Coria, ciudad monumental de Cáceres

La histórica y monumental ciudad de Coria se sitúa en la provincia de Cáceres, Extremadura, y es famosa por custodiar una importante reliquia en su catedral… Más adelante te contamos de qué se trata. Ahora, te invitamos a descubrir este destino cuyos muros cuentan más de dos milenios de historia. ¿Nos acompañas?

Además de su capital, la provincia de Cáceres está llena de ciudades pequeñas y pueblos dueños de una bien conservada arquitectura. Uno de ellos es Coria, la capital de la comarca de las Vegas del Alagón, río al cual ha estado fuertemente vinculada desde los comienzos de su existencia. Dicho río cambió su cauce hace muchos siglos atrás, luego del brutal terremoto de Lisboa de 1755. Pero, esto no evitó que la ciudad siguiera unida a él.

Coria es uno de los secretos mejor guardados de Extremadura. La que se jacta de ser una de las ciudades más antiguas de España, conserva un rico pasado en el entramado de calles estrechas y laberínticas de su coqueto casco antiguo, en su muralla y en su imponente catedral, cuya silueta se divisa a lo lejos.

Historia de Coria

Es imposible hablar de Coria y no hacer alusión a su historia. Sus gruesas murallas esconden un rico pasado marcado por el paso de vetones, romanos, visigodos, árabes y católicos, quienes dotaron a la ciudad de un rico legado monumental. De allí que Coria sea una de las visitas más interesantes de Cáceres, al menos desde el punto de vista cultural e histórico.

Vayamos a sus orígenes, allá por el siglo VII a.C. Los primeros en pasar por estas tierras fértiles regadas por el río Alagón fueron los vetones. Más tarde vinieron los romanos, en el siglo II a.C., quienes conquistarían Extremadura y llamarían a la villa con el nombre de Cauria. Ellos establecieron un sistema mediante el cual la ciudad pagaba sus impuestos y cedía soldados a cambio de que Roma no interfiriese en su funcionamiento.

El emperador Constantino fue quien la convirtió en sede episcopal (en el siglo IV d.C), algo que le otorgaría mucha importancia a su catedral, incluso una vez caído el imperio. A ello le siguió una etapa de dominio visigodo y luego árabe, quienes se encargaron de mantener la impresionante muralla construida por los romanos. También la ciudad cambió su nombre por Qüriya y su trazado adquirió una notable impronta musulmana (que incluso se notó en la muralla).

Tras varios intentos, la ciudad fue reconquistada en el año 1212 por Alfonso VIII de Castilla. A ello le siguió un período de cierta estabilidad, hasta que en 1472 pasó a las manos del primer duque de Alba, quien aumentó más todavía el inmenso territorio del cual era dueño. Por aquel entonces incontables peregrinos llegaban a la ciudad por la reliquia de su catedral.

¿De qué reliquia hablamos? Del supuesto mantel utilizado por Cristo y apóstoles durante la Última Cena. No se sabe con exactitud cómo llegó a Coria. Algunos creen que la trajo un obispo desde Tierra Santa en el siglo VIII, mientras que otros creen que fue un comerciante. Lo que sí es cierto, es que la bula papal de 1404 ya habla de la presencia del mantel en la catedral. En determinados días el mismo se colgaba desde el balcón plateresco de la Catedral de Santa María de la Asunción.

Tras muchas conquistas, conflictos y la marcha definitiva del Obispado a la ciudad de Cáceres, Coria se ha convertido en un atractivo turístico de mucha importancia en la provincia, gracias justamente a esta larga historia que en pocas palabras le acabamos de contar.

Atractivos turísticos de Coria

Sin dudas que el casco histórico lleno de calles empedradas y laberínticas es el atractivo por excelencia de Coria. Pero, lo cierto es que hay más por ver y por hacer en esta ciudad cacereña y en sus alrededores. Concretamente, puedes aprovechar para recorrer otros puntos del Valle del Alagón. Toma nota de todo lo que te vamos a contar y planifica tu paso por Coria de manera que nada quede fuera del tintero.

Centro histórico

Contenido dentro de las murallas encontramos el centro histórico de Coria. Entre sus calles estrechas y sinuosas aparecen reliquias como la catedral, el Castillo de los Duques de Alba, la antigua cárcel y otros monumentos históricos.

El casco antiguo de Coria es bastante compacto y fácil de recorrer (incluso en un día). Perderse en sus calles y admirar la arquitectura armónica de las construcciones es muy placentero. Así llegarás a rincones como la antigua judería, la Plazuela de San Juan, la calle Sinagoga y su puerta gótica de piedra, la Calle Oscura o la Calle Alojeria, entre otras cosas.

Por eso, una vez que llegues a Coria, tienes que dejar aparcado el coche y moverte caminando, puesto que aquí el mejor medio de transporte son los pies.

Murallas y puertas de la ciudad

Las murallas construidas en Coria por los romanos son una de las mejor conservadas de España. Aunque, no olvidemos que la ciudad tiene también un pasado árabe, algo que se deja ver en esta obra defensiva conformada por unas 20 torres cuadradas y 4 puertas. Con más de 1 km de longitud, dar un paseo por la gruesa muralla de Coria es una de las primeras cosas que tienes que hacer cuando llegues a la ciudad.

Tip viajero: no dejes de buscar las estelas funerarias empotradas en sus muros. Cualquier tipo de piedra sirvió para levantar semejante muralla, incluyendo las antiguas sepulturas.

La muralla de Coria destaca por su excelencia y calidad constructiva y por estar perfectamente adaptada al desnivel del terreno. De allí que va desde los 10 a los 14 metros de altura, mientras que su grosor es de 4 metros en todo el perímetro. Algunos de sus lienzos quedaron adosados a los muros de las viviendas, pero en general su estado de conservación es óptimo (claro que a lo largo de su historia los árabes y cristianos la fueron restaurando).

Las puertas de la muralla son la Puerta de San Pedro o del Sol (construida por los romanos en el siglo I); de la Puerta de la Guía o de la Ciudad (también del siglo I); la Puerta de San Francisco o del Rollo (del siglo XVI); y la Puerta del Carmen o Nueva (del siglo XVI), al este.

Castillo de los Duques de Alba

La Puerta de San Francisco o del Rollo conduce a la plaza de la Cava, donde se encuentra el castillo construido por el primer duque de Alba (García Álvarez de Toledo). Esto ocurrió entre los años 1472 y 1478.

El Castillo de los Duques de Alba se levantó aprovechando parte de la muralla romana y una torre medieval. Aunque, también se dice que se erigió sobre los restos de una antigua fortificación hecha por los templarios en el siglo XII.

Una curiosidad del castillo es que, a pesar de estar dentro de la ciudad, no tiene forma palaciega, sino más bien se destaca por sus muchos elementos defensivos. Esto da nota de que los Duques de Alba no buscaban defenderse de otros ejércitos o invasores, sino más bien del propio pueblo, procurando en todo momento marcar la diferencia entre los gobernantes y el resto de la sociedad. Dicho de otro modo, representaba el poder y dominio señorial de Coria.

Lamentablemente, el interior del castillo no puede visitarse, por lo que los turistas que pasan por Coria deben conformarse con apreciarlo desde afuera y cruzar su foso para poder ver la Torre del Homenaje de cerca. La misma destaca por sus almenas y planta pentagonal, lo cual la diferencia del resto del conjunto militar fortificado.

Catedral de Santa María

A una ciudad que conserva una muralla y un castillo medieval no podía faltarle una imponente catedral. Pues, Coria lo tiene. La Catedral de Santa María es otra de sus joyas arquitectónicas y uno de los santuarios marianos más importantes de España. Además, es el sitio donde se guarda su reliquia.

La Catedral de Coria posee una ubicación bastante comprometida, de allí que se vio afectada por el terremoto de Lisboa. Al punto tal que sus muros conservan algunas de las grietas que dejó este feroz evento. La misma se encuentra separada por una pared de piedra del cauce vacío del río Alagón, que como ya sabes cambió su curso luego del terremoto.

