El pequeño municipio de San Gil es conocido como la capital de los deportes de riesgo de Colombia. Es uno de los sitios más turísticos del departamento de Santander y un destino fascinante para los amantes de la naturaleza y las emociones extremas.
Aquí podrás despejar tu mente y vivir experiencias increíbles en medio de los Andes colombianos. San Gil es, sin dudas, un lugar que querrás conocer. Por eso, hemos armado un listado con 13 propuestas imperdibles para que vivas unos días inolvidables.
San Gil se encuentra situado en un valle entre Bogotá (a unos 300 km) y Bucaramanga, en el departamento de Santander y en la región nororiental del país. El entorno natural que rodea el pueblo es inmejorable, con los espléndidos Andes colombianos y el profundo Cañón de Chicamocha como grandes protagonistas. De allí que sea un lugar privilegiado para disfrutar de actividades en contacto con la naturaleza.
¿Qué hacer en San Gil?
San Gil está rodeado de ríos, cascadas, cañones profundos, pozas de agua naturales y montañas imponentes, de allí que sea el destino perfecto para disfrutar de todo tipo de actividades al aire libre, desde rafting o rappel en la cascada de Juan Curí hasta parapente sobre el cañón del Chicamocha.
A su vez, San Gil es una buena base para descubrir otros pueblos de esta zona de Santander, como es el caso de Barichara, Socorro y Guadalupe. Para que tu estadía sea perfecta, puedes destinar parte de tu tiempo en descubrir las artesanías y las delicias tradicionales de la gastronomía santandereana.
¿Quieres hacer un poco de todo? Espeleología, lanzarte por una tirolina, hacer senderismo, rapel y mucho más. Entonces, este tour de aventura en San Gil te encantará.
En resumen, San Gil ofrece a sus visitantes un mundo de posibilidades. No en vano, es la capital turística de Santander. Aquí te dejamos un listado de 13 propuestas imperdibles para disfrutar de San Gil.
1- Recorrer las calles del pueblo
San Gil cuenta con una infraestructura reciente debido al creciente turismo. Pero, al igual que muchos pueblos de Santander, conserva un pequeño centro histórico organizado en torno a una plaza central rodeada de edificios coloniales.
Esta es la zona más encantadora del pueblo, donde podrás perderte en sus callecitas empedradas llenas de restaurantes y tiendas. Si conoces Barichara, verás que la estética es bastante similar, con calles adoquinadas que transportan a tiempos pasados.
La plaza mayor o central está rodeada de ceibas de gran tamaño y tiene como gran protagonista a la Catedral de la Santa Cruz, una construcción de estilo barroco levantada a finales del siglo XVIII. Su fachada de piedras es muy pintoresca, mientras que el interior resguarda cuadros y esculturas propios de la colonia.
Muy cerca se encuentra la Plaza del Mercado, un espacio que refleja parte de la cultura y tradiciones santandereanas. En ella encontrarás puestos que venden verduras y frutas exóticas de la región y otros donde se elaboran platos típicos. En otras palabras, es un universo de colores, olores y sabores que darán un verdadero festín a tus sentidos.
Luego de visitar el mercado puedes cruzar el antiguo puente peatonal sobre el río Fonce o el puente de los candados para llevarte una bonita foto de este río que atraviesa la localidad.
Por cierto, si quieres llevarte la mejor postal de San Gil, no dejes de subir al Mirador Cerro de la Cruz, un punto panorámico desde el cual se aprecia todo el paisaje circundante.
2- Explorar el Parque Natural El Gallineral
A unas cuadras del puente de los candados se encuentra este espacio verde situado en una isla natural envuelta por los brazos de la quebrada Curití y el río Fonce. Se trata de uno de los parques urbanos más bonitos de toda la Región Andina de Colombia, por ende, no puedes dejar de pasar por él.
El sello distintivo del Parque Natural El Gallineral son los casi 2.000 árboles que alberga. Los mismos tienen la particularidad de estar cubiertos por un musgo español (también conocido como barba de viejo), que le da al lugar un aura mágica. Los caminos del parque son empedrados y los puentes coloniales, algo que suma todavía más belleza al lugar. Conserva también monumentos que hacen alusión a la cultura y música de Santander y esculturas talladas en piedra.
