Villa medieval de Monsaraz, Portugal

En el corazón de Alentejo, Portugal, encontramos un pueblo que parece detenido en el tiempo. Hablamos de la histórica villa de Monsaraz, un destino que se impone gracias a su belleza medieval y cautiva al viajero con solo poner un pie allí. Tierra de reyes y templarios, Monsaraz tiene mucho que contar y mucho para mostrar. Por eso, si buscas una escapada cerca de la frontera, sin dudas que este pequeño pueblo de Alentejo es la respuesta acertada.

El elegante pueblo de Monsaraz presume de ser un auténtico museo a cielo abierto. Su monumentalidad y el paisaje que lo envuelve lo convierten en el escenario de manifestaciones artísticas y culturales de todo tipo. De ese modo, quienes callejean por esta villa medieval descubren un patrimonio monumental y paisajístico excepcional, además de muchas formas de arte que se dejan ver tanto en sus edificios históricos como en una nutrida programación a lo largo de todo el año.

En otras palabras, Monsaraz en un pueblo suspendido en el tiempo enmarcado por paisajes de película. Un gran responsable de ello es su castillo medieval, desde cuya posición privilegiada defendía la frontera de los invasores españoles. A dicho encanto contribuye su lago artificial creado en el siglo XXI, que de hecho es el más grande del continente europeo. Por si fuera poco, las calles estrechas llenas de casitas blancas del centro histórico son una delicia para los amantes de la fotografía.

Por todo esto, Monsaraz es un destino obligado de cualquier ruta por Alentejo. Pon atención a esta guía donde te contamos qué ver en la aldea monumental de Monsaraz. No solo descubrirás su rico patrimonio histórico, arquitectónico y natural, sino que al final habrás encontrado más de un motivo por el cual hacerle una visita.

Historia de Monsaraz

La ocupación de Monsaraz se remonta a la prehistoria. De hecho, hay registros del paso de diferentes asentamientos a lo largo de los periodos paleolítico, neolítico, calcolítico y otros correspondientes a las edades de bronce y de hierro.

Romanos, árabes, visigodos, mozárabes y judíos pasaron por estas tierras, todos atraídos por su posición privilegiada en lo alto de una colina, con vistas al río Guadiana y a la frontera con España. Esto ha dado como resultado la configuración actual de Monsaraz: un pueblo coqueto rodeado por murallas, con calles empedradas y sinuosas, casas encaladas de fachada blanca y un castillo templario del siglo XIV. Si no es una postal idílica, está cerca de serlo.

Hacia el siglo VIII la ciudad pasó a pertenecer al Reino de Badajoz, que en su momento fue uno de los mayores centros de la cultura árabe de la Península Ibérica. En 1167 la ciudad fue arrebatada a los musulmanes por Geraldo Sem Pavor (conocido como el Intrépido Geraldo), durante una incursión militar que partió de Évora.

Pero, tras una derrota en Badajoz, el rey Afonso Henriques perdió nuevamente el control de Monsaraz ante los moros (en 1173). Luego, en el año 1232, D. Sancho II logró integrar definitivamente la villa al dominio cristiano, gracias a la ayuda de los caballeros templarios. A modo de agradecimiento, se las donó a al Orden del Templo (más tarde, la Orden de Cristo), quienes se encargaron de su defensa y repoblación. Hoy en día, las huellas dejadas por la orden perduran entre las murallas del castillo.

Hasta mediados del siglo XIX Monsaraz fue la sede del municipio, hasta que la vecina ciudad de Reguengos de Monsaraz asumió el papel. Hoy en día, esta villa se ha convertido en un pueblo museo que, contrario a la ciudad antes nombrada, se mantiene de espaldas a la modernidad y conserva su aura medieval prácticamente intacta. Sin dudas, es uno de los pueblos más bonitos de Alentejo y un destino ideal para visitar desde el país vecino, gracias a su cercanía con la frontera.

¿Qué ver en Monsaraz?

Ni bien te acerques a Monsaraz verás que su precioso conjunto arquitectónico se encuentra protegido por la muralla medieval. La misma fue construida durante los reinados de D. Afonso III y de D. Dinis y se mantiene en muy buen estado de conservación, a pesar de su larga historia.

