Turismo en la Selva Lacandona, Chiapas

La Selva Lacandona es un escenario chiapaneco de enorme belleza e importancia para el planeta. Este extenso paraíso tropical es el refugio de especies animales y vegetales únicas y de comunidades mayas que conservan sus raíces ancestrales. Hacer turismo en la Selva Lacandona es toda una aventura que cualquier amante de la naturaleza debería vivir. ¿Estás preparado para la aventura?

La Selva Lacandona corresponde a una región tropical que se extiende en el Estado de Chiapas, en el extremo sureste de México. Además de ser uno de los últimos pulmones verdes que queda en el planeta, es la zona con mayor biodiversidad del país.

La Selva Lacandona no solo es el hogar de cientos de especies animales, sino también es uno de los pocos sitios del planeta en donde conviven comunidades indígenas desde tiempos remotos. Al no haber podido ser conquistadas por los españoles (porque se mantuvieron ocultas en esta densa selva), hasta el día de hoy mantienen intactas sus costumbres y su lenguaje. De allí que podríamos decir que la Selva Lacandona posee también una alta riqueza cultural.

¿Dónde se ubica la Selva Lacandona?

La Selva Lacandona no solo toca tierras mexicanas, sino también se extiende por Guatemala y baja hasta Honduras. Esto la convierte en la selva tropical más larga del mundo. Vale aclarar que nosotros nos centraremos en la zona de la selva perteneciente al Estado de Chiapas.

El territorio comprendido por la Selva Lacandona es de aproximadamente 1.8 millones de hectáreas. Se ubica mayormente en las Montañas del Oriente de Chiapas y ocupa los municipios de Ocosingo, Las Margaritas, Altamirano, Palenque, Maravilla Tenejapa, Marqués de Comillas-Zamora Pico de Oro y Benito Juárez.

Para llegar a la Selva Lacandona cuentas con varias rutas dependiendo cual sea tu origen. Si viajas desde estados mexicanos lejanos u otros países lo más conveniente es tomar un vuelo al aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez (la capital de Chiapas). Los Pueblos Mágicos de San Cristóbal de las Casas o Chiapa de Corzo, así como la ciudad de Comitán de Domínguez son buenos puntos de partida para explorar la selva. Todos ellos están cerca de Tuxtla y bien comunicados con ella por carretera.

¿Cuál es el origen de su nombre?

La palabra “Lacandona” proviene de una población indígena descendiente de los mayas que vivía a orillas del lago Miramar. Los españoles los bautizaron como «los de Lacantún», puesto que tenían un centro ceremonial en una isla llamada Lacan-Tun (“piedra grande” o “peñón”).

Dicha denominación fue mutando y derivó en el término lacandón y finalmente en lacandones. Al día de hoy, este último término se sigue utilizando para nombrar a los indígenas mayas provenientes de la península de Yucatán que se asentaron en la selva chiapaneca hace más de un siglo.

Flora y fauna de la Selva Lacandona

En el 2010 la Selva Lacandona fue incluida en la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la UNESCO. Tal como te contamos antes, es la zona con mayor diversidad de especies animales y vegetales del país, albergando el 10% de las especies que habitan el territorio mexicano. Esto se debe a la sumatoria de varios factores, entre ellos la ubicación, la altitud (va de los 100 a los 1.500 metros sobre el nivel del mar) y su clima cálido-húmedo.

De ese modo, la Selva Lacandona chiapaneca da cobijo a unas 3.400 especies de plantas, 235 tipos de aves, 84 especies de reptiles, una gran cantidad de mariposas y más. Se estima que en una sola hectárea existen alrededor de 250 especies de árboles que coexisten con decenas de orquídeas y cientos de miles de insectos.

La Selva Lacandona es también el hogar del mayor número de especies de murciélagos del mundo, así como muchas especies de fauna amenazadas o en peligro de extinción. Entre estas últimas destaca el tapir, el jaguar, la nutria de río, la guacamaya roja, el mono araña y el mono aullador, el águila arpía, el cocodrilo de río y la tortuga blanca.

