Qué ver en Peratallada, Girona

Hay lugares en el mundo en donde el reloj parece detenerse, como si el tiempo te invitase a disfrutar el momento a pleno, sin prisas ni distracciones. Peratallada es uno de esos lugares. Hoy te invitamos a conocer este precioso pueblo medieval, situado en el corazón de la provincia de Girona, precisamente en el municipio de Forallac, en el Bajo Ampurdán.

El Bajo Ampurdán o Baix Empordà (como se dice en catalán) se encuentra situado al este de la provincia de Girona. Es una comarca inmersa entre los pirineos orientales y el Mar Mediterráneo que fue bautizada por los griegos con el nombre de Ampurias. Desde el interior hasta la Costa Brava se alzan una serie de pueblos que configuran un paisaje muy similar a la Toscana italiana. En este contexto aparece Peratallada, nuestro destino de hoy.

Peratallada es un pueblo que tal como lo indica su nombre (“piedra tallada”), fue construido sobre la misma piedra. La magia de este lugar radica en su esencia medieval inalterada al paso del tiempo, que se hace presente en cada uno de sus rincones. Con poco más de 200 habitantes es un pueblo tranquilo, especialmente en las primeras horas de la mañana. Durante determinados momentos del año, como ser Semana Santa, suele recibir a cientos de turistas. A pesar de eso, no deja de estar inmerso en una atmósfera de paz que te hará no querer irte nunca.

El pueblo se encuentra rodeado de un foso y una muralla que inmediatamente te harán retroceder al medievo. Enamora tanto por su entramado de calles empedradas como por sus casitas de piedra envueltas en enredaderas y decoradas con flores de colores. Quizá uno se pregunte cómo logró conservarse inalterable al paso del tiempo. La respuesta es que está prohibido construir edificios que atenten contra su esencia medieval. Esto es así desde antes que fuera declarada Conjunto Histórico-Artístico.

Se cree que los orígenes de Peratallada vienen de la época de los romanos, dado algunos restos arqueológicos que se han encontrado. Sin embargo, las primeras referencias históricas relacionadas con su castillo palacio se remontan al año 1065.

Por si fuera poco, cuenta con una oferta gastronómica de primerísima calidad. A pesar de ser un pueblo pequeño encontrarás en él muchos restaurantes que sirven platos típicos de la gastronomía catalana, como arroz a la cazuela.

Suena interesante, ¿no crees? Vamos a meternos de lleno a descubrir sus atractivos.

Rincones de encanto en Peratallada

El pueblo en su totalidad se reduce a su núcleo histórico, que es relativamente pequeño, por lo que en unas horas se recorren todas y cada una de sus calles. Luego, puedes combinar la visita con pueblos cercanos a la Costa Brava, como ser Pals, Monells o Madremanya.

Los ejes centrales del pueblo son la plaza de Les Voltes y la plaza del Castillo, dos rincones fundamentales por los que pasan todos los turistas. Peratallada es un pueblo para sentirlo, para recorrerlo a medida que tus sentidos te marcan la ruta. Como imprescindibles podríamos mencionarte el paseo por las murallas, la iglesia de San Esteban y su antiguo palacio-castillo, que dio nombre al pueblo.

Muchos aconsejan visitar Peratallada al atardecer, cuando su encanto parece potenciarse. Nosotros te decimos que ajustes la visita a tus tiempos, sea como sea será maravillosa.

Iglesia de San Esteban

La primera parada en Peratallada es en uno de sus atractivos más importantes. Una vez que dejes el coche en el párking situado frente a la Iglesia de San Esteban te encontrarás un templo antiguo que es una verdadera joya arquitectónica medieval. Su origen se remonta al siglo XIII y su estilo es puramente románico. Así lo indican sus cuatro arcos ojivales con espadaña, su rosetón y su puerta con un sencillo arco de medio punto.

La iglesia suele estar cerrada, sin embargo, si te llegas a la oficina de turismo podrás concretar una visita guiada. Vale la pena hacerlo. Ni bien ingreses al templo su interior te sorprenderá. Por un lado, es más pequeño que lo que aparenta cuando observas su fachada. Por otro lado, está inacabo, no se sabe con certeza si por culpa de la peste negra o la Guerra Civil Española. A pesar de eso, podrás apreciar su pila bautismal que data de los siglos XIV-XV (no se sabe con exactitud) y el sepulcro gótico del barón Gilabert de Cruïlles, el primer señor feudal de Peratallada, proveniente de una familia de raíces antiquísimas.

