La villa marinera de Luarca, Asturias

Luarca (Ḷḷuarca) es la capital del concejo de Valdés y uno de los pueblos más hermosos de Asturias. Esta apacible villa marinera destaca por sus colores blancos y sus paisajes llenos de magia, por lo que es una parada que no debería quedar fuera de tu viaje por el Principado. Con un puerto cuya historia se remonta a la Edad Media, miradores de película, casonas blasonadas, palacios y puentes llenos de leyendas, Luarca inevitablemente termina atrapando al viajero.

El día de hoy te presentamos los atractivos turísticos más importantes de este pueblo asturiano situado a orillas del Cantábrico. De su glorioso pasado se conservan barrios antiguos, los restos de una fortaleza y otros rincones a los cuales no podrás resistirte. A ello se suman sus paisajes de película, propios de la costa del Principado de Asturias.

Luarca es la única villa marinera de Asturias que se encuentra flanqueada por dos miradores y dos capillas. Es dueña del cementerio más bello de todo el Cantábrico, un colorido puerto, un antiguo faro que sigue en funcionamiento y playas salvajes. Por su parte, en sus inmediaciones encontramos uno de los jardines botánicos más grandes y exóticos de Europa, un parque ideal para los amantes de la naturaleza y otros tesoros que irás descubriendo a medida que avances con la lectura.

De esto podemos deducir que Luarca es una visita ideal para un fin de semana completo. Si visitas la villa en un único día, seguro te quedarás con ganas de más.

¿Dónde se ubica la villa de Luarca?

Luarca está situada en la costa occidental de Asturias, entre altas paredes montañosas y atravesada por el río Negro, que divide en dos el casco urbano. La ciudad de Oviedo (la capital del Principado) se encuentra a 92 km, mientras que el famoso pueblo de Cudillero a tan solo 40 km.

Su ubicación en costa asturiana la convierte en el punto ideal para visitar otros atractivos del norte de España. Muy cerca se encuentra también la ciudad de Gijón, una de las principales de Asturias y la bella Cedeira, ya en Galicia.

Por otro lado, Luarca es una de las ciudades incluidas en el Camino de Santiago, por lo que por ella pasaron (y lo siguen haciendo) muchos peregrinos que recorren esta espectacular ruta.

¿Qué ver en Luarca?

Luarca es un pueblo pequeño que se recorre fácilmente a pie. Por eso, lo mejor es dejar el coche fuera del centro histórico o en el alojamiento y dedicarse a recorrer sus calles.

La villa se divide en dos zonas claramente diferenciadas. La más antigua se ubica en torno a la desembocadura del río Negro y se organiza en dos antiguos barrios de pescadores: La Pescadería y El Cambaral. La otra zona, la Luarca burguesa, se extiende sobre ambos márgenes del río y se distingue por sus casonas de estilo ecléctico construidas en la primera mitad del siglo XX.

La villa recibe al viajero con un puerto (que en su momento fue el más importante de Asturias) colorido y bullicioso. Los mejores sitios para comer pescados y mariscos se encuentran allí. Por ende, los amantes del buen comer inevitablemente querrán destinar un almuerzo o una cena al puerto de Luarca. También brinda la posibilidad de escapar a la serenidad de sus miradores, ideales para contemplar la particular belleza del Cantábrico.

Un paseo por las calles de Luarca te llevará a conocer las coloridas casas de los pescadores, así como elegantes casonas y construcciones que recuerdan su rico pasado medieval.

Puerto de Luarca

Luarca es una villa marinera, por ende, es de esperar que el eje de su vida sea el puerto pesquero y deportivo. Además de ser el centro neurálgico, es uno de sus rincones más fotografiados. Los principales responsables de esto son los llamativos colores de las embarcaciones, que atrapan por igual a locales y turistas

En el puerto de Luarca verás a los pescadores en plena actividad, quienes llevan desde la Edad Media haciendo de esta villa un próspero núcleo de pesca, navegación y comercio. A su vez, la zona del puerto está llena de restaurantes de pescados y mariscos, terrazas y sidrerías en los que podrás introducirte en la gastronomía asturiana.