Dentro de las murallas encontramos un entramado de calles empedradas que trasladan al viajero a épocas lejanas. Entre sus maravillas arquitectónicas destacan la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Laguna, la Iglesia de la Misericordia, la Iglesia de Santiago, los Paços da Audiência, entre otros. A ellas se suman viviendas de un blanco inmaculado adornadas con flores, tiendas de artesanías, antiguos palacetes, miradores desde los cuales contemplar el atardecer, bares y restaurantes.

Lo mejor es recorrer el pueblo a pie. De hecho, en la zona de las murallas hay amplios aparcamientos donde dejar el coche. Con medio día es suficiente, aunque posiblemente quieras dedicar una jornada completa para descubrir sus encantos. Monsaraz es el típico pueblo que se disfruta mejor si sigues una ruta sin rumbo fijo. Es decir, si te dejas perder y sorprender a la vez.

Además de descubrir el patrimonio arqueológico y arquitectónico de Monsaraz, vale la pena recorrer las parroquias cercanas, donde hay mucho más que visitar. Entre ellos destacan monumentos megalíticos, el Museu do Azeite (Museo del Aceite de Oliva), la Casa do Cante Alentejano (Casa del Canto Alentejano) y el lago de Alqueva. En otras palabras, visitar Monsaraz es la excusa ideal para explorar otros rincones de la región de Alentejo.

Ahora sí, te contamos en detalle qué ver en Monsaraz.

Monumento al Cante Alentejano

Antes de llegar al pueblo te encontrarás con este bonito mirador que sirve para empezar a apreciar la belleza del entorno que rodea Monsaraz. Hablamos del monumento en homenaje al Cante Alentejano, un canto coral que practicaban los hombres en los campos agrícolas de Alentejo, que en el 2019 fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El Monumento al Cante Alentejano muestra la figura de 24 siluetas y regala unas vistas únicas del embalse de Alqueva, el valle del río Guadiana y la planicie alentejana. Por ende, permite una primera toma de contacto con la belleza natural que rodea Monsaraz.

Murallas y puertas de la ciudad

Las murallas que envuelven a Monsaraz fueron mandadas a construir durante las Guerras de Sucesión y Restauración. El motivo fue reforzar la seguridad de la villa, dada su cercanía al río Guadiana y a la frontera con España.

Para la construcción de las murallas se tuvo en cuenta las armas que se usaban en aquella época y se levantaron baluartes fortificados (de São João y de Castelo). También se proyectó la construcción del Fuerte de São Bento (originalmente en forma de estrella) y la Ermita de São Bento. El proyecto incluía también tres torres, una en el Marmelão de São Gens, otra en el caserío de Pipas y una más en el caserío de Ceuta.

En el siglo XIX, luego de que la sede del consejo se trasladase de Reguengos de Monsaraz, la villa fue perdiendo importancia, el castillo cayó en el abandono y muchas partes de la muralla quedaron en ruinas.

Por suerte, lograron conservarse las 4 puertas que daban acceso a la ciudad amurallada. La principal, la más antigua y monumental de todas es la Porta da Vila. Se encuentra protegida por dos imponentes torres semicirculares y por una Torre del Reloj con una campana del año 1692. Encima de su arco gótico se ve una piedra conmemorativa colocada en 1646 por João IV en honor a la Inmaculada Concepción.

En el lado norte de la muralla tenemos la Puerta de Évora, también con un arco gótico y protegida por una torreta, en este caso cúbica. Las otras dos puertas son las d’Alcoba y Buraco, cada una de las cuales tienen un arco completo.

Castillo de Monsaraz

El Castillo de Monsaraz fue construido por el rey Dinis a finales del siglo XIII. Previo a ellos hubo fortificaciones de romanos, visigodos y árabes. De ese modo, se sumó a una extensa cadena de fortalezas que protegían las fronteras con España.

Alrededor del año 1830 y luego de que el castillo perdiera sus funciones militares, la antigua Praça de Armas comenzó a utilizarse como una plaza de toros. Hoy en día, el Castillo de Monsaraz es Monumento Nacional de Portugal. Asimismo, es uno de los mejores miradores al maravilloso Embalse de Alqueva, que como ya sabes es el lago artificial más grande de Europa. Por ende, el solo hecho de poder disfrutar de este panorama es motivo suficiente para hacer una visita a esta antigua fortaleza.

