Turismo en Torres Vedras

A unos 30 km de Lisboa encontramos Torres Vedras, una población enmarcada por colinas y valles verdes, viñedos, playas de arena dorada bañadas por el Atlántico y molinos de viento. Bodegas, un colorido carnaval y lo mejor de la gastronomía portuguesa… Todo esto y más confluye en Torres Vedras, un paraíso natural e histórico que cautiva al viajero de mil maneras distintas.

Torres Vedras es una ciudad histórica con muchos motivos por los cuales vale la pena hacerle una visita. Los primeros vestigios de civilización en la zona se remontan unos 4.000 años atrás. Aunque, fue en el siglo XVIII, con el nacimiento de las Líneas de Torres Vedras, cuando la ciudad vivió su episodio histórico más importante.

Hoy en día, Torres Vedras cuenta con paisajes montañosos en los que impera el color verde, viñedos, 20 km de costa y muchas propuestas para el turista.

Las Líneas de Torres Vedras

Rodeadas de espacios naturales protegidos, las Líneas de Torres Vedras fueron un sistema defensivo militar (el más eficaz de toda Europa) construido al norte de Lisboa entre 1809 y 1810. Fuertes, reductos, cuarteles generales, caminos militares y un entorno natural inmejorable recuerdan las aspiraciones expansionistas de Napoleón Bonaparte. Esta ruta histórica se ha convertido hoy en día en un circuito cultural y turístico muy atractivo para el viajero.

Esta estrategia defensiva la desarrolló el futuro duque de Wellington. La idea era fortificar puntos claves en las cimas de las colinas, para de esa manera tener controlados los accesos a la capital portuguesa y de paso reforzar los obstáculos naturales del terreno. El sistema estaba formado por cuatro líneas de defensa que se extendían a lo largo de 85 km, desde el Océano Atlántico hasta el río Tajo.

Una vez finalizada, las Líneas de Torres Vedras contaban con 152 construcciones militares defendidas por 14.000 hombres y 600 piezas de artillería. Esto lo convirtió en el sistema defensivo más barato y eficaz de la historia militar europea.

En estas líneas tuvieron lugar batallas significativas, como los enfrentamientos de Sobral, Dois Portos y Seramena, entre las tropas francesas y el ejército anglo-portugués, en octubre de 1810. Dichas contiendas fueron las más cortas y menos sangrientas desde la invasión del ejército napoleónico en Portugal. Asimismo, dejó a las tropas de Napoleón con el sentimiento de que las Líneas de Torres Vedras eran inexpugnables.

El 15 de noviembre de 1810 las tropas francesas se retiraron bajo las órdenes del mariscal Massena. El 18 de junio de 1815 Napoleón Bonaparte fue finalmente derrotado en la Batalla de Waterloo. El emperador pasó sus últimos 6 años de vida preso en la isla de Santa Elena. Hasta el día de hoy su causa de muerte sigue siendo misteriosa: un aparente cáncer de estómago o envenenamiento con arsénico. Lo que sí se sabe con certeza, es que Napoleón Bonaparte abrió un nuevo capítulo en la historia de Europa.

Rutas por las Líneas de Torres Vedra

Hoy en día, las históricas Líneas de Torres Vedras cuentan con diferentes rutas temáticas que ofrecen muchas oportunidades de turismo aventura, senderismo, ciclismo, golf, enoturismo y gastronomía. A su vez, llevan al viajero a conocer varios fuertes, centros de interpretación y a hacer visitas guiadas.

Para conocer mejor la historia de las Líneas de Torres Vedras lo mejor es ir previamente al Centro de Visitantes de las Líneas de Torres Vedras, ubicado en la capilla de San Vicente, a las afueras de la ciudad. Este espacio permite comprender mejor la importancia histórica de las estructuras militares que conformaron el sistema defensivo.

Primera línea

La Primera Línea conectaba Alhandra con la desembocadura del río Sizandro en el Atlántico, cubriendo un total de 46 km de extensión. Fue construida después de la Segunda Línea, con el fin de reforzar su flanco derecho, y contaba con más de 300 piezas de artillería y más de 18.000 hombres.

