A orillas del Mediterráneo encontramos el precioso pueblo de Altea, una perla de la Costa Blanca alicantina perfecta para unas vacaciones relajadas. Casas blancas, tejados azules, calles adoquinadas adornadas con flores, bonitos miradores, plazas animadas, playas de guijarros y restaurantes donde comer delicias mediterráneas. Todo esto y más es Altea. ¿Nos acompañas a conocer este bonito destino de la provincia de Alicante?

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Un mar de casas blancas y tejados azules le han dado a este destino el nombre de la “cúpula del Mediterráneo”. Basta con llegar a alguno de sus miradores para poder comprobarlo por cuenta propia. Altea destