Cusco (o Cuzco) es una ciudad difícil de describir, pero intentaremos hacer lo posible. Si tuviésemos que usar una palabra, posiblemente sería fascinante. También diríamos que es un tanto caótica, ruidosa, en algunos sectores un poco sucia, pero encantadora hasta el punto de ponerte la piel de gallina.

Definitivamente, Cusco es un destino que toda persona debería ver al menos una vez en su vida. El ombligo del mundo es una de las joyas más preciadas del continente americano. Son tantos los tesoros que esconde esta ciudad de Perú que podrías pasar varios días recorriendo sus calles y nunca dejar de sorprenderte.

Como queremos que tu paso por la antigua capital del Imperio Inca sea memorable, hemos armado la guía de viaje Cusco más completa que encontrarás en la web. Estamos seguros de que una vez que pases por ella, un pedacito de tu corazón habrá quedado allí, en su Plaza de Armas, en sus iglesias y montañas.

Pero, para sacarle el máximo provecho tienes que recorrerla despacio, dedicarle tiempo y tener un poco de paciencia. Si haces eso, viajar a Cusco será una de las experiencias más enriquecedoras de tu vida.

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¿Por qué viajar a Cusco?

Cusco es el destino turístico por excelencia de Perú (y uno de los más importantes de Sudamérica). No solo la ciudad está repleta de atractivos, sino que es la puerta de entrada al Valle Sagrado de los Incas y al Machu Picchu. Grandes maravillas naturales, yacimientos arqueológicos y pueblos que mantienen vivas tradiciones ancestrales rodean Cusco. Al mismo tiempo, los valles y nevados que envuelven la ciudad te llevarán a sentir los Andes Peruanos en carne viva.

Cusco fue el centro vital del poderoso Imperio Inca (Tahuantinsuyo). La Capital Arqueológica de América es una ciudad dueña de una riqueza monumental única en el mundo. Su seductora mezcla de calles empedradas y edificios coloniales le dan una belleza especial y cautivadora.

En las calles de Cusco sentirás que el tiempo se ha detenido. Cada uno de sus rincones narra una parte de su historia. A la vez, es un destino que ofrece una experiencia cultural intensa, una buena dosis de aventura y recorridos emocionantes por sus alrededores. Y no podemos dejar de lado su gastronomía, que es sabrosa, variada y exótica.

En definitiva, son tantos los motivos por los que vale la pena conocer este destino que podríamos dedicar un artículo completo a hablarte de ellos. Respondiendo a la pregunta inicial del por qué viajar a Cusco, la respuesta es simple: ¡porque es maravillosa!

Historia de Cusco

Hay ciudades a las que es imposible viajar y dejar de lado la historia. Cusco es una de ellas. Podríamos decir que la antigua capital del Imperio Inca es historia pura y viva, aquella que se hace presente en cada templo, en cada detalle y en las tradiciones que su gente se encarga de ciudad y conservar como un tesoro. La historia en Cusco es uno de los motivos por el cual desprende un halo especial.

Como somos especialmente amantes de esta materia, te contaremos un poco sobre la historia de Cusco, de manera que cuando la visites comprendas la importancia que esconden sus muros. En ella se fusionan cientos de años de cultura indígena y colonial que llevaron a que sea declarada Patrimonio de la Humanidad.

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La capital del Imperio Inca

Según una leyenda, Manco Cápac, el primer gobernador de los incas, fundó Qosqo (Cusco) en el siglo XII a las afueras de la actual Plaza de Armas. Pronto, la ciudad se convirtió en el centro del Reino de Cusco, el cual no tardó en expandirse y dar nacimiento al imperio precolombino más grande de América: el Tawantinsuyu.

Cusco fue el centro político, administrativo y militar del territorio del Imperio Inca, el cual abarcaba desde el sur de Colombia hasta el centro de Chile y el noroeste de Argentina. Qosqo significa «ombligo» y es lo que verdaderamente representaba esta ciudad: el centro desde el cual partían los caminos que llevaban a todo el territorio inca.

Durante la época de esplendor de los incas se levantaron ciudades increíbles, como el Machu Picchu. No solo eso, también se construyeron canales de riego artificiales con una tecnología sumamente avanzada para la época (como los que pueden verse en Moray); 30.000 kilómetros de caminos que comunicaban cada pueblo y ciudad; fortalezas, pirámides y templos. Los incas hicieron verdaderas maravillas. Afortunadamente, algunas de ellas lograron sobrevivir al asedio de los colonizadores.