Lamentablemente, la Selva Lacandona es una de las 25 zonas biológicas críticas del planeta, poniendo en riesgo sus 230.000 años de existencia. Desde hace décadas este pulmón verde lucha contra amenazas como la deforestación o el tráfico ilegal de especies, que ha puesto en peligro la supervivencia de ciertos animales. Respecto a lo primero, se calcula que la Selva Lacandona ha perdido el 70% de su extensión desde finales de la década del 70.

De allí que a lo largo de su extensión haya varias estaciones biológicas que se encargan no solo del estudio de las especies que la habitan, sino también de su conservación. Una de ellas es la estación Chajul, uno de los máximos bastiones de lucha para la conservación de las selvas en el mundo.

¿Cómo es el clima en la Selva Lacandona?

Como buena selva tropical, en Lacandona predomina un clima húmedo con temperaturas medias que van de los 18ºC a los 22ºC. De todos modos, el territorio se divide en dos zonas térmicas diferentes. Hacia la frontera con Guatemala las temperaturas varían entre los 24ºC y 26 ºC, mientras que en la zonas de las sierras es un poco más baja (entre los 20ºC y 24ºC).

Las precipitaciones medias son abundantes, entre 2.000 y 3.000 mm al año, aunque en algunas zonas las lluvias superan dicha marca máxima. Las estaciones más lluviosas son el otoño y el verano, momento en que sus ríos, cascadas y lagunas adquieren su máximo caudal de agua.

La mejor época para viajar es de noviembre a febrero, cuando las lluvias son menos abundantes. Entre junio y octubre tienen lugar las lluvias más abundantes, por lo que no se recomienda viajar en esta época. Asimismo, si no te gustan las multitudes lo mejor es evitar la Semana Santa y las vacaciones escolares.

Turismo en la Selva Lacandona

Puede que te preguntes si es posible visitar la Selva Lacandona. Y la respuesta es sí, se puede. Para acceder a sus rincones más salvajes y recónditos necesitarás la compañía de un guía experto que conozca la zona, pero hay atractivos en los que no te hará falta. Por ejemplo, la visita al sitio arqueológico de Palenque la puedes hacer por tu cuenta.

La Selva Lacandona es el escenario perfecto para disfrutar de jornadas de senderismo, apacibles paseos en kayak y adrenalíticas travesías de rafting. También es ideal para los amantes de la observación de flora y fauna, especialmente aves.

¿Te gustó la idea de hacer rafting? No te pierdas entonces esta propuesta de nuestros amigos de Civitatis: rafting en el río Lancajá + Ciudad Perdida de Lancaja. Además de una travesía de rafting por este emblemático río, conocerás los restos de la ciudad perdida de Lancaja, que en su momento estuvo habitada por una comunidad maya. También puedes optar por esta excursión de rafting en el río Lacanjá y luego realizar una caminata de dos horas por la selva. Ambos paseos salen de la población de Palenque.

Si hablamos de atractivos turísticos puntuales, tenemos que mencionar las zonas arqueológicas mayas de Yaxchilán, Palenque, Toniná y Bonampak; como también los centros ecoturísticos de Las Nubes y las Guacamayas.

Otra de las experiencias que puedes vivir en la Selva Lacandona es pasar una noche en algún campamento. Eso sí, no esperes alojarte en un hotel cinco estrellas, pero la experiencia será diferente y valdrá la pena.

Una de las mejores opciones es el campamento Río Lacanjá, situado a orillas del río con el mismo nombre y dentro de la Reserva de Biosfera Natural Montes Azules. Desde allí podrás sumarte a una ruta de trekking de 14 km a la laguna Lacanjá gestionada por los miembros de la comunidad. Para llegar a este cuerpo de agua hay que caminar durante unas 3 horas y adentrarse en lo profundo de la selva.

En todos los campamentos repartidos por la Selva Lacandona encontrarás las comodidades básicas y tendrás la oportunidad de interactuar con los miembros de la comunidad y aprender de ellos. Esta es una de las caras más interesantes de visitar la selva. Ver cómo viven estos pequeños grupos y la forma en que cuidan sus costumbres más arraigadas le suma mucho valor a la experiencia.

En la zona norte encontramos el campamento Nahá, un sitio único donde podrás presenciar un ritual tradicional donde se ofrendan alimentos a los dioses para agradecer por las cosechas y pedir por el bien de la comunidad. Este campamento lacandón cuenta con cabañas rústicas y sustentables y desarrolla diferentes actividades, entre ellas talleres para aprender a elaborar figuras de barro.

