Hay pueblos de Málaga que son visitas obligadas, y uno de ellos es Frigiliana. Este precioso enclave inmerso en la Sierra Almijara es un auténtico pueblo blanco de Andalucía que te cautivará por completo. Frigiliana es una excursión ideal para combinar con Nerja o la misma ciudad de Málaga, como sea, no deberías dejar de pasar por aquí.
Si el plan te suena atractivo, no dudes en recurrir a esta guía de viaje que preparamos. ¡Será tu gran aliada a la hora de planificar tu escapada a Frigiliana!
Frigiliana se encuentra situada en la Comarca de la Axarquía y a 7 km de la Costa del Sol. Muchos lo consideran como el pueblo más bonito de Málaga, y la verdad es que razones para dicha distinción no faltan.
Su entramado de callejuelas estrechas y empedradas son un verdadero encanto y esconden una rica historia que se caracterizó por la convivencia entre culturas. Tan es así, que Frigiliana es conocida como “la villa de las tres culturas”, puesto que a finales del siglo XV convivían aquí las tres religiones más importantes de la época (los cristianos, judíos y musulmanes).
Otro punto a favor de Frigiliana es que, a pesar de ser turístico, conserva su autenticidad y no suele recibir grandes aglomeraciones, especialmente fuera de temporada. Respecto a esto último, en los meses de primavera y otoño podrás disfrutar mejor de este destino malagueño lleno de magia en cada uno de sus rincones.
¿Sabías qué? Frigiliana es considerada como el conjunto arquitectónico popular de origen árabe más puro de Andalucía. Espera a pasear por su Barrio Mudéjar para comprobarlo con tus propios ojos.
Historia de Frigiliana
Sin extendernos demasiado, te contamos un poco sobre la historia de esta villa malagueña, ya que así comprenderás mejor algunas cosas que verás a lo largo de tu paseo.
Los orígenes de Frigiliana se remontan a la prehistoria, al año 2000 a.C aproximadamente. Algunos vestigios hallados muy cerca del casco antiguo de la villa nos hablan del paso de los romanos y fenicios por estas tierras. Por ejemplo, en la Cueva de los Murciélagos se encontraron huellas del hombre primitivo, correspondientes a los períodos paleolítico, neolítico y calcolítico, aunque también se cree que estuvo habitada en época romana.
A lo largo de los siglos posteriores, como toda Andalucía, Frigiliana estuvo bajo el dominio de los musulmanes. De esa época data el importante castillo árabe de 4000 m² que más tarde fue destruido por los cristianos, en el año 1569. Hablamos del Castillo de Lizar, del cual se conserva muy poco (más adelante te hablamos de él).
En el año 1640 Frigiliana alcanzó el título de Villa, gracias a la cédula de Felipe IV. Así nació el término municipal, se estableció el Ayuntamiento y se realizó el primer censo poblacional. En noviembre de 1833 Frigiliana se anexó a la provincia de Málaga y ya en el siglo XX comenzó a progresar hasta convertirse en el destino turístico que es hoy.
¿Qué ver en Frigiliana?
Frigiliana es un pueblo pequeño que no te tomará mucho tiempo visitarlo. De todos modos, te recomendamos pasar un día completo (incluso, puedes quedarte a la noche), para recorrer sus atractivos con calma. Frigiliana es de esos lugares que merecen ser descubiertos a fondo. Además, su gastronomía es otra cosa a destacar, por lo que no dudes en hacer una parada técnica para complacer tu estómago.
La mejor manera de conocer Frigiliana es callejeando sin rumbo fijo por sus pasajes y callejones estrechos. Sin embargo, a fines prácticos, te contamos cómo está organizada la villa y qué ver allí.
El punto neurálgico de Frigiliana es la Plaza de las Tres Culturas, a partir de la cual se divide en una zona antigua (también conocida como Barrio Mudéjar) hacia el norte, y una zona moderna al sur. La primera es la que concentra los atractivos más interesantes, por lo que allí estarás la mayor parte del tiempo.
La zona antigua o Barrio Mudéjar posee las características propias de los pueblos de Andalucía: calles estrechas y tortuosas, fachadas de color blanco inmaculado, ventanas, balcones y puertas de colores. Si te gustan las flores, también estás en el lugar indicado, puesto que las viviendas están engalanadas con buganvillas, geranios y jazmines. ¡Un verdadero placer para la vista!
Los atractivos principales de Frigiliana son:
Casa del Apero y Museo Arqueológico
Lo primero que harás cuando llegues a Frigiliana será dejar el coche en el parking gratuito que hay en la parte alta de la Cuesta del Apero. Si ya está lleno, en la Plaza de las Tres Culturas hay otro parking, esta vez de pago.
La Cuesta del Apero tiene varios tramos de escaleras y regala unas vistas muy lindas de Frigiliana. A su vez, en ella encontrarás la Casa del Apero, un edificio del siglo XVII que se usaba como granero, caballeriza y almacén de útiles de labranza. Hoy en día alberga la Oficina de Turismo, la Biblioteca Municipal y el Museo Arqueológico.
El Museo Arqueológico es una visita muy interesante para hacer en Frigiliana, puesto que su colección realiza un recorrido por la historia de la villa, desde el Neolítico hasta la actualidad. Si eres un interesado en la materia, allí conocerás con más detalle el pasado morisco y medieval de Frigiliana.
El museo expone alrededor de 125 piezas, destacando algunas más relevantes. Un ejemplo de ello es el cráneo de un niño, que aparentemente data del Neolítico, entre los años 4000 y 5000 a.C.; una daga morisca del siglo XVI, vasijas fenicias muy bien conservadas y más.
Plaza de las Tres Culturas
Por la Cuesta del Apero llegarás a la Plaza de las Tres Culturas, quien te dará la bienvenida a Frigiliana. De camino verás el teatro mecánico situado en un pequeño kiosco, en donde se ejecuta un show de marionetas que cuenta la historia del pueblo (puede ser una parada interesante si viajas con niños).
La Plaza de las Tres Culturas, además de ser muy pintoresca, es un auténtico balcón al Mediterráneo, por las hermosas vistas que regala. Desde aquí, podrás comenzar a callejear por la Calle Real, la más importante de Frigiliana.
Palacio de los Condes de Frigiliana
Desde la Plaza de las Tres Culturas te recomendamos subir hasta el llamativo Palacio de los Condes de Frigiliana, conocido también como “El Ingenio”.
Se trata de un imponente edificio de estilo renacentista cuya fachada se encuentra bellamente decorada y luce un reloj de sol. Comenzó a construirse en el siglo XVI con materiales procedentes del antiguo Castillo árabe de Lizar. En su momento albergó a los condes de Frigiliana y, hoy en día, acoge la única fábrica de miel de caña de toda Europa.
Las instalaciones de este establecimiento conservan la maquinaria industrial que se usaba para procesar la caña de azúcar de principios del siglo XX, en los llamados Ingenios. Los Ingenios fueron muy populares en la Costa del Sol, siendo el de Frigiliana el único que queda en uso.
Calle Real
Desde el Palacio de los Condes puedes adentrarte en la Calle Real, que te llevará al casco antiguo del pueblo. Se trata de la arteria principal de Frigiliana, alrededor de la cual se concentran muchos edificios históricos y nacen otros callejones. Por eso, pasear por ella es algo que no puedes dejar de hacer.
En cuanto comiences a subir por la Calle Real te encontrarás a mano izquierda con los Reales Pósitos, que en 1767 se empleaban para almacenar el grano excedente. De su estructura original se conservan únicamente las arcadas de ladrillo y sus sótanos. Hoy en día, se encuentra dividido en varias casas separadas que albergan tiendas de artesanías en las que podrás comprar algún recuerdo de tu paso por Frigiliana.
A medida que recorras la Calle Real, comprenderás por qué su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico Artístico. Después de todo, es uno de los mejor conservados de Málaga, así que bien merecida tiene dicha mención. Si prestas atención, verás que el suelo de la calle se encuentra decorado de manera muy peculiar, con unos bellos mosaicos de piedra.
