Figueres (o Figueras) es más que la capital de la comarca del Alt Empordà, es la cuna del artista surrealista más famoso y excéntrico de todos los tiempos: Salvador Dalí. Sin embargo, esta ciudad catalana del interior de Girona es mucho más que el rico legado dejado por el pintor. Figueras se jacta de tener un rico patrimonio monumental, notables ejemplos de arquitectura modernista y neoclásica; una posición privilegiada, muy cerca de la Costa Brava, y una variada y sabrosa gastronomía.
En definitiva, sobran los motivos por los cuales deberías visitar Figueres. De todos modos, aquí te dejamos algunos.
Desde sus comienzos, Figueres ha sido una ciudad importante, especialmente en el siglo pasado, cuando era parte de la ruta que unía Barcelona con Francia. Esto dotó a la ciudad de una gran riqueza arquitectónica, algo que se deja ver en las fachadas de muchos de sus edificios. Gracias a ello, recibe a sus visitantes con una destacada carta de presentación. Además, esta posición estratégica la convierte en el campamento base ideal para explorar algunas de las calas de la Costa Brava y otros pueblos medievales del interior de Girona.
Figueres lo tiene todo: sitios con historia, como el Castillo de Sant Ferran, un centro histórico repleto de museos, tiendas y plazas, una animada rambla, el único e imperdible Teatro-Museo Dalí y un calendario a rebosar de fiestas y eventos durante todo el año. Figueres atrae tanto a los amantes de la historia, como de la cultura y la arquitectura. Y, por qué no, a los curiosos que simplemente buscan conocer nuevos destinos.
El gran potencial turístico de Figueres lo convierte en una joya de la encantadora provincia de Girona. Tanto si te encuentras viajando en coche por este destino de Cataluña, como si buscas hacer una escapada de fin de semana, deberías considerar seriamente incluir a Figueres en tu hoja de ruta. Y, por supuesto, llevar esta completísima guía de viaje contigo. Te contamos absolutamente todo lo que necesitas saber sobre Figueras. Sin más que decir, ¡que comience el viaje!
¿Cómo llegar a Figueres?
Primero lo primero, te explicamos cómo llegar a Figueres. La ciudad se encuentra a 140 km de Barcelona, a 43 km de la capital provincial (Girona) y a 24 km de la preciosa ciudad medieval de Besalú. Las playas más cercanas, por su parte, aparecen a tan solo 17 km.
En avión
Llegar a Figueres es sencillo. Si arribas por los cielos, tienes que saber que la ciudad no cuenta con aeropuerto propio. En ese caso, tendrás que hacerlo a los más cercanos: el de Girona, a 37 km, o El Prat de Barcelona, a 154 km.
Una vez que arribes, no tienes más que tomar un bus desde cualquiera de los dos destinos. También hay conexiones ferroviarias, aunque en este caso hay que hacer un cambio de medio de transporte en el centro de Girona y Barcelona, respectivamente.
En tren
Usar los servicios de los trenes Renfe para llegar a Figueres es otra opción. La ciudad cuenta con dos estaciones de tren: la convencional, situada en el centro, a las cuales llegan líneas de trenes provenientes de los principales destinos catalanes; y la estación de alta velocidad, que enlaza Figueres con Barcelona, Madrid, París y otras ciudades francesas. La misma se encuentra a 1,5 km del centro de la ciudad y cuenta con un bus lanzadera coordinado con la llegada de cada tren y con una flota de taxis.
En autobús
También es posible llegar a Figueres en autobús. La estación se encuentra junto a la estación de tren convencional, y recibe tanto a líneas comarcales, provinciales y catalanas (estas últimas realizan conexiones internacionales).
En coche
Si eres de los que prefieren la comodidad de viajar en coche, podrás llegar a Figueres desde Girona o Barcelona por la AP-7. La N-260 conecta por el noreste con la costa (Llançà y Portbou), ciudades y pueblos del interior provincial y los Pirineos (La Garrotxa). También se puede llegar desde Roses y el Cap de Creus por la C-260.
Una vez en la ciudad, cuentas con varias opciones de aparcamientos municipales situados muy cerca del centro histórico, el cual es parcialmente peatonal. Los parking gratuitos se encuentran en Rec Arnau (en la zona norte), sobre la Carretera de Llançá (al nordeste), en Los Fossos (zona este), Migdia (en la zona sur) y en Riera (al oeste). Cerca del centro histórico hay también muchas opciones de parking de pago.
