La provincia de Girona esconde una multitud de atractivos a lo largo y ancho de su territorio. Si bien el interior tiene muchísimo encanto, lo cierto es que recorrer el famoso Camino de Ronda (o Camí de Ronda) por la Costa Brava es una de las mejores cosas que puedes hacer en estas tierras catalanas.
Presta atención, ponte cómodo y toma nota, porque te contamos todo lo que tienes que saber sobre el Camino de Ronda. ¿Te apuntas?
El Camino de Ronda es una red de senderos costeros que corren a través de la accidentada Costa Brava. A lo largo de casi 130 km unen las poblaciones de Blanes y Portbou, pasando por una gran cantidad de pueblos de pescadores, playas y calas de aguas cristalinas; abruptos acantilados, ruinas arqueológicas, faros solitarios, torres de defensa y mucho más. La postal es siempre encantadora y el Mar Mediterráneo te acompañará en todo momento.
Hay tramos del Camino de Ronda que se amolda a todos los gustos. Algunos conectan pueblos entre sí, mientras que otros te llevarán a una cala o un faro solitario. Es decir, tendrás muchísimas opciones. Además, el Camino de Ronda es accesible para todo el mundo. Por supuesto que tiene que gustarte caminar y siempre es mejor tener buena condición física, ya que hay tramos más desafiantes o con pendientes. Incluso, hay caminos que pueden llevarte un día completo. Volvemos a lo mismo: opciones hay un montón y seguro encontrarás alguna que sea adecuada a tus gustos.
Es difícil hablarte de todas las opciones en un solo artículo, pero, te vamos a contar cuáles son algunos de los tramos más bonitos del Camino de Ronda. También te hablaremos de su historia, te daremos consejos e información que te ayudará a armar tu propio itinerario.
Historia del Camino de Ronda
El Camino de Ronda tienen mucha historia. No se conoce con certeza cuál fue la fecha de su creación, pero se estima que desde tiempos remotos tuvieron la finalidad de comunicar los pueblos, playas y calas del litoral entre sí. Al mismo tiempo, garantizaban a los pescadores y marineros de cabotaje que pudiesen retornar a sus puertos de origen en caso de que las barcas naufragasen.
Sin embargo, uno de los usos más populares del Camino de Ronda fue el de controlar el contrabando y mercado negro marítimo. De hecho, se cree que desde allí proviene su nombre. Alrededor de los siglos XIX y XX, el camino era usado por los carabineros y la Guardia Civil para realizar “la ronda”. De ese modo, controlaban las actividades ilegales que se realizaban en este tramo del litoral.
El Camino de Ronda se usaba para contrabandear varias mercancías, como café, pimienta, chocolate, medicinas, ropa de seda y más. Aunque, el tabaco de las marcas Winston, Lucky, Phillip Morris o Chesterfield fue uno de los productos más contrabandeados de todos, especialmente entre los años 1940 y 1958.
¿Cómo seguir el Camino de Ronda?
El Camino de Ronda está señalizado de distintas maneras con marcas de colores. Las señales verdes y blancas indican que se trata de un Sendero Local (SL); las amarillas y blancas, un sendero de Pequeño Recorrido (PR); mientras que las rojas y blancas corresponden a un sendero de Gran Recorrido (GR).
En general, la mayoría de las marcas que verás son rojas y blancas y hacen referencia al GR-92. Este camino tiene una longitud de 3.000 km y es una de las rutas más maravillosas de España. Comienza en Tarifa y sube por todo el litoral mediterráneo hasta la frontera con Francia, en donde se une al sendero E-10, el cual llega finalmente al Mar Báltico.
Una parte del GR-92 discurre por el Camino de Ronda, atravesando los pueblos, ciudades, playas y calas de la Costa Brava de Girona.