Junto al puerto se alza la Atalaya, un promontorio que en épocas de antaño estuvo ocupado por una fortaleza defensiva. Hoy en día, su lugar está ocupado por un pintoresco faro que por las noches guía a los navegantes, por la ermita de Nuestra Señora de la Blanca y por un viejo cementerio. También allí se encuentra la Mesa de los Mareantes, cuyos azulejos cuentan la historia de Luarca.

Casco histórico

Luarca posee una curiosa forma de anfiteatro flanqueado por dos montañas. Entre medio de ellas y en la zona baja se alza el casco histórico de la villa, otro de sus rincones más encantadores.

Paseando por las coquetas calles de la zona antigua comprenderás por qué a Luarca se la conoce como la Villa Blanca de la Costa Verde. Algunas de las paradas imprescindibles son el Ayuntamiento (un bonito edificio blanco de principios del siglo XX), la Iglesia de Santa Eulalia, la Plaza de la Constitución, la Plaza del Carmen y el Palacio del Marqués de Ferrera.

La Iglesia de Santa Eulalia es uno de los edificios más famosos de Luarca. Situada en la animada calle peatonal Párroco Camino, el origen del templo se remonta al medioevo, aunque a finales del siglo XIX se remodeló y adquirió su aspecto actual. No dejes de visitar el interior para apreciar su bonito retablo mayor de estilo rococó y el órgano declarado Bien de Interés Cultural.

Al Palacio del Marqués de Ferrera se le conoce también como el Palacio de La Moral. Se trata de un edificio nobiliario de los siglos XIII, XVI y XVIII situado en la calle Olavarrieta (la cual era parte del Camino de Santiago) cuya belleza e historia le valió el título de Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico.

Si bien estas son algunas de sus paradas más interesantes, para aprovechar mejor el paseo por el casco histórico de Luarca te sugerimos pasar por la Oficina de Turismo y pedir un mapa.

Barrio La Pescadería y mirador El Chano

Uno de los barrios de Luarca por el que vale la pena perderse es La Pescadería, al cual se accede cruzando el famoso Puente del Beso. Sus callejuelas estrechas, desordenadas y empinadas transmiten el carácter marinero más auténtico de la villa. Si bien no hay monumentos destacados para ver, dejarse llevar por su encanto vale la pena.

Además de dar un paseo por el laberinto de calles de este barrio marinero, puedes subir lentamente a uno de los mejores miradores de la villa: El Chano. Muy cerca se encuentra la ermita de San Roque, otra de las construcciones emblemáticas de Luarca.

Desde el mirador se obtiene la panorámica más completa sobre Luarca, incluyendo el puerto, los puentes cruzando el río Negro, las playas y enfrente la ermita de la Blanca, el faro y el cementerio. Por si fuera poco, es uno de los rincones más tranquilos de la villa, puesto que generalmente hay muy pocos turistas.

El barrio de El Cambaral

Como ya te contamos antes, Luarca tiene forma de anfiteatro flanqueado por dos montañas. En uno de sus laterales se encuentra el barrio de El Cambaral, punto a partir del cual comenzó a fundarse la villa (junto con el barrio Pescadería). Por cierto, su nombre hace referencia a uno de los piratas más famosos de la villa, protagonista de una antigua historia que más adelante te contaremos.

Las callejuelas estrechas y empinadas del barrio el Cambaral te llevarán a retroceder en el tiempo y a subir a su parte más alta, donde se encuentran varios atractivos históricos.

Uno de estos es la Mesa de Mareantes y Navegantes, un sitio que recuerda a los antiguos marineros y navegantes que convirtieron a Luarca en una importante villa portuaria. Aquí se reunían los marineros para determinar si salían a pescar, en función al estado del tiempo y del mar. Hoy en día, ya no está la mesa original, sino un monumento conmemorativo hecho con coloridos azulejos que escenifica una de las reuniones que allí se celebraban.

Otros sitios situados en esta zona son un antiguo cementerio y la ermita de la Virgen de la Blanca o ermita de la Atalaya. De ella te hablaremos a continuación.