La ruta comienza en el Fuerte de São Vicente, una de las obras militares más importantes del sistema defensivo de las Líneas. Se levantó en el año 1809 en una de las cimas más altas que rodea al valle donde se asienta Torres Vedras, en un entorno natural hermoso, rodeado de árboles, montañas y ríos que regala una experiencia relajante a quien lo visita.

El Fuerte de San Vicente estaba equipado con 26 piezas de artillería y contaba con un contingente militar de más de 2.000 hombres. En su interior disponía de un telégrafo óptico que permitía comunicarse rápidamente con el Fuerte do Grilo y con la estación de señales erigida en Serra do Socorro, que era el puesto de mando más cercano al Cuartel General de Wellington. Junto con el castillo medieval de Torres Vedras y el Fuerte Forca, defendía una de las principales entradas a la capital.

Al sur de Torres Vedras, en lo alto de la sierra de Archeira, se encuentra el Fuerte Feiteira, desde el cual se podía vigilar los pueblos de Runa y Dois Portos. Hacia el oeste, se ven los fuertes de Grilo y Passo, que se levantaron a lo largo del curso del río Sizandro en su camino hacia el mar.

El primero de ellos es una fortificación con forma de estrella que defendía el valle del río Sizandro y la carretera que lo conectaba con Mafra. El Fuerte Passo se sitúa en una ligera elevación, justo al lado del estuario del río Sizandro y del Atlántico. En su interior conserva un antiguo molino de viento en ruinas que se convirtió en una tienda.

Sendero Wellington

Esta ruta transcurre por el corazón de las Líneas de Torres Vedras y pasa por los lugares más significativos relacionados al Duque de Wellington, a quien se le atribuye la creación de este impresionante sistema defensivo.

Entre sus puntos de interés encontramos la Quinta dos Freixos, en donde el comandante de las tropas anglo-portuguesas establecieron su cuartel general; y el Gran Fuerte de Alqueidão, que sirvió como puesto de mando de la Serra do Socorro. En esta última se encontraba la estación central de comunicaciones telegráficas. Entre ambos destinos, hay un montón de puntos de interés para explorar.

La defensa del Tajo

Este sendero incluye el punto de partida de las Líneas 1ª y 2ª y comienza en el frente ribereño de Vila Franca de Xira y también pasa por muchos sitios de interés.

En lo alto de la Sierra de São Lourenço encontramos una imponente estatua de Hércules, símbolo del Monumento de los Defensores de las Líneas de Torres. La misma fue diseñada por el General Joaquim da Costa Cascais en 1883 y ofrece una postal inmejorable sobre el Tajo y las magníficas lezírias (pantanos). Desde este punto se pueden tomar varios senderos.

Grandes cañones

En este caso, la ruta inicia en el centro de Arruda dos Vinhos y transcurre por un tramo de las Líneas de Torres Vedras marcado por altos cerros.

Luego de conocer el Santuario de Nuestra Señora de Ajuda puedes seguir la ruta hasta el pueblo de Alrota, donde se ubica el reducto de Ajuda Grande, y luego hacia el pueblo de Bucelas. Aquí encontramos otro Centro de Visitantes de las Líneas de Torres Vedras y el Museo del Vino y la Viña,

Luego, puedes visitar el Fuerte Arpim, que defendió los valles, bloqueando de esa manera el camino hacia la ciudad de Lisboa. La ruta también pasa por los fuertes de Aguieira, Portela Grande y Portela Pequeña, desde los cuales se disfrutan de magníficas vistas.

El nudo de las Líneas

Este tramo de ruta comienza en el Fuerte de Feira, en el pueblo de Malveira. Desde allí el itinerario conduce a otras obras militares interesantes que defendían el acceso a Lisboa, como las fortalezas de Montachique y Mosqueiro.

En Montachique existía un puesto de abastecimiento para las tropas angloportuguesas y una estación de comunicaciones con la Serra do Socorro en el punto más alto. El Alto do Mosqueiro es especialmente atractivo por las vistas que regala. Desde este punto se aprecian otras fortificaciones, permitiendo tomar dimensión del admirable sistema defensivo de las Líneas de Torres Vedras.