La llegada de los españoles y el comienzo del fin del Imperio Inca

En el año 1532 arribó a las costas de Perú el conquistador español Francisco Pizarro, acompañado por una fuerza de 167 hombres, incluidos sus cuatro hermanos. En ese preciso momento, el Imperio Inca se encontraba librando una sangrienta guerra civil entre el Inca Tupac Kusi Wallpaq (Huáscar) y su hermano Atahualpa. La misma finalizó con el triunfo de Atahualpa y el encarcelamiento de Huáscar.

Esta guerra civil es uno de los motivos por el cual se explica cómo un ejército de menos de 200 hombres pudo doblegar a un imperio que, en ese momento, tenía alrededor de 15.000 habitantes.

En noviembre de 1532 se produjo una reunión en la ciudad de Cajamarca entre el emperador Atahualpa y Pizarro. El primero, sin sospechar que se trataba de una emboscada planeada entre Pizarro y sus enemigos, asistió con sus tropas desarmadas. El resultado fue el asesinato de una enorme cantidad de incas y la detención de Atahualpa.

A pesar de que el emperador inca pagó una enorme cantidad de oro y plata a los españoles a cambio de su liberación, Atahualpa fue ejecutado en julio de 1533. Todo el botín recibido fue enviado a España, aunque una buena parte se repartió entre Pizarro y sus soldados.

En 1534 los españoles se apoderaron de Cusco, en un momento trascendental en la historia de la conquista del imperio más grande del mundo.

Los incas no se sometieron tan fácilmente al asedio español. Uno de los hermanos de Atahualpa (Manco Inca) encabezó una rebelión masiva en 1536 que duraría 37 años. Sin embargo, Pizarro y sus hombres lo obligaron a huir al Amazonas, sitio donde aparentemente habría establecido una capital oculta, Vilcabamba. A la par, los españoles seguían avanzando y dominando las ciudades del imperio.

La rebelión del Imperio Inca culminó en 1572, cuando Tupac Amaru I, hijo de Manco Inca, fue ejecutado en Cusco por orden del virrey Francisco de Toledo. De ese modo, los españoles pusieron fin a la resistencia mantenida por el imperio durante tantos años.

Cusco: ciudad colonial

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La ocupación de los españoles produjo un cambio dramático en Cusco. Muchos de los templos incas fueron destruidos para usar la piedra y levantar construcciones coloniales. Otros se utilizaron como base para construir capillas, iglesias y residencias para los conquistadores. Un claro ejemplo es el Palacio Real del Inca Viracocha, sobre el cual se erigió la Catedral de Cusco.

En 1650 un feroz terremoto dejó la ciudad casi en ruinas. La reconstrucción se realizó en estilo colonial, el cual se luce hasta el día de hoy. Aun así, las tradiciones incas lograron transmitirse de generación en generación y la historia de este increíble imperio no se ha perdido.

Cusco y el Camino del Inca: la puerta de entrada al Machu Picchu

Cusco se encuentra situada en medio de los Andes Peruanos, en un hermoso valle a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Tal como te contamos antes, es el punto de partida del espectacular camino que conduce al Machu Picchu.

La ciudad es perfecta para aclimatarse antes de emprender la fabulosa ruta de 112 km que conduce a la ciudadela del Machu Picchu. Ya sea a pie, en tren o en autocar, el trayecto es una maravillosa sucesión de paisajes que se tienen que disfrutar a ritmo lento.

El Camino del Inca que une la ciudad de Cusco con Machu Picchu es uno de los más transitados de América del Sur y una auténtica maravilla. Esta red de senderos trazada por los incas atravesaba todos los países del imperio. Su nombre en quechua era Capac Ñam y fue la red vial más avanzada y extensa que existió en la Sudamérica precolombina.

El más famoso de sus tramos son los 43 kilómetros que van desde el poblado de Chilca a Machu Picchu. El inicio de la caminata se encuentra a la altura del kilómetro 82 de la vía férrea que va de Cusco a Aguas Calientes (o Machu Picchu Pueblo).

De allí en adelante los senderos se adentran en valles, montañas, bosques, selvas, ruinas incas y ríos. Al final del recorrido habrás llegado a la Puerta del Sol, la principal entrada al Machu Picchu. La emoción de toparse con esta ciudad oculta entre las montañas es, nuevamente, difícil de poner en palabras.

Tip viajero: el kilómetro 82 no solo es el punto de partida del Camino del Inca hacia Machu Picchu. Los turistas que viajan con poco presupuesto pueden hacer una ruta alternativa y también darse el gusto de llegar caminando a la antigua ciudadela inca. ¿Cómo? Siguiendo la vía férrea que une Cusco con Aguas Calientes (la puerta de entrada al Machu Picchu). La travesía de 28 kilómetros es increíble y también te llevará a paisajes por ensueño. Pero, esa es historia para otro artículo que pronto escribiremos.