Figueres es una ciudad de mediano tamaño, ideal para moverse a pie. El centro histórico es parcialmente peatonal y muy agradable para pasear. Por ende, una vez que dejes el coche, no tienes más que ponerte en marcha para descubrir todas las maravillas que esconde la ciudad de Salvador Dalí.
¿Qué ver en Figueres? Principales motivos para viajar
Situada entre el extremo oriental de la Costa Brava y la Cordillera Pirenaica, Figueres es un destino repleto de atractivos turísticos.
En las afueras y dominando la ciudad aparece el castillo de Sant Ferran, una fortaleza de colosales dimensiones que no puedes dejar de visitar. Lo mismo sucede con su centro histórico, el cual se encuentra delimitado por los restos de una antigua muralla medieval que en su momento supo defender la ciudad. De la misma época se conservan bellos rincones, como la plaza del Ayuntamiento.
Otro imperdible de Figueras es su Rambla, columna vertebral y principal paseo de la ciudad. En esta animada vía comercial aparecen ambiciosos edificios burgueses de los siglos XIX y XX, así como muchas construcciones modernistas y de estilo neoclásico.
Tampoco falta notables ejemplos de arquitectura religiosa, especialmente la Iglesia de Sant Pere. A ella acompañan la capilla medieval de Sant Sebastià y el convento de los Caputxins, del siglo XVIII.
Sin embargo, el atractivo por excelencia de Figueres es el impresionante Teatro-Museo Dalí, principal legado que el artista surrealista dejó en estas tierras catalanas.
Tras este breve pantallazo, es momento de ponernos en marcha y conocer a fondo todo lo que Figueres tiene para ofrecer.
Sorprenderte con el Teatro-Museo Dalí
Uno de los hitos históricos que más marcó la historia de Figueres fue el nacimiento de Salvador Dalí. Como buen amante de sus orígenes, quiso rendirle honor a su ciudad natal creando una obra de arte a nivel mundial. De ese modo, nació su obra definitiva: el tercer museo de arte más visitado de España, por detrás del Museo del Prado y el Reina Sofía, ambos en la ciudad de Madrid.
Situado en el antiguo teatro municipal, cada año acuden visitantes de toda España y del mundo para darse una cita cultural en la casa del pintor surrealista. El Teatro-Museo Dalí es la mayor obra del artista catalán y un imperdible que ver en Figueres.
Dalí es el maestro del Surrealismo y con solo poner un pie en su museo lo comprenderás. Pero, esto no es lo único especial que tiene este atractivo de Figueras. Dalí quería representar su obra de un modo diferente, para lo cual eligió como sede el antiguo teatro municipal de la ciudad. Este lugar, que fue destruido al final de la Guerra Civil, fue el sitio en donde el genial pintor expuso su arte por primera vez, con tan solo 14 años.
No te costará nada localizar el museo. Principalmente, porque se encuentra ubicado en pleno centro de Figueras, en la plaza Gala Salvador Dalí, un espacio que exhibe varias esculturas del artista. En segundo lugar, su colorida pared pintada de rojo decorada con enormes panes dorados y coronadas con huevos gigantes no puede haber salido más que de la mente de Dalí. Una impresionante torre circular (la Torre Galatea, en la cual murió el genial pintor) te dará la bienvenida al universo surrealista más completo del mundo.
La platea del teatro fue convertida en un jardín a cielo abierto. El escenario, por su parte, fue cubierto por una cúpula de cristal que parece ser el ojo de una mosca (no olvidemos que los insectos están muy presentes en sus obras). Cada rincón y detalle fue pensado por Dalí para que cualquier persona que pase por su museo no pueda borrar la expresión de asombro de su rostro ni por un segundo.
¿Cómo visitar el Teatro-Museo Dalí? A través de un recorrido guiado, claro está. De lo contrario, será difícil entrar en la mente del genio surrealista. La exposición no sigue ningún tipo de orden, tampoco hay paneles informativos que expliquen las obras. Todo típico de Dalí, quien más que un museo, buscaba crear una experiencia.
¿Sabías qué? Salvador Dalí fue mucho más que un pintor, ilustrador y decorador. También fue diseñador de moda, de perfumes, objetos comerciales y joyas. Por eso, junto a este magnífico lugar se encuentra el museo Dalí-joyas. Este espacio exhibe 37 joyas diseñadas por él, pertenecientes a la familia Owen Cheatham y adquiridas por la Fundación Gala-Salvador Dalí en 1999.