Faro, cementerio y ermita de la Virgen de la Blanca

La ermita de la Blanca junto con el faro conforman un conjunto armónico desde el cual podrás contemplar el famoso cementerio de Luarca. Blanco e impoluto, se ubica orientado a la costa y posee una belleza que lo hace único.

El cementerio de Luarca es uno de los más antiguos de Asturias y también uno de los más hermosos. El motivo de esto último no es solamente su espectacular emplazamiento, sino también el blanco de las tumbas, esculturas y panteones que contrastan con el verde de la vegetación y el azul oscuro del Cantábrico. Además, allí se encuentran sepultados dos personajes emblemáticos de la villa: Severo Ochoa y su mujer (más adelante te hablamos de ellos).

La pequeña ermita de la Virgen de la Blanca (a la cual los lugareños conocen como La Atalaya) fue construida en el siglo XVII al borde de un acantilado y al lado del faro. El origen de este último se remonta a mediados del siglo XIX, momento en que se erigió sobre los cimientos de un antiguo fuerte defensivo.

Las vistas desde este punto panorámico son increíbles: a un lado el conjunto urbano de Luarca y al otro lado la salvaje playa de Arreas.

Puente del Beso

Un emblema de Luarca es el Puente del Beso, uno de los siete que atraviesan el río Negro que cruza el corazón de la villa y la divide en dos.

Detrás del Puente del Beso hay una historia que se remonta a la Edad Media, momento en que las aguas del Cantábrico estaban asoladas por temibles piratas que saqueaban y arrasaban los navíos en los que viajaban los españoles.

El personaje crucial y protagonista de esta historia era el temido y poderoso corsario Cambaral, quien arrasaba con todo a su paso. Si bien muchos intentaron frenarlo, fue Hidalgo quien logró vencerlo en batalla y herirlo de gravedad.

Pero, Hidalgo no dejó que Cambaral falleciera y se lo llevó a su casa para curarle. Durante esta estancia el temido corsario conoció a la hija de Hidalgo, quien logró cautivarlo con su belleza. La joven también se enamoró de Cambaral y para poder vivir su historia de amor decidieron huir juntos.

Ni bien lograron escapar de la casa de Hidalgo y llegaron al puente, se fundieron en un profundo beso. Perdidos en su aura de enamoramiento, no se dieron cuenta de que Hidalgo los había seguido. Preso del odio por verse traicionado, mató a su hija y al corsario cortándoles la cabeza y arrojándolas al río.

Hasta el día de hoy, se dice que en las noches donde brilla la luna se escuchan las palabras de amor de Cambaral y su amada provenientes del mar.

Ruta de Severo Ochoa

Tal como te contamos antes, en el cementerio de Luarca se encuentra enterrado uno de los vecinos más ilustres de la villa: Severo Ochoa. Posiblemente no lo tengas presente, pero se trata de uno de los ganadores del Premio Nobel de Medicina. Dedicada a él hay una ruta turística que lleva al viajero a hacer un recorrido por su historia y visitar puntos vinculados a ella.

De ese modo, en las calles, plazas, barrios, atalayas y palacios de Luarca encontrarás rincones que guardan recuerdos y anécdotas de Severo Ochoa. El paseo te llevará, por ejemplo, a la casa donde nació este personaje ilustre. La misma se ubica en el barrio de Villar y es una casona indiana donde el Premio Nobel vivió con su familia.

¿Sabías qué? En Luarca hay varios ejemplos de “casas de Indianos”, las cuales hacen referencia a quienes regresaron a España luego de haber encontrado fortunas en las Américas. A su regreso, los indianos construyeron estas pintorescas viviendas que lucen colores y elementos típicos de la arquitectura colonial caribeña. Una de las más aclamadas de Luarca es, precisamente, la casa de Severo Ochoa.

Tras los pasos de este personaje ilustre pasarás también por la Plaza de Portizuelo, donde Severo de pequeño comenzó con sus inquietudes sobre el origen de la vida. Y, como ya sabes, por el cementerio donde se encuentra enterrado junto a su esposa, Carmen Cobián.

Si te interesa conocer más sobre la vida de Severo Ochoa, puedes ver la exposición permanente que hay en la Oficina de Turismo de Luarca. Aledaño a la misma hay una estatua dedicada a él.