Portal de la Virgen

Una vez que hayas visitado la iglesia debes cruzar la carretera para llegar al Portal de la Virgen, la puerta de acceso al pueblo mejor conservada de todo el conjunto fortificado. Antes de entrar al pueblo deberás cruzar por un puente medieval desde el cual se aprecia el foso de 7 metros de profundidad. El portal lleva este nombre porque se dice que contaba con una cavidad en la parte superior que contenía una imagen de la Virgen.

El puente que verás hoy es una reconstrucción que data de 1966, ya que el antiguo puente medieval levadizo ha desaparecido. Lo mismo sucedió con la figura de la Virgen, que se perdió durante la Guerra Civil.

Dato curioso: la Virgen del portal era conocida como la “Virgen de la buena muerte”, porque cuando los condenados eran expulsados de la ciudad lo último que veían era su imagen. Según cuenta la historia, estas personas eran ejecutadas afuera del recinto amurallado para que su alma no quedara vagando por la ciudad.

Acceso al pueblo de Peratallada

Atravesando el Portal de la Virgen llegarás a la Calle de la Roca y allí empezarás a sentir el espíritu del pueblo y a comprender por qué se llama Peratallada. Lo primero que pensarás es que no puede tener un nombre más apropiado, ya que literalmente sus construcciones están hechas sobre la roca. Aquí es momento de coger la cámara de fotos y empezar a gatillar, pero sin dejar de apreciar con la vista la belleza del lugar.

Siguiendo llegarás a la Plaza de los Esquiladores, que lleva este nombre en honor a los esquiladores de ovejas que se reunían cada año allí. La plaza está rodeada de un conjunto de casas cubiertas con enredaderas en muchas de sus paredes, restaurantes y bares con terraza. Miles de años atrás, aquí se encontraba el foso original de la primera muralla, donde probablemente estaba la cantera romana y anteriormente la íbera. Por supuesto que no esperes verla, ya que está 3 metros por debajo del suelo.

Desde esta plaza y la Calle Jaume II tendrás una vista espectacular de la Torre del Homenaje, que sobresale con sus 8 metros de altura. Esta torre construida entre los siglos XI y XII y el muro que las rodea, ambos culminados con almenas, son la parte más significativa del antiguo Castillo de Peratallada.

Plaza de les Voltes y Plaza del Castillo

La Plaza de les Voltes o Plaza de los Arcos, es uno de los puntos neurálgicos de Peratallada. Lo mejor que puedes hacer allí es sentarte en alguna de sus terrazas y mirar el entorno que la rodea. Se trata de una plaza de planta circular que destaca por sus arcos ubicados al norte, los únicos sobrevivientes de la época medieval.

Contigua a ella se encuentra la Plaza del Castillo y la oficina de turismo. El elemento distintivo de esta plaza son las columnas góticas que la rodean formando cuatro ventanales muy pintorescos.

Desde la Plaza de Las Vueltas accederás a la Calle Mayor y sus adyacentes, que son el punto de acceso a algunos de los rincones con más encanto del pueblo. En estas calles se alzan las mejores tiendas de artesanías y productos locales. Durante el verano un sitio muy concurrido es la heladería Gelat Artesà, que destaca por la calidad de sus productos.

Desde la Plaza del Castillo verás la entrada principal al palacio del Castillo de Peratallada, uno de los emblemas del pueblo.

El Castillo de Peratallada

Se sabe que esta fortaleza ya existía en el año 1065, aunque se cree que sus orígenes se remontan aún más en el tiempo. En su construcción se observan una mezcla de estilos acordes a las diferentes épocas, lo que lo convierte en una estructura única en el país. Cuenta con dos partes claramente diferenciadas: el núcleo fortificado y el palacio.