La entrada al castillo es gratuita y permite al visitante caminar por el paseo de ronda y ver la Torre del Homenaje. También podrás ver la Plaza de Armas, que actualmente se usa como plaza de toros y para la Fiesta del Señor Jesús dos Passos.

Ermita de Sao Bento

Si bien está en ruinas, vale la pena visitar esta construcción extramuros por las vistas que regala de Monsaraz desde su posición. Su fundación se remonta a finales del siglo XVI, cuando los habitantes del pueblo se encargaron de donar los fondos para su construcción.

Plaza D. Nuno Álvares Pereira e Igreja Matriz de Nossa Senhora da Lagoa

Pasear por las calles de Monsaraz es un placer visual constante. Aquí la pizarra contrasta con el blanco de las casas regalando una postal de película. Estas vías estrechas y empinadas repletas de restaurantes, alojamientos, tiendas de artesanías y más te irán llevando al corazón del pueblo, la Plaza D. Nuno Álvares Pereira.

En los edificios que rodean la plaza podrás apreciar la riqueza arquitectónica e histórica de Monsaraz. Entre ellos destaca la Igreja Matriz de Nossa Senhora da Lagoa, la Casa Monsaraz, una construcción de finales del siglo XVII que luce el escudo del pueblo; el Hospital do Espírito Santo y la Casa da Misericórdia. Esta última engloba la Igreja da Misericórdia, un templo del siglo XVI de arquitectura sobria y sencilla.

La Igreja Matriz de Nossa Senhora da Lagoa fue construida en esquisto y estilo renacentista en el siglo XVI, sobre los restos de una antigua iglesia gótica. La misma se caracteriza por su bello frontón decorado con un panel de azulejos y una cruz de la Orden del Cristo.

Luego de apreciar la fachada, no dejes de visitar el interior del templo. Lo más llamativo aquí es la tumba hecha en mármol de Estremoz del siglo XIV donde descansan los restos de Gomes Martins Silvestre, un caballero templario y primer Alcalde de Monsaraz.

Saliendo del templo, justo enfrente, verás una picota (o pelourinho) del siglo XVIII construida después de que el famoso Terremoto de Lisboa de 1755 destruyera a su predecesora. La misma se usó para impartir justicia a la población de Monsaraz.

Hospital del Espíritu Santo e Iglesia de la Misericordia

Junto a la picota encontramos la Iglesia de la Misericordia, que fue parte del Hospital do Espíritu Santo en el siglo XVI. El mismo daba cobijo a los peregrinos que venían de Andalucía y se dirigían hacia Santa María de Terena.

La iglesia posee un diseño rectangular y sencillo, es de estilo barroco y cuenta con dos capillas ornamentadas con tallas doradas de la segunda mitad del siglo XVIII. Al mismo tiempo, resguarda una imagen del Señor Jesús de los Pasos, el patrono de la villa de Monsaraz, que fue donada por el Duque de Bragança. La fachada del templo luce un escudo real trabajado en mármol que le da un aire de sobriedad.

Frente a la Iglesia de la Misericordia, en el segundo piso de una vivienda, se encuentra la capilla de San José. Puede costar un poco distinguirla, pero el acceso se realiza por unas escaleras exteriores. El templo es de 1708 y en su momento fue la capilla de la cárcel de Monsaraz.

Casa del Juez de Afuera

En la Rua Direita, una de las calles principales de Monsaraz, nos encontramos con una de las casas más particulares de la villa. Hablamos de la Casa del Juez de Afuera, una construcción que se distingue por su mezcla de estilos arquitectónicos: manuelinos, góticos y renacentistas; y por su curioso balcón situado en una esquina.

La Casa del Juez de afuera lleva este nombre ya que durante mucho tiempo funcionó como vivienda de los gobernadores de la villa y de los jueces de afuera. Con los años se fue ampliando y remodelando y actualmente es propiedad de la Universidad de Évora.

Antigua cisterna

En la Travessa da Cisterna, un bonito callejón que desemboca en una de las puertas medievales del pueblo, encontramos la antigua cisterna de Monsaraz. La misma data también de la época medieval, ya que fue construida a finales del siglo XIV, aparentemente sobre una antigua mezquita del siglo XI.

La cisterna funcionaba como el principal depósito de agua y abastecía a la población que vivía en el interior de la fortaleza. A partir de 1950 comenzó a utilizarse sólo para el riego, ya que se instaló un sistema público de abastecimiento de agua. Hoy en día, es parte del patrimonio histórico de Monsaraz.

El acceso se realiza por unas escaleras estrechas que llevan a una terraza situada sobre el aljibe. Si bien la cisterna se ve desde detrás de una verja, desde aquí se aprecian las murallas, la Iglesia de Matriz y el Lago de Alqueva.

Paços da Audiência (Antigua Casa Consistorial de Monsaraz)

Los Paços da Audiência fueron durante mucho tiempo la sede administrativa y tribunal de Monsaraz. Luego, cuando la cabecera municipal cambió a Reguengos de Monsaraz, el edificio pasó a funcionar como escuela primaria y más tarde se convirtió en la Oficina de Turismo.

La Antigua Casa Consistorial data de los reinados de Dinis I y Alfonso IV (en el siglo XIV) y actualmente alberga el Museo del Fresco. El mismo lleva este nombre por un mural descubierto en 1958 durante unas obras de restauración. Hablamos del fresco medieval O Bom e o Mau Juiz (El bueno y el malo juez), el cual es una sátira de la corrupción de la justicia de la época.

Si deseas ver el fresco tendrás que pagar 1 € (el mismo permite ingresar también a la Casa de la Inquisición). Esta última ocupa una vivienda de color blanco y dos plantas, decorada con un azulejo que muestran elementos iconográficos de esta temida institución medieval. En su momento funcionó como prisión temporal donde iban a parar los acusados por la Inquisición. Hoy en día alberga el Centro Interactivo de la Historia Judía en Monsaraz.

Monumentos megalíticos en Monsaraz

La zona donde se asienta Monsaraz está repleta de dólmenes, menhires y cromlechs que se pueden visitar. Estas construcciones neolíticas se levantaron entre los años 4400 y 2000 a.C y son uno de los conjuntos megalíticos más famosos de la Península Ibérica.

Los Falos de Monsaraz son uno de los monumentos megalíticos más visitados de la región. Algunos de ellos pueden superar los 4 metros de altura, siendo el más destacado de todos el Menhir de Outeiro, de más de 5 metros de alto, junto al crómlech de Xarez y el dolmen de Olival de Pega. También es famoso el menhir cuya forma recuerda a la de un útero femenino que se conoce con el nombre de Menhir da Rocha dos Namorados.

No se conoce con seguridad el significado de estos monumentos. Aunque, se cree que se utilizaban en ceremonias de fertilidad para obtener favores de los dioses.

Lago de Alqueva

Una de las visitas más recomendadas para hacer en los alrededores de Monsaraz es el lago de Alqueva. Se trata de una obra bastante reciente, concretamente de 1998, cuando Portugal puso en marcha el ambicioso proyecto de construir un gran embalse sobre el río Guadiana, desde Villarreal hasta Alqueva. Los trabajos llevaron 4 años y desde su inauguración el embalse de Alqueva ayudó a potenciar el turismo en la zona, aparte de abastecer de energía hidroeléctrica.

Con una superficie de 250 km2, 82 km de largo y 1160 km de costa, el embalse de Alqueva es el lago artificial más grande de Europa Occidental. En otras palabras, su costa equivale al total del litoral portugués. Además, gracias a la histórica rivalidad territorial de la zona, hoy en día su paisaje aparece salpicado de atalayas, bastiones y poblaciones amuralladas que le suman mucho encanto a la estampa.

Además de visitar alguna de sus playas y practicar deportes acuáticos, no dejes de ir al Observatorio Lago de Alqueva. En este centro astronómico es posible descubrir el Universo, aprender sobre astronomía, constelaciones y más. Al estar situado dentro de la Reserva Dark Sky Alqueva, sus cielos son excepcionales gracias a la ausencia de contaminación lumínica. Sin dudas, es una visita que vale mucho la pena.

Mapa de Monsaraz

Como ves, Monsaraz es un destino que lo tiene todo: naturaleza, historia, arquitectura… No dejes de visitar este hermoso pueblo portugués, ya sea en el marco de un viaje por Alentejo o desde el país vecino. ¡Estamos seguros de que no te arrepentirás!