Miravet, el pueblo más bonito de Tarragona

Miravet es un típico pueblo de postal. Este pequeño municipio de la comarca de la Ribera d’Ebre, en el interior de Tarragona, se sitúa sobre un meandro del río homónimo y aparece dominado por un impresionante castillo templario. Cualquier ruta por esta provincia catalana debería incluir una visita a Miravet, puesto que es considerado uno de sus pueblos más bonitos. ¿Te apuntas a esta interesante propuesta?

Si buscas hacer una escapada para desconectar de la rutina, la Ribera de Ebro es el destino ideal. Esta comarca de Tarragona es atravesada por el río Ebro, quien va formando meandros y moldeando paisajes de una belleza única. La misma está conformada por un puñado de pueblos encantadores, uno de los cuales es nuestro protagonista de hoy.

Con tan solo 700 habitantes, Miravet tiene todo para atrapar a sus visitantes. Muchos lo consideran como el pueblo más bonito de Tarragona y razones para que goce de dicha mención sobran. Si bien Tarragona es especialmente conocida por sus playas y pueblos costeros, lo cierto es que el interior resguarda grandes tesoros, como es el caso de Miravet. Su castillo templario, su embarcadero y calles empedradas le dan al pueblo un encanto especial y más de un motivo para enamorarse de él.

Miravet se sitúa a dos horas en coche desde Barcelona y a una hora de Tarragona, por lo que podrás visitarlo tranquilamente desde ambas ciudades. Además, como es pequeño y se recorre rápido, puedes combinarlo con otros pueblos de la comarca Ribera del Ebre (como Tivissa) o de la provincia de Teruel. Como sea, tendrás muchas opciones para complementar el paseo.

Historia de Miravet

En sus orígenes, Miravet fue un antiguo asentamiento íbero. Aunque, su fundación se produjo recién en el siglo XI, cuando los musulmanes llegaron atraídos por su posición estratégica, junto a la ribera del Ebro y sobre un acantilado que facilitaba su defensa. Para eso, construyeron en lo alto de la atalaya una pequeña fortaleza, mientras que debajo de ella fueron edificando la alquería, de forma vertical hasta el río, en la que vivieron por más de 100 años.

En el siglo XII, durante la Reconquista, la fortaleza fue conquistada por Ramón Berenguer IV, quien se la cedió a los Caballeros Templarios. Rápidamente, la orden la convirtió en un monasterio en el cual se instalaron, hasta que fueron declarados herejes y perseguidos por toda Europa.

Tras el desalojo de los Templarios, la Orden de los Hospitalarios ocupó Miravet. Desde ese entonces, la población vivió sus años más oscuros, frutos de las muchas guerras y batallas que protagonizaron, a lo cual se sumaban las importantes crecidas del Ebro. En 1938 tuvo lugar la Batalla del Ebro y todo Miravet fue bombardeado por las tropas alemanas.

Sin embargo, el pueblo pudo levantarse de los escombros. En estas últimas décadas, ha logrado sobrevivir gracias al turismo y la alfarería artesanal. Hoy en día, es uno de los pueblos más visitados de la comarca, gracias a que conserva el esplendor de la época medieval.

¿Qué ver en Miravet?

Miravet es pequeño, pintoresco y en unas dos o tres horas se recorre sin problema. Lo mejor que puedes hacer una vez que aparques el coche, es ir a la Oficina de Turismo y adquirir un mapa con sus principales atractivos. O bien, puedes dejar que sea tu instinto quien vaya marcando el camino. Después de todo, el pueblo no tiene pérdida.

Eso sí, ve preparado para caminar y subir cuestas. Como ya sabes, fueron los musulmanes los responsables del trazado zigzagueante de este pueblo construido en lo alto de una peña. De todos modos, que eso no te desaliente, porque pasear por Miravet es realmente placentero.

Castillo de Miravet

Esta espectacular fortaleza medieval que custodia la población desde lo alto de una colina representa uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar de la Orden de los Templarios; además que es el segundo castillo románico más importante de España. Justamente por esta posición, ya desde la carretera, se divisa su silueta.

Tienes dos alternativas, subir por un pequeño camino zigzagueante (conocido como Carretera del Castell), que conduce hasta la cumbre donde se asienta el castillo y dejar el coche en el parking habilitado; o bien, aparcar en la parte baja del pueblo y subir por un sendero empinado que comienza justo al lado de la Iglesia Vieja.

Si quieres un consejo, opta por esta segunda opción. La caminata al castillo no lleva más de 15 minutos y no reviste demasiada dificultad. Lo mejor de todo son las vistas cada vez más bonitas de Miravet y el valle que lo rodea que irás viendo a medida que ganes altura.

Como sea, ni bien llegues al lugar, te encontrarás con una construcción que se yergue majestuosa sobre una roca, haciéndolo inexpugnable. También verás las imponentes murallas de 25 metros de altura que lo rodean. Las mismas han sobrevivido a muchos episodios históricos, como el asedio del rey Jaime en 1307; la Guerra de Sucesión (entre 1701 y 1715), las guerras carlistas del siglo XIX y la Batalla del Ebro.

La visita al Castillo Templario de Miravet consiste en dar un paseo por sus diferentes estancias. Este tipo de construcciones tienen dos características propias: todo gira en torno a su iglesia interior y, por otro lado, buscaban ser autónomos y autosuficientes. De ese modo, en tu paseo podrás ver las cocinas, almacenes, los graneros, la bodega, caballerizas y todo lo que los Templarios necesitaron en aquellas épocas para autoabastecerse.

Si a esto le sumamos el llamativo estilo románico que impera en él y los elementos bizantinos, islámicos y cistercienses, el Castillo Templario de Miravet se vuelve realmente único.

Por su valor histórico, el Castillo de Miravet fue declarado Bien de Interés Cultural. La visita tiene un precio de 3 € para adultos, 2 para estudiantes y los martes es gratuita. El horario es de 10 am a 1:30 pm y de 4 pm a 7:30 pm desde junio a septiembre. Desde octubre a mayo es de 10 am a 1 pm y de 3 pm a 5 pm.

Embarcadero

Antes o después de visitar el Castillo de Miravet, tienes que pasar por el embarcadero, uno de los lugares más bellos de la villa. El escenario de postal que se aprecia desde este punto te permitirá sacar fotos con las cuales podrás presumir y volver locos a tus seguidores en las redes sociales. La vista del pueblo, con sus casas construidas de forma vertical y coronadas con el castillo, son realmente alucinantes.

El embarcadero se encuentra ubicado junto a la plaza del Arenal, en pleno meandro del Ebro. Aquí podrás simplemente sentarte a contemplar las vistas del paisaje y disfrutar de la tranquilidad del lugar. Además, al atardecer regala una puesta del sol perfecta.

Desde el embarcadero de Miravet parte el único transbordador del Ebro que cruza de una orilla del río a la otra sin usar ningún tipo de combustible, sino que se mueve por la misma corriente del río. Hacer este corto paseo es una experiencia muy agradable. Si deseas cruzar de esta manera, el horario para hacerlo es de 9 am a 7 pm en temporada alta, y el precio es de 1 € por persona y 3 € por coche.

Tip viajero: Miravet no tiene playa, pero sí una enorme zona de césped junto al río Ebro que regala unas vistas hermosas del pueblo. Se encuentra ubicada entre el embarcadero y el Casco Antiguo, y es ideal para relajarse y contemplar el paisaje. Ten en cuenta que el embarcadero suele ser un lugar muy popular en verano, por lo que puedes escapar a este rincón y también disfrutar de las vistas.

Casco antiguo de Miravet

Desde el embarcadero no tienes que caminar más de 5 minutos para llegar al casco antiguo de Miravet. Como te contamos antes, fueron los musulmanes los primeros en establecerse aquí con una alquería, lo que sería una pequeña comunidad rural. Si bien poco queda de estas épocas, te sorprenderás al descubrir que las calles de Miravet enamoran con su aire medieval.

El casco histórico de Miravet se caracteriza por la presencia de viviendas de piedra y preciosos balcones de madera, construidas una encima de la otra, encaramadas en la peña y de frente al río Ebro. Si bien muchas fueron destruidas durante la Guerra Civil, aún quedan algunos ejemplos que se conservan perfectamente.

Dentro del casco antiguo de Miravet hay varios puntos de interés que aparecen marcados en el mapa que te dan en la Oficina de Turismo. Hablamos del molino viejo, el Palacio del Comendador, el Portal del Motxi, el mirador de sanagueta, la Iglesia Vieja y más.

La calle principal del casco histórico asciende paralela a la ribera del río. Allí verás el antiguo astillero medieval y un molino de aceite que conforman una estampa ideal para una buena foto. La Iglesia Vieja se encuentra en la parte alta, aunque ya te hablaremos de ella.

Un poco más adelante aparece un pasadizo medieval conocido como el carrer de la Palla. Se trata de una de las paradas que hay que ver en Miravet, ya que es un recuerdo muy vivo de los destrozos causados por la Guerra Civil.

Luego, te toparás con el Portal del Motxo, un arco medieval del siglo XVII que durante la Edad Media fue la entrada a la ciudad. En su pared se ve una placa conmemorativa que recuerda la mayor subida del Ebro, ocurrida en 1787.

Iglesia Vieja

El edificio más destacado del casco histórico de Miravet es la Iglesia Vieja, un templo del siglo XVI situado en la parte más alta del pueblo. Se trata de una construcción de estilo renacentista que fue levantada en 1585 sobre los restos de una antigua mezquita árabe.

Además de apreciar su fachada, si tienes la oportunidad de visitar su interior, no dudes en hacerlo. El mismo alberga un bello altar románico, murales, piezas medievales, una exposición de fotografías de la Guerra Civil Española y una colección de alfarería tradicional. Incluso, en su cúpula todavía es posible apreciar el impacto de la bomba que cayó sobre el templo durante la Batalla del Ebro, en plena Guerra Civil.

Junto a la iglesia se encuentra el mirador de la Sanaqueta, en el sitio que ocupaba el patio de la mezquita. Desde allí obtendrás unas vistas increíbles del meandro del río Ebro. Ver cómo el río serpentea, haciendo un impresionante giro dible, a la vez que un hermoso entorno lo acompaña, es una manera única de ir despidiéndote de Miravet.

Tradición alfarera de Miravet

Por si no lo sabías, una de las actividades más importantes de Miravet es la alfarería. Esta tradición ancestral se mantiene muy viva. Tan es así, que hay varias alfarerías que se pueden visitar, en las que podrás ver a los artesanos crear verdaderas obras de arte. Incluso, si reservas con tiempo, tendrás la posibilidad de tomar una clase con los maestros y moldear tu propia pieza con barro.

Turismo activo en Miravet

Antes de concluir el paseo por Miravet, queremos contarte que, gracias al entorno natural que rodea la población, es posible disfrutar de muchas rutas de senderismo. Los caminos conectan el pueblo con otras villas de la comarca y transcurren en escenarios de gran belleza. Si caminar no es algo que te entusiasme mucho, otra buena idea es alquilar un kayak y dar un paseo por el Ebro.

¿Cómo llegar a Miravet?

La forma más sencilla de llegar a Miravet es viajando en coche desde Barcelona o Tarragona.

En el primer caso, hay 160 km de distancia que se sortean en algo más de 2 horas por la C-32, en dirección Tarragona. A la altura de El Vendrell, tienes que incorporarte a la AP-7 y continuar en la misma dirección. Una vez que pases la ciudad de Tarragona, coge la salida 34 en dirección a Reus e incorpórate a la N-420. La misma lleva a Móra d’Ebre, el pueblo grande más cercano a Miravet. Desde allí sigue por la carretera T-324, que finalmente te llevará hasta Miravet.

Desde Tarragona, simplemente tienes que coger la nacional N-420 y seguir las indicaciones antes mencionadas. En este caso, la distancia a sortear es de unos 66 km.

Frente a la Oficina de Turismo de Miravet hay un parking que en temporada alta se llena rápidamente. Por eso, lo mejor es ir hasta la zona del embarcadero y aparcar allí.

Si no tienes coche, puedes viajar en transporte público, aunque no es lo más sencillo. La estación de tren más cercana a Miravet se encuentra a 8 km de distancia, mientras que la de autobús a 6. Por ende, no queda otra opción que coger un taxi (o caminar, en caso de que no viajes con equipaje y tengas buena condición física).

La estación de tren más cercana es la de Móra la Nova, a la cual se llega con la línea R15 desde varios puntos de Catalunya. La parada de buses se encuentra en Móra d’Ebre, la cual conecta con Barcelona con los autobuses de la compañía Hife.

Sea cual sea el medio que elijas, no deberías quedarte con las ganas de conocer este precioso enclave.

¿Qué ver cerca de Miravet?

Como el paseo por Miravet se completa en medio día, puedes aprovechar la segunda mitad de la jornada para visitar algún pueblo cercano. Tivissa es una gran opción. Situada apenas a 20 km de nuestro destino de hoy, esta villa encaramada en una colina es perfecta para rodearse de naturaleza y seguir en modo desconexión.

Tivissa es un municipio situado en la parte oriental de la comarca de la Ribera d’Ebre. A su alrededor aparecen campos de frutales, huertas y bosques que la dotan de un entorno muy natural. A sus espaldas, una cadena montañosa termina de configurar su postal típica.

Al igual que Miravet, Tivissa es un pueblo para recorrer a pie y sortear alguna que otra cuesta. Además, a sus alrededores hay varias rutas de senderismo que conducen a pinturas rupestres, un poblado ibero y hasta una villa romana. El casco urbano en sí, conserva las calles estrechas y empinadas y construcciones típicas de un pueblo con trazado medieval.

En Tivissa verás una gran cantidad de casonas de estilo renacentista, dos puertas medievales que se conservan de la antigua muralla que rodeaba la villa; y edificios históricos, como el hospital y la Iglesia Arciprestal de Santiago.

A 2 km de Tivissa se encuentra el Castellet de Banyoles, una ciudad ibérica situada en la colina de Banyoles, un punto que en su momento fue estratégico para el control del río Ebro. Se cree que esta ciudad fue uno de los asentamientos ibéricos más importantes de la Cataluña meridional. La misma jugó un papel clave en el control del comercio entre la costa y el interior a través del río Ebro.

En toda la zona ocupada por el recinto se han hecho descubrimientos de gran valor, que conforman el llamado tesoro de Tivissa. Hablamos de un conjunto de pendientes, pulseras, anillos y monedas hallados en 1912; así como algunas figuras de bronce y plata que constituyen la muestra más valiosa de orfebrería ibérica conservada en Cataluña.

Si te gusta la historia y la arqueología, no dejes de visitar este recinto declarado Bien de Interés Cultural. Además, el mismo yacimiento del Castellet de Banyoles está dentro de la Ruta de los Iberos.

En definitiva, combinar Miravet y Tivissa es una escapada perfecta para un fin de semana o un día diferente. Ambos pueblos tienen su encanto y motivos que justifican una visita. Aunque, si tienes que optar por uno de ellos, nuestro consejo es que elijas Miravet. No olvides que se trata, posiblemente, del pueblo más bonito de Tarragona. Vale la pena verlo en carne propia, ¿no crees?