Sigue callejeando cuesta arriba y llegarás a uno de los rincones más fotografiados de Frigiliana: el punto donde se ramifican la calle Real y la calle Hernando el Darra (un terrateniente de familia noble de la villa que jugó un papel clave en la rebelión de los moriscos). Parece algo muy simple, pero esta encrucijada es realmente encantadora.
Desde allí tienes dos opciones: tomar el camino más empinado (el que se abre a mano derecha por la Calle Hernando el Darra) o el de la izquierda. No lo dudes, sigue hacia la derecha. Así tengas que subir, a partir de este tramo te encontrarás con la verdadera esencia de Frigiliana y te adentrarás en su hermoso Barrio Mudéjar.
Barrio Mudéjar, una de las mejores cosas que ver en Frigiliana
El Barrio Mudéjar, también conocido como Barribarto o barrio morisco, concentra algunas de las calles más hermosas del pueblo. Su laberinto de callejones adoquinados suben y bajan a su antojo y van enamorando a cada paso gracias a las típicas casas blancas con puertas de colores.
Te sorprenderá el reflejo del sol en las fachadas siempre blancas e impolutas del Barrio Mudéjar. Las viviendas aquí son un claro ejemplo de arquitectura popular, con alturas adaptadas al terreno y construcciones sencillas y yuxtapuestas. El trazado urbano no está claramente definido, más bien consiste en grandes manzanas comunicadas entre sí por callejones. Todos estos detalles hacen que el Barrio Mudéjar de Frigiliana sea una auténtica maravilla.
Los adarves, unos accesos que conducen a las casas que no tienen salida directa a las calles, son testimonio del urbanismo andalusí. En la calle Zacatín, del Túnel, del Señor, la Huerta, de la Amargura, del Torreón y otras, podrás ver ejemplos de este tipo de construcción.
Otro detalle que verás en el Barrio Mudéjar son 12 placas conmemorativas, diseminadas por las fachadas de las casas. Las mismas van relatando la historia de la sublevación de los árabes que vivían en Frigiliana durante la reconquista cristiana. De ese modo, podrás conocer la Batalla del Peñón de Frigiliana, que en 1569 acarreó la derrota y expulsión del último reducto morisco de la península.
Si pasas una noche en la villa, verás que en este momento del día el barrio se sumerge en un silencio reconfortante que invita a descansar como debe ser.
Indudablemente, es un placer pasear por estas callecitas que lentamente te irán llevando a la parte más alta de la villa, donde hay un mirador desde el cual se obtienen impresionantes panorámicas.
Miradores de Frigiliana
Visto desde arriba, Frigiliana es todavía más encantador. Por eso, otra de las mejores cosas que puedes hacer aquí es subir por la calle Hernando el Darra hasta el Callejón del Peñón, en donde encontrarás uno de los mejores miradores del pueblo.
Una de las mejores postales se obtienen cerca del famoso restaurante The Garden, ubicado en una calle llena de escaleras que hace una curva y se une a la calle Santo Cristo. Esta última es la más alta del pueblo, o sea que ya puedes decir que has dominado Frigiliana. Pero, antes de comenzar a bajar, detente un momento a apreciar las vistas, que son una de las mejores que encontrarás en todo el recorrido.
Si todavía te quedan fuerzas, puedes continuar subiendo hasta lo alto del Castillo de Lizar, o mejor dicho, lo que queda de él.
Castillo de Lizar
Poco queda de esta antigua fortaleza musulmana, aunque no deja de ser un buen plan subir hasta las ruinas y disfrutar de la panorámica más completa de Frigiliana y su entorno.
Estas ruinas en muy mal estado datan de la época en que Frigiliana era un pueblo andalusí. En aquel entonces, el Castillo de Lizar era todo un referente de la villa. La orden de destruir la fortaleza la dio el Comendador de Castilla, que deseaba hacer desaparecer este refugio de moriscos. Si bien son pocos los vestigios que quedan de él, fue incluido en la lista del Patrimonio Histórico Español, por lo que es protegido por la Junta de Andalucía.
