8 planes para disfrutar de Peniche

¿Buscas hacer una escapada y desconectar un poco de la rutina? Tenemos la solución ideal para ello: Peniche. Este pequeño pueblo costero, separado por unos 100 km de Lisboa, es famoso a nivel mundial por sus gigantescas olas que atraen de manera especial a los amantes del surf. Aunque, es mucho más que un destino de playa. Por eso, hemos decidido armar esta guía de viaje por Peniche, de manera que nada quede librado al azar durante tu paseo.

¿Dónde se ubica Peniche en el mapa? En la región central de Portugal y dentro del distrito de Leiria. Como te contamos en el párrafo anterior, un poco más de 100 km lo separa de la capital del país, Lisboa, distancia que se recorre en 70 minutos aproximadamente por la A8. Ya sea en coche o en transporte público, podrás llegar fácilmente a este atractivo destino que tiene tanto para dar.

Peniche supo aprovechar muy bien su particular configuración geográfica. Su terreno peninsular, entre el Cabo da Carvoeiro y el Cabo da Roca, hace que esta localidad nunca tenga viento desfavorable, algo de lo cual sus ciudadanos sacaron partido durante siglos. Ya en el Paleolítico sus habitantes aprovecharon esta protección natural; en tiempos romanos permitió el desarrollo de la agricultura y la pesca; mientras que al día de hoy se ha montado toda una oferta turística y de entretenimiento gracias a ella.

Peniche posee un rico patrimonio cultural y natural. De allí que su oferta turística es amplia y variada. Los amantes de la adrenalina se congregan en torno a sus campeonatos de surf e intentan dominar las enormes olas de la playa Supertubos, la más famosa de Peniche. Mientras que, los aficionados de la historia y la cultura se dan cita en la ciudad amurallada y fortaleza. Como sea, estamos seguros de que en Peniche no te aburrirás jamás.

¿Qué hacer en Peniche?

La belleza natural de Peniche siempre ha sido un imán para los turistas. Su extensa historia, que se extiende desde el paleolítico hasta el día de hoy, se hace visible en la huella dejada por las muchas civilizaciones que pasaron por estas tierras. Por eso, viajar a Peniche es ser testigo de lo generosa que fue la naturaleza al moldearlo, como también admirar lo que el hombre supo hacer para adaptarse al terreno.

Si eres de esos turistas que prefieren ir con un itinerario de viaje armado, aquí tienes un listado con 8 grandes experiencias para vivir en Peniche

Pasear por el centro histórico

Peniche es una ciudad pequeña que se recorre fácilmente a pie. Por eso, ni bien llegues a la localidad y dejes el coche (o te instales en tu alojamiento), puedes comenzar la jornada de paseo recorriendo su centro histórico.

Desandar las calles del casco antiguo de la Peniche te ayudará a tomar contacto con su pasado. Un detalle de su trazado es que, al igual que Lisboa, sigue una línea recta. Esto se debe al terrible terremoto de 1755 que destruyó gran parte de la villa. La reconstrucción de Peniche fue dirigida por el Marqués de Pombal, quien implementó líneas para el nuevo trazado.

La zona más antigua de Peniche se encuentra protegida por un cinturón amurallado, dentro del cual se conservan edificios históricos y tradiciones. La más viva de ellas es el encaje artesanal, una tarea que todavía siguen desempeñando las mujeres de Peniche. Por su parte, la fortaleza del siglo XVI es el testigo más importante de los presos políticos de la dictadura de Salazar.

En tu paseo por el centro histórico de Peniche irás descubriendo hermosas capillas y templos antiguos. Uno de sus ejemplos más significativos es la Iglesia de São Pedro, situada en el corazón del centro histórico.

La Iglesia de San Pedro comenzó a construirse a finales del 1500, aunque fue remodelada entre los siglos XVII y XVIII. Si bien su exterior es sencillo, el tamaño del templo no pasa desapercibido. El interior es muy bonito, con una capilla principal decorada con tallas de madera dorada y columnas. A su vez, hay varios cuadros del siglo XVIII que engalanan sus paredes.

Otra de sus construcciones más históricas es la Iglesia de la Misericordia, un templo del siglo XVII situado junto al antiguo hospital de la misma institución. En este caso, el exterior es bastante llamativo, aunque, su mayor tesoro aguarda en el interior. Los gigantescos óleos en las paredes, el techo decorado con artesonados que ilustran escenas de la vida de Cristo y los azulejos del siglo XVII, la convierten en una de las iglesias más bellas del país. Si te gusta el turismo religioso, de ninguna manera deberías dejar de conocer este templo de Peniche.

