Para el día de hoy te traemos una verdadera joya turística: el Valle de Guadalupe, en México, una experiencia gastronómica que vale la pena vivir. Ubicado en Ensenada, se trata de un lugar imperdible reconocido como el mayor productor del vino mexicano. Quédate con nosotros porque tenemos una guía completísima del Valle de Guadalupe que hemos preparado para vos.
El Valle de Guadalupe está localizado entre los municipios de Tecate y Ensenada, en la región norte del estado de Baja California. Gracias a sus condiciones climáticas envidiables, es un espacio perfecto para la cosecha de la vid. De hecho, cerca del 90 % de la producción nacional de vino es producida en el Valle de Guadalupe. Pero, sus atractivos no se reducen solo a la Ruta del Vino, sino también a sus espectaculares paisajes, una gastronomía de lujo y una oferta hotelera de lo más completa.
Este pequeño universo de viñedos y plantaciones de olivos conforma una postal que se asemeja más a un paisaje mediterráneo que a lo que uno puede imaginar del norte de México. Las casas vinícolas de la región han sabido aprovechar las condiciones climáticas existentes y crear un destino turístico cada vez más demandado. Tan es así, que todo visitante de Baja California debe hacer esta especie de peregrinación por la Ruta del Vino del Valle de Guadalupe.
¿Cómo llegar al Valle de Guadalupe?
Las ciudades de Tijuana y Ensenada son las puertas de entrada al Valle de Guadalupe. La mejor forma de acceder al valle es por medio de una de las carreteras más hermosas de México: la carretera escénica Tijuana-Ensenada. Esta maravillosa ruta transcurre junto al Océano Pacífico, que será tu acompañante durante gran parte de los 90 kilómetros que te separan del Valle de Guadalupe.
La primera parada de tu viaje puede ser el Aeropuerto Internacional de Tijuana, para luego emprender desde allí el viaje por ruta. Lo mejor es rentar un coche y recorrer la zona por tu cuenta, eligiendo aquellos lugares en los que deseas parar.
Breve relato de la historia del Valle de Guadalupe
Hace más de dos siglos que la zona norte de la península de Baja California inició con esta tradición vinícola. Ildefonso Bernal, pionero en la exploración española de este territorio, fue el primero en apreciar el clima del Valle de Guadalupe, a finales del siglo XVIII. Resulta que esta zona del norte de México reunía condiciones climáticas de gran similitud con las zonas productoras de vinos situadas junto al Mar Mediterráneo. Esto llevó a explorador español a soñar con una tradición que, sin saberlo, se perpetuaría en el tiempo.
Sin embargo, quienes plantaron las primeras vides fueron los monjes jesuitas y dominicos, que en 1834 fundaron la misión Nuestra Señora de Guadalupe del Norte con el objetivo de evangelizar a la población local. Sin embargo, a los pocos años de comenzado el proyecto debieron abandonar las instalaciones tras el acecho de los indígenas de la zona.
En 1905, una comunidad religiosa rusa de cristianos compró más de 20 hectáreas en el Valle de Guadalupe para establecer viñedos. Al poco tiempo, la empresa ya era todo un éxito. Tras la explosión de la Segunda Guerra Mundial, muchas familias rusas se mudaron a la zona para dedicarse a la producción de vino, impulsando aún más el crecimiento. Para conocer más acerca de la historia de estos inmigrantes rusos puedes visitar el Museo Comunitario Ruso, en el poblado de Francisco Zarco.
Ruta del Vino por el Valle de Guadalupe
La Ruta del Vino mexicano se convirtió en un atractivo irresistible para los viajeros de todo el mundo. Actualmente, más de 70 bodegas se sitúan en el Valle de Guadalupe y en los valles vecinos de San Antonio, Ojos Negros, Santo Tomás, San Vicente, La Grulla, Tanamá, Las Palmas y San Valentín. Ellos son los responsables de casi la totalidad de la producción de vinos de México. Y aquí radica la esencia de este viaje, en visitar establecimientos de grandes dimensiones y pequeñas bodegas boutique.
Tan grande es el boom turístico de este lugar, que lo recomendable es llegar con un plan de visitas ya ideado. Por eso, te contaremos sobre algunas de las bodegas que puedes visitar y otros atractivos de la zona, de manera que puedas armar tu propia Ruta del Vino. De todos modos, etiquetas clásicas, como L.A. Cetto, Casa de Piedra, Las Nubes, Santo Tomás y Monte Xanic son algunas de las visitas obligadas del Valle de Guadalupe.
También existe la opción de tomar un tour organizado y partir de Ensenada, Tecate o Tijuana. Los mismos incluyen los traslados a las vinícolas, las catas y la visita al Museo de la Vid y el Vino.
Otra de las actividades estrella de la zona son los paseos en bicicleta por los viñedos. Muchas vinícolas ofrecen servicio de renta de bicis, permitiéndoles a los turistas recorrer las propiedades de una forma eficiente, divertida y amigable con el medio ambiente. Si eres un ciclista más avanzado no dejes de ser parte de la Ruta del Vino Bike Ride & Wine Festival, que se lleva a cabo cada verano.
Como ya te contamos, también tienes la opción de visitar el Museo Comunitario Ruso, que cuenta sobre un capítulo poco conocido de la historia de Valle de Guadalupe. Y, si viajas con niños pequeños a quienes la cultura del vino no les resulte tan atractiva, tienes como alternativa el Zoológico Parque del Niño Jersey. Finalmente, puedes vivir un día en pleno contacto con la naturaleza visitando el Salto de Guadalupe. Luego te contamos más sobre este destino de senderismo, rappel y escalada, ahora nos centraremos en la Ruta del Vino.
Museo de la vid y el vino
Antes de comenzar a recorrer las vinícolas puedes hacer una visita guiada y conocer un poco más sobre la historia de la región. El Museo de la vid y el vino, ubicado sobre la carretera federal Tecate-Ensenada y en pleno corazón del Valle de Guadalupe, es el único de México que cubre la elaboración del vino desde el mismo viñedo.
Es una visita interesante, que reúne la historia de la zona vinicultora del norte del país y las primeras casas vinícolas. A lo largo de la muestra transitarás por los orígenes de la vid hasta llegar al presente del Valle de Guadalupe en lo que respecta a la producción de vinos. Además, cuenta con una arquitectura de los más atractiva que te invitará a tomar muchas fotografías.
L.A. Cetto
Luego de visitar el museo es hora de comenzar a desandar tu ruta del vino. Si bien puedes armarla a tu gusto, hay ciertos lugares que no deberían quedar a fuera. Uno de ellos es L.A. Cetto, la vitivinícola más tradicional y prestigiosa del Valle de Guadalupe. Sus extensos y hermosos viñedos desparramados entre las planicies de los valles y sus serranías constituyen una postal que debes ver con tus propios ojos.
L.A. Cetto fue una de las primeras vinícolas instaladas en el Valle de Guadalupe y, hoy en día, su oferta de vinos de calidad es la más completa de la región. La empresa cuenta con más de 1200 hectáreas de viñedos distribuidas en 4 localizaciones del Valle de Guadalupe y otros valles cercanos. Las instalaciones principales las encontrarás a la altura del kilómetro 73 de la carretera Tecate – El Sauzal. Allí podrás sumergirte en las delicias del vino, acompañadas de la mejor oferta en comidas.
Lo mejor es hacer coincidir tu visita con la vendimia, así puedes ser testigo de la recolección, transporte, descarga y prensado de la uva. De todos modos, los viñedos y las barricas se disfrutan en cualquier época del año.
Casa de Piedra
Casa de Piedra es otra visita del Valle de Guadalupe que vale la pena hacer. Este lugar fue también uno de los primeros del Valle. Su enólogo, Hugo D’ Acosta, es una de las figuras más prestigiosas para hablar de vino mexicano.
A finales de los noventa, Acosta comenzó a elaborar el Vino de Piedra, uno de los más célebres del Valle de Guadalupe y quien marcaría un antes y un después en la historia de la vitivinicultura regional. Además de este vino tinto, la bodega produce un blanco llamado Piedra del Sol y una línea de vinos espumosos que pueden saborearse en la degustación básica.
Lo ideal es contratar la visita con anticipación, ya que la vinícola es pequeña y recibe a pocos visitantes. Una vez allí podrás degustar las etiquetas de los vinos más representativos de Casa de Piedra, que han sido galardonados en varias ocasiones por la excelencia en el proceso y la calidad de las uvas.
Concierto Enológico
Ubicado en el corazón del Valle de Guadalupe, aparece otro protagonista más de nuestra Ruta del Vino. Las 14 hectáreas de los viñedos están ubicadas en El Porvenir, sobre el km 88+100 de la Carretera Ensenada-Tecate.
La bodega se caracteriza por usar tecnología de vanguardia y procesos impecables de trabajo, tanto en los viñedos como en la vinícola. El objetivo es ofrecer un vino que sea el resultado de un proceso lo más orgánico y natural posible.
La visita a Concierto Enológico te permite conocer todo el proceso implicado en la elaboración del vino, tanto en el campo como en la vinícola. Aprenderás la forma en que hacen vino y cómo cuidan las vides hasta que se conviertan en vino. La oferta de experiencias es amplia y abarca desde degustaciones de 45 minutos a degustaciones en cava de barricada de una hora, tours por los viñedos y la visita al Laboratorio Enológico Interactivo.
Monte Xanic
Monte Xanic nace del sueño de cinco amigos amantes del vino que en 1987 elaboraron el primer vino premium del Valle de Guadalupe, dándole un fuerte impulso a la producción regional.
Los viñedos de Monte Xanic forman parte de la Ruta del Vino por el Valle y se ubican a unos 15 km del océano y a 400 metros sobre el nivel del mar. Esta ubicación privilegiada crea un clima mediterráneo perfecto para la producción de uvas de alta calidad. Hoy en día, como resultado de su tecnología de vanguardia, Monte Xanic es la tercera bodega de mayor valor en la industria del vino de México.
El recorrido por el establecimiento inicia con una degustación y sigue con un paseo por la enoteca donde conocerás la colección privada de la vinícola. El recorrido dura unos 30 minutos y finaliza con la degustación de uno de los vinos más conocidos de Monte Xanic.
Haciendas Las Ánimas
Se trata de una cava situada en el municipio de Rosarito, en una de las entradas de la Ruta del Vino. La experiencia incluye degustaciones en la cava subterránea, charlas informativas sobre la enocultura y más. El establecimiento cuenta con una cafetería gourmet y un restaurante que sirve deliciosos aperitivos, desayunos y tablas de quesos que complementan la experiencia.
Haciendas Las Ánimas posee 10 amplios terrenos de 2000 metros cuadrados diseñados para la construcción de casas estilo haciendas. El complejo posee hermosos jardines, un lago, una cava boutique, un restaurante de lujo, hospedaje y seguridad las 24 horas. Sin dudas que un lugar perfecto para vivir un fin de semana inolvidable.
Trevista Vineyards
Trevista es un pequeño viñedo familiar que brinda a sus visitantes una experiencia memorable. Se encuentra ubicado en El Porvenir y es conocido por sus exclusivas degustaciones de vinos y tapas premium que hacen un maridaje único de vinos y comidas, enriqueciendo notablemente la visita.
Las instalaciones del lugar están integradas de manera armónica con el paisaje, creando una atmósfera tranquila y relajante. No solo es famosa por sus vinos, sino también por su comida casera, que es el complemento perfecto. Por ejemplo, en Trevista puedes vivir una experiencia de cata de vinos vertical en la que cada vino se sirve acompañado de una «tapa» (aperitivo) preparada de forma creativa.
Bodegas y Viñedos Las Nubes
Otro destino obligado de la Ruta del Vino por el Valle de Guadalupe se encuentra en El Porvenir. Bodegas Las Nubes se inició en la plantación de la vid en el año 2009, contando en ese momento con un lote de 12 hectáreas. Hoy en día posee unas 30 hectáreas donde nacen unas uvas que dan origen a un vino de primerísima calidad.
El crecimiento de la empresa se dio gracias a la calidad de sus cepas, tierras, insumos y el profesionalismo de su personal. Hoy en día, Las Nubes se vale de las técnicas más eficientes, en completa sintonía con el medio ambiente.
El recorrido por el viñedo es guiado por el enólogo de la casa, que te cuenta todo sobre la historia del lugar y el proceso de producción. Luego, podrás acceder a una confortable terraza que invita a degustar los vinos observando el paisaje.
Barón Balché
Ubicada también en El Porvenir, Barón Balché nace en el año 1997 de la mano de Juan Ríos, su actual propietario. En ese momento, Ríos se propone reconstruir las 32 hectáreas dañadas de una propiedad familiar que tenía vides abandonadas. De a poco, comenzó a crecer y a posicionarse en el mercado gracias a sus tres líneas: la Joven, la Intermedia y la Premium.
La cava subterránea del establecimiento es sede de las mejores degustaciones y eventos privados. Además, durante la Fiesta de la Vendimia, que tiene lugar en agosto, Barón Balché destaca por sobre la competencia con sus eventos especiales.
Viña de Garza
A 30 km de Ensenada se encuentra este precioso lugar llevado adelante por el matrimonio Garza, que realizó su primera vinificación en el año 2006. Hoy en día, de las 14 hectáreas del viñedo, 9 están destinadas a la producción y 5 en desarrollo. La bodega trabaja con 11 varietales y ya cuenta con 10 etiquetas entre blancos y rojos.
El complejo ofrece degustaciones de vinos Premium con previa cita, brindándole al visitante la mejor atención personalizada, charlas y visitas a la cava y a los tanques.
