El término Nubia hace referencia a una región del Valle del Nilo situada al sur de Egipto y el norte de Sudán. En la Antigüedad, esta civilización poco estudiada se enfrentó a los faraones egipcios, quienes codiciaban las riquezas de su tierra. Con una historia que se remonta alrededor del año 2.500 a.C., Nubia sigue cautivando a los turistas que se animan a explorar el sur del país. Por eso, hoy tenemos una guía dedicada especialmente para ellos.

Te contamos todo sobre Nubia, su historia, su situación geográfica, los templos nubios situados alrededor del Lago Nasser y cómo visitar los asentamientos habitados por esta antigua civilización.

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En la Antigüedad Nubia fue un reino independiente cuya población se asentaba en la parte central del Valle del Nilo. La frontera norte la marcaba la primera catarata del Nilo, en la ciudad de Aswan, mientras que sus dominios llegaban a Jartum, actual capital de Sudán.

Los Nubios son una de las civilizaciones más antiguas del continente africano. Con solo decirte que la región ya estaba habitada hace más 100.000 años te ayudará a hacerte una idea de ello. Este pueblo independiente llegó a tener sus propios faraones, a quienes se los conocía con el nombre de faraones negros.

Hoy en día, poco queda de los pueblos Nubios originales, ya que con la construcción de la Presa de Aswan muchos de ellos (al igual que grandes templos) quedaron sepultados bajo el agua.

Afortunadamente, gracias a la misión de rescate impulsada por la UNESCO (de la cual más tarde te contamos con detalle), hoy en día el turista puede visitar antiguos templos nubios situados a orillas del Lago Nasser o en pequeñas islas. También puede tomar contacto con esta antigua civilización en los pueblos nubios de la Isla Elefantina en Aswan o en sus alrededores.

¿Dónde se ubica Nubia?

No puedes buscar Nubia como tal en el mapa, puesto que no existe ningún estado o gobernación que lleve su nombre. El territorio que históricamente se ha llamado como Nubia se extiende desde la primera catarata del Nilo (en Aswan) hasta la sexta (en la ciudad de Jartum, en Sudán).

Históricamente, sus pueblos se han dividido en dos regiones de su extenso territorio. La región norte abarca una extensión de 320 km de norte a sur, desde la primera hasta la segunda catarata del Nilo, situada en la ciudad sudanesa de Wadi Halfa. Esta zona era conocida como Baja Nubia o Wawat.

Mientras que, la región sur de Nubia pertenece totalmente a territorio sudanés y era conocida como Alta Nubia (o Kush). La misma se extiende entre la segunda y la sexta catarata del Nilo.

Hoy en día, tales tierras se dividen de manera más sencilla entre las repúblicas de Egipto y Sudán.

Las riquezas de Nubia y el dominio egipcio

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Para los faraones egipcios, la Región de Nubia siempre fue una fuente proveedora de riquezas. El recurso más deseado por estos antiguos gobernantes fue el oro, que traían de estas tierras para decorar sus tumbas y templos. No en vano, los egipcios se referían a Nubia como “la tierra del oro”. De allí que establecieron con esta civilización una importante relación comercial, aunque no faltaron tampoco los episodios de saqueos, conquista y la colonización del pueblo nubio.

Resulta que los yacimientos de oro más importantes, tanto por la cantidad y pureza, se encontraron siempre en dos importantes áreas meridionales de Egipto. Por un lado, en los desiertos montañosos situados al sureste del país (especialmente el de Wadi Hammamat). Por otro lado, en el extenso territorio de Nubia.

Ya las primeras dinastías de faraones se adentraron en la zona conocida como Baja Nubia o Wawat. Aunque, durante el período del Imperio Nuevo egipcio se descubrió la Alta Nubia (o Kush), una zona particularmente rica en oro.

Sin embargo, existían otros motivos por el cual los egipcios estaban interesados en Nubia. Por ejemplo, había muchos productos que sólo eran asequibles a través de esta región. Por ejemplo: el marfil, el ébano, los huevos y plumas de avestruz, los grupos de esclavos provenientes del interior de África, las pieles de grandes felinos y más. Es precisamente por ello que muchos tesoros faraónicos estaban compuestos de productos nubios como el oro, el marfil y el ébano.

Podríamos decir entonces, que Nubia gozaba de una privilegiada situación geográfica dentro del control de las rutas comerciales.