Desde los restos de esta fortaleza musulmana se aprecia la costa malagueña, la cual se encuentra salpicada de torres de vigía, que mediante señales de humo y fuego alertaban ante la presencia de navíos enemigos.
Calles de Frigiliana
Ya de regreso al pueblo, puedes aprovechar para recorrer algunas de las calles más bonitas de Frigiliana. Ejemplo de ello son la de la Amargura, la Calle Alta y la de Santa Teresa de Ávila.
Todas ellas tienen las mismas características: pisos de adoquines con dibujos geométricos que contrastan fuertemente con el blanco de las fachadas y el azul de las puertas. Los detalles abundan en cada rincón, de allí que lo mejor sea pasear con calma.
Una de las calles de la villa más singulares es la conocida como “El Torreón de Frigiliana”. Esta bonita vía techada data, posiblemente, del siglo XVIII y es el sitio en donde se encontraba el depósito de cereal en aquel entonces.
En este rincón de la villa se encuentra la vasija con el enigmático dibujo donde se ven los símbolos de las religiones musulmana, judía y cristiana, el cual se usó más tarde como eslogan del Festival Frigiliana 3 Culturas.
Otro espacio a destacar es el Callejón El Garral, una vía estrecha repleta de macetas con plantas y terrazas de restaurantes. Al final del paseo, te espera otro de los monumentos más emblemáticos de Frigiliana: la Fuente de las Tres Culturas.
Fuente de las Tres Culturas
Con tres caños, cada uno presidido por una símbolo correspondiente a las tres religiones que convivieron en España (la cruz cristiana, la estrella de David y la media luna musulmana), esta fuente es la más famosa del pueblo. No se trata nada más de un monumento histórico, sino de un símbolo de la buena convivencia que tuvieron estas tres culturas durante parte de la Edad Media.
Iglesia de San Antonio de Padua
No podemos irnos de Frigiliana sin invitarte a conocer su patrimonio religioso. Para eso deberás regresar por la Calle Real al punto de partida de tu ruta, en la Plaza de las Tres Culturas, y hacer una parada en la Iglesia de San Antonio de Padua.
Este templo fue construido sobre los restos de una mezquita musulmana, que tras la reconquista se convirtió en una iglesia de estilo renacentista. Si bien es sencillo, destaca por el blanco inmaculado de sus paredes, por lo que representa otro punto muy fotogénico. En su interior, encontrarás una sobria decoración mudéjar.
Jardín Botánico de Santa Fiora
Hay una parada más que puedes hacer en tu paseo por Frigiliana: el Jardín Botánico de Santa Fiora.
Se trata de un bello parque situado en una ladera, en donde verás una colección de plantas usadas por los antiguos pobladores de la zona, ya sea como medicamentos, alimentos o para la fabricación de objetos. Las plantaciones más llamativas son el esparto, la caña de azúcar y los palmitos, además de otras más habituales como el tomillo, el romero y el orégano.
¿Cómo llegar a Frigiliana?
Frigiliana se encuentra a tan solo 13 km de la turística ciudad de Nerja, por lo que combinar ambas visitas en un mismo viaje es un plan excelente. Nerja es una de las localidades malagueñas más famosas, no solamente por su belleza, sino también por su cueva, así que no dudes en visitarla. Para sortear los 13 km que separan ambos destinos no tienes más que tomar la carretera MA-5105.
El aeropuerto de la ciudad de Málaga se encuentra a 50 minutos en coche de Frigiliana. Por eso, también es una buena opción llegar allí, alquilar un coche y hacer una ruta por la provincia. El viaje desde el aeropuerto a la villa no lleva más de una hora y se realiza por la A-7, que va bordeando la costa.
Para dejar el coche, ya sabes que tienes un parking gratuito en la Casa del Apero, otro de pago en la Plaza de las Tres Culturas y uno más frente al Jardín Botánico.
