una vez allí, lo mejor será tomar un taxi, una combi o un miniban al centro de la ciudad.
En coche
Llegar en coche a La Paz no es la mejor alternativa, tanto por la complejidad del terreno como por el estado de las carreteras. Además, el mal de altura puede jugar una mala pasada a los conductores y a los mismos vehículos, que también suelen apunarse. Ten en cuenta que La Paz se encuentra en plena cordillera, por lo que el trayecto tiene su dificultad.
En autobús
Otra manera de llegar a La Paz es en autobús. La ciudad cuenta con tres terminales, una en la de la Zona Centro, otra en El Alto y por último, la terminal provisional de Minasa. Desde cualquiera de ellas podrás tomar un taxi o transporte público a tu alojamiento o al centro de la ciudad. Un detalle a tener en cuenta, es que la estación de El Alto tiene fama de ser peligrosa, especialmente por la noche, por lo que siempre es mejor llegar en otro horario que no sea el nocturno.
¿Cómo moverse por La Paz?
La Paz es una ciudad muy grande, con un transporte público y un tráfico un tanto desordenado y caótico. Por eso, sigue estos consejos para poder moverte de manera sencilla y sin correr riesgos.
El primer consejo que te damos es que te olvides de conducir un coche en La Paz. Lo único que lograrás será estresarte, ya que el tráfico está siempre colapsado y encontrar un sitio para aparcar es casi misión imposible.
Para moverte desde la parte alta a la parte baja (o viceversa) lo mejor es usar el teleférico. Además, como ya te contamos, viajar de este modo tiene un atractivo especial que sí o sí debes experimentar.
En el centro de La Paz puedes moverte a pie, ya que sus principales atractivos se encuentran cerca uno del otro. Lo único complicado es el desnivel que presentan sus calles, aunque caminar mascando hojas de coca puede ayudar con los mareos.
Para sortear distancias más largas una buena opción son los taxis. Eso sí, procura pactar previamente el precio con el chofer, ya que no tienen taxímetro y suelen estafar a los turistas. Una mejor opción son las mini furgonetas que tienen capacidad para transportar hasta 12 personas. Los destinos figuran en la parte delantera y te permitirán bajarte en donde desees (previamente deberás gritarle al chofer para que se entere en dónde te quieres bajar).
¿Cómo descubrir La Paz con el paladar? Lo esencial de su gastronomía
Gracias a la gastronomía tradicional paceña podrás descubrir la ciudad a través de tus papilas gustativas.
La Paz posee una gastronomía amplia y variada, en la cual se ven reflejadas gran parte de las tradiciones y costumbres del pueblo. Es un universo de colores, olores y sabores que, como turista, no puedes perderte. No faltan las comidas que se comen desde épocas milenarias, como tampoco los platillos rápidos y modernos que se saborean a cualquier hora del día.
En líneas generales, podemos decir que la gastronomía paceña nace de la fusión de la cocina tradicional aymara con la influencia de las olas migratorias provenientes de la época de la colonia, especialmente la gastronomía española. El maíz, la quinoa, las patatas, el arroz y los frijoles suelen ser los ingredientes que encontrarás prácticamente en cualquier plato que pidas
No nos explayaremos demasiado, pero si quieres probar algún platillo típico, prueba con estas tres sugerencias.
Comer una Ilaucha es la manera más habitual de comenzar el día en La Paz. Se trata de una empanada de masa de trigo rellena de ají, manteca y queso, que se hornea hasta alcanzar su típico color dorado y se acompaña con un café.
Otra de las comidas típicas de Bolivia es el sándwich de Chola, que consiste en un emparedado relleno con lonjas de jamón horneadas, vegetales, cuero de cerdo crocante y un aderezo picante. Para las comidas principales, una de las mejores opciones es el plato paceño, la comida por excelencia de la ciudad. Sus ingredientes son choclo, habas, papas, queso y carne de res. Para el postre, no dejes de probar el helado de canela, otro de los sellos distintivos de la ciudad.
Como pudimos ver, son muchos los motivos que ameritan dedicar unos días a recorrer La Paz. Por eso, esperamos que la incluyas en tu ruta por Bolivia y te dejes sorprender en cada uno de sus rincones. Una vez que te acostumbres a su altura y ritmo ajetreado, verás que es un destino más que interesante.
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