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Llegar a Machu Picchu Pueblo siguiendo la vía férrea desde el kilómetro 82 es una aventura increíble

¿Qué ver en Cusco?

El solo hecho de que Cusco haya sido la capital del imperio precolombino más importante de Sudamérica ya es motivo suficiente para saber que hay un montón de cosas para ver en ella.

Es posible que cuando llegues a Cusco te sorprendas por su tamaño (tiene alrededor de 450.000 habitantes). De todos modos, no te preocupes mucho por ello: los atractivos turísticos más importantes se encuentran concentrados en el Centro Histórico, uno de los más hermosos de América Latina.

Eso sí, si visitas Cusco ve preparado para caminar. La ciudad está inmersa en las montañas, de allí que tenga muchas cuestas (y algunas bastante empinadas). Sumado a que se encuentra a más de 3.000 metros de altura, el andar se puede volver un poco cansador. De todos modos, si piensas hacer alguna excursión por sus alrededores, aclimatarse en Cusco es fundamental.

Lo mejor es ir despacio, sin prisas y deteniéndose cada vez que haga falta. Después de todo, hay tantos detalles que admirar que obligadamente irás recorriendo la ciudad de a poco.

El día de hoy te contaremos cuáles son los lugares imprescindibles que visitar en Cusco. Antes, te dejamos algunas propuestas de tours que no puedes perderte.

Teniendo en cuenta que parte de la belleza de la ciudad está en su historia, recorrer sus principales puntos de interés con un guía es la mejor manera de sacarle provecho al paseo. El Centro Histórico de Cusco es todo un museo al aire libre que hay que conocer en profundidad. Por eso, no dejes de apuntarte a alguno de estos recorridos:

Plaza de Armas

Pocos lugares del mundo tienen la magia y la belleza de la Plaza de Armas de Cusco. El corazón del Centro Histórico es el lugar más fotografiado de la ciudad y el epicentro de la vida social y cultural. Todo turista que pasa por allí lleva plasmado en su rostro la más auténtica expresión de asombro.

Siempre hay vida en la Plaza de Armas, desde la primera hasta la última luz del día. Un constante fluir de locales, turistas y alpacas (sí, las alpacas son una parte fundamental de la postal) inunda el que fue el centro administrativo de los incas.

Una vez que pises la Plaza de Armas, lo primero que harás es dirigir tu mirada a la imponente Catedral de piedra arenisca del Cusco. Este templo que luce una mezcla de estilos barroco, gótico y plateresco se terminó de construir en 1654 y es el gran protagonista de la plaza. A su lado se encuentra la iglesia más pequeña, pero increíblemente bella de la Compañía de Jesús.

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Catedral de Cusco

Más allá de que pasarás un montón de veces por la Plaza de Armas, para disfrutarla al máximo tienes que tomar un café o una Cusqueña en alguna de las cafeterías y restaurantes ubicados en el segundo piso en los portales que la rodean. Claro que son los lugares más caros para comer, pero estarás pagando una vista increíble de una de las plazas más lindas del mundo. Vale la pena hacerlo, créenos.

Iglesias de Cusco

Uno de los aspectos más fascinantes de Cusco son sus iglesias. De hecho, su historia colonial va de la mano de los templos religiosos, de los cuales el más emblemático es la Catedral del Cusco.

Hay tantas iglesias desparramadas por la ciudad que quizás no llegues a visitarlas a todas. Nosotros te mencionaremos solo algunas, pero hay más.

Catedral de Cusco

La joya de la Plaza de Armas de Cusco de su catedral. Este templo que sorprende por sus dimensiones y su belleza se construyó con piedras procedentes del yacimiento arqueológico de Sacsayhuamán. La obra tardó 95 años en completarse y su mezcla de elementos barrocos, góticos y platerescos le valió el título de Patrimonio Cultural de Perú.

Como ya sabes, la iglesia fue construida por los españoles en el mismo sitio donde se encontraba un palacio inca. Por esta razón, es considerada un importante reservorio de arte colonial, reliquias y artefactos arqueológicos.

El conjunto monumental de la Catedral de Cusco está compuesto por tres edificios. La Basílica es la parte central, en cuyo interior se resguardan valiosas piezas de arte. No dejes de prestar atención a la pintura de la Última Cena de Marcos Zapata, que tiene la particularidad de que presenta un plato tradicional andino de cuy en la mesa.

En uno de sus laterales se encuentra el Templo del Triunfo, el primero en construirse (en 1539). El nombre rememora la victoria de los españoles sobre Manco Inca en 1536. El otro lateral está ocupado por el Templo de la Sagrada Familia, cuya obra inició en 1723 y se restauró en 1996.

Desde la escalinata de la catedral se obtiene una vista muy bonita de la Plaza de Armas, así que antes de cruzar su puerta no dudes en detenerte un minuto a admirar la postal.

Iglesia de la Compañía de Jesús

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Otra de las protagonistas de la Plaza de Armas de Cusco es la Iglesia de la Compañía de Jesús. Se trata de uno de los monumentos más sobresalientes del barroco andino y, al igual que la anterior, fue construida sobre un palacio inca (el Amarukancha) por los jesuitas en 1571. Aunque, debió ser reconstruido tras el destructivo terremoto de 1650.

El aspecto majestuoso de este templo rivaliza fuertemente con el de la catedral. Su fachada barroca y su interior que acoge el altar más grande de Perú son dignas de admiración. También cuenta con pinturas del artista cusqueño Marcos Zapata, esculturas de los santos jesuitas y maravillosos lienzos.

Iglesia de San Pedro

La Iglesia de San Pedro es otro de los templos más maravillosos de Perú. Famosa por sus dos hermosos campanarios, se encuentra situada muy cerca del Mercado de San Pedro, uno de los más coloridos y grandes de Perú.

Si bien el tamaño de esta iglesia es más pequeño que el de otros templos de Cusco, las pinturas y esculturas que atesora su interior la convierten en otro imprescindible del Centro Histórico.

Iglesia de San Cristóbal

La Iglesia de San Cristóbal y el mirador que la acompaña es otro de los sitios más hermosos que visitarás en el Centro Histórico de Cusco. Las vistas desde aquí son realmente hermosas, con los tejados que caracterizan la ciudad como grandes protagonistas. Si vas al atardecer, la estampa será incluso más mágica.

La Iglesia de San Cristóbal se encuentra situada en el barrio Inca de Qolqampata, en la ladera de Sacsayhuaman, por lo que puedes aprovechar y combinarla con la visita a este yacimiento arqueológico.

Así no ingreses al interior, vale la pena hacer el esfuerzo de subir las empinadas calles de Cusco para disfrutar de su mirador, que es otro punto de encuentro entre turistas y locales.

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Convento de La Merced

A pocos metros de la Catedral y la Iglesia de la Compañía se encuentra el Convento de la Merced. Se trata de otro de los templos que sufrió grandes daños durante el terremoto de 1650, al punto tal que llevó 20 años reconstruir el edificio. Sin embargo, el resultado fue espectacular, porque el Convento de La Merced tiene una belleza única.

La Iglesia y Convento de La Merced posee portadas manieristas, un campanario barroco y muchos tesoros en su interior. Tan es así que los expertos en arquitectura y arte consideran que se trata de uno de los templos más hermosos de Latinoamérica.

Iglesia de Santa Catalina

La iglesia y el monasterio de Santa Catalina fueron fundados en 1605, aunque debieron reedificarse luego del terremoto de 1650. Es otro de los templos más hermosos de Cusco, cuyo interior luce altares barrocos de gran atractivo y un soberbio púlpito. También acoge admirables piezas de orfebrería y un magnífico museo.

Tip viajero: las religiosas del convento elaboran dulces de mazapán y almendras muy recomendables.

Qorikancha – El Templo Dorado

Es probable que hayas escuchado hablar de Inti, el Dios del Sol y principal divinidad de los incas. Qorikancha es el templo por excelencia que el imperio construyó para rendir culto a esta divinidad. En aquel entonces, sus salones estaban revestidos por láminas de oro y, según se dice, en todo su interior refulgía una inmensa joya bajo la luz del sol. Con el tiempo se amplió y embelleció hasta convertirse en el lugar de culto más importante del Imperio Inca.

Si bien la construcción ya no tiene recubrimiento dorado, recorrer sus recintos, jardines y templos interiores no deja de ser una propuesta turística en Cusco. A su vez, es el sitio ideal para apreciar la fusión del estilo incaico tradicional y el colonial que tanto caracteriza a esta ciudad. La muestra más clara de ello es el Convento de Santo Domingo que se levantó sobre la parte superior del templo.

El Convento de Santo Domingo, como seguramente ya has deducido, fue uno de los tantos templos construidos por los españoles en Cusco. Lamentablemente, para erigir su edificio religioso destruyeron la parte superior del templo inca (quizá, no supieron apreciar el enorme valor que tenía este lugar). Aun así, se mantienen intactos vestigios del antiguo templo inca, como un muro semicircular excepcionalmente bien elaborado que se aprecia desde la Avenida El Sol.

No dejes de visitar este increíble atractivo y hacer el recorrido con una audioguía que permite ir comprendiendo el significado de cada uno de sus espacios. También, hay un interesante museo en donde se exhiben piezas incaicas que fueron halladas durante las excavaciones.

La entrada cuesta 15 soles y no se encuentra incluida dentro del Boleto Turístico de Cusco, del cual te hablaremos más adelante.

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Barrio de San Blas, el Balcón de Cusco

San Blas es el barrio más colorido de Cusco y otro imperdible de esta hermosa ciudad. Si la cantidad de gente que circula por la Plaza de Armas y los vendedores te resulta un poco agobiante, escaparse a este barrio es la solución más acertada.

El barrio de San Blas no solo es sumamente pintoresco, también es menos concurrido, tranquilo y cuenta con algunos de los mejores restaurantes y cafeterías de Cusco. Acoge excelentes tiendas de ropa y joyería, bares nocturnos y regala unas vistas hermosas de la ciudad (de allí que es considerado el Balcón de Cusco).

San Blas se encuentra dentro del Centro Histórico, en la parte alta de la ciudad, y se caracteriza por sus calles estrechas y empinadas con adoquines. Eso sí, para llegar a la parte más alta tendrás que caminar despacio, porque las cuestas son un poco complicadas debido a la altura. De todos modos, cualquier turista que tenga un poco de voluntad puede hacerlo.

Entre sus sitios de interés más importantes destaca la Iglesia de San Blas, el templo más antiguo de Cusco. Su construcción data de 1563 y se realizó sobre un antiguo templo inca en el cual se adoraba a Illapa, el dios del trueno, el relámpago y el rayo. No dejes de visitar su interior lleno de detalles de estilo churrigueresco (una variante del barroco español que se distingue por la abundancia de detalles).

La iglesia se encuentra ubicada en la pintoresca Plazoleta San Blas. Además del templo, la misma alberga una serie de edificios de adobe encalados, adornados con balcones de color azul y tejas rojas. Es el corazón del barrio más bohemio de Cusco y el sitio en el cual desde la época inca han prevalecido las artesanías. Al día de hoy sigue siendo la residencia preferida de los artistas locales, de allí que la zona esté llena de tiendas-talleres en donde puedes adquirir lo que busques.

Para llegar a la iglesia deberás subir por la famosa Cuesta de San Blas (la continuación de la calle Hatun Rumiyoc). Esta vía estrecha y empinada acoge las mejores colecciones de arte de la ciudad, por lo que da mucho placer caminar por ella (a pesar de lo empinada que es).

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Piedra de los 12 ángulos

Puede resultar curioso que una de las atracciones más populares de Cusco sea una piedra, pero así es. El motivo principal es la perfección y el gran tamaño que posee la famosa Piedra de los 12 Ángulos, cuyas 12 esquinas encajan perfectamente con el resto del muro.

La piedra consiste en roca diorita verde (la cual era muy utilizada por los incas para sus construcciones) y forma parte de uno de los muros correspondientes al antiguo palacio de Inca Roca. Con un peso aproximado de 6 toneladas, es tanta la perfección de sus bordes y ángulos que en ellos no es posible ingresar ni un alfiler. Incluso, las investigaciones señalan que si se retirara esta piedra, toda la construcción se vendría abajo.

El trabajo de tallado y pulido de la Piedra de los 12 Ángulos es una muestra más que clara del perfeccionismo que tenían los incas a la hora de levantar sus templos y palacios. Es tanta su solidez que los españoles no pudieron derribarla. De ese modo, la Piedra de los 12 Ángulos se mantiene incólume desde hace más de 500 años.

Dicho de otro modo, hasta el día de hoy nadie es capaz de explicar cómo hicieron los incas para cortar sus piedras de manera tan metódica, precisa y artística.

¿Dónde se encuentra? En la calle Hatun Rumiyoc, una pintoresca vía llena de tiendas de artesanías situada a casi 500 metros de la Plaza de Armas. Hoy en día el muro donde se asienta la piedra acoge el Palacio Arzobispal y el Museo de Arte Religioso del Cusco.

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Calle Siete Borreguitos y Acueducto Colonial Sapantiana

Esta calle con nombre amigable es otra de las más hermosas de Cusco. De hecho, es uno de los rincones más instagrameables de la ciudad. Lo mejor de todo, es que puedes visitarla junto con tu paseo por el barrio de San Blas.

La calle Siete Borreguitos baja desde la cuesta Pumacurco hasta la calle Choquechaca, realizando un recorrido corto, pero sumamente atractivo desde lo visual. Además, muy cerca de ella se encuentra el Acueducto Colonial Sapantiana y una zona desde la cual se obtienen unas vistas hermosas de Cusco.

¿Sabías qué? Esta calle era la ruta utilizada por los lugareños para trasladarse con sus bultos y animales, de allí su nombre. Otro dato curioso es que forma parte de una de las 7 calles con el número 7 distribuidas por el centro histórico: Siete Ventanas, Siete Mascarones, Siete Cuartones, Siete Angelitos, Siete Diablitos y Siete Culebras.

¿Qué es lo que le da tanto encanto a esta calle? Es estrecha, prolija, limpia y está adornada con macetas con flores coloridas distribuidas a ambos lados de una escalera. Además, suele haber artistas locales tocando música, por lo que siempre tiene mucho ambiente. Indudablemente, es uno de los rincones más encantadores de Cusco.

El Acueducto Colonial Sapantiana, por su parte, es la estructura hidráulica más grande de Cusco y otro lugar perfecto para tomar hermosas fotografías. Se trata de uno de los acueductos más grandes de Perú, cuyos pórticos con arcos de medio punto separados por columnas lo convierten en una obra increíble. ¡No te lo pierdas!

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Calle Siete Borreguitos

Mercado de San Pedro

Cualquier viaje que realices por Perú no estará completo si no pasas por sus mercados. Es la manera más auténtica de apreciar la vida cotidiana y las costumbres de un pueblo. Por eso, si tienes en mente visitar Cusco, ir al Mercado de San Pedro es tarea obligada. La experiencia involucra todos los sentidos y merece la pena ser vivida.

Aquí verás a los lugareños almorzando, puestos coloridos de frutas y verduras, el pasillo de los carniceros y tiendas llenas de artesanías de todo tipo. Si quieres comprar algún recuerdo del viaje, chocolates, café peruano, Agua de Florida (santo remedio para el mal de altura), Sal de Maras, ropa, especias o lo que sea que se te cruce por la cabeza, el Mercado de San Pedro es el sitio ideal. Además, encontrarás mejores precios que en otras tiendas de la ciudad.

Centros arqueológicos de Cusco

Otra de las características de Cusco es la abundancia de sitios arqueológicos que alberga, cada uno de los cuales encierra una historia fascinante. Estos sitios forman parte del pasado glorioso de la ciudad y revisten mucho interés histórico y arqueológico. Por eso, si deseas aprender más sobre el poderoso Imperio Inca, agenda una visita a los sitios que mencionaremos a continuación.

Lo mejor de conocer estos lugares es que podrás admirar las increíbles técnicas empleadas por los incas para levantar sus edificios. Enormes piedras (algunas de más de cien toneladas), fueron acarreadas desde canteras a más de 60 kilómetros de distancia mediante métodos que al día de hoy siguen siendo un misterio. En definitiva, los centros arqueológicos están llenos de detalles muy interesantes.

Para visitar los centros arqueológicos de Cusco puedes optar por dos modalidades: ir por cuenta propia o contratar un tour. Esta segunda opción es muy recomendada, porque te enterarás de un montón de detalles interesantes. Si piensas así, agenda esta visita guiada por Cusco y sus 4 ruinas.

En caso de que hagas la visita por tu cuenta, lo mejor es subir hasta Tambomachay (el primer centro arqueológico) en combi y desde allí bajar andando e ir visitando el resto de los recintos de Cusco.

En cualquiera de los casos, los sitios arqueológicos que se pueden visitar en Cusco son los siguientes:

Tambomachay

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Tambomachay se encuentra a 7 km de la Plaza de Armas y es uno de los recintos arqueológicos más importantes de Cusco. El lugar es perfecto para caminar y tomar contacto con la naturaleza que rodea la ciudad, puesto que se sitúa en la ladera de una colina y junto al río con el mismo nombre.

Tambomachay es conocido como “El Baño de la Ñusta” (Doncella Inca) o como los «Baños del Inca». Su construcción data del año 1500 d.C. y está compuesto por cuatro niveles de terrazas construidas en la ladera de una colina.

En la plataforma superior emerge un manantial desde un agujero y cae en cascada por las terrazas, discurriendo a través de canales finamente tallados. En el último nivel, el canal se divide en dos arroyos cuyas aguas desembocan un cuenco de piedra. Es un notable ejemplo de ingeniería hidráulica inca y un preludio de las 16 fuentes que verá en Machu Picchu.

Sin dudas, visitar el lugar en donde los incas hacían su culto al agua, es un imprescindible del viaje.

Pukapukara

A 5 minutos de Tambomachay se encuentra Pukapukara, cuyo nombre se traduce como la “fortaleza roja”, puesto que según cómo de la luz del momento, el color de la roca se torna de color rosado.

Según se dice, cada vez que el inca se disponía a visitar los Baños de Tambomachay, los soldados, bailarines y otros se quedaban en Pukapukara, que era cuartel y tambo. Allí podrás ver plazas interiores, acueductos, baños y un camino antiguo. Acá también la naturaleza tiene un gran protagonismo y las vistas de la montaña le suman mucho atractivo visual al paseo.