Las playas de Luarca

El litoral del Luarca está formado por grandes arenales o calas recónditas que configuran paisajes de singular belleza.

La playa principal de Luarca tiene forma de concha y está formada por dos arenales conocidos como playa primera y segunda, aunque lo cierto es que es solo una. Dos espigones las protegen en sus extremos y a su vez uno de ellos la separa de la playa de Salinas, la cual es mucho más tranquila, puesto que se encuentra más alejada y no tiene acceso con vehículos. El acceso a esta última se realiza a través del paseo marítimo que parte de la playa 2 de Luarca.

Flanqueada por altos acantilados tapizados de vegetación, la playa de Salinas enamora con su aspecto salvaje y sus casetas de baño pintadas de colores llamativos. Sin dudas, es uno de los rincones más hermosos de la villa.

En los alrededores de Luarca encontramos otras hermosas playas a las que vale la pena hacerles una visita. Una de ellas es la playa de Portizuelo. Pedregosa y de cantos rodados, por ella solía pasear Severo Ochoa.

A 7 km de Luarca encontramos otra de las playas valdesanas más famosas: la Cueva. En este lugar idílico y tranquilo se encuentra desembocadura del río Esva, quien a lo largo de su paso configura paisajes salvajes de mucha riqueza natural. La playa es enorme, ideal para el baño, la caminata y el descanso.

Por cierto, si te gusta la caminata, no dudes en hacer la ruta de las Hoces del Esva, un paseo increíble que te llevará por parajes y pueblos increíbles como San Pedro de Paredes.

¿Prefieres hacer un poco de surf en las agitadas aguas del Cantábrico? Entonces la recomendada es la playa de Otur, otro arenal imponente inmerso en paisajes rocosos y verdes típicos de la costa asturiana. Las olas aquí son ideales para quienes se están iniciando en este deporte.

Tampoco podemos dejar de mencionar la playa de Barayo, situada en una reserva natural que hace de frontera entre los concejos de Navia y Valdés. La playa es inmensa, el viento intenso y las olas potentes. Pero, no por eso deja de ser un gran plan caminar entre sus marismas y dunas, ver la desembocadura del río Barayo y más.

Dicho de otro modo, hacer un paseo a pie por la reserva es la excusa justa para disfrutar de los paisajes de película que tiene la costa asturiana en el concejo de Valdés.

Jardines de la Fonte Baixa

¿Sabías que en Luarca se encuentra el mayor Jardín Botánico privado de Europa? Situado a orillas del Cantábrico, este tesoro tiene una interesante historia por detrás. Al igual que en el Puente del Beso, la misma también está vinculada a una historia de amor. En este caso, los protagonistas son el marqués de San Nicolás de Noras y el litoral asturiano.

Resulta que José Rivera y Larraya un día llegó a Luarca y se enamoró de sus costas. Por eso, no dudó en crear este espacio que acoge árboles, arbustos y plantas de todo el mundo. El jardín tiene más de 20 hectáreas desde las cuales tendrás unas vistas estupendas de la villa y del mar. Además de coloridas camelias, azaleas y hortensias, cedros, sauces llorones, bambú y araucarias, allí crecen especies que nunca se habían desarrollado por fuera de su hábitat natural.

Claro que su soñador no se conformó sólo con crear un espacio verde, sino también quiso dotar de arte a sus jardines. De allí que verás piezas y antigüedades de gran valor artístico traídas de distintos puntos de Europa. La mesa donde cenó Leonardo Da Vinci, columnas romanas, fuentes y la puerta de un antiguo convento son algunos ejemplos.

Las visitas por los jardines son guiadas y bastante populares, por lo que siempre se recomienda reservar con un par de días de antelación. Aquí te dejamos el enlace para que puedas contratar tu paseo: Visita guiada por el Jardín de la Fonte Baxa.

¿Qué ver en los alrededores de Luarca?

Hacer una ruta por los alrededores de Luarca te llevará a otros rincones de encanto del Concejo de Valdés y la costa de Asturias. Por eso, además de recorrer la villa te recomendamos dedicar parte del tiempo en visitar alguno de los lugares que mencionaremos a continuación.