Hacia el sur de la selva encontramos varios centros ecoturísticos situados cerca de cascadas y ríos ideales para hacer rafting. Algunos de ellos son Escudo Jaguar, Lacandonia y Las Guacamayas. Desde este último se puede explorar también el río Lacantún (que hace de frontera natural con la Reserva de la Biosfera Montes Azules); hacer paseos en lancha o en kayak y ver especies de aves como las guacamayas rojas.

Recuerda que siempre es una buena idea contratar una excursión o tour guiado y de ese modo no preocuparte por nada más que disfrutar. Aquí te dejamos dos buenas opciones:

• Excursión por la Selva Lacandona desde Palenque. Incluye la visita a una comunidad maya (Metzabok) que vive en la selva y la navegación a bordo de un kayuco maya en una de las lagunas de la selva. Luego, harás una visita a un sistema de cuevas en la zona para apreciar pinturas rupestres y culminarás con una ruta de senderismo hasta un mirador que ofrece increíbles vistas de la selva.
• Senderismo por la selva Lacandona desde Palenque. Este tour ideal para los más inquietos incluye la visita a la comunidad indígena Lacanja Chansayab, desde donde comienza una ruta de senderismo de cuatro horas dirigida por un guía lacandón que te contará todo sobre la flora y fauna de la selva.

Sitios arqueológicos en la Selva Lacandona

Uno de los grandes atractivos de la Selva Lacandona son los sitios arqueológicos que hay repartidos en ella. Los mismos son un testimonio vivo de la historia prehispánica de México y rincones perfectos para los amantes de la historia. Los cuatros sitios que destacan por su tamaño y esplendor son Palenque, Toniná, Bonampak y Yaxchilán. ¿Te gustaría conocerlos?

Palenque

La zona arqueológica de Palenque es uno de los grandes tesoros de Chiapas y una de las muestras arquitectónicas más grandes de Mesoamérica. También está dentro de las ciudades prehispánicas más importantes del periodo Clásico, junto con Tikal y Calakmul. De allí que hacer una visita a Palenque sea una invitación a descubrir parte del rico legado maya en México.

La ciudad de Palenque data del siglo III y fue una de las más notables del mundo maya. Cuenta con más de 200 estructuras repartidas a lo largo y ancho de su territorio. Entre ellas destacan el Templo de las Inscripciones, el Gran Palacio, el Juego de Pelota y el Templo XI, solo por mencionar algunas.

La zona arqueológica de Palenque se encuentra inmersa en el centro de la Selva Lacandona, al noreste de Chiapas y a 7 km del Pueblo Mágico de Palenque. La ciudad de Tuxtla Gutiérrez se encuentra a 282 km, mientras que San Cristóbal de las Casas a 220 km.

Cualquiera de estos dos destinos ofrece excursiones al sitio arqueológico. Aunque, creemos hacer base en el Pueblo Mágico de Palenque y desde allí gestionar la visita vale mucho la pena. Si prefieres la excursión, aquí tienes algunas buenas ideas:

• Tour por la zona arqueológica de Palenque, Agua Azul y Misol-Há desde Palenque.
• Agua Azul, Misol-Há y Palenque desde San Cristóbal de las Casas.
• Entrada a la zona arqueológica de Palenque desde Palenque.
• Agua Azul, Misol-Há y Palenque desde Tuxtla Gutiérrez.

La población de Palenque ofrece todos los servicios que puedas necesitar, incluyendo hospedajes, restaurantes, tiendas de artesanías, mercados y más. Además, muy cerca se encuentran las Cascadas de Agua Azul y Misol-Há, dos escenarios naturales de gran belleza que puedes aprovechar para conocer.

Toniná

En el Valle de Ocosingo y a orillas de la Selva Lacandona encontramos uno de los yacimientos mayas más desconocidos y a la vez más importantes de México: Toniná, también conocida como la “Ciudad de piedra”.

El apogeo de esta antigua ciudad maya tuvo lugar a finales del siglo VI y principios del X d.C. Hacia el año 900 se convirtió en la acrópolis de mayores dimensiones del México neolítico y fue el principal rival de Palenque en la lucha por la soberanía de la zona.