Gastronomía y sitio donde comer en Frigiliana
Los sabores de la cocina local será otra de las cosas que te enamoren de Frigiliana. La villa tiene algunos platos típicos, como las berenjenas con miel de caña o el potaje de bacalao (un guiso que se come en toda la comarca).
La cocina tradicional se fundamenta en el uso de elementos naturales de la tierra. De ese modo, alimentos como la miel de caña y el aceite de oliva virgen están muy presentes en las comidas. Lo mismo sucede con los moscateles de sus viñedos y las verduras frescas de la huerta. Por eso, creemos que visitar Frigiliana y no parar a comer algo sería un error. Además, tanta caminata, subida y bajada, seguramente abrirá tu apetito.
Tanto en Frigiliana como en toda la comarca axarqueña son habituales los potajes. Esta especie de guiso se ofrece de mil maneras distintas, como el de coles o de hinojos. Para Semana Santa, por ejemplo, es común el potaje de bacalao acompañado de tortillas de huevo y harina mojada en miel de caña. También son usuales las migas a base de pan y harina de maíz, acompañadas con pescado fresco, hortalizas o chorizo y morcilla.
Respecto a dónde comer en Frigiliana, las opciones son muchas. En la plaza de la Iglesia encontrarás uno de los restaurantes mejor valorados de la villa: la Taberna del Sacristán. Si bien no es la opción más económica, la comida es una maravilla. La paletilla de cordero es el plato por excelencia de la casa, al igual que su sabrosa tarta de queso. Además, el establecimiento tiene el plus de contar con dos terrazas, una con vista a la plaza de la Iglesia y otra a la Sierra Almijara.
The Garden Restaurante es otro lugar para comer bien y disfrutar de vistas increíbles al mismo tiempo. Aquí te recomendamos probar el hummus, el salmón o los buñuelos de calabacín. Para los postres, una buena propuesta son los dátiles.
En la Plaza de las Tres Culturas se encuentra otro famoso restaurante de Frigiliana. Sal y Pimienta es un establecimiento especializado en gastronomía polaca y otra de las mejores propuestas para comer en la villa.
Si eres cervecero, en el pequeño local de La Domadora y el León podrás saborear una rica cerveza artesanal propia y otras 300 marcas de diferentes lugares del mundo. Suena bien, ¿no crees?
Las sugerencias no terminan aquí. ¿Sabías que el mango crece en los alrededores de Frigiliana y es otro protagonista de la comida local? De licores a mermeladas, hay muchas manera de probar esta rica fruta. Igual de sabrosos son sus chocolates artesanales. Las propuestas son de lo más novedosas: con chile, miel de caña, sal, aceite de oliva, stevia, plátano. La tienda Chocolates Artesanos Frigiliana, ubicada en la Calle Real, no solo elabora este rico producto derivado del cacao, sino que educa al turista en todo lo referente a su producción.
¿Cuál es la mejor época para viajar a Frigiliana?
Cualquier momento del año es bueno para viajar a Frigiliana. Si lo haces en verano, podrás combinar el paseo con una visita a la Costa del Sol. Mientras que, en primavera u otoño, encontrarás la villa más tranquila. Como sea, seguro lo disfrutarás.
Una buena idea es planificar la visita a Frigiliana para el último fin de semana de agosto, cuando tiene lugar el Festival de las 3 Culturas. Como ya sabes, celebra la unión de las 3 culturas que habitaron el municipio a través de diferentes shows musicales, culturales y una rica comida. El pueblo entero se viste de fiesta y el ambiente se anima a más no poder.
¿Qué ver en los alrededores de Frigiliana?
Hay dos visitas que te proponemos hacer para complementar tu paseo por Frigiliana: la aldea de El Acebuchal y Nerja.
Nerja
Sin dudas que el mejor complemento de Frigiliana es la pequeña ciudad costera de Nerja. Situada en la aclamada Costa del Sol, este precioso enclave de casas blancas, playas paradisíacas y muchas ofertas pensadas para el turista, es una gran alternativa para tus próximas vacaciones.