10 tramos del Camino de Ronda para enamorarte de la Costa Brava
Como te contamos al principio, hay un tramo del Camino de Ronda para cada senderista. Es decir, que puedes optar por hacer aquellos que más te interesen y mejor se amolden a tu condición física. Incluso, hay tramos perfectos para compartir en familia o con niños pequeños, así como otros más desafiantes y exigentes.
Nosotros te vamos a dar 10 alternativas de tramos, algunos que unen a pueblos entre sí y otros que llevan a calas o playas. Según el lugar de la Costa Brava en que te encuentres, podrás elegir aquel que más te guste.
1- De Blanes a Lloret del Mar: el inicio del Camino de Ronda
Nos posicionamos al inicio del Camino de Ronda y en la puerta de entrada a la Costa Brava, Blanes.
El Camí de Ronda que une Blanes a Lloret del Mar transcurre por bosques de pinos y encinas que rodean la costa, a la vez que te sumergen en paisajes de ensueño. Se trata de una ruta de baja dificultad, que se sortea en algo de 3 horas.
El sendero comienza en la cala Sant Francesc y pasa por sitios llenos de encanto, como los Jardines Tropicales Pinya de Rosa, la playa de Treumal y la playa de Santa Cristina, dos sitios que te sugerimos visitar. Luego, se adentra en un bosque hasta llegar a la playa de Sa Boadella, desde la cual parte un camino hacia los Jardins de Santa Clotilde, situados en un punto que regala unas vistas de ensueño.
Las marcas del GR-92 te llevarán luego a la playa de Fenals, para finalmente subir al Castell de Sant Joan de Lloret, una de las fortalezas más antiguas de la Costa Brava. Finalmente, habrás llegado al paseo marítimo de Lloret de Mar.
2- De Lloret de Mar a Tossa de Mar
El tramo del Camí de Ronda que une Lloret de Mar con Tossa de Mar es un recorrido lineal de 12 km de longitud que sube y baja por los acantilados, pasando por algunas de las calas más bonitas de la Costa Brava. Esta ruta, que se recorre en unas 3 horas, tiene como objetivo llegar a la Playa des Codolar, un hermoso arenal situado bajo las murallas medievales de Tossa de Mar. Una vez en Tossa de Mar, difícilmente querrás irte, puesto que te encontrarás con uno de los pueblos más hermosos de la Costa Brava.
Los principales puntos de interés que toca este tramo del Camino de Ronda son el Castell d’en Plaja, situado al final de la playa Sa Caleta y principal ícono de Lloret de Mar; el poblado ibérico del Turó Rodó y algunas calas llenas de encanto. Un ejemplo claro es la fotogénica y rocosa Cala dels Frares, la cual suele estar muy poco concurrida; y la pequeña Cala dels Trons.
También pasa por la playa Canyelles, una de las más famosas de Lloret de Mar, desde la cual es posible acceder a una diminuta y estupenda calita conocida con el nombre de Cala Rajols; la Cala Morisca y la Playa Codolar, en la imponente villa medieval de Tossa de Mar.
Un tramo del Camino de Ronda alternativo para hacer desde Lloret de Mar es el que conduce a la cercana Cala Banys y pasa por algunos de los mejores miradores del pueblo. Cala Banys se encuentra a mitad de camino entre la Platja Gran de Lloret y la playa de Fenals y es un rincón idílico para los amantes de la pesca y el snorkel. No es precisamente un buen lugar para tumbarse en la arena, puesto que es muy rocosa, pero sí para contemplar el maravilloso y abrupto paisaje de la Costa Brava. También invita a tomar un trago en la terraza del Bar Cala Banys al atardecer, cuando las vistas son increíbles.
3- Camino de Ronda de Tossa de Mar a Cala Giverola
Tossa de Mar es la perla de la emblemática Costa Brava de Cataluña. Se trata de una ciudad pequeña que se distingue gracias a su coqueto y bien conservado casco histórico, sus hermosas playas, calas y una infinidad de detalles.