En definitiva, el parque es un buen sitio para perderse, para leer algo bajo la sombra de un árbol, ir de picnic y tomar fotografías. Dada su popularidad, suele ser un espacio muy concurrido, tanto por turistas como locales.
3- Conocer el Parque de atracciones del Cañón del Chicamocha
Con más de 2.000 metros de profundidad y 230 km de largo, el Cañón del Chicamocha es una de las grandes maravillas naturales de Colombia. ¿Lo mejor de todo? Se puede visitar desde San Gil. ¿Mejor aún? Se puede explorar por tierra, agua y aire.
Este monumento natural situado entre Bogotá y Bucaramanga es el segundo cañón más grande del mundo. Hace 46 millones de años, el sitio donde se encuentra el cañón estaba ocupado por un enorme lago habitado por especies marinas de las cuales al día de hoy se siguen encontrando restos. El río Chicamocha, quien terminó de moldear el cañón y le da su nombre, nace en las estribaciones de la Sierra Nevada del Cocuy y es el gran protagonista de su paisaje.
Una forma de admirar la belleza de esta obra de arte de la naturaleza es desde la sinuosa carretera que comunica San Gil y Bucaramanga. La misma cuenta con distintos miradores donde se puede aparcar el coche y detenerse a tomar fotografías.
En la cima de dicha carretera funciona desde el año 2006 un parque atracciones (mal llamado Parque Nacional) desde el cual se obtiene una de las vistas más espectaculares del Cañón del Chicamocha. Aquí encontrarás restaurantes, un hotel, miradores, un parque acuático, el famoso Monumento a los Santandereanos, un Museo de la cultura Guane y mucho más.
El atractivo más demandado del parque es el Teleférico Plazuela – Mesa de los Santos, el cual hace un recorrido de más de 6 km y regala una panorámica espectacular del Cañón de Chicamocha. La finalidad es llegar al pequeño pueblo de Mesa de los Santos, un enclave que mantiene parte de su arquitectura colonial y un ambiente de paz.
El parque de atracciones se encuentra apenas a 40 km de San Gil, por lo que podrás visitarlo antes o después de pasar por la localidad.
Funciona de lunes a viernes de 8 am a 6 pm y sábados, domingos y festivos de 9 am a 6 pm. Si deseas pasar todo el día en el parque y disfrutar de cada uno de los atractivos que ofrece, te sugerimos llegar lo más temprano posible. La entrada se puede adquirir desde la página oficial de Parques de Santander, en taquilla o en el Punto de Información Turística del Malecón de San Gil. Asimismo, hay diferentes agencias de viaje que ofrecen un paquete todo incluido.
4- Dormir en un glamping con vistas al cañón
Otra manera de apreciar la majestuosidad del cañón y, de paso, pasar una noche diferente, es en alguno de los glampings que hay en la zona. Sin dudas, es un plan perfecto para quienes buscan escaparse con su pareja y disfrutar de un entorno natural de película.
Una buena opción es el Glamping Deluxe Ecolodge, el cual cuenta con carpas completamente equipadas, un jacuzzi en una terraza con impresionantes vistas al Cañón del Chicamocha y otros servicios.
Lo encontrarás en Villa Nueva, Santander, y el costo aproximado es de 250.000 COP (unos 63 USD) por pareja. Sí, es un plan caro, pero vale la pena.
5- Disfrutar de una jornada de senderismo por los “Caminos Reales”
San Gil se ubica en una zona donde vivió la civilización Guane, quienes construyeron muchas rutas llamadas “Caminos Reales”. Estas antiguas vías de comunicación fueron usadas posteriormente por los colonos españoles.
Varios años más tarde (a mediados del siglo XIX), llegó a Colombia un alemán llamado Geo Von Lengerke, quien mejoró estos caminos. Gracias a esto se favoreció el tránsito de campesinos, comerciantes y mulas, contribuyendo enormemente al comercio y la economía del departamento de Santander.
Hoy en día, los Caminos Reales se han convertido en fabulosas rutas de senderismo que se pueden recorrer en uno o más días. Los amantes de esta actividad podrán adentrarse en el particular ecosistema del Cañón del Chicamocha, experimentar la diferencia de climas entre la parte alta y baja y avistar las especies que lo habitan.
El más aventurero de estos caminos es el que sale de Villanueva, cerca de Barichara, y llega al pueblo de Jordán, un pequeño enclave situado al final del cañón, para luego continuar hasta la Mesa de los Santos.