En este sentido, otra razón que llevó a los faraones del Imperio Nuevo a interesarse en Kush era poder establecer un corredor comercial hacia el Mar Rojo. De allí que llevaron a adelante muchas inclusiones con el fin de dominar y pacificar la zona, la cual quedó al mando de un virrey de Kush. El mismo se encargaba del control de las rutas comerciales y de enviar a Egipto tributos como el oro extraído de los yacimientos de la zona.

Pero, los egipcios fueron más allá en su afán de controlar la zona. A partir del reinado de Tutmosis II los hijos de los gobernantes nubios comenzaron a ser educados en cuestiones relativas a la corte faraónica, con el fin de convertirlos en partidarios fieles de la cultura egipcia. También estaban aquellos que llegaron al país prisioneros.

Otro aspecto aspecto en el cual se hizo notar la propagación de la cultura y religión egipcia en Nubia fue en la construcción de templos. Tutmosis II y Tutmosis III, por ejemplo, erigieron templos en la segunda catarata del Nilo, mientras que los últimos faraones de esta dinastía XVIII lo hicieron en la zona de la Alta Nubia.

Pero, el legado egipcio más importante dejado en Nubia fue el de Ramsés II, de la dinastía XIX. Los inmensos templos excavados en la roca de Abu Simbel son su ejemplo más representativo.

Al mismo tiempo, el uso de las pirámides como monumentos funerarios también se introdujo en Nubia. Aunque, las dimensiones de estas no se pueden comparar con las construidas durante el Imperio Antiguo en Egipto.

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Templos de Abu Simbel en Nubia

Los faraones negros de Nubia

Los faraones nubios eran conocidos como faraones negros. Los mismos invadieron Egipto y conformaron la dinastía XXV, que gobernó entre los años 747 y 664 a.C.

La historia de la invasión Nubia en Egipto se remonta precisamente hacia el año 747 a.C., cuando la ciudad de Tebas se vio amenazada por tropas norteñas, por lo que se decidió pedir ayuda al rey nubio. Peye, el primero de los faraones negros, marchó desde Napata (su capital en Nubia), pero no con el objetivo de rescatar a Tebas, sino de expandir su conquista por Egipto hacia el Mediterráneo.

Fue así como los faraones nubios gobernaron ambos países y conformaron la dinastía antes mencionada (la cual duraría poco más de 80 años), produciéndose en ese entonces una completa integración cultural de Nubia con Egipto. Al punto tal que los faraones nubios respetaron y mantuvieron las tradiciones egipcias.

No fueron los egipcios quienes expulsaron a los nubios, sino los asirios. Los faraones negros cometieron el error de querer expandir su territorio más allá de Egipto. Fue así que se encontraron con el avance de las tropas asirias, quienes invadieron dos veces el país. Cuando el último de los emperadores nubios (Tanutamani – 664-653 a.C.) fue derrotado por los asirios se puso fin a la dinastía nubia en Egipto.

Luego de la invasión de los asirios en Egipto, siguió la de los persas, macedonios y romanos. En ese entonces, los nubios establecieron su capital en la ciudad de Meroe, desde la cual organizaban incursiones de saqueos en el país vecino. Esto acabó cuando en el año 20 a.C. firmaron un tratado de paz con Roma.

Nubia y la construcción de la Presa de Aswan

Si hacemos un gran salto en la historia, nos vamos al año 1956 de nuestra era, cuando Sudán se separa de Egipto y el pueblo nubio se distribuye entre ambos países. Unos años más tarde, en 1970 se construyó la monumental Presa de Aswan, la cual trajo grandes beneficios para Egipto y lo impulsó a la modernidad, pero a su vez dejó sepultada bajo el agua gran parte de la historia de Nubia.

La Presa de Aswan es una obra de ingeniería que fue llevada a cabo por el gobierno del presidente Gamal Abdel Nasser. La misma tenía por finalidad poner fin al proceso natural de las crecidas del Nilo, a fin de regular su caudal de agua y suministrar energía eléctrica a la población. El embalse de las aguas del río Nilo entre la primera catarata (situada al norte) y la segunda catarata (al sur) dio origen al Lago Nasser, el cual constituye un importante atractivo turístico del sur del país.

La construcción de la presa trajo beneficios económicos al país, creó puestos de trabajo que al día de hoy se conservan y potenció el turismo. Pero, al mismo trajo aparejado un alto costo ambiental y cultural.

Uno de sus mayores daños colaterales fue que muchos templos y monumentos patrimoniales quedaron sepultados bajo el agua. Ante esta situación, la UNESCO puso en marcha un plan de rescate descomunal, pocas veces llevado a cabo a lo largo de la historia. El proyecto involucró a cientos de albañiles egipcios y un equipo de arqueólogos e ingenieros de todas partes del mundo. La hazaña se llevó a cabo entre 1964 a 1968 y costó más de 40 millones de dólares.

Gracias a esto, se pudieron rescatar templos nubios como Abu Simbel y Philae, entre muchos otros. Aunque, otros templos más pequeños no corrieron la misma suerte y hoy yacen en las profundidades de este inmenso espejo de agua. Tal es el caso de la Catedral de Faras perteneciente al reino cristiano-nubio de Kush, de la cual apenas lograron rescatarse algunos frescos que hoy se exhiben en el Museo de Khartoum.

Otra de las consecuencias para Nubia fue el desplazamiento forzoso de estos pueblos ubicados en la frontera entre ambos países. Los mismos debieron trasladarse a nuevos asentamientos entre la primera y cuarta catarata del Nilo y cambiar su actividad. Algunos tuvieron que dedicarse al turismo y otros al trabajo en las plantaciones de algodón y de caña de azúcar alrededor del Lago Nasser.

Hoy en día, los pueblos nubios luchan por mantener su identidad, sus costumbres y proteger su estilo de vida. Muchos de ellos se encuentran asentados en Aswan, ya sea en sus islas o alrededores, y en algunos casos se han convertido en interesantes atractivos turísticos.

Vale aclarar que en la actualidad el término Nubia ha sido reemplazado por «pueblos nubios», puesto que es difícil establecer un territorio geográfico que los englobe. Estos diferentes asentamientos se encuentran repartidos en diferentes lugares entre Egipto y Sudán. En los situados en nuestro país protagonista nos centraremos a continuación.

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Pueblo tradicional nubio en Aswan

Turismo en Nubia

El turismo nubio se centra principalmente en la visita a distintos pueblos tradicionales y los diferentes templos situados en el desierto y a orillas del Lago Nasser. Para poder hacer ambas cosas, lo más práctico es pasar unos días en la ciudad de Aswan (la más meridional de Egipto) y luego tomar un crucero por el Lago Nasser para visitar Abu Simbel y otros templos nubios.

De todos modos, aquí te contamos qué atractivos visitar en esta extensa región fronteriza, centrándonos siempre en Egipto. Pero, antes te hacemos un breve repaso por algunos aspectos interesantes de la cultura Nubia que descubrirás a medida que hagas turismo.

¿Cómo es la cultura Nubia?

Los rasgos de la cultura Nubia que han logrado sobrevivir a nuestro tiempo se hacen presentes en aspectos como la música y la danza, la arquitectura tradicional y la vestimenta.

Respecto a esto último, los nubios se caracterizan por el uso de largas túnicas bordadas con vivos colores. Los collares, pendientes, tatuajes de henna y colgantes también forman parte de sus ritos de vestimenta.

La música y la danza típica de los pueblos nubios es también muy interesante, con artistas que han trascendido las fronteras. A las voces ásperas y nasales se suma el uso de instrumentos musicales como el oud, que es una especie de guitarra con forma de pera; y el douff o tambor bajo.

Las construcciones nubias se caracterizan por ser sencillas y humildes. El material predominante es el adobe y es común el uso de cúpulas y techos abovedados que se recubren con yeso o cal.

Aunque, lo verdaderamente llamativo son los colores y la ornamentación utilizada, la cual les da a las viviendas un poderoso atractivo visual. Es normal que las puertas y paredes exteriores estén pintadas con colores estridentes y que haya objetos de cerámica a modo de adornos.

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Por otro lado, los nubios poseen rasgos físicos que los distinguen fácilmente de los egipcios. Por lo general, tienen mayor estatura, piel más oscura y ojos increíblemente claros. Además, cuentan con una lengua propia que les da (junto a otros aspectos) la categoría de un grupo étnico diferente al resto de los que habitan Egipto. Otro ejemplo de esto son los beduinos que viven en pequeñas comunidades en el Desierto del Sinaí.

Los poblados nubios

Si bien muchos pueblos nubios fueron inundados con la construcción de la Presa de Aswan, algunos lograron sobrevivir. Los más importantes desde el punto de vista turístico se encuentran ubicados en la Isla Elefantina, la más grande de Aswan. Pero, otros se hallan dispersos por la ciudad o en la orillas occidental del Nilo.

Tal como te contamos antes, los pueblos nubios se preocupan por preservar sus costumbres milenarias y, en algunos casos, sus asentamientos se han abierto al turismo a fin de que los viajeros conozcan su cultura. Aunque, algunos de ellos se han vuelto excesivamente turísticos, perdiendo un poco la esencia de pueblo nubio que busca ver el visitante.

Gharb Soheil, pueblo Nubio en Aswan

En las proximidades de Aswan se encuentra el pueblo nubio de Gharb Soheil, el cual puedes visitar de manera libre o en excursión. Como sea, vivirás una experiencia colorida y agradable que te permitirá tener un acercamiento al modo de vida y las tradiciones de Nubia.

Por eso, una de las mejores cosas para hacer en Aswan es contratar un paseo en faluca (una pequeña embarcación tradicional a vela) y visitar esta aldea que ofrece una buena oportunidad para conocer la historia y tradiciones nubias.

Gharb Soheil se encuentra situado en la orilla occidental del Nilo, a unos 5 kilómetros en línea recta del centro de Aswan (entre la Isla de Sehel y la Presa Baja). A lo largo del recorrido fluvial que lleva al poblado podrás ver el famoso mausoleo de Aga Khan, la Isla Elefantina y el Hotel Old Cataract. Este último es el hotel más emblemático de la ciudad, que se popularizó por haber albergado a Agatha Christie, autora de la popular novela “Muerte en el Nilo”.

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Las calles del pueblo nubio de Gharb Soheil son angostas y están llenas de casas pintadas de todos los colores que puedas imaginar. También hay muchas tiendas de artesanías y viviendas que ofrecen alojamiento y la posibilidad de comer algún platillo tradicional o tomar el té. Esto último es algo que te recomendamos hacer, puesto que la gastronomía nubia es muy sabrosa, gracias al uso de incontables especies que se venden en puestos callejeros.

Perderse en los pequeños zocos del pueblo nubio es otro de los mejores planes para tu visita. En ellos encontrarás especias, artesanías, inciensos, ropa de algodón, tallas en madera y más. Como en todos los zocos de Egipto, los precios están inflados, por lo que el regateo es fundamental para conseguir un buen precio.

Este pueblo es una de las recreaciones más fieles de las pequeñas localidades que se asentaban a orillas del Nilo en la Baja Nubia, antes de la construcción de la presa.

¿Te gustaría sumarte a esta excursión? Aquí te dejamos el enlace para que puedas contratarla: excursión en barco al poblado nubio.

Poblado nubio de la Isla Elefantina

Otra opción interesante es hacer una excursión en faluca a la Isla Elefantina y visitar el poblado nubio que la habita.

La Isla Elefantina se encuentra situada frente a la primera catarata del Nilo y se usó como un punto estratégico para controlar el comercio en el Nilo en la antigüedad. Hoy en día, es habitada por una comunidad nubia y alberga varios atractivos. Ejemplos de ello son el Museo de Aswan y las ruinas del templo de Khnum y el Nilómetro, una estructura que se empleaba para calibrar el volumen de las crecidas del río Nilo.

La Isla Elefantina es la más grande y turística de las islas de Aswan. Además de los sitios antes mencionados, es el hogar de una comunidad nubia que vive en pequeñas aldeas con casas de adobe pintadas de colores muy vivos. Si deseas tener un acercamiento con esta cultura podrás alojarte en sus propias casas o bien en alguno de los hoteles modernos de la isla.

Para visitar la Isla Elefantina puedes tomar un ferry público desde el embarcadero de Aswan o contratar un paseo en faluca. El ferry opera desde las 6 am hasta la medianoche, sale cada 10 minutos y tiene un costo de 5 LE (0,17 USD). Recuerda que también es una excelente propuesta la excursión que propusimos más arriba.

Monumentos de Nubia, desde Abu Simbel hasta Philae

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Templo de Philae

Otro motivo para hacer turismo por Nubia es la cantidad de monumentos y templos que alberga. De hecho, es una zona arqueológica excepcional que tiene como principales exponentes a los templos de Abu Simbel y el santuario de Isis en Philae. Ambos fueron salvados por la campaña auspiciada por la UNESCO que mencionamos antes.

Los monumentos del Antiguo Egipto en la región de Nubia están distribuidos desde la ciudad de Aswan hasta la frontera con Sudán. Debería haber muchos más, solo que con la construcción de la presa algunos no pudieron ser rescatados. Muchos de ellos son Patrimonio de la Humanidad desde 1979, bajo la denominación de Monumentos de Nubia de Abu Simbel a File.

De todos los templos nubios que hay para ver te sugerimos especialmente los de Abu Simbel y el Templo de Isis. Aunque, si haces estos cruceros por el lago Nasser conocerás muchos más:

Además de Abu Simbel y Filé, estos son algunos de los templos nubios que forman parte de la región:

  • Conjunto monumental de Amada: se compone del propio Templo de Amada, que fue construido por Tutmosis III y Amenofis II en el siglo XV a.C.; el Templo de El Derr, uno de los muchos erigidos por Ramsés II; y la Tumba de Pennut, un mausoleo dedicado a quien fue el virrey de Nubia durante el reinado de Ramsés IV.
  • Templo de Wadi el Seboua: fue mandado a construir por Ramsés II y está dedicado a Amón-Horakti. El mismo se encuentra presidido por la Avenida de las Esfinges, también conocida como Valle de los Leones. Cerca se encuentra el Templo de Dakka, erigido durante la era ptolemaica en honor al dios de la sabiduría, Thot; y el Templo de Meharakka, cuyo origen se remonta a la época grecorromana. En este caso, estaba dedicado al dios Serapis.
  • Templo de Kalabsha: la construcción de este templo Nubio se remonta a los años 30 a.C., bajo las órdenes del emperador romano Octavio Augusto. Aunque, la obra nunca fue concluida. Estaba consagrado a Marut (nombre nubio del dios egipcio Horus), a quien los griegos conocían como Mendelius. Por su belleza, es considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura egipcia en Nubia, además de los de Abu Simbel.
  • Monasterio de San Simeón: se trata de una construcción realizada por los monjes coptos en el siglo VII con la finalidad de convertir al cristianismo a la población nubia y tener un lugar en donde dar cobijo a los peregrinos. Aunque quedó abandonado en el siglo XIII debido a la falta de agua, sorprende por su relativo buen estado de conservación.

Abu Simbel

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Abu Simbel es sin dudas una de las joyas más valoradas del rico patrimonio del Egipto faraónico. Este descomunal complejo arqueológico se encuentra conformado por dos templos: uno dedicado al gran Ramsés II y otro a su esposa predilecta, la reina Nefertari.

Gracias a la impresionante misión de rescate llevada a cabo por la UNESCO hoy en día es posible disfrutar de este sitio Patrimonio de la Humanidad. Abu Simbel es considerada la obra más grande dejada por Ramsés II.

Este importante gobernante Egipto era conocido como el “rey constructor”, puesto que levantó los templos más espectaculares y mejoró las obras de sus predecesores. Pero, de todas sus obras, Abu Simbel es su máximo exponente.

La construcción de este templo Nubio implicó una impresionante campaña que duró 20 años. El complejo está formado por el Gran Templo y el Templo Menor. El primero rendía culto a Amón, Ra y Ptah, las tres grandes deidades del Antiguo Egipto, y al propio Ramsés deificado. El segundo estaba dedicado a la diosa Hathor y la reina Nefertari.

Templo de Philae

El Templo de Philae está ubicado en la Isla de Agilkia y rinde honor a Isis, la diosa egipcia del amor y la maternidad.

Según cuenta la leyenda, la diosa se habría refugiado en esta isla para recomponer las piezas de su fallecido esposo Osiris, quien había sido descuartizado por su hermano Seth y arrojado a las aguas del Nilo. La diosa Isis habría recogido las partes y refugiado en la isla, donde rearmó el cuerpo de su amado.

Al igual que los templos de Abu Simbel, el de Philae es uno de los que debió trasladarse para no quedar anegado bajo las aguas del Nilo con la construcción de la presa. Gracias a esto, los turistas pueden conocer el Templo de Philae y apreciar la que es considerada como la última gran obra arquitectónica del Antiguo Egipto.

El Templo de Philae tiene la particularidad de ser el lugar donde un sacerdote de Isis talló los últimos jeroglíficos de la historia egipcia (en el año 394 de nuestra era). Afortunadamente, podrás verlos en el Templo de Isis. Otras construcciones de valor son el Templo de Hathor, la Puerta Adriano y el Quisco de Trajano.

Como puedes ver, Nubia tiene muchos tesoros que merece la pena descubrir. Por eso, si planeas viajar a Egipto, no dejes de hacer base en Aswan y explorar la zona. Lo ideal sería visitar primero algún pueblo nubio y luego tomar un crucero por el Lago Nasser. De ese modo, hebras accedido a los grandes maravillas de esta región.

Créditos fotográficos

- [Nombre de a foto según banco de imágenes] ([url de donde la encontramos]), por [Nombre del autor] / CC BY ([url de la licencia])

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