Del Palacio al Atlántico

El Palacio Nacional de Mafra es el punto de partida de esta Línea que se extiende hasta el Océano Atlántico. El mismo fue el escenario de muchos acontecimientos claves de la Guerra Peninsular. Desde aquí partió el rey Dom João rumbo a Brasil mientras las tropas francesas se acercaban rápidamente a Portugal durante la primera Invasión Francesa de 1807.

No dejes de recorrer las habitaciones y pasillos del palacio y de descubrir una de las bibliotecas más impresionantes de Portugal. Luego, puedes pasar por el Centro de Visitantes y Patrimonio de las Líneas de Torres Vedras para luego explorar el increíble Fuerte Zambujal. Este último es un monumento único y una de las estructuras más elaboradas de la 2ª Línea, con un túnel completamente excavado en la roca y una avanzada batería.

Lo mejor de todo son las vistas del fértil valle y los atardeceres sobre el Atlántico que regala el paseo.

¿Qué ver en Torres Vedras?

Torres Vedras es dueña de un patrimonio histórico, arquitectónico, cultural y natural de enorme valor. De ese modo, el turista que pasa por la ciudad y alrededores puede descubrir innumerables monumentos, comenzando por su magnífico Castillo, el majestuoso Acueducto y la Iglesia de Santa María del Castillo, solo por mencionar algunos.

En los alrededores de la ciudad encontramos las hermosas playas de Santa Cruz y de Porto Novo, campos de golf, centros hípicos, destacados hoteles y los centros termales de los Cucos y de Vimeiro. Tampoco podemos dejar de mencionar los viñedos y bodegas de Torres Vedras, que se distinguen por elaborar vinos de excelentísima calidad.

En definitiva, hay tanto por ver en Torres Vedras que necesitarás más de un día para cubrir sus atractivos. No te preocupes, porque te contamos absolutamente todo.

Centro histórico

El casco histórico de Torres Vedras acoge muchos de sitios interesantes de esta bonita ciudad portuguesa. En su momento estuvo contenido por la antigua muralla medieval, la cual hoy ya no existe. Sí se conserva el Castillo de Torres Vedras, que custodia la ciudad desde la cima de una colina.

El centro histórico está conformado por edificios de notable sencillez que conviven con majestuosas construcciones señoriales, templos, iglesias y edificios que datan del período pombalino (entre 1750 y 1777). Algunos de ellos son el Paços do Concelho (o Ayuntamiento de Torres Vedras), el Chafariz dos Canos, las Iglesias de San Pedro y de Santiago y la Capilla de la Misericordia. Por su parte, en el interior del castillo encontramos el templo más antiguo de la ciudad, la Iglesia de Santa María.

Chafariz dos Canos – La Fuente del Pueblo

Se trata de una hermosa e imponente fuente de estilo gótico situada en el casco antiguo de Torres Vedras. Su diseño actual data de 1561, momento en que el Acueducto de Torres Vedras fue restaurado y ampliado por María de Portugal.

Esta imponente fuente destaca por sus elegantes arcos ojivales que se sostienen por columnas decoradas con motivos vegetales y cuatro escudos. En su interior hay un lavabo adornado con dos caños de piedra de estilo barroco. El sello final decorativo del monumento se lo da un conjunto de gárgolas, hogueras y almenas góticas del siglo XVI.

Antiguo Ayuntamiento (Paços do Concelho) y Fuente Pombalina

La fecha de construcción del edificio original del Ayuntamiento es desconocida. El motivo fue un incendio iniciado por un criminal en 1744 que intentaba escapar de la prisión en el piso inferior. Como consecuencia, se perdieron todos los registros históricos medievales y modernos.

La primera referencia que se tiene del Ayuntamiento de Torres Vedras se remonta al año 1337, aunque en los años 1597 y 1634 se realizaron remodelaciones. Durante la Guerra de la Independencia fue la sede de la comisaría de guerra.

Lo más destacado del edificio es la fuente de estilo pombalino, única en Torres Vedras, que fue construida en 1776 para comodidad de la cárcel y del pueblo.