Al igual que Frigiliana, Nerja está dentro de los tesoros más codiciados de Málaga. ¡Allí todo es bello! La infinidad de detalles que hay en sus casas andaluzas no te dejará indiferente. Además, en Nerja encontrarás muchas cosas para ver y hacer.
No nos explayaremos demasiado, pero a grandes rasgos queremos contarte qué puedes hacer en esta localidad de la Costa del Sol. Para empezar, puedes visitar su famoso Balcón de Europa. Este amplio mirador rodeado de terrazas se sitúa sobre un saliente rocoso y regala unas vistas inmejorables del Mediterráneo.
Tampoco dejes de callejear por su centro histórico, muy similar al de Frigiliana. Sus calles blancas están llenas de tiendas de artesanías, restaurantes, macetas con flores y monumentos, como la Iglesia del Salvador y el Ayuntamiento.
Aunque, sin dudas que el principal reclamo turístico de Nerja son sus playas. Entre las más populares encontramos el Salón y Calahonda, dos arenales situados a ambos lados del acantilado donde está el mirador antes nombrado. Pero, no son las únicas. Nerja posee 16 km de costa salpicada de muchas calas y playas.
La playa de Burriana, por ejemplo, enamora por sus caprichosas formaciones rocosas y sus acantilados. El mismo sentimiento generan las playas de Maro, de Carabeo, del Chorrillo y el Playazo, la más larga del municipio.
Mención aparte merece la espectacular Cueva de Nerja, situada a 3 km del centro. Esta maravilla natural de España consiste en un sistema de salas y pasillos de más de 20.000 años de antigüedad. Aquí cada rincón está repleto de formaciones geológicas, entre ellos, la estalactita más grande del mundo.
El Acebuchal
El Acebuchal se encuentra situado, al igual que Frigiliana, en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Apenas 8 km la separan de nuestro destino de hoy, por lo que te sugerimos que hagas la visita. No te llevará mucho tiempo y conocerás un lugar muy hermoso.
Lo más interesante de El Acebuchal es su historia. Para los años 40, este pequeño enclave estaba habitado por unas 200 personas abocadas a la agricultura, la cría de ganado, la madera y el carbón. Todo parecía marchar bien, pero el dictador Francisco Franco sospechaba que allí se escondían algunos miembros de la guerrilla del maquis, por lo que en 1948 ordenó el desalojo completo de la aldea. De ese modo, El Acebuchal quedó abandonado por más de 50 años.
A finales de los 90, las siguientes generaciones de los vecinos que se vieron obligados a dejar su hogar se propusieron reconstruir la zona. Poco a poco, se fue uniendo gente a la causa que daría vida nuevamente a esta bella aldea enclavada en medio de la montaña.
Actualmente, El Acebuchal no tiene más de 30 casas y se presenta como un auténtico paraíso rural. Las personas que buscan desconexión total tienen a disposición viviendas rurales ideales para ello.
Los 8 km que separan Frigiliana de El Acebuchal se pueden sortear en coche o caminando. Para eso debes tomar la antigua carretera de Torrox-Cómpeta y conducir despacio y prestando atención, porque no hay ningún cartel que indique el desvío a la aldea. Pero, si estás atento, verás el cartel del Restaurante El Acebuchal, en donde deberás doblar. Los últimos 2 km del camino está lleno de baches y el carril es muy estrecho, por lo que deberás ir despacio. De repente, aparecerá ante tus ojos la “Aldea Perdida” de El Acebuchal.
Una vez allí, puedes dedicarte a callejear e ir descubriendo sus rincones con encanto, muchos de ellos con el típico aire andaluz. El blanco de las viviendas, el colorido de las flores, la limpieza, todo parece dispuesto de manera de lograr una postal impecable. Además, si te gusta el senderismo, hay varias rutas para recorrer los alrededores del pueblo.
¿Qué esperas para hacer una escapada y conocer Frigiliana? Su clima, la cercanía a la Costal del Sol, su sabrosa cocina local, su ambiente andaluz, sus paisajes… Motivos sobran para visitar este pueblo, uno de los más lindos de Málaga.
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