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Qenqo

Si vas caminando desde Pukapukara a Qenqo disfrutarás de unos paisajes increíbles, además que el recorrido es todo el tiempo en bajada, por lo que no tendrás que hacer demasiado esfuerzo.

Qenko es un ejemplo de huaca, es decir, una formación rocosa natural transformada en templo. En muchos puntos de los Andes se pueden apreciar estos lugares sagrados, aunque Quenqo principalmente destaca por su tamaño y por la cantidad y complejidad de elementos tallados.

El yacimiento de Quenqo se encuentra formado por dos grupos arqueológicos cercanos uno al otro, cuya base son enormes afloramientos de roca caliza. Qenqo se traduce como zigzag o laberinto torcido y es el nombre que se le da al conjunto de los dos grupos arqueológicos.

Lo que hoy se conserva del complejo arqueológico son rocas labradas que afortunadamente no pudieron ser destruidas por los españoles. De los senderos, acueductos, recintos, depósitos y baños litúrgicos poco queda. De todos modos, la visita vale mucho la pena. Por si fuera poco, desde este punto se obtienen hermosas vistas de Cusco.

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Sacsayhuaman

Desde Qenqo hasta Sacsayhuaman son apenas 15 minutos de caminata. Este lugar sería la frutilla del postre del paseo, puesto que se trata del yacimiento arqueológico más grande de Cusco.

Las ruinas de Sacsayhuaman se alzan sobre la colina que domina la ciudad, frente a una gran explanada cuya longitud y anchura representa la superficie de cuatro campos de fútbol.

Su origen se remonta al siglo XV, cuando comenzó a construirse por orden de Pachacutec, uno de los gobernadores incas más importantes del Imperio. El complejo se caracteriza por sus colosales piezas de piedra a las cuales los incas cortaron y pulieron para formar terrazas que se extienden cientos de pies.

Si bien es poco lo que se conserva de la construcción original (apenas un 20%), todavía quedan en pie algunos de sus elementos. El motivo es que poco después de la conquista, el lugar fue saqueado por los españoles, quienes desmontaron muchos de los muros para usar los bloques de piedra y construir iglesias y sus propias casas en Cusco.

Una de las cosas más llamativas del yacimiento arqueológico de Sacsayhuaman son los baluartes, el principal elemento defensivo del sitio. Estos muros escalonados con apariencia de sierra fueron construidos con piedras de entre 9 a cientos de toneladas y son una auténtica maravilla.

También se pueden apreciar piedras con formas curiosas a lo largo de todo el complejo. Por ejemplo, el “trono”, sitio desde el cual el gobernador inca presidía las ceremonias importantes. Se ubica directamente sobre la explanada principal de Sacsayhuaman y regala hermosas vistas de toda la fortaleza, los cerros vecinos y la ciudad del Cusco.

La visita al complejo permite andar por estas plataformas, subir escaleras y cruzar puertas hechas de piedra. Luego, puedes pasar por el Cristo Blanco, el cual se encuentra frente al recinto. Desde este punto panorámico se obtienen unas vistas increíbles de Cusco, por lo que vale la pena hacer la pequeña subida que lleva al mirador.

Tip viajero: muchos turistas visitan Cusco y Sacsayhuaman en junio para poder ser testigo de las numerosas celebraciones que tienen lugar en este mes, como el Inti Raymi, que se celebra cada 24 de junio en esta fortaleza. Aun así, es un lugar que vale la pena visitar en cualquier época del año. Después de Machu Picchu y Ollantaytambo es el ejemplo más imponente de arquitectura y urbanismo inca, de manera que no te lo puedes perder.

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3 museos de Cusco que tienes que visitar

Cusco posee una gran cantidad de museos muy interesantes. Sus diferentes salas reúnen valiosos restos arqueológicos y piezas de arte que narran la evolución de los incas y otras civilizaciones de América. La mayoría de ellos se ubica a pocos metros de la Plaza de Armas, por lo que no tendrás que hacer grandes recorridos para poder visitarlos.

Aquí te dejamos 3 propuestas que consideramos imperdibles.

Museo Inka

El Museo Inka se encuentra situado en una importante casona colonial (la Casa del Almirante) y en su interior acoge la mayor colección arqueológica de Perú, la cual refleja la cultura Inca y otras pertenecientes a la región del Cusco.