Lamentablemente, no es posible visitar el castillo, ya que desde 1960 es propiedad de los condes de Torroella de Montgrí. Lo que sí puede hacerse es alojarse en su hotel-restaurante decorado al mejor estilo medieval. De todos modos, desde la plaza se aprecia bien la fachada del palacio, parte del complejo del castillo. Si prestas atención a sus detalles, verás que tiene una ventana románica más pequeña, una ventana más grande ubicada la planta baja, dos tríforas y dos geminadas en la parte superior.

Torre de Las Horas y Torre del Oeste

Durante la época medieval Peratallada contaba con varias torres, aunque actualmente solo 2 de ellas se conservan relativamente bien. El resto de las torres se integraron en los muros de casas o sólo sus bases se mantuvieron en pie y el resto se reconstruyó.

Una de ellas es la Torre de las Horas, llamada así porque posee un reloj público. Es una de las que mejor se conserva de todo el conjunto medieval. Su fecha de construcción no se sabe con exactitud, aunque se cree que se remonta a los siglos XII y XV. Saliendo por uno de los aparcamientos de la ciudad encontrarás la Torre del Oeste, de planta cuadrada y la única que mantiene su estado original de la Edad Media. En este punto confluyen un arco de piedra típico medieval y unas fachadas recubiertas de enredaderas que lo convierten en uno de los rincones más fotografiados de todo el pueblo.

Platos típicos y lugares para comer en Peratallada

No puedes irte de Peratallada sin probar algunos de sus platos típicos, como el arroz de Pals a la Cazuela de pescado, carne o mixta. Otros dos platos típicos de este lugar y de toda la comarca son los Fesols de Santa Pau, que consiste en una pequeña alubia de ligero sabor dulce que se cuece en poco tiempo; y las patatas de Olot. Este último plato lleva dos rodajas de patata rellenas con carne asada y rebozadas en harina de maíz y clara de huevo. Las butifarras a la brasa es otro plato estrella de la Garrotxa, que se sirven acompañadas de fèsols, el fuet, el piumoc, la longaniza, entre otros embutidos. Si lo tuyo es el queso, no dejes de probar el serrat de oveja.

Uno de los lugares más emblemáticos para comer en Peratallada es el restaurante La Candelaria. Lo encontrarás en una antigua casa de piedra ubicada en el corazón del pueblo. Si bien existe desde 1995, en el 2019 cambió su nombre a DO Candelaria Tapas. Su actual dueño tiene una larga trayectoria en el mundo de las tapas y los vinos, por lo que la experiencia en este lugar es altamente recomendable. Además, la particular decoración del restaurante crea un ambiente acogedor y relajado.

Cireret Bistrot es otro buen sitio para probar productos locales, especialmente quesos y embutidos de la zona, con los cuales preparan bocadillos muy ricos. Dos especialidades de la casa son la butifarra negra y la tabla de quesos.

Si viajas en verano o primavera no dejes de probar los helados de Peratallada. Sobre la calle Mayor encontrarás la heladería Angelo, famosa por sus sabores originales, como el helado de tomillo. Según el prestigioso Jordi Roca, es de las mejores heladerías del mundo.

¿Cómo llegar a Peratallada?

Peratallada se encuentra cerca de la emblemática Costa Brava y a una hora y media por carretera desde Barcelona (a 136 km). Si viajas desde esta ciudad tienes la posibilidad de llegar en transporte público, ya sea en tren o autobús. La parada de tren más cercana es Flaça, que no está en el mismo pueblo, por lo que deberás tomar un bus que te lleve allí.

Para llegar desde Girona puedes hacerlo tomando el autobús de la línea 8 o llegar en tu propio coche, conduciendo los 40 km que separan ambas localidades. Otra opción, si no dispones de coche propio, es tomar un tour de un día para conocer Peratallada, que además te permite visitar otros pueblos de Girona, como Begur o Pals.

Ten en cuenta que el acceso al pueblo aparece de repente, por lo que si viajas en auto procura ir despacio y atento a las señales. Un pequeño tramo de muralla con un arco de entrada te avisa que has llegado a Peratallada. Junto a la Iglesia de San Esteban encontrarás uno de los tres aparcamientos que circundan el pueblo. Ten en cuenta que durante el verano y los fines de semana el párking es de pago. A unos 300 metros encontrarás otro párking, justo detrás de la Casa Rural Ca L’Aliu. Si vas a dormir en el pueblo es una mejor opción dejar el coche aquí ya que está un poco más cerca de los principales alojamientos.