En Tossa de Mar hay dos tramos principales del Camino de Ronda. Uno de ellos es un recorrido de dos horas (solo de ida), que lleva a Cala Giverola y pasa también por Cala Bona y Pola. La otra ruta conduce a Cala Llevadó en un recorrido de una hora, solo de ida.
Nosotros te proponemos hacer el Camí de Ronda de Tossa de Mar que lleva a Cala Giverola. El mismo sube desde el pueblo hasta el Mirador de Tossa de Mar, punto del cual se aprecia toda la bahía sobre la que se asienta la población. Tras unos 20 minutos de caminata aparece la pequeña Cala Bona, un rincón ideal para disfrutar de un momento de paz. Un poco más adelante, te deleitarás con las aguas cristalinas de Cala Pola.
Una vez que el camino deja atrás a la Cala Pola, se continúa por un trozo de carretera hasta llegar a Cala Giverola, un arenal de 200 metros de largo que goza de una ubicación excepcional entre el Mar Mediterráneo y colinas rocosas cubiertas de pinos. La misma cuenta con comodidades e instalaciones para todos los gustos y permite disfrutar de un mar poco profundo, de aguas muy limpias y transparentes. De allí que sea ideal para hacer snorkel, buceo, dar paseos en lancha o en kayak. Incluso, es posible regresar a Tossa de Mar por vía marítima.
4- De Sant Feliu de Guíxols a S’Agaró
El Camí de Ronda que va desde Sant Feliu de Guíxols a S’Agaró está dentro de los tramos más bonitos de la Costa Brava. Se trata de un recorrido lineal de 2,5 km (solo para ir), que tiene varios tramos de escalones y unas vistas de ensueño. Es un paseo que se puede hacer tranquilamente en familia, incluso con niños pequeños.
Este elegante Camino de Ronda tiene la particularidad de pasar por casas señoriales y lujosas urbanizaciones ubicadas frente al mar, además de playas y calas de aguas cristalinas.
La travesía comienza en la diminuta Cala Jonca y ya desde un primer momento te darás cuenta de que se trata de una ruta con muchas escaleras, puesto que sube y baja constantemente por los acantilados. La siguiente parada es Cala del Molí, donde el sendero transcurre por una vía férrea. A medida que el camino avanza, irán apareciendo pequeñas e idílicas calas, como Ametller y Maset, en las cuales podrás hacer una pausa para bañarte en sus aguas turquesas y cristalinas.
Finalmente, comenzarás a ver a lo lejos la Bahía de Sant Pol, cuya playa de 2 km de longitud es muy concurrida. La misma cuenta con toda clase de servicios, desde alquiler de kayaks, hamacas y sombrillas, hasta escuelas de vela, restaurantes y bares. Has llegado a S’Agaró, un pequeño núcleo urbano que forma parte del municipio de Castell-Platja d’Aro.
5- De S’Agaró a Platja Sa Conca, un Camino de Ronda para hacer en familia
Ya que nos encontramos en S’Agaró, te queremos contar de otro tramo del Camino de Ronda considerado como uno de los más bellos de la Costa Brava.
El Camí de Ronda de S’Agaró a Cala Sa Conca es un recorrido de 2 km muy conocido y popular entre las familias. Se trata de una ruta corta, de muy fácil acceso, que permite a grandes y pequeños disfrutar de ella. De hecho, fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional en 1995, por lo que está perfectamente conservada. Su alto valor arquitectónico y paisajístico, ya que atraviesa bellas mansiones, jardines, flores y una vegetación típica mediterránea, lo convierten en un imperdible de la Costa Brava.
El recorrido inicia en la Playa de San Pol, justo debajo del Hostal La Gavina, donde verás las indicaciones del GR-92. La primera parada del recorrido es la Caleta del Racó de Llevant, un pequeño solárium de hormigón situado en un entorno muy tranquilo. El camino avanza por rincones con mucha vegetación, entre los cuales van apareciendo grandes mansiones y calas escondidas. A algunas de ellas es posible acceder por escaleras que descienden entre los acantilados, aunque no todas son cómodas.