Todo lo que se sabe de Toniná es producto del lenguaje que expresan sus piedras, que hablan de un pueblo guerrero y una auténtica potencia militar. Al menos de eso dan nota las representaciones de prisioneros talladas en las piedras que hay repartidas por toda la Acrópolis.

La zona de la Acrópolis consiste en un enorme laberinto de templos, palacios y estructuras, entre las cuales destaca la Gran Pirámide. Con 75 metros de altura, es una de las más más altas de México, superando incluso a la Pirámide del Sol de Teotihuacán. Un total de 260 escalones conducen a la parte más elevada, desde la cual se obtienen vistas privilegiadas.

Toniná se encuentra a unos 10 km de la ciudad de Ocosingo, a 115 km de Palenque y otros 85 km de San Cristóbal de las Casas. Se puede llegar en coche particular (conduciendo con cuidado, porque la ruta es sinuosa y tiene muchos baches) o en transporte público desde Ocosingo. En todo caso, el paseo es realmente bello.

Bonampak

La ciudad maya de Bonampak se ubica en el valle del río Lacanjá y es accesible desde Palenque, Tuxtlá Gutiérrez, Comitán o Tenosique Tabasco. Su nombre en maya significa “muros pintados” o “muros teñidos”, de allí que se la conozca como la ciudad maya de los muros pintados. Desde 1992 es Monumento Nacional y se considera otro de los mejores sitios arqueológicos para ver en la Selva Lacandona.

La única sección de Bonampak abierta al público es la Gran Plaza, alrededor de la cual se congregan edificios de orden religioso y administrativo, así como algunas viviendas. Lo más destacado son las estelas (tanto la que se ve en esta plaza como las situadas en las gradas de la Acrópolis) y las pinturas murales.

Estas últimas son el gran tesoro de Bonampak y en ellas se ven representadas diferentes escenas de pago de tributos, guerras y captura de prisioneros. Las pinturas se ubican en el llamado Templo de los Murales y son las mejor conservadas del clásico maya. Entre otras cosas, permiten hacerse una idea de lo rica y ornamentada que era la indumentaria de la nobleza maya.

Yaxchilán

En plena Selva Lacandona y a orillas del río Usumacinta encontramos esta imponente ciudad que sobresale no solo por su arquitectura, sino por las 124 inscripciones que relatan ceremonias, rituales, batallas y otros aspectos de la vida cotidiana.

Yaxchilán fue una ciudad maya que tuvo su apogeo entre los años 350 y 810 d.C. Si bien su superficie es bastante extensa, la visita se restringe únicamente a la Gran Plaza y la Acrópolis.

A la primera se accede a través de un edificio conocido como El Laberinto, que lleva este nombre por la completa distribución de sus cuartos. Alrededor de la Gran Plaza encontramos algunos edificios que posiblemente hayan servido como palacios y el Juego de Pelota, una de las estructuras mayas más reconocidas.

Así como Bonampak es famoso por sus pinturas murales, Yaxchilán destaca por sus dinteles y estelas que narran la historia dinástica de la ciudad. Las inscripciones que se leen en ellos retratan las vidas de los gobernantes, así como escenas de conquista, batalla y autosacrificios.

El acceso a Yaxchilán y Bonampak se puede realizar por cuenta propia desde Palenque. Pero, creemos que lo más sencillo es reservar un tour. Además del transporte, tendrás incluida la entrada a los sitios y un guía en español que te cuenta la historia y detalles de cada lugar.

• Excursión a Yaxchilán y Bonampak desde Palenque.
• Excursión de 2 días a Yaxchilán y Bonampak desde Palenque. Además de la visita a ambos sitios arqueológicos incluye una ruta de senderismo y la visita a la cascada Corcho Negro y en su cenote.

Mapa de la Selva Lacandona

Como siempre, nos despedimos con un mapa interactivo de los atractivos de la Selva Lacandona. Como pudimos ver, hay muchas propuestas diferentes para disfrutar de este paraíso tropical chiapaneco. Estamos seguros que aquí encontrarás la dosis de naturaleza y aventura que estás necesitando.  Sin más, nos vemos en el próximo destino.