6- Ver el cañón desde los cielos
Otra forma de admirar la grandeza del Cañón del Chicamocha es desde el aire, concretamente, desde un parapente.
Esta actividad cargada de adrenalina es una experiencia que todos deberíamos vivir. Puede dar un poco de vértigo y miedo, pero la sensación de sobrevolar semejante obra de la naturaleza seguro que es más gratificante.
Hay muchas agencias que ofrecen vuelos en parapente a precios muy competitivos, especialmente si lo comparamos con lo que cuesta hacer esta actividad en Europa. Nosotros te sugerimos que optes por este tour de vuelo en parapente por el Cañón de Chicamocha. Podrás optar por varias modalidades, siempre con un vuelo de 25 minutos y la posibilidad de hacer acrobacias y manejar tu mismo el parapente.
En caso que lanzarte sobre el cañón escape de tu presupuesto o la actividad te intimide, puedes optar por los vuelos que salen desde Curití. Los mismos son más económicos, más cortos y si bien no sobrevuelan el cañón, sí permiten apreciar hermosos paisajes montañosos.
7- Conocer las cascadas de Juan Curí
Dentro del Valle de San José encontramos un hermoso conjunto de saltos de unos 200 metros de altura que culmina en una poza de 20 metros de profundidad. La fuerza con la que cae el agua a veces es tan potente que se forma una especie de vapor que le da al paisaje una belleza especial.
Las cascadas de Juan Curí se encuentran a 23 km al sur de San Gil y son una de las más bonitas de Santander. Están contenidas dentro de un parque muy bien preparado para el turismo que cuenta con parqueadero, vestuarios y baños, un restaurante y otros servicios. Esto da nota que la visita a la cascada es un clásico de Santander.
Luego de abonar el ingreso al parque hay que tomar un sendero suave que transcurre por el bosque y lleva a la primera cascada. En este caso, se trata de un salto de agua de 80 metros de altura inmerso en un paisaje verde donde la vegetación se adhiere a la roca.
La cascada forma un pozo de agua perfectamente redondo en donde podrás darte un primer chapuzón. Se dice que se formó por la caída de un meteorito, algo difícil de comprobar. Lo que sí se sabe con certeza, es que fue un lugar sagrado para los indígenas Guanes.
Un sendero empinado (más difícil que el primero) conduce al gran salto Juan Curí, una caída de agua de 130 metros de altura verdaderamente imponente. El camino está acondicionado con cuerdas que ayudan a sortear las partes más empinadas. No olvides llevar unas buenas zapatillas de trekking y vivir la aventura (muchos de los turistas se quedan en la primera cascada).
Aquí también se forma una gran poza de agua donde se puede nadar en un entorno increíble, donde la naturaleza se hace presente con todo su esplendor. Un paisaje bucólico que seguro quedará grabado en tus memorias del paso por Santander.
Los más osados pueden optar por hacer rappel desde la cima de la cascada. Eso sí, procura reservar la actividad con antelación, puesto que suele ser bastante solicitada. El costo aproximado es de unos 70.000 COP (cerca de 18 USD).
Para visitar las cascadas de Juan Curí deberás pagar un ingreso de 12.000 COP por persona (3 USD). El horario es de 8 am a 5 pm, pero en temporada de lluvias el lugar permanece cerrado. Puedes llegar en coche tomando el camino a Charalá o bien en autobús. Los mismos te dejan en la entrada del parque y tienen un costo de 8.000 COP (2 USD).
8- Tener un subidón de adrenalina haciendo rafting
Otra actividad cargada de adrenalina para hacer en San Gil es el rafting. Desde el pueblo es posible navegar en 3 ríos diferentes: el río Fonce (el más tranquilo y familiar); el río Chicamocha (que ofrece un panorama excepcional del cañón) y el río Suárez (que está considerado como uno de los mejores de Colombia para hacer rafting). Por ende, hay opciones para todos los gustos y niveles de experiencia.
Lo más clásico en San Gil es hacer rafting en el río Fonce, cuyos rápidos son de dificultad moderada. No importa si no tienes experiencia, un equipo de expertos te ayudará a que vivas una aventura inolvidable mientras la balsa desciende a lo largo de un hermoso paisaje ribereño.
El río Suarez ofrece una experiencia mucho más intensa. Sus rápidos de categorías IV y V transcurren a lo largo de un cañón y ponen a prueba la resistencia y técnica de quienes se animan a esta actividad.
Los rápidos del Río Chicamocha, por su parte, son accesibles a todos los niveles y ofrecen recorridos de diferentes niveles de dificultad, siendo posible hacer cortas distancias como también varios kilómetros. Además, a lo largo del río aparecen una serie de playas que se presentan ideales para el descanso y el baño. Para disfrutar de esta actividad te sugerimos optar por esta excursión de rafting en el río Chicamocha desde San Gil.
9- Adentrarse en las cuevas alrededor de San Gil
Los alrededores de San Gil están llenos de cuevas subterráneas que son un paraíso para los espeleólogos o para quienes buscan vivir una experiencia diferente. Las opciones son muchas, desde pequeños huecos escondidos hasta grandes cavernas subterráneas repletas de estalactitas y estalagmitas.
Una de las opciones es la Cueva de la Vaca, una de las más grandes de Santander. Se encuentra cerca del pequeño pueblo de Curití y ya el hecho de ingresar a ella es toda una aventura. Esto implica nadar por un túnel sumergido, para luego arrastrarse por pequeños pasadizos embarrados hasta llegar a los 90 metros bajo tierra. Sin dudas, es una aventura emocionante, pero no adecuada para todo el mundo.
Una alternativa más adecuada es la Cueva del Indio, en Páramo. Esta abertura natural está llena de recovecos habitados por murciélagos y cuenta con un oscuro estanque de agua en el cual podrás zambullirte.
¿Te gusta la idea? Entonces, no dejes de apuntarte a esta excursión a la Cueva del Indio desde San Gil. Te sentirás un auténtico espeleólogo recorriendo cada uno de sus recovecos y túneles hasta llegar a un precipicio. Los más osados podrán saltar desde 10 metros de altura para lanzarse a las frescas aguas del estanque.
10- Descansar en los balnearios de San Gil
Puede que la espeleología, el parapentismo y el rafting no sean de tu agrado. Quizás solo buscas pasar unos días relajantes en medio de la exuberante naturaleza de Santander. ¡Estás de suerte! De las montañas brotan caudalosos ríos que a lo largo de su recorrido van dejando estanques naturales en donde se puede disfrutar de una jornada de descanso. Los más adecuados son los balnearios Pozo Azul y Pescaderito.
El balneario Pozo Azul se encuentra a 10 minutos en taxi o bus del centro de San Gil. Se trata de una cuenca natural de aguas cristalinas formada en el lecho del río Fonce y alimentada por una pequeña cascada. El balneario está equipado con un kiosco que vende bebidas frías y algunos bocadillos. La contra es que al estar tan cerca de San Gil suele estar bastante concurrido, especialmente los fines de semana.
Otro de los balnearios más bonitos cercanos a San Gil es Pescaderito, situado muy cerca del pueblo de Curití. Sus piscinas naturales son otras de las más elegidas por la gente de la zona, por lo que también suele estar bastante llena de gente. El balneario es de fácil acceso y cuenta con servicios pensados para toda la familia.
Tip viajero: si deseas escapar un poco de la muchedumbre, puedes subir por el río hasta encontrar algunos pozos de agua más pequeños en los que hay menos gente.
11- Conocer Las Gachas
Otro de los paisajes más hermosos de Santander al cual se puede acceder fácilmente desde San Gil es Las Gachas. Este sitio natural lleno de pozos de agua perfectamente redondos está muy cerca del pequeño pueblo de Guadalupe, un enclave del cual te hablaremos en breve. Se encuentran a 75 km al sur de San Gil, por lo que lo mejor es combinarlo con la visita a Guadalupe y Socorro.
Las Gachas se ubica en un pequeño valle atravesado por un río que alimenta estos pozos redondeados de mayor o menor tamaño y distintos niveles de profundidad.
La postal es sumamente estética, con un paisaje campestre alrededor y con el verde del pasto contrastando con el color ocre de las rocas. Por ende, además de sumergirte en los pozos, podrás capturar el paisaje con tu cámara de fotos desde más de una perspectiva.
Algunos consejos si vas a visitar Las Gachas es que lleves algún calzado adecuado o un par de medias para caminar entre las rocas, que suelen estar bastante resbaladizas. También, ten en cuenta que los pozos de agua tienen distinta profundidad, por lo que si vas a saltar asegúrate de comprobar previamente si puedes hacerlo, puesto que desde la superficie no siempre se puede ver a simple vista.
Otra cosa a tener en cuenta es que durante los periodos de sequía, especialmente a principios y a mitad de año, las pozas pueden tener muy poca agua y el cauce del río estar seco en algunos tramos.
Para llegar a la Las Gachas desde San Gil tienes primero que dirigirte al municipio de Guadalupe, viaje que toma alrededor de 2 horas. Llegar en transporte público puede ser un tanto complicado debido a la falta de rutas y en ocasiones hay que hacer cambio de bus en el pueblo de Oiba. Por eso, lo mejor es alquilar un coche para moverse de un lugar a otro sin depender de los horarios del transporte público. Una vez en Guadalupe, hay que hacer otros 10 km para llegar a los pozos de agua.
12- Escaparse a Barichara, el pueblo más bonito de Colombia
Barichara es considerado el pueblo más bonito de Colombia. Basta con poner un pie allí para comprender por qué. Su arquitectura colonial, sus calles empedradas y el entorno que lo envuelve son una maravilla. Apenas 22 km lo separan de San Gil, por lo que no tienes excusas para no conocer esta pequeña joya de Santander.
Pasear por Barichara es sumergirse en un viaje en el tiempo a la época colonial. Una de las cosas más llamativas del pueblo es, precisamente, lo bien que ha conservado su patrimonio a pesar del paso del tiempo. Más teniendo en cuenta que fue fundado en 1705 por los conquistadores españoles.
Un dato curioso es que su nombre en lengua Guane significa “lugar de descanso”, y realmente le hace honor. Barichara está envuelto en un aura de tranquilidad que lo hace sentir de esta manera, a la cual contribuye enormemente el entorno natural. Allí no encontrarás museos, monumentos ni hoteles de lujo. Más bien, es un sitio que invita a desconectar, a descansar y a pasear sin plan ni rumbo fijo. En Barichara te olvidarás del móvil, del reloj y de las preocupaciones.
Si te preguntas qué hacer allí, la respuesta es sencilla: perderse por sus calles empedradas. Las mismas suben y bajan al ritmo de las montañas y están repletas de construcciones hechas con madera y piedra. De camino, encontrarás el Parque Principal (que es el corazón del pueblo) y muchas iglesias (demasiadas para ser que es un lugar tan pequeño).
Otra de las cualidades de Barichara son sus increíbles atardeceres. Para apreciar la belleza del ocaso, te recomendamos ir a uno de sus miradores más visitados, el Salto del Mico. Desde aquí se aprecia el Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguies y los pueblos de Galán, La Fuente y Zapatoca.
Tampoco dejes de comer hormigas culonas (una de las especialidades culinarias del pueblo) ni de comprar artesanías locales. En definitiva, Barichara se puede recorrer tranquilamente en un día, pero no es mala idea pasar una noche allí para disfrutar de su ambiente relajado.
Para aprovechar mejor tu paso por este precioso pueblo colombiano te sugerimos hacer esta visita guiada por Barichara.
13- Visitar otros pueblos de Santander cercanos a San Gil
Además de Barichara, cerca de San Gil encontramos otros pueblos de Santander en los que vale la pena perderse por unas horas. El Socorro. Guadalupe y Curití son 3 buenos ejemplos.
Socorro
Socorro se ubica a 21 km al oeste de San Gil y muy cerca del río Suarez. Si bien a primera vista puede parecer no muy pintoresco (dado que ha crecido mucho en infraestructura en poco tiempo), al igual que otros enclaves de la zona, conserva un bonito casco histórico alrededor del cual se desarrolla el turismo. Esta zona guarda todo su encanto colonial, algo que le valió el título de “pueblo patrimonio de Colombia”.
Un detalle histórico de relevancia, es que en Socorro se redactó la primera acta de declaración de la Independencia de Colombia. Por ende, es un destino especialmente interesante para los amantes de la materia. Para los que prefieren emociones más extremas, lo mejor es hacer rafting en el río Suarez, uno de los mejores del país para dicha actividad.
Guadalupe
A 75 km de San Gil encontramos Guadalupe, un pueblo famoso por Las Gachas, esos pozos de agua de los cuales te hablamos antes. En este pequeño enclave de Santander la vida parece transcurrir en cámara lenta, la gente es cálida y los paisajes sobrecogedores. Por eso, tienes un doble motivo para hacer una escapada: descubrir el pueblo y visitar la quebrada de Las Gachas.
Guadalupe invita a perderse por sus pocas calles, todas organizadas en torno a un pintoresco parque principal. Aquí el sello distintivo es una iglesia conocida por sus cúpulas color terracota y su interior de madera.
Para conocer un poco más sobre el pueblo, su historia y tradiciones, puedes ir a la Casa de la Cultura, también en la plaza principal. Aquí encontrarás una exposición sobre el pueblo, fotografías antiguas y podrás participar de los diferentes eventos que allí se organizan.
En los alrededores de Guadalupe hay muchas cascadas, balnearios y piscinas naturales. Además de Las Gachas, te sugerimos visitar los balnearios El Salitre, que tiene pozas similares a la anterior, pero acá el color de la roca es más pálido; y La Gloria, una piscina natural con un restaurante y zona de barbacoa.
Si tienes un día adicional, entonces puedes hacer una visita a las cascadas de los Tres Chorros, la Llanera, y la Cascada de los Caballeros, solo por mencionar algunas. Ve preparado para caminar y sumergirte en paisajes de enorme belleza. Después de todo, la naturaleza es quien se lleva todo el protagonismo en Santander.
Curití
De Guadalupe saltamos al pequeño pueblo de Curití, a 25 minutos de San Gil. Este destino inmerso en paisajes rurales es famoso por el Balneario Pescaderito y por la Cueva De La Vaca, dos sitios que ya mencionamos en los puntos anteriores. Además, destaca por su excelente gastronomía, con platos estrella como la carne oreada, la pepitoria y el mute.
Al igual que los anteriores, Curití se encuentra rodeado de ríos, montañas y cascadas. Los mismos invitan a hacer senderismo, rafting, volar en parapente y explorar grandes cuevas, además de descansar en hermosas piscinas naturales.
Otro sello de identidad de Curití es el hecho de ser la capital del fique, una planta andina que se usa desde hace mucho tiempo para tejer todo tipo de objetos, desde bolsos hasta ropa. Por ende, otra de las cosas que se pueden hacer en Curití es comprar artesanías, visitar talleres artesanales y fábricas de fique.
Si quieres ir más allá, desde Curití se puede llegar a otros pueblos coloniales de Santander, como lo son Páramo, Pinchote y Valle de San José.
¿Cómo llegar a San Gil?
Como San Gil no tiene aeropuerto, la forma más común de llegar a este municipio colombiano es por carretera. El aeropuerto más próximo está a 98 km, en la ciudad de Bucaramanga. Por ende, si optas por llegar en avión, esta es tu opción más cómoda.
El Aeropuerto El Dorado de Bogotá posee una mayor oferta de vuelos nacionales e internacionales, solo que desde aquí hay que emprender un viaje por carretera de aproximadamente 6 horas. El trayecto por carretera desde Bucaramanga, en cambio, dura 3 horas.
Desde Bogotá se puede llegar a San Gil en autobús con las compañías Copetran, Berlinas del Fonce, Expreso Brasilia y Omega. El precio de los billetes va desde los 50.000 (12 USD) a los 70.000 COP (18 USD) y el viaje lleva unas 6 horas aproximadamente.
Desde Bucaramanga (la capital de Santander) el viaje dura 3 horas y el costo del billete ronda los 28.000 COP (7 USD). Las empresas que gestionan el recorrido son Copetran, Cotrasangil, Cotrasaravita, Trasander, entre otras.
Por último, puedes llegar a Santander desde Oiba y Barichara. En el primer caso el viaje dura una hora y media y el costo del billete es de 12.000 COP (3 USD). Desde Barichara el viaje es de apenas 45 minutos y el costo es de 6.000 COP (1,5 USD). En ambos casos, hay varias frecuencias de buses a lo largo del día.
Mapa de San Gil y alrededores
Hay tanto para hacer en San Gil y alrededores que puedes pasar varios días explorando la zona y no aburrirte en ningún momento. De hecho, lo mejor es aprovechar la ocasión para hacer un recorrido completo por esta zona del departamento de Santander. De ese modo, vivirás una experiencia que combine naturaleza, cultura, buen comer y aventuras inolvidables.
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