Nuestro consejo es que avances, porque al final te espera la idílica Playa Sa Conca, un arenal de aguas cristalinas que se encuentra dividida por un pequeño islote rocoso que la separa de Playa dels Oriços, que es más pequeña y tranquila. Playa Sa Conca cuenta con todos los servicios necesarios para pasar un día de playa: hamacas, pasarelas de acceso, puesto de socorrismo, chiringuitos y más.
Tip viajero: no dejes de subir por unas escaleras y deleitarte con las preciosas vistas desde el Mirador de la Punta de Pinell.
6- De Platja d’Aro a Cala Belladona
Seguimos avanzando por la Costa Brava de sur a norte y llegamos al pequeño pueblo de Platja d’Aro. Junto con Castell d’Aro y S’Agaró, forman parte del municipio de Castell-Platja d’Aro. Nos encontramos en el corazón de la Costa Brava y ante una playa de 2 km que, junto con otras calas pequeñas, hacen a la gran oferta turística de Platja d’Aro. El pueblo ofrece también una interesante carta de atractivos culturales e históricos, como la villa romana de Pla de Palol o el conjunto histórico de Castell d’Aro. Sin dudas, un lugar en que vale la pena hacer una parada.
El recorrido va desde la gran platja de Platja d’Aro hasta la Cala Belladona, tiene poco más de 2 km (solo de ida) y algunos tramos de escaleras. Se trata de un paseo sumamente agradable que se puede hacer en familia y con niños pequeños. Si bien en algunos momentos implica un mayor esfuerzo, la recompensa será inmediata.
Este tramo del Camino de Ronda se encuentra acondicionado con túneles y barandillas que hacen un recorrido seguro y divertido. Algunos túneles están totalmente cubiertos, mientras que otros están abiertos desde los laterales y regalan vistas al mar. Los más pequeños vivirán una auténtica aventura, así que no dudes en llevarlos contigo.
La ruta avanza en dirección norte hacia Calonge, pasando por puntos interesantes, como la pequeña y encantadora Cala Rovira. Desde ella suben unas escaleras que conducen a la maravillosa Cala Sa Cova, la cual aparece custodiada por un acantilado y rodeada de abundante vegetación. La misma es frecuentada por pescadores, puesto que alberga una gran vida marina, y también por bañistas.
El Camino de Ronda avanza hasta un punto en el cual hay que descender por unas escaleras bien acondicionadas que llevan a la Cala del Pí. Este rincón íntimo y alejado de las grandes masificaciones se encuentra rodeado de pinos y goza de un ambiente soñado. Tras una breve pausa, es momento de seguir hasta la Playa del Ros y la cala nudista de Canyers.
Ya llegando al final comenzará a hacerse visible la belleza de la Cala Belladona y el enorme Islote de Sant Jordi, debajo del cual hay una pequeña entrada al mar: la calita de Sant Jordi.
La Cala Belladona se encuentra al final de este tramo del Camino de Ronda. Tiene 150 metros de largo, 30 de ancho y enamora por su paisaje marcado por una exuberante vegetación de pinos, cactus y juncos que le dan un elevado valor paisajístico. Se encuentra protegida de los vientos gracias a su orientación y los acantilados y es perfecta para bucear y hacer snorkel. Su sello distintivo es la enorme isla de Belladona Grossa, la cual siempre está llena de gaviotas, cormoranes y aves acuáticas.
7- Camino de Ronda de Llafranc a Tamariu
Seguimos conociendo la Costa Brava a través del Camino de Ronda y en este caso, el tramo que une Llafranc a Tamariu. La Calella de Palafrugell marca el inicio del recorrido, a través de una vía empedrada que corre junto al mar y llega a Llafranc. En un momento pasa por delante de la Torre de Calella, una de las muchas construcciones defensivas que se alzan a lo largo de la costa. El camino es sencillo y no te llevará mucho más de media hora.