Visitar el Santuario Nuestra Señora de los Remedios

El Santuario Nossa Senhora dos Remédios (Nuestra Señora de los Remedios) es una construcción del siglo XVI localizada junto a la costa, en el extremo occidental de la península de Peniche. Según la leyenda, la imagen de la virgen se habría encontrado en el siglo XII en una cueva, que más tarde dio lugar a la construcción del templo.

El culto a la Virgen de los Remedios pronto comenzó a crecer, atrayendo a muchos peregrinos cada año. De ese modo, se creó el actual santuario, dentro del cual destaca la capilla principal con la imagen de Nuestra Señora. También se distingue por sus bellos paneles de azulejos del siglo XVIII, los cuales evocan episodios de la Pasión de Cristo; y la Capilla del Señor de la Muerte, donde se venera una figura de Cristo conocida como Senhor dos Remédios (Señor de los Remedios).

Conocer la historia del Fuerte de Peniche (Praça-forte de Peniche)

El puerto de Peniche tuvo un gran interés durante la Edad Moderna Temprana. Por ese motivo se construyó un fuerte que tuvo la misión de defenderlo de los ataques de corsarios y piratas. El Fuerte de Peniche se encuentra ubicado en la ladera sur de la península, entre la Cueva de Furninha y el puerto pesquero de la ciudad.

La parte principal del complejo defensivo es conocida como Praça-Forte de Peniche y tiene sus orígenes en el siglo XVI. Con el paso del tiempo fue el blanco de muchas restauraciones, hasta que su formato final se dio en el siglo XVII.

La llegada al siglo XIX marcó el final de las funciones defensivas del fuerte, por lo que a partir de ese entonces cumpliría otros roles. El más importante fue el de prisión política de máxima seguridad, durante la dictadura de Salazar, entre 1934 y 1974. Al día de hoy, las celdas cuentan la historia de la gente que estuvo encerrada allí, la mayoría opositores al régimen. Uno de sus presos más famosos fue Álvaro Cunhal, el líder comunista que logró huir de la prisión.

En la actualidad, el fuerte de Peniche alberga el Museo Municipal, donde se exhibe una interesante muestra arqueológica, histórica y etnográfica, así como objetos relacionados con la pesca y la construcción naval. La zona más interesante del museo es la llamada Núcleo da Resistência, que da a conocer cómo era el ambiente carcelario que tuvo la fortaleza durante la dictadura. Incluso, es posible visitar el sitio por el cual huyó Álvaro Cunhal y su celda, donde se conservan los dibujos con carboncillo que hizo en sus paredes.

Además, desde el año 2005 el Fuerte de Peniche alberga una de las Pousadas de Portugal, una cadena de hoteles que tiene sus sedes en sitios históricos.

La entrada al fuerte y al museo tiene un precio de 1,60 € para adultos y es gratuita para menores de 16 años.

Comer mariscos en el Puerto de Peniche

A pesar de que el turismo hoy es la principal vía de ingresos de Peniche, la ciudad no pierde su tradición pesquera. Por ende, los pescados y mariscos están a la orden del día. Esto es gracias a que su comunidad mantiene una industria de pesca responsable, de la cual podrás ser testigo no solo en sus restaurantes, sino también cuando veas a los barcos pesqueros llegar y descargar su captura en el muelle. En otras palabras, la verdadera esencia de Peniche se siente aquí.

En la zona del puerto pesquero hay una buena cantidad de cafeterías y restaurantes con un ambiente tradicional muy agradable. Además, es un sitio con historia, puesto que si miras a tu alrededor verás los rastros de las antiguas paredes de la ciudadela, sobre las cuales se han plantado palmeras.

Visitar el Museo del Encaje de Bolillos

Antes te contamos que hay una tradición que permanece muy viva en Peniche: el encaje de bolillos, el máximo exponente de sus artesanías. El origen de esta tradición que llevaban a cabo las mujeres cuando sus maridos se iban al mar es incierto. Pero, todo parece indicar que ya en el siglo XVIII existía el arte del encaje de bolillos en Peniche.