Información práctica
El teatro-museo Dalí abre todos los días del año, excepto el 1 de enero, el 25 de diciembre y los lunes. Esto último no aplica al festivo de Semana Santa y de los meses de junio, julio, agosto y septiembre. Los horarios varían mes a mes, por lo que te sugerimos visitar su web oficial.
La entrada tiene un costo de 15 € para adultos (que son 20 € durante julio y agosto), aunque hay también entradas reducidas. El ingreso al museo de las joyas se encuentra incluido.
Tip viajero: no te pierdas esta visita guiada con entrada incluida que ofrecen nuestros amigos de Civitatis: Visita guiada por el Teatro-Museo Dalí.
Subir al campanario de la Iglesia de Sant Pere
Una vez que finalices la visita al Teatro-Museo Dalí puedes bajar por la calle de Sant Pere hasta la Iglesia de San Pedro, una construcción gótica que está incluida dentro del patrimonio arquitectónico de Cataluña, considerada también Bien de Interés Cultural.
La iglesia de Sant Pere data del siglo XIV, lo cual la convierte en uno de los edificios más antiguos de Figueres. Aunque, los primeros restos del templo se remontan al siglo X, cuando aparentemente comenzó a construirse la villa medieval alrededor de ella. Fue duramente dañado durante la Guerra Civil y en otras ocasiones, por lo que ha sufrido numerosas reformas a lo largo de su historia.
Visitar su interior vale la pena, puesto que goza de una cálida iluminación natural gracias a sus dos rosetones y vitrales. Aunque, lo más impresionante es subir a su torre del campanario, desde la cual se aprecia una panorámica inmejorable de la ciudad.
A la salida, no dejes de pasar por la Plaza de la Iglesia, la cual está llena de terrazas y regala, además, unas hermosas vistas del templo.
Recorrer el casco histórico de Figueres
La Iglesia de San Pedro se encuentra en pleno centro histórico de Figueres, un gran espacio comercial al aire libre lleno de callejones que esconden la historia más antigua de la ciudad.
Esta zona es perfecta para pasear sin rumbo e ir descubriendo sus plazas y rincones con encanto. Sus calles adoquinadas están llenas de comercios, como es el caso del Carrer de Sant Pere, el Carrer de la Jonquera o el Carrer de Magre.
También vale la pena detenerse en la Plaça de l’Ajuntament de Figueres (Plaza del Ayuntamiento). Este rincón lleno de encanto se encuentra presidido por el Ayuntamiento y junto a la Plaza de les Patates, en la cual se descubrió un pequeño tramo de la antigua muralla medieval que envolvía Figueres.
Ambas plazas son ideales para tomar algo bajo sus arcadas. Además, en esta zona se agrupan algunos de los mejores restaurantes de la ciudad, por lo que es perfecta para hacer una parada técnica y llenar el estómago. Desde la Plaza del Ayuntamiento puedes tomar el Carrer Girona y llegar a la Rambla de Figueres.
Pasear por su animada Rambla
La Rambla es uno de los espacios urbanos más emblemáticos de Figueres. A lo largo de este agradable paseo peatonal lleno de árboles van apareciendo edificios modernistas que destacan por la belleza de sus fachadas, como es el caso de la Casa Cusí y Casa Salleres.
El monumento a Narcís Monturiol, inventor del primer submarino, marca el final de la Rambla de Figueres. Justo delante de esta curiosa escultura se encuentra el Museo de l´Empordà, el cual reúne una valiosa colección de esta comarca de Girona.
La Rambla se caracteriza por su ambiente animado que suena a todas horas, que a su vez la convierte en la sede de numerosas ferias, festivales y eventos culturales.
Ver la colección del Museo de l’Empordà
El Museu de l’Empordà se encuentra frente al monumento de Narcís Monturiol y es otro lugar que ver en Figueres. En 1962 fue declarado Bien de Interés Cultural, gracias a su especial dedicación al arte contemporáneo, así como la difusión del patrimonio cultural local de la comarca. El mismo lleva a cabo un amplio programa de exposiciones y actividades, destacando el trabajo de reconocidos artistas catalanes.
En otras palabras, a través de la visita al museo podrás sumergirte en la historia y el arte de la comarca. Si bien es pequeño, no deja de ser interesante, especialmente para los aficionados del arte y la cultura.
Tomar una foto a la Casa Natal de Salvador Dalí
Si la visita al Teatro-Museo Dalí no fue suficiente, y deseas seguir explorando todo lo que este artista dejó a Figueres, no dejes de ir entonces a su casa natal. Para eso tienes que tomar la Calle de la Concepción y caminar hasta la Plaza de la Palmera. En el número 20 de la calle Monturiol (una de las que rodea la plaza) se encuentra la Casa Natal de Salvador Dalí.
La vivienda ocupa un edificio de estilo modernista de 1898 en donde residió la familia Dalí. Se trata de una notable obra del arquitecto Josep Azemar, que se suma a los muchos ejemplos de este estilo que hay repartidos por toda la ciudad. La distinguirás claramente, ya que en la entrada hay una placa que dice: “Aquí nació Salvador Dalí Domènech el 11 de mayo de 1904”. La vivienda fue su hogar hasta los 8 años, cuando la familia se mudó al número 24 de la misma calle Monturiol.
Hacer un tour por el Castillo de Sant Ferran, uno de los más grandes de España
Con 320.000 m² de superficie, el Castillo de San Fernando es una visita obligada de Figueres. De hecho, se trata de la fortaleza de la época moderna más grande de Europa. Situada en una pequeña colina que domina la ciudad, esta construcción del siglo XVIII es igual de imprescindible que el Museo Dalí. Por ende, antes o después de hacer tu recorrido por Figueres, no dejes de acercarte a ella. Al fin y al cabo, se encuentra apenas a 20 minutos a pie del centro.
La Real Plaza de Guerra del Castillo de San Fernando comenzó a construirse el 4 de septiembre de 1753. En 1659, casi 100 años antes, se había firmado el Tratado de los Pirineos, el cual delineaba la nueva frontera con Francia. Hasta que comenzaron las obras, no había ni un fuerte romano, ni un castillo medieval, nada que protegiese el límite fronterizo entre ambos países. Lo único que existía eran las ruinas de un convento de monjes capuchinos. Es decir, que el castillo se levantó desde cero.
La construcción de la fortaleza llevó su tiempo, aunque con la Revolución Francesa el proceso se aceleró. De todos modos, no llegó a hacerle frente a su primer enfrentamiento y sufrió algunas derrotas a lo largo de los siglos. También tuvo varios usos, aunque desde el 20 de julio de 1997 abrió sus puertas al público como centro monumental.
Las enormes dimensiones del castillo hacen que la mayoría de los viajeros decidan recorrer su perímetro y su imponente foso a bordo de un vehículo 4×4. A lo largo del paseo, los guías turísticos van contando las peculiaridades de la obra, como la organización en capas, sus seis baluartes, siete revellines y otros detalles que hacían de ella una fortaleza inexpugnable. El tour incluye además una visita a las estrechas galerías del subsuelo y un paseo en zodiac por las antiguas cisternas de agua.
Navegar por las cisternas del castillo es, sin dudas, una de las experiencias más novedosas que ofrece Sant Ferran. Aunque, la cosa no termina aquí. También podrás visitar las casamatas, el baluarte de Santa Bárbara y las enormes caballerizas (que supieron ser más grandes). Aunque, otra de las cosas más llamativas del conjunto es la Plaza de Armas.
Con más de 10.000 m², la Plaza de Armas del castillo es inmensa. A su alrededor se agrupan los edificios en donde vivían los mandos de la fortaleza: el Estado Mayor, los tenientes coroneles, oficiales de menor graduación, los ingenieros, cirujanos, capellanes y personal administrativo; así como 4 pozos de agua en sus esquinas.
Tampoco dejes de visitar el Museo Histórico Militar de Figueres, situado en el mismo castillo. Allí encontrarás una exhibición de maquetas, armas y soldados en miniatura muy interesante.
Información práctica
El Castillo de San Fernando se sitúa al noreste de Figueres, en la Pujada del Castell. El mismo abre todos los días del año, salvo el 1 y 6 de enero, el 25 y 26 de diciembre y los lunes no festivos del invierno.
El recorrido lleva más o menos 2 horas, según reserves o no alguna de las visitas guiadas o lo hagas por libre. En este último caso, ten en cuenta que solamente podrás conocer sus puntos más accesibles (los baluartes, las caballerizas, el museo y la Plaza de Armas, no así las cisternas, el foso y partes subterráneas).
La entrada básica individual (la que se hace sin guía) tiene un precio: 3,5 € y no necesita reservar con anticipación. El tour que te detallamos nosotros (recorrido en 4×4 por el foso y navegación en zodiac por la cisterna), más la visita a los lugares que puedes ver por tu cuenta, tiene un costo de 15 €. Las reservas se realizan por la web oficial del castillo.
Recorrer los alrededores de Figueres
La ubicación privilegiada de Figueres permite explorar el resto de la comarca sin necesidad de hacer grandes distancias. De hecho, muchos de los atractivos más importantes de Girona se encuentran muy cerca.
A pocos kilómetros aparecen algunos de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, un litoral de enorme belleza, salpicado de playas y calas llenas de encanto. Un ejemplo de ellos es Llançà, un precioso pueblo situado a poco más de 20 km de Figueres y muy cerca de la frontera con Francia. Llançà es una pequeña villa del Pirineo Catalán que es elegida por muchos turistas por su ambiente tranquilo y sus playas de aguas azules y transparentes. Si buscas hacer una escapada para desconectar de la rutina, es el destino perfecto.
También tenemos la siempre turística Cadaqués, donde podrás seguir explorando el legado que dejó Dalí en toda la zona visitando su Casa-Museo. En realidad, el museo se encuentra en la pequeña pedanía de Portlligat, la cual está incluida dentro del término municipal de Cadaqués. En este tranquilo rincón del mundo, Dalí compró una casa y se mudó con su amada Gala. Hoy en día, la Casa Salvador Dalí fue convertida en museo y en una visita imprescindible de Cadaqués (y toda Girona).
Tanto el Teatro Museo Dalí de Figueres como la Casa Salvador Dalí de Portlligat forman parte del llamado “triángulo daliniano”, que tiene como vértices estas dos localidades y Púbol. Este rincón de la comarca de Empordà vio nacer, crecer, desarrollarse como artista y morir a Dalí. Por eso, para completar el triángulo, tienes entonces que ir a Púbol (a menos de 40 km de Figueres), donde verás el castillo que compró y remodeló para Gala, su musa inspiradora.
Este castillo fue la forma en que el amor que el artista sentía por Gala alcanzó su máxima expresión. Fiel a una promesa que le había hecho, Dalí escogió el castillo medieval de Púbol como obsequio para su esposa, en donde ella podría descansar y alejarse un poco de la mediática vida del artista. Tras la muerte de Gala (sus restos se encuentran allí), Dalí vivió en el castillo durante algunos años. De hecho, es posible ver su último estudio en este lugar.
Sin dudas, completar el triángulo daliniano es una de las mejores cosas que puedes hacer desde Figueres (especialmente si te interesa la vida del artista), pero no lo único. Hacer una escapada a la ciudad de Girona es una idea excelente, aunque no está nada mal ir a Port de la Selva (a 31 km de Figueres) y visitar el monasterio románico de Sant Pere de Rodes. Tampoco dudes en llegarte a Roses (a 32 km), donde podrás pasear por la antigua colonia griega de Rhode y conocer el Castelló d’Empúries.
Además, en este sector de la Costa Brava cercano a Figueres aparecen dos importantes espacios protegidos: el Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà (en el Golfo de Roses); y el Parque Natural del Cap de Creus, uno de los ejemplos más representativos de la abrupta fisonomía de la Costa Brava.
Probar los sabores de la cocina de Figueres
Somos de la idea de que a cada destino hay que conocerlo también con el paladar, y Figueres no iba a ser la excepción a ello. La cocina de esta ciudad catalana combina materias primas procedentes del mar y la montaña, dando como resultado sabores únicos.
Los pescados provienen de la costa y se sirven de muchas maneras, ya sean cocidos, al horno, en salsas o a la parrilla. El pollo, el conejo, las langostas y la carne de ternera acompañadas de setas y otras hortalizas también son grandes protagonistas. El acompañamiento ideal son los vinos de Denominación de Origen Ampurdán-Costa Brava, que se caracterizan por sus sabores únicos.
¿Emocionado por viajar a Figueres? La ciudad es perfecta para escapar unos días, empaparte de arte y cultura, comer rico y visitar algunos de los atractivos naturales más hermosos de Girona. No le des muchas vueltas y planifica tu paseo. ¡Ya tienes todos los motivos por los cuales deberías hacerlo!
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