Otros atractivos del Valle de Guadalupe
Si buscas hacer algo diferente que recorrer viñedos y bodegas puedes visitar el Salto de Guadalupe. Esta bonita caída de agua se presta para vivir una tarde de aventura haciendo rappel, escalada o diferentes rutas de senderismo. La mejor época para visitar este destino es durante la primavera, cuando los arroyos llevan agua haciendo que el espectáculo natural sea aún más bello.
El camino hacia el salto es muy agradable gracias al conjunto de ranchos y pintorescos puntos de venta de productos típicos que se alzan alrededor de él. Además, encontrarás un área muy bonita para acampar, baños, regaderas, cabañas y más.
Si viajas con niños por el Valle de Guadalupe encontrarás un excelente lugar en el parque zoo de Ensenada. Allí dispones de un área de juegos infantiles, un trencito, albercas y chapoteaderos, botes de pedales y un toro mecánico para que los más pequeños se diviertan.
Gastronomía del Valle y sitios para comer
Un viaje de este estilo no puede dejar de complementarse con una excelente gastronomía. Por eso, en el Valle de Guadalupe encontrarás una enorme cantidad de platillos, como la arrachera, el chamorro adobado preparado con cerveza, la cazuela de borrego, la pechuga rellena de champiñones y espinaca y mucho más. Los restaurantes de la zona, en general, sirven sus platos al mejor estilo campestre, con carne de campo, hortalizas frescas, frutos regionales y hierbas aromáticas. A la hora de los postres, uno de los protagonistas principales es el pastel de manzana con helado y miel de vino.
No quedan dudas que Valle de Guadalupe es uno de los destinos de turismo culinario más importantes de México. Hay tantas opciones para comer como bodegas, por eso mismo, te mencionamos algunos lugares destacados para que los tengas en cuenta.
Deckman’s, por ejemplo, es un restaurante ubicado dentro de la vinícola El Mogor que se caracteriza por producir todos los ingredientes de sus platos dentro del establecimiento. Allí podrás saborear los platos más deliciosos preparados con vegetales, hierbas, el aceite de oliva, codorniz y cordero con el mejor sabor local. Se trata de una cocina de campo armónicamente levantada entre viñedos que está catalogada como una de las mejores del Valle de Guadalupe.
La cocina de Doña Esthela es otro destacado lugar que comenzó como un pequeño establecimiento que fue ganando popularidad. Tanto fue su reconocimiento que su desayuno fue coronado como el mejor del mundo. Por eso, te sugerimos que comiences el día bien temprano degustando su plato ganador: machaca con huevo y otros platos de la casa, como sus chilaquiles o sus hot cakes de elote.
TrasLomita es un singular restaurante del Valle de Guadalupe donde encontrarás una selección de platillos inspirados en la cocina regional e internacional. Los destacados son el aguachile de camarón y el callo de hacha con ceniza de habanero y el pulpo asado. Otro sitio para comer pulpo a las brasas en la Finca Altozano, un espacio rústico ideal para visitar en familia o con amigos.
En Hacienda Guadalupe encontrarás un viñedo y un restaurante con terraza desde donde disfrutarás de unas hermosas vistas del valle. Su carta es variada y exquisita, sobresaliendo el pato al chocolate, las codornices rellenas y las costillas de cordero al romero.
Para una velada romántica una opción es Fuego Cocina del Valle. El restaurante cuenta con hermosas terrazas que regalan vistas de los viñedos y el bello ocaso bajacaliforniano. Su cocina de autor está basada en productos de temporada procedentes del campo y del mar, por eso en su menú siempre hay un plato con la pesca fresca del día.
¿Cuándo viajar al Valle de Guadalupe?
La mejor manera de vivir el encanto de Valle de Guadalupe es durante las fiestas de la vendimia en agosto. La vendimia es el momento en que los vinicultores y campesinos de la zona inician el proceso de la recolección o cosecha de uvas. La misma dura más de 20 días y es el momento perfecto para disfrutar de catas, degustaciones, conciertos, cenas de gala, concursos y mucho más. Además, durante la segunda mitad del año el Valle de Guadalupe es sede de numerosos festivales gastronómicos y musicales. Por eso, desde la vendimia en adelante es la mejor época para hacer el viaje.
En invierno, en cambio, las vides están dormidas y el clima es lluvioso y frío. Durante la primavera la temperatura comienza a subir y las vides empiezan a desarrollarse. Ya para el verano, el calor es alto y las vides están próximas a su cosecha, por eso en agosto se festejan las fiestas de la vendimia. Por su parte, en otoño el clima en el Valle es muy templado y agradable durante todo el día.
Ya lo sabes, el Valle de Guadalupe es un destino de Baja California perfecto para los amantes del vino y del buen comer. No dejes de vivir esta experiencia gastronómica en una tierra llena de magia y encanto. ¡Seguro que no te arrepentirás!