La mejor manera de conocer esta labor que parece inmune al paso del tiempo es en el Museo del Encaje de Bolillos. El mismo exhibe los trabajos realizados por las alumnas que asisten a la escuela donde se enseña esta técnica puntual. Se trata de una de las muestras más representativas del patrimonio cultural de Peniche, además la entrada es gratuita, por lo que no te la deberías perder.

Enamorarte del Cabo do Carvoeiro y la Gruta da Furninha

Junto al Cabo do Carvoeiro se encuentra esta cueva natural en la cual se descubrieron muchos de los vestigios arqueológicos que hoy se exhiben en el Museo Municipal de Peniche. Los mismos dan nota de la ocupación humana en la península desde el periodo paleolítico.

La Gruta da Furninha se localiza frente al mar y todo parece indicar que fue usada como refugio y necrópolis. Así lo muestran los utensilios de caza y piezas de cerámica halladas.

Por su parte, el Cabo do Carvoeiro y sus acantilados revisten un gran interés paisajístico. Este lugar es un claro ejemplo de lo maravillosa que puede ser la naturaleza a la hora de moldear sus paisajes. El tiempo y la erosión del agua y el viento dieron como resultado una serie de acantilados de piedra caliza que se enfrentan al mar infinito, conformando una postal digna de admirar.

Cabo do Carvoeiro es un punto muy visitado por los amantes de la naturaleza, especialmente de las aves, ya que desde los acantilados es posible ver un gran número de ejemplares de diferentes especies volando sobre el mar. Por el mismo motivo, atrae de manera especial a los amantes de la fotografía.

Además de la Gruta da Furninha, en este punto podrás visitar el faro y la capilla de Nossa Senhora dos Remédios. Desde aquí se obtienen unas vistas inmejorables del Atlántico, con
enormes rocas azotadas por el mar. Una de las más singulares es la conocida como roca Nau dos Corvos, la cual se alza en la mitad del océano y es un refugio de gaviotas, patos, cuervos y otras especies de aves.

Desde el mirador del faro del Cabo do Carvoeiro se obtiene una de las postales más típicas de Peniche. Los acantilados y las curiosas formaciones rocosas producto de la erosión vistas desde este punto son realmente increíbles. Además, se distingue la silueta de las Islas Berlengas, una reserva de la que te hablaremos más adelante.

¿Sabías qué? Este faro es uno de los más antiguos de Portugal y lleva iluminando las costas desde 1790. En el pasado, cruzar el Cabo do Carvoeiro era muy peligroso. Tan es así, que muchos barcos se estrellaron en sus acantilados, sin poder llegar al puerto de Peniche.

El paseo a pie hasta el Cabo do Carvoeiro y la Gruta da Furninha desde el Fuerte de Peniche lleva unos 40 minutos y es sumamente agradable. De todos modos, si caminar no es lo tuyo, en menos de 8 minutos habrás llegado en coche.

Divertirse en las playas de Peniche

Las playas de las islas Berlengas, Baleal y la de Supertubos son, posiblemente, las mejores de Peniche. Aunque, no son las únicas. Esta pequeña ciudad portuguesa es un perfecto destino para unas vacaciones de verano, gracias a la gran oferta de playas que hay en ella y sus alrededores.

En general, las playas de Peniche tienen un carácter salvaje, con un fuerte oleaje que atrae de manera especial a los amantes del surf. De todos modos, también existen opciones más tranquilas en las que podrás disfrutar de un día relajado.

Prácticamente, todas las playas son de buena calidad, llevan el distintivo de Bandera Azul y cuentan con numerosos servicios e instalaciones: paseos marítimos, restaurantes, bares de playa, puestos de socorristas, alquiler de sombrillas, tumbonas y más.

Playa Supertubos (o Playa do Medão)

Al principio del artículo te contamos que Peniche es famoso por su espectacular oleaje. Las condiciones naturales de esta playa favorecen la formación de olas tubulares muy rápidas, que alcanzan hasta 3 metros de altura. Por ende, no es ningún secreto el hecho que este destino es un paraíso del surf.

La playa de Supertubos es considerada una de las mejores de Europa para hacer surf, por lo que cada año es la sede de World Surf League y otros campeonatos, como la MEO Rip Curl Pro. Muchas personas viajan cientos de kilómetros para poder desafiar estas olas que, por su peligrosidad, únicamente se recomiendan para surfistas de nivel avanzado y con experiencia en tubos rápidos.