El tramo desde Llafranc a Tamariu (o viceversa) sigue las marcas del GR-92 y es un poco más exigente, de manera que necesitarás al menos 2 horas para completarlo. Una parte del recorrido obliga a caminar por el asfalto hasta llegar al Faro de San Sebastián. Si bien la caminata puede ser un poco dura, vale la pena alcanzar el punto más alto y disfrutar de unas vistas hermosas. Además, en este punto hay un restaurante en el que podrás recuperar un poco de energía.
Desde aquí el camino se complica un poco más, hasta llegar a Cala Pedrosa, un pequeño paraíso virgen accesible únicamente a pie o en barca. El sendero continúa hasta Tamariu. Este núcleo costero conforma junto a Calella y Llafranc (sobre la costa) y Palafrugell y Llofriu (en el interior) el término municipal de Palafrugell (en la comarca del Baix Empordà).
Tamariu es un pueblo ideal para aquellos viajeros que disfrutan de los ambientes vírgenes y tranquilos. Su paisaje aislado, sumado a un litoral de aguas profundas y cristalinas, es una invitación a disfrutar de unos días de descanso.
8- De Sa Riera a Platja del Racó, Begur
De Tamariu nos vamos a Begur, una de las poblaciones más hermosas de Costa Brava. Su litoral se encuentra formado por 20 km de costa a lo largo del cual aparecen calas pequeñas y pedregosas, acantilados escarpados y un mar de aguas cristalinas llenas de vida.
Las calas de Begur están conectadas entre sí por un tramo del Camino de Ronda bien adecuado y señalizado. Por momentos se deben sortear escaleras, aunque eso no te impedirá disfrutar de la costa abrupta y llena de acantilados de Begur.
El Camino de Ronda de Begur se divide en tres etapas, aunque no necesariamente tienes que hacerlas todas. Nosotros te proponemos hacer el recorrido que va desde Sa Riera a Platja del Racó, una ruta de 2 km de baja dificultad, apta para toda la familia.
La travesía inicia en la extensa Playa o Platja de Sa Riera, la más grande del municipio de Begur. Este amplio arenal se encuentra resguardado de los vientos gracias a unas salientes rocosas que tiene a ambos lados y cuenta con las típicas casas coloridas de pescadores que tanto se ven en la Costa Brava.
De allí parte un camino bien cuidado que corre paralelo al mar y va pasando por rincones idílicos, como las Cala del Rei o Playa de Ses Llunes. La siguiente parada y punto más emblemático de la ruta es la Cala de Illa Roja, la cual lleva este nombre gracias a la enorme roja rojiza que hay ubicada frente a la arena. Se trata de un pequeño oasis donde se funden los colores verdes de la vegetación que rodea la playa, el bermellón de las rocas y el turquesa de las aguas.
Luego de pasar por esta famosa y fotografiada playa, el Camino de Ronda continúa hasta la Platja del Racó. Este extenso arenal se ubica en el extremo sur de una de las bahías más largas de la Costa Brava, la cual se extiende hasta el puerto de l’Estartit. La playa se encuentra totalmente acondicionada con puestos de socorrismo, duchas, bares, restaurantes y otros servicios.
9- Camino de Ronda: desde Cadaqués a Portlligat
Seguimos avanzando por la Costa Brava y llegamos a otra de sus localidades más emblemáticas: Cadaqués. Este precioso enclave se encuentra unido a Portlligat a través de un pintoresco tramo del Camino de Ronda. A su vez, ambos destinos están conectados entre sí gracias al genio del surrealismo, Salvador Dalí. El famoso pintor se enamoró de Cadaqués y encontró en la tranquilidad de Portlligat el sitio ideal para tener su casa.
Además del Camino de Ronda que une Cadaqués y Portlligat hay otras dos sendas que puedes hacer: la que conduce hasta el faro de Cala Nans y la que lleva al faro del Cap de Creus.