La casona sobre la que se asienta el museo data del siglo XVII y tiene detalles incas (como las piedras) y coloniales que la hacen majestuosa a la vista. La misma fue construida por el teniente corregidor Francisco Aldrete Maldonado, llamado el Almirante, quien la habitó hasta su muerte en 1643. Posteriormente, fue restaurada en dos ocasiones, hasta darle su aspecto actual. Pero, antes de la Conquista, fue lugar de residencia de Huáscar, uno de los gobernadores del imperio e hijo de Huayna Cápac

En las salas del museo se exhiben elementos líticos, cerámicas y vestigios arqueológicos de todo tipo pertenecientes a la cultura Inca y a las épocas preinca y virreinal. La Escuela Cusqueña también está presente a través de una hermosa colección de pinturas en los que se muestran retratos de Incas y curacas del siglo XVII.

Museo de Arte Precolombino

Se trata de otro de los museos más hermosos de Cusco. Se encuentra situado en la Casa Cabrera, en la Plaza de las Nazarenas y es el único museo peruano en donde se puede conocer el arte de las antiguas culturas del Perú.

El interior del museo acoge una valiosa colección de oro, cerámica y joyas de antiguas culturas del Perú; piezas arqueológicas de más de 3.000 años pertenecientes a las culturas Nasca, Mochica, Chimú y Chancay; y mucho más.

Museo del Templo de Qoricancha

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Ya te contamos del Templo de Qoricancha, uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. Ahora queremos contarte sobre su museo situado en el patio exterior del Templo del Sol, en la esquina de la avenida El Sol y la calle Santo Domingo.

Se trata de uno de los sitios más visitados de la ciudad, gracias a la valiosa muestra de esculturas, pinturas, piezas y estatuas de dioses exhibida en sus cinco salas. Los mismos cuentan la evolución de las culturas inca y española a lo largo del tiempo.

Aunque, una de las cosas más interesantes del museo es que se exhibe una maqueta a escala de lo que pudo haber sido el Templo de Qoricancha.

Boleto Turístico de Cusco

Si te interesa visitar cada uno de los lugares que mencionamos en este artículo sin gastar demasiado, lo mejor que puedes hacer es contratar el Boleto Turístico. El mismo te da acceso a los principales atractivos del Valle Sagrado, así que no dudes en contratarlo.

El Boleto Turístico es un ticket único que tendrás que comprar con anticipación para poder acceder a varios sitios. Ten en cuenta que no es posible visitar estos lugares sin él, y tampoco es posible comprar un boleto de entrada individual para un solo sitio que esté incluido en el ticket turístico.

El Boleto Turístico incluye la entrada a los sitios más populares y conocidos de Cusco y el Valle Sagrado (excepto Machu Picchu). Hay diferentes tipos de tickets que puedes comprar en función a tus intereses:

  • Boleto Turístico Integral: es válido por 10 días y da acceso muchos lugares de Cusco. El Museo de Arte Contemporáneo, el Museo Histórico Regional, el Museo de Arte Popular, el Museo de Qorikancha, el Monumento Pachacuteq, Tipon, el Centro Qosqo de Arte Nativo; los yacimientos arqueológicos de Sacsayhuamán, Qenqo, Pukapukara y Tambomachay se encuentran incluidos; al igual que los siguientes sitios del Valle Sagrado: Ollantaytambo, Pisaq, Chinchero y Moray.

Este boleto tiene un costo de 130 soles para extranjeros (34 USD) y 70 soles para peruanos (18,33 USD).

Otra alternativa es adquirir diferentes Boletos Turísticos Parciales que ofrecen 3 circuitos diferentes:

  • Circuito I: es válido por 1 día y permite el ingreso a los sitios arqueológicos antes mencionados.
  • Circuito II: es válido por 2 días y permite el ingreso a diferentes atractivos situados en el Centro Histórico de Cusco: Museo Histórico Regional, Museo de Arte contemporáneo, Museo de Arte Popular, Centro Qosqo de Arte Nativo, Museo de Sitio de Qorikancha, Parque arqueológico de Tipón, Parque arqueológico de Pikillacta y Monumento al Inca Pachacutec.
  • Circuito III: también es válido por 2 días y permite ingresar a los yacimientos arqueológicos ubicados en el Valle Sagrado: Pisac, Ollantaytambo, Chinchero, Moray.

En este caso, el precio del boleto es de 70 soles para extranjeros (18,33 USD) y 40 soles para peruanos (10,47 USD).

Mapa de Cusco

Cusco es una de las ciudades más maravillosas del mundo. Historia, arte, naturaleza, gastronomía, arqueología, todo confluye en el ombligo del mundo.

Lo mejor que puedes hacer es recorrer la ciudad de a poco, dedicándole varios días. Luego, aventúrate a explorar sus alrededores, de los cuales te hablaremos en el siguiente artículo. Si haces esto, te garantizamos que habrás vivido uno de los mejores viajes de tu vida.

Créditos fotográficos

- [Nombre de a foto según banco de imágenes] ([url de donde la encontramos]), por [Nombre del autor] / CC BY ([url de la licencia])

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