De todos modos, la Playa do Medão o de Supertubos también es excelente para quienes simplemente buscan descansar en su arena fina y blanca. Con el distintivo de Bandera Azul, cuenta con muchas instalaciones y servicios, además de ser la sede de eventos nocturnos.

Playa de Gamboa

Otra de las mejores playas es da Gambôa, la cual se encuentra en una zona de dunas de gran valor ambiental. El arenal se extiende desde Peniche hasta Baleal y se encuentra delimitado hacia el sureste por un pontón y por el muro de la fortaleza en el noroeste.

Esta hermosa playa de aguas cristalinas y arena blanca y fina es ideal para pasar un día en familia, especialmente en la zona del pontón, ya que en el resto de las playas hay muchas formaciones rocosas. Su atractivo principal está dado por su ambiente natural y la calidad de sus aguas, que se prestan para hacer buceo y otras actividades acuáticas.

Playa da Gamboa cuenta con servicio de bar y restaurante, alquiler de sombrillas, aparcamiento y más. El acceso se realiza a través de la Avenida Monsenhor Manuel Bastos, la cual sale de Peniche.

Playa de Peniche de Cima

Este amplio arenal, también conocido como playa del Cerro, se encuentra situado después de Gambôa y es otra de las opciones más populares para disfrutar en Peniche. Su gran extensión permite que muchos turistas y locales se congreguen en torno a ella para pasar las tardes de verano. Sus servicios son los mismos que la anterior y también posee un sistema dunar protegido por vallas de madera.

Las aguas de esta playa se caracterizan por ser tranquilas, ideales para nadar y para que los más pequeños disfruten de ella. De allí que su ambiente sea más bien familiar.

Playa de Cova da Alfarroba

Entre la Praia de Peniche de Cima y Praia do Baleal Sul se encuentra esta playa con dunas de arena blanca que es un escenario de especial hermosura.

Las dunas a lo largo del arenal le dan a playa Cova de Alfarroba una belleza excepcional, que se ve acrecentada por el contraste con el azul del mar. Este sistema dunar se encuentra protegido con una cerca de madera, con el fin de conservar la flora y fauna que se desarrolla en torno a ella.

La playa es muy frecuentada por los locales y pescadores, ya que ofrece las condiciones ideales para el desarrollo de dicha actividad. Cuenta con buenos servicios, acceso para personas con movilidad reducida, aparcamiento y más. Su ambiente es también muy familiar, por ende, se presenta como otra opción perfecta para disfrutar de una jornada a puro relax en Peniche.

Playa de la Consolación

La Praia da Consolação se encuentra a 8 km de Peniche, distancia que se sortea en 15 minutos en coche. El arenal se caracteriza por su gran tamaño, con mucho espacio para que los bañistas se distribuyan sin problema. El mar es bastante agitado y el viento una constante, por lo que exige respeto y precaución a la hora de ir al agua. Su ambiente es principalmente surfero, aunque se ven turistas de todo tipo. Además, las vistas que regala son hermosas, por lo que vale la pena visitarla.

Un detalle curioso de esta playa es que sus aguas poseen un alto contenido en yodo. La zona situada en su extremo sur, la parte más rocosa, es la más rica en este mineral, por lo que es muy frecuentada por personas con problemas reumáticos o de huesos.

Playa de Baleal

No podemos dar por finalizado este recorrido por las playas de Peniche sin hablarte de Baleal, el más famoso de sus arenales. Antiguamente, Baleal era una pequeña isla a la que el tiempo fue transformando en una península. Este lugar de excepcional belleza se encuentra situado a tan solo 5 km de Peniche y su visita es tarea obligada.

La playa Baleal se divide en una zona norte y una sur, aunque en general se caracteriza por su arena blanca y fina y su ambiente surfero. Muchos consideran que es la más bonita del país, por lo que vale la pena acercarse y corroborar esto por ti mismo, ¿no crees? Además, si eres amante de la pesca deportiva y los deportes acuáticos, tendrás un motivo extra para colocarla en el podio.

Las playas Baleal Norte y Baleal Sur se ubican a ambos lados de la lengua de arena. La primera posee un arenal muy extenso, de casi 1,2 km de largo. Aquí el mar es más agitado, por lo que es frecuentada por aficionados a los deportes náuticos. A su vez, es un buen punto para contemplar el atardecer, por lo que no deberías dejar de disfrutar de este mágico momento.

La playa Baleal Sur, por su parte, posee aguas cristalinas y un mar más calmo que invita a bañarse sin riesgo. Su belleza es igual de atrapante que la anterior, solo que sus olas no representan grandes desafíos para los surfistas.

Por encima de ambas playas se alza el pequeño pueblo de Baleal, que parece custodiarlas desde lo alto de una gran formación rocosa. Todo su entorno se encuentra rodeado de acantilados increíbles que no hacen más que sumar encanto a la postal.

Las playas de Baleal cuentan con servicio de socorrista, duchas, aseos, bar, restaurantes, alojamientos en sus inmediaciones y ambas tienen distinción de Bandera Azul.

Una última opción es la playa de Baleal Campismo, la más al sur de las tres playas de Baleal. Su arenal es muy extenso y su mar agitado le da una belleza singular. Es frecuentada por surfistas y practicantes de otros deportes náuticos, además que posee buena infraestructura y servicios. Un sistema de dunas aporta encanto al paisaje y unos senderos peatonales que se abren a su paso permite descubrirlas.

Hacer una excursión a la Reserva Natural de las Islas Berlengas

Una excursión imperdible para hacer desde Peniche es a la Reserva Natural de las Islas Berlengas. Este archipiélago se encuentra conformado por las islas Berlenga, Estelas, y Farilhões, siendo la primera la más grande y emblemática de todas.

Las Islas Berlengas se sitúan a 10 km de la costa de Peniche. En este punto, las aguas del Atlántico son de un azul intenso, aunque por momentos se vuelven turquesas y cristalinas, alternando con tonalidades verdosas, más incluso a medida que te acercas a los acantilados.

La isla Berlenga Grande, la mayor del archipiélago, es la única visitable de las tres que lo integran. Su ocupación se remonta a la época del dominio romano, aunque hay vestigios de otros tiempos. Ejemplo de ellos son el Faro del Duque de Bragança o la Fortaleza de São Joõ Batista.

El viaje en barco desde Peniche hasta Berlenga Grande lleva unos 45 minutos. A medida que te acercas, verás enormes acantilados que se alzan majestuosamente desde el agua, grutas y arcos naturales, rocas e islotes que te harán comprender lo maravillosa que puede ser la erosión. Desde el bote, verás unas casitas blancas encaramadas en lo alto de la ladera que pertenecen a los pescadores que tienen el privilegio de vivir allí.

Una vez en tierra firme, dispones de dos senderos para recorrer esta isla de 1,5 km. Si la caminata no te apetece, no dudes en dar paseos en barco para descubrir las cuevas, explorar el fondo marino buceando o haciendo snorkel o surcar las aguas a bordo de un kayak. Si no vas con ningún plan en mente, simplemente puedes dejarte llevar y disfrutar de sus playas bañadas por aguas verdosas y cristalinas.

Nombrada como Reserva Natural de la Biosfera por la UNESCO, Berlenga permite conservar las especies de flora y fauna que la habitan y que con un poco de suerte podrás cruzar. Procura no salirte del camino y ser respetuoso con el lugar. No olvides que eres un huésped en el hogar de todas las especies que habitan la isla.

Una de las construcciones más destacadas de la Isla Berlenga Grande es el Faro del Duque de Bragança, el cual lleva en funcionamiento desde mediados del siglo XIX. Se encuentra situado en una explanada en el punto más alto de la isla, regalando una postal inmejorable, con la famosa playa de Nazaré a lo lejos.

La otra construcción emblemática de las islas es el Forte de São João Baptista, que lleva desde el siglo XVII luciendo su silueta en una enorme roca. Esta construcción es el hito arquitectónico por excelencia de la isla. Durante mucho tiempo, fue un punto defensivo estratégico de la península de Peniche. Tras caer en el abandono, se convirtió en un destacado albergue donde todos quieren pasar una noche. Sin dudas, no puedes irte sin ver con tus propios ojos la postal más famosa de las Berlengas.

¿Cuándo visitar las Islas Berlengas? Lo ideal es hacerlo entre junio y septiembre, ya que fuera de este período el océano se ve más agitado, dificultando los trayectos. Las excursiones salen desde el Puerto de Peniche y el precio ronda los 20 € por persona.

Peniche es un atractivo de Portugal que no puedes perderte. Tanto si te encuentras haciendo una ruta por el país o pasando unos días en Lisboa, no dudes en recorrer los 100 km que separan ambas localidades y dejarte enamorar por Peniche. La experiencia valdrá mucho la pena y seguramente te llevarás un grato recuerdo.