Su dilatado proceso de construcción se inició en el siglo XV, aprovechando los restos de antiguos templos visigodos y románicos. En principio tuvo un estilo gótico plateresco, aunque con los años se añadieron elementos barrocos que se aprecian principalmente en el campanario diseñado por Manuel de Lara Churriguera. Las obras se prolongaron en el tiempo hasta concluir definitivamente en el siglo XVIII, lo cual dio lugar a la superposición de estilos que mencionamos antes.

El acceso al templo se realiza por un portón junto a la torre, a un costado de un balcón ricamente decorado con motivos vegetales, medallones y angelotes. Antiguamente el acceso se realizaba por la puerta del perdón, donde se aprecia más el estilo plateresco del templo.

El interior del templo

El interior de la catedral cuenta con una sola nave que está dividida en cinco tramos de bóveda de crucería estrellada, de manera muy similar a las catedrales de Girona y de Ciudad Real. Destaca especialmente el altar mayor del XVIII adornado con figuras de Santa Teresa y San Pedro de Alcántara a la derecha y San José y San Francisco de Paula a la izquierda.

Aunque, si hay algo que durante siglos ha sido una especie de imán para fieles y curiosos es la reliquia del Mantel Sagrado de la Última Cena, uno de los objetos más admirados en la época medieval.

La reliquia se encuentra exhibida en el museo que hay en el claustro. Si bien en ocasiones se colgaba del balcón para que la gente lo pudiera admirar, se decidió su custodia en el interior del templo a fin de conservarlo, poniendo fin de ese modo a una tradición. Hoy en día, se aprecia desde el cristal de la vitrina que lo protege.

Horarios de visita y entrada

La entrada a la Catedral de Coria es completamente gratuita, así como al museo catedralicio.

El horario de la visita es de martes a sábado de 10:30 am a 2 pm y de 5 pm a 8 pm en verano y de 4 pm a 7 pm en invierno. Los días lunes y domingo por la tarde el templo permanece cerrado.

Ayuntamiento de Coria

Las calles de la antigua judería de Coria son un laberinto por el cual es muy sencillo perderse. Si prestas atención, verás que en las fachadas de las viviendas se lucen escudos familiares y religiosos. Caminando por ellas llegarás a muchas plazas abiertas. Una de ellas es la plaza de España, donde se ubica el Viejo Ayuntamiento, un edificio del siglo XV.

Por su parte, en la plaza de San Pedro se encuentra el Nuevo Ayuntamiento. A su lado está la Oficina de Turismo de Coria, donde podrás conseguir información útil para tu visita. Frente a él hay unas palmeras y las letras gigantes de la ciudad, donde podrás llevarte una buena foto de recuerdo.

Cárcel Real

La antigua cárcel de Coria se ha convertido en un interesante museo que conserva el patrimonio etnográfico y arqueológico de la ciudad. La prisión comenzó a funcionar como tal a finales del siglo XVII y se mantuvo así hasta octubre de 1981. A pesar del paso del tiempo se conservan las mazmorras y las celdas del castigo de la época en que los presos vivían allí. Incluso, pueden verse los grabados en las paredes que dejaron los reclusos.

Hoy en día, dichas mazmorras se han reconvertido en un museo de carácter cultural donde podrás aprender más sobre la historia de Coria, desde el Neolítico, pasando por la época romana, islámica y cristiana, al igual que tiene un espacio destinado a las Fiestas de San Juan.

La planta baja del edificio alberga el museo arqueológico, cuyas piezas recorren la historia de la ciudad. La segunda planta alberga el museo etnográfico, donde se ven representadas las Fiestas de San Juan, las cuales desde 1976 son declaradas de Fiestas de Interés Turístico.

La entrada al museo es gratuita y el horario de visitas es de 10 am a 2 pm de martes a domingo y de 5 pm a 7 pm de martes a sábado. Se encuentra situada en el número 2 de la Calle Monjas, junto a la Plaza de España, una de las más importantes y animadas de Coria.

Convento de la Madre de Dios

La Calle de las Monjas no es un nombre puesto al azar, sino que hace referencia al Convento de la Madre de Dios. Su fundación data del siglo XIII y las responsables fueron las monjas franciscanas Observantes de la Tercera Orden Regular. A finales del siglo XV sufrió una remodelación y cerró una parte del lateral de la calle. A pesar de eso, el edificio conserva su esencia mudéjar en muchas de sus instalaciones.

El Convento de la Madre de Dios se distingue por su fachada de ladrillo (en el número 3 de la calle). Si tocas la puerta, podrás entrar para ver su claustro renacentista (de origen gótico mudéjar) y recorrer algunas de las dependencias del convento.

Aunque, el interés principal de la visita está en adquirir alguno de los dulces que elaboran las religiosas siguiendo recetas muy antiguas. Son muy aclamados en Coria, así que no dejes de probarlos.

La entrada al convento tiene un costo de 2 € por persona y se puede visitar de lunes a sábado de 9:30 am a 12:45 pm y de 4:30 pm a 6:30 pm en invierno y de 5 pm a 6:45 pm en verano.

El puente sin río de Coria

Desde la catedral se aprecia el puente sin río de Coria. Tal como te contamos, el río Alagón cambió de curso luego del terremoto de Lisboa, por lo que hoy atraviesa un cauce seco. A pesar de eso, se ha convertido en todo un símbolo de la localidad.

El puente de piedra del que hablamos data de 1518, aunque los historiadores creen que en la época de los romanos ya había con una construcción más sencilla que unía las dos orillas del río Alagón. Hoy en día, es uno de los mejores emplazamientos de Coria para tomar fotografías, especialmente al atardecer.

Río Alagón y espacios para disfrutarlo

El río Alagón tiene un gran protagonismo en Coria. Por ende, hay muchos espacios pensados para que locales y turistas puedan disfrutar de él.

Uno de ellos es el parque fluvial El Tamujal, un espacio de ocio y paseo situado en la margen derecha del río Alagón. Aquí es posible contemplar el atardecer y apreciar la flora y fauna propia del bosque de ribera que crece junto al río.

Igual de atractivo es el paseo de La Isla, un espacio que conjuga deportes, naturaleza y gastronomía. Se ubica al sur de la ciudad y es perfecto para disfrutar de los bosques de ribera, hacer deportes náuticos y comer algún plato tradicional en los bares y restaurantes que hay a lo largo del paseo fluvial.

Valle del Alagón: complemento del viaje a Coria

Recorrer la comarca del Valle del Alagón puede ser el complemento ideal de tu viaje a Coria. Las aguas de este río fluyen desde Frades de la Sierra (donde está su nacimiento) hasta Alcántara, donde se funciona con las aguas del río Tajo. Si bien se lo denomina valle, quienes predominan en este territorio son las vegas, lo cual crea una zona llana muy aprovechable para el regadío.

A lo largo de su recorrido, el río Alagón forma meandros y atraviesa viñedos, vegas, bosques, dehesas de encinares y alcornoques, a la vez que cruza puentes de piedra de tiempos memorables. El tamaño del valle es considerable, con poco más de 7.000 km2, 27 municipios y una población de cerca 40.000 personas (de las cuales 12.000 viven en Coria).

Además de Coria (que es la capital y única ciudad de la comarca), dentro del valle aparecen castillos y pueblos tradicionales. Al visitar estos enclaves de la comarca el viajero se encuentra con un rico patrimonio cultural, así como con una amplia oferta de actividades al aire libre. De allí que ir al Valle del Alagón es una de las mejores cosas que hay para hacer en Extremadura.

Encuentro con la naturaleza

Para los amantes de la naturaleza y los deportes hay muchas propuestas dentro de este hermoso valle que tiene como protagonista al río Alagón. Por ejemplo, en los embalses de Valdeobispo y Portaje se pueden disfrutar de actividades náuticas y la pesca, además de la observación de aves acuáticas (especialmente en el segundo).

Quienes prefieren la caminata, el Sendero de los Rebollares es una de las propuestas más atractivas del valle. La ruta que une los pueblos de Aceituna y Montehermoso es especialmente bella en otoño, ya que atraviesa un bosque donde predominan los colores rojizos y ocres propios de esta estación. La senda tiene 14 km y se puede hacer a pie, en bicicleta o a caballo.

Además, a pocos kilómetros de Coria y cerca de la frontera con Portugal se encuentra la Sierra de Gata. A pesar de ser una de las comarcas más desconocidas de Extremadura, su riqueza paisajística es innegable, de allí que sea un destino ideal para hacer turismo rural.

Pueblos cercanos a Coria: Galisteo

Dentro del Valle del Alagón encontramos un montón de pueblos interesantes. Uno de ellos es Galisteo, una localidad situada a 25 km de Coria y a 90 kilómetros de la capital cacereña, junto al río Jerte.

Galisteo también tiene sus orígenes en la época romana y musulmana, aunque su mayor esplendor lo vivió entre 1229 y 1837, cuando fue la capital del Señorío de Galisteo. De esta época se conserva su antigua muralla, la cual rodea completamente el casco histórico de la villa.

La muralla de Galisteo data de la época almohade y fue construida con rollos y cantos de río. Su trazado se mantiene íntegro a lo largo del tiempo, por lo que de ningún modo la puedes pasar por alto. Su mayor emblema es la Torre del Homenaje, de la cual sobresale una pirámide bastante alargada a la cual se conoce como La Picota.

Al Conjunto Histórico de Galisteo (contenido dentro de la muralla) se accede a través de tres puertas: la del Rey, la de la Villa y la de Santa María. Aunque, previamente puedes bordear el municipio por encima de las murallas, tal como si fueras un centinela en la Edad Media.

Ya intramuros, verás algunas joyas como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la cual destaca por su ábside mudéjar, considerado uno de los mejores en este estilo de la provincia de Cáceres.

Ceclavín, otro pueblo del Valle del Alagón

A 30 km al suroeste de Coria encontramos el pueblo blanco de Ceclavín. Aquí lo interesante es que entre los siglos XV y XVIII se levantaron 17 ermitas, de las cuales apenas se conservan 9. Pero, esto no quita que la alta densidad de templos religiosos sea una de las mayores de España. Más teniendo en cuenta que se trata de un pueblo de menos de 2.000 habitantes.

Si quieres conocer alguna, te sugerimos la Iglesia de Nuestra Señora del Olmo o la Ermita de la Virgen del Encinar, que están dentro de las más fotogénicas. Luego, puedes perderte por las callejuelas estrechas del pueblo. Las mismas desembocan en una plaza mayor que tiene como protagonista una torre del reloj con un escudo en piedra del rey Felipe II.

Comer en Coria

Además de recorrer el legado monumental de Coria, no puedes irte sin probar sus sabores tradicionales. De hecho, esta ciudad cacereña es un destino ideal para los amantes del buen comer. Aquí los ingredientes provienen de las dehesas extremeñas, especialmente la carne ibérica de cerdo. De ella se obtienen embutidos como jamones, morcillas, lomos y chorizos que se consumen en todos sus restaurantes y se venden en muchas tiendas.

Por su parte, con la carne ibérica del toro se elaboran recetas tradicionales que son un sello de identidad de Coria. Platos como el estofado de carne de toro o los guisos se consumen principalmente durante la celebración de las Fiestas de San Juan.

Otras recetas populares son las chanfainas (asaduras de cerdo, cordero o conejo cocidas en una salsa espesa) o las calderetas (un guiso que se elabora con carne de cordero o cabrito). También destacan las migas extremeñas, el gazpacho, los escabeches de bogas, barbos y tencas, entre otros.

A este amplio repertorio gastronómico se suman elementos de la repostería popular, como los dulces conventuales elaborados por las monjas del Convento de la Madre de Dios. Tampoco olvides acompañar tus comidas con un buen vino. Tu paladar lo agradecerá.

Mapa de Coria y Valle del Alagón

Aquí tienes un mapa con los atractivos de Coria y el Valle del Alagón. No quedan dudas que hacer un recorrido por esta comarca es algo que no puedes dejar de hacer. Te encantará pasar por Coria, recorrer su muralla, contemplar su majestuosa catedral… El pueblo no tiene desperdicio.