Iglesias de Torres Vedras

Dentro del centro histórico de Torres Vedras encontramos varios templos religiosos. Uno de ellos es la Iglesia de la Misericordia, un templo barroco construido entre 1681 y 1710.

Si bien su exterior  es sencillo, sorprende gratamente la belleza de su interior. Los principales responsables de ello son los sillares de azulejos, el órgano del siglo XVIII, la talla dorada de los altares y la cabecera revestida en mármol.

Otra de ellas es la Iglesia de Santiago, cuyo aspecto actual es el resultado de una reconstrucción realizada en el siglo XVI. El templo primitivo aparentemente data del reinado de D. Afonso Henriques, aunque sufrió varias remodelaciones a lo largo de su historia. En la portada principal se ven algunos detalles manuelinos, mientras que en el interior destaca la cabecera revestida con sillares de azulejos del siglo XVIII.

La Iglesia de San Pedro también luce una bonita portada manuelina de arcos de medio punto que está flanqueada por un campanario del siglo XVI. Como muchas iglesias de Torres Vedras, las paredes del interior están recubiertas con azulejos.

Otra de las construcciones religiosas más importantes de Torres Vedras es la Iglesia y convento de Nossa Senhora da Graça. Este complejo es el más grande de la ciudad y fue construido en el siglo XVI por la Orden de los Zapatos Ermitaños de Santo Agostinho.

El convento posee un diseño manierista y consta de un claustro en torno al cual se organizaban las zonas de culto. Sus paredes se encuentran revestidas por hermosos azulejos del siglo XVIII.

Castillo de Torres Vedras

El Castillo de Torres Vedras es uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. Situado en lo alto de una colina, esta fortaleza formó parte del sistema defensivo de las Líneas de Torres. Si bien sufrió grandes daños durante el Terremoto de Lisboa en 1755, su larga historia aún se deja ver en algunos paños de la muralla y el gran torreón circular que defendía la entrada al antiguo palacio.

Como dijimos antes, los orígenes del castillo son muy antiguos. Sus primeros ocupantes se establecieron en el lugar a principios del siglo III a.C. Luego, pasaron por allí los romanos, quienes reforzaron la atalaya y construyeron los aljibes que se conservan al día de hoy. Los árabes levantaron las murallas y reforzaron la fortaleza, que caería bajo dominio cristiano después de 1147.

Posteriormente, D. Dinis amplió la fortificación y en el siglo XVI, bajo el reinado de Manuel I, el castillo fue nuevamente remodelado para albergar armas de fuego. Al mismo tiempo, se demolió la Torre del Homenaje y se sustituyó por el nuevo Palacio dos Alcaides.

Hacia 1809 la fortaleza volvería a cumplir un papel importante cuando se integró a la línea defensiva de Torres Vedras. En aquel entonces, se reparó nuevamente y se dotó con 11 piezas de artillería. Durante este período, el castillo fue asediado en muchas ocasiones, siendo el último a finales de 1846, cuando sirvió de cuartel a las tropas del Conde de Bonfim.

La fortaleza quedó casi en ruinas, pero siguió funcionando como cuartel de tropas regulares hasta finales del siglo XIX. Para el año 1929 el Ayuntamiento de Torres Vedras adquiere el inmueble y se encarga desde ese entonces de su conservación.

Para conocer más la historia del lugar puedes visitar el Centro de Interpretación del Castillo de Torres Vedras, el cual cuenta su historia a través de los siglos y permite al visitante comprender mejor su importancia.

El castillo se puede visitar de martes a domingo de 10 am a 6 pm, siendo el último ingreso a las 5:30 pm (de septiembre a junio); y de julio a agosto de 10 am a 7 pm, siendo el último ingreso a las 6:30 pm.

Iglesia de Santa María do Castelo

Dentro de los muros exteriores del castillo se conserva la iglesia más antigua de Torres Vedras. Santa María do Castelo fue construida poco después de la conquista de Alfonso I en la región, allá por el año 1148.