El Camino de Ronda de Cadaqués a Portlligat consiste en una ruta circular que se sortea en algo de una hora y media. El sendero transcurre prácticamente por un camino llano junto al mar y en algunos puntos pasa por zonas urbanizadas. Por ende, es un tramo ideal para disfrutar de atractivos naturales y arquitectónicos al mismo tiempo.
10- De Cadaqués a Cap de Creus
Para finalizar esta selección de 10 tramos del Camino de Ronda que te proponemos hacer, te contamos sobre una ruta circular que se adentra en los paisajes del Parque Natural del Cabo de Creus hasta el punto más oriental de la península. La travesía comienza en Cadaqués, pasa por Portlligat y culmina en lo alto del faro, punto desde el cual tendrás unas vistas increíbles.
Este tramo del Camino de Ronda tiene un total de 8 km (solo de ida) y demanda unas 2 horas y media por cada trayecto. La parte más dura es el ascenso al faro, pero las vistas recompensan absolutamente cualquier esfuerzo.
La senda la encontrarás en la riera de Portlligat y a medida que avanza va atravesando diferentes calas por un camino que no es del todo llano, pero tampoco tiene una pendiente exagerada. Eso sí, por momentos hay que caminar entre las rocas, por lo que es fundamental llevar calzado cómodo. A muchas de las calas se puede llegar por accesos secundarios, pero eso dependerá del tiempo con el que cuentes.
Todo el Camino de Ronda desde Cadaqués al Faro de Cap de Creus se encuentra señalizado con marcas verdes y rojas y pasa por varios miradores naturales que regalan unas vistas muy lindas del parque. A los pies del faro aparece la hermosa Cala Jugadora, un pequeño paraíso de aguas turquesas realmente espectacular.
Tras tomar un par de fotos o darte un chapuzón, es hora de subir al faro. Como te contamos, este ascenso es el más duro del camino, pero nada que no se pueda hacer. Las vistas desde el Faro de Cap de Creus hacen que la excursión merezca la pena, así que no dudes es coger un poco de aire y hacer un esfuerzo más.
Si te sobran energías, luego de bajar el faro, puedes tomar un desvío y seguir caminando en dirección al paraje de Tudela. El trayecto es de media hora y te llevará a uno de los espacios geológicos más importantes del Parque Natural del Cap de Creus. Las curiosas formas de las rocas invitan a jugar con la imaginación y a tomar cientos de fotografías. Sin dudas, un desvío que merece mucho la pena.
¿Cuál es la mejor época para hacer el Camino de Ronda?
El Camí de Ronda se puede realizar durante todas las épocas del año. De hecho, cada estación tiene su encanto. Aunque, si quieres un consejo, aprovecha el color y la luz de la primavera, que te premiará con paisajes realmente espectaculares. Además, las temperaturas son más tolerables que en verano.
Lo bueno hacer el Camino de Ronda en plena temporada estival es que permite bañarse en las aguas cristalinas de la Costa Brava. Si prefieres prescindir del baño, el otoño te regalará un juego de colores digno de una postal. El invierno, por su parte, te permitirá disfrutar del paisaje más salvaje y solitario de la Costa Brava.
¿Qué tengo que llevar?
Preparar el equipaje es algo importante, puesto que según el tramo del Camino de Ronda que hagas, tendrás que caminar unos cuantos o pocos kilómetros. Si es el primer caso, mientras más ligero viajes, mejor será.
En líneas generales, te sugerimos llevar una mochila con un traje de baño, una toalla de secado rápido, un par de escarpines y tu equipo de snorkel. También es fundamental tener a mano bloqueador solar, gorra o sombrero, zapatillas de trekking, agua y algún bocadillo.
Hacer el Camino de Ronda es una de las mejores cosas que puedes hacer durante un viaje por Girona o la Costa Brava. Esperamos que la selección que realizamos te motive a vivir esta experiencia que combina naturaleza, arquitectura y, por sobre todo, mucho disfrute.
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