Mejor época para viajar a Peratallada

Peratallada es un pueblo muy turístico, por lo que en temporada alta o fines de semana largos suele estar abarrotado de gente. Si eres de los que escapan un poco al tumulto de gente, lo mejor será aprovechar los meses otoñales. Octubre y noviembre suele ser una de las mejores épocas para visitar Peratallada. No solo hay menos gente, sino que el paisaje es realmente encantador. Además, el primer fin de semana de octubre es sede del Mercado Medieval de Peratallada, un escenario único que te trasladará a la Edad Media en un abrir y cerrar de ojos.

Otros pueblos de encanto que puedes visitar

Como Peratallada puede recorrerse en poco tiempo, por lo que combinar el viaje con otros destinos también encantadores es una muy buena idea. Pueblos como Pals, Monells y Madremenya son algunas de las opciones. Si estás viajando en verano y quieres acercarte a las playas de la Costa Brava tienes la opción de visitar Calella de Palafrugell, Begur, un poco más al norte el bello pueblo de Cadaqués y, hacia el sur, Tossa del Mar.

A menos de 10 km de Peratallada se encuentra Pals, el más grande de los pueblos a su alrededor y el que más cosas posee para ver. A 13 kilómetros se encuentra Monells, que es más pequeño y, a 17 km llegarás a Madremenya, el más pequeño y menos turístico de todos, pero no por eso menos bonito.

Pals

Es otro de los pueblos medievales más bonitos de Girona, que también te enamorará por sus calles empedradas, sus construcciones en piedra y las fachadas decoradas con flores y enredaderas.

El pueblo cuenta con varios atractivos, aunque lo primero que verás una vez que aparques el coche es una imponente casa fortificada de estilo gótico y renacentista del siglo XVI. La misma está situada fuera de las murallas y actualmente alberga la Casa de la Cultura. No dejes de visitar su interior para apreciar la exposición permanente de vinos y cavas de Cataluña y el Museo de Arqueología Submarina.

También puedes dedicar un rato a visitar la Plaza Mayor, punto neurálgico del pueblo que destaca por su belleza. A su alrededor se alza un conjunto de edificios de piedra, entre los que destaca la Casa de la Vila (actual Ayuntamiento). Al igual que en Peratallada, la plaza es un sitio perfecto para tomar algo en alguna de sus terrazas. Desde la plaza puedes acceder a la Calle Mayor, la más bonita del pueblo, que conduce a la Iglesia de San Pere. De camino, verás la Torre de las Horas, de 15 metros de altura y planta circular.

Estas son solo algunas de las cosas que puedes hacer en Pals, un pueblo encantador que sin dudas enriquecerá tu viaje a Peratallada.

Monells

Monells es un pueblo muy pequeño, armónico y sumamente fotografiable. Si bien no siempre forma parte de la ruta de los viajeros que andan por Girona, no tiene nada que envidiarles a otras localidades más turísticas. Por eso mismo, te sugerimos que le hagas una visita y descubras sus rincones de encanto.

Para ser un pueblo tan pequeño, cuenta con un interesante patrimonio, en el cual destaca la Iglesia de Sant Genís, del siglo XI. Su plaza principal es uno de los espacios imprescindibles y en cada uno de sus ángulos te transportará a la Edad Media.

Madremanya

Finalmente, llegamos a Madremanya, otro precioso pueblo medieval ubicado al límite territorial del Bajo Ampurdán. El pueblo se halla inmerso en un recinto antiguamente amurallado con diversas arcadas, cuyos orígenes se remontan al año 994 d. C.

Al igual que en las dos localidades anteriores, lo más llamativo es recorrer su casco antiguo rodeado de las murallas y lleno de calles estrechas, empinadas y antiguas. Algunos de sus puntos más emblemáticos son la iglesia de Sant Esteve, que se encuentra construida en la cima de la colina. Justo al lado está la plaza Mayor, otro sitio muy fotografiable, lleno de bares con terrazas.

Y hasta acá llega nuestro recorrido por Peratallada y sus alrededores. Esperamos que lo hayas disfrutado y que lo agendes en tu lista de próximos destinos. Créenos que no te decepcionará.