Lo más destacado del templo son sus dos portadas (principal y lateral). Las mismas están catalogadas como Monumento Nacional y constituyen los únicos restos románicos del municipio. En la portada lateral se aprecia la inscripción funeraria del maestro Mendo, el arquitecto fallecido en 1208 que construyó este templo.

Otra de las particularidades del templo es que cuenta con dos torres: una torre campanario y una del reloj que desde el XVI sigue marcando el ritmo de la ciudad.

Museo Municipal Leonel Trindade

Si bien en Torres Vedras hay varios museos, hay uno en especial que merece una visita. Hablamos del Museo Municipal Leonel Trindade, situado en las instalaciones del antiguo Convento de Nossa Senhora da Graça. Este espacio dedicado a la arqueología y la historia permite comprender la evolución del municipio de Torres Vedras desde ambas perspectivas.

Su colección incluye artefactos desenterrados en sitios arqueológicos locales, piedras con inscripciones romanas, mosaicos y más. También hay una exhibición sobre las Líneas de Torres Vedras y la Guerra de la Independencia muy interesante.

Las playas de Torres Vedras

Los 20 kilómetros de costa de Torres Vedras sorprende por sus playas de arenas blancas y aguas cristalinas bañadas por el Atlántico. Dichas playas son una de las mecas surferas de Portugal, al mismo tiempo que varias cuentan con la distinción de Bandera Azul por la pureza de sus aguas.

Las más hermosas son las playas de Santa Cruz y Praia Formosa. En la primera de ella encontramos el molino con el mismo nombre, una construcción que data del siglo XV que actualmente funciona como centro de interpretación.

La praia de Santa Cruz es la principal de Torres Vedras y está acompañada por un agradable paseo marítimo. A lo largo de él encontrarás restaurantes y bares donde se congregan muchos jóvenes, especialmente por las noches.

Praia Formosa, por su parte, impresiona por el Penedo do Guincho, una roca erosionada por el mar de 30 metros de altura. Lo más llamativo es un arco natural al cual se puede llegar cuando la marea está baja.

Tampoco podemos dejar de mencionar la praia de Porto Novo, situada un poco más al norte de Santa Cruz. La misma se asienta en una pintoresca bahía rodeada de acantilados y junto a la desembocadura del río Alcabrichel.

El litoral de Torres Vedras es perfecto para practicar deportes acuáticos, especialmente en torno a la playa de Santa Cruz, donde se disputan muchos torneos de surf. Además, cada julio se celebra allí el Santa Cruz Ocean Spirit, con competiciones de surf, skimboarding, bodyboard y carreras de natación en aguas abiertas.

Por cierto, las playas de Torres Vedras son un buen lugar para aprender a surfear. Si te interesa dominar las olas del Atlántico, aquí tienes una buena opción: curso de surf en Torres Vedras.

Los vinos de Torres Vedras

Si aún no encuentras motivos suficientes para viajar a Torres Vedras, quizás lo hagas cuando te contemos de sus vinos. Resulta que el municipio se ubica en una de las áreas de producción vitivinícola más importantes de la DOC Lisboa. De allí que en el 2018 fue nombrada Ciudad Europea del Vino junto a la vecina Alenquer.

Entre ambas ciudades encontramos más de 12.000 hectáreas de viñas en las que se producen más de 600 millones de litros de vinos tintos, blancos y rosados al año. Los mismos se distinguen por su fuerte carácter atlántico, dada su cercanía al océano. Si bien hasta hace poco no eran tan conocidos como los vinos del Douro, esto ha cambiado en el último tiempo.

Por este motivo, en los alrededores de Torres Vedras es posible visitar fincas históricas que desde hace tiempo se dedican al cultivo de la vid. Te recomendamos puntualmente las Quinta do Pinto y Quinta de Chocapalha , en Alenquer; y las bodegas de Vale da Capucha y Quinta da Boa Esperança, en Torres Vedras. En cada una de ellas podrás hacer recorridos guiados por los viñedos, conocer las instalaciones y participar de una cata de vino.

Mapa de Torres Vedras

Torres Verdras combina historia, naturaleza y cultura. Nada mejor para un viaje de fin de semana, sin alejarse demasiado de la capital. ¡No te quedes sin conocer esta bonita ciudad!