El Concejo de Valdés se caracteriza por tener una gran riqueza y diversidad natural que se refleja en sus paisajes costeros y montañosos. Las playas y acantilados se extienden a lo largo de su costa y contrastan con el verde de los valles alrededor del río Esva y sierras montañosas. De allí que en los alrededores de Luarca podrás disfrutar de ambos tipos de escenarios.

Cabo Busto

Uno de los rincones más pintorescos del concejo es Cabo Busto. Situado apenas a 16 km de Luarca, este promontorio inmenso es una de las puntas más sobresalientes de la costa del Principado de Asturias.

Esta impresionante atalaya cuenta con un hermoso faro y un mirador desde el cual se aprecia la belleza del Cantábrico. Sus visitantes pueden disfrutar de una ruta circular que lleva a diversos miradores, playas, calas y acantilados. Si el día está despejado, verás a lo lejos la ermita de la Blanca de Luarca y disfrutarás de un atardecer mágico.

La ruta por Cabo Busto es circular, tiene casi 8 km de largo y se sortea en poco más de 2 horas. La dificultad es baja y está perfectamente señalizada. Es decir, no hay excusas para no hacerla.

Cabo Busto se encuentra junto al pueblo de Busto, que tiene como una de sus banderas a una famosa pastelería por la que no puedes dejar de pasar. Se dice que es una de las mejores de España, por lo que vale la pena averiguarlo.

El pueblo atesora ejemplos de arquitectura típica del occidente de Asturias, con casas de piedra y tejados de pizarra negra, así como los tradicionales hórreos.

Ermita de La Regalina

A 17 km de Luarca y en la misma dirección de Cabo Busto se encuentra otro de los pueblos más bellos del concejo de Valdés: Cadavéu. Famoso por su arquitectura indiana y por sus hórreos, tiene como atractivo más visitado la ermita de La Regalina.

Situada en un paraje de película junto al mar, esta pequeña ermita es otro punto de la costa asturiana que tienes que ver con tus propios ojos. No en vano, peregrinos, viajeros, escritores, caminantes y artistas han quedado cautivados por su magia. Si bien la construcción es sencilla, está emplazada en un auténtico balcón del Cantábrico que ofrece hermosas vistas.

El interior de la ermita resguarda la imagen de la patrona de Cadavéu, la Virgen de Nuestra Señora de Riégala (popularmente conocida como La Regalina). La leyenda cuenta que fue un campesino quien encontró esta imagen en el interior hueco de un castaño. Un poco más adelante se construyó una ermita en honor a ella en la que cada año se celebra una romería a la que asisten miles de personas.

Trevías y Brieves

Dejando la costa a un lado, nos vamos al interior del Concejo de Valdés a conocer dos pueblos encantadores. El primero de ellos es Trevías, una parroquia situada a unos 17 km de Luarca, sobre la carretera N-634 que va desde Oviedo a La Coruña. Es el segundo núcleo más poblado de Valdés (por detrás de Luarca, que tiene unos 5.000 habitantes) y un destino famoso por sus arcos que unen los hórreos con las casas.

Otro de sus atractivos es la iglesia de San Miguel, una de las más antiguas de Asturias, así como sus ferias y mercados. Además, Trevías está situada en un entorno inmejorable moldeado por el río Esva, cuyas riberas invitan a disfrutar de largas jornadas de pesca.

Si sigues por la N-634 unos pocos kilómetros encontrarás Brieves, otro pueblo con arcos que unen los hórreos con las casas. Lo mejor de esta pequeñísima localidad es que desde allí parten rutas de senderismo por el interior del Concejo de Valdés. Una de ellas es la que lleva al idílico valle de Paredes (la AS-221).

Mapa de Luarca y alrededores

Luarca es sin dudas uno de los pueblos más hermosos del Principado de Asturias. Sus vistas privilegiadas del Cantábrico, su ambiente de villa marinera, sus miradores y atalayas, sus puentes sobre el río Negro, sus playas… Hay más de un motivo que ameritan hacerle una visita. Por ende, ¿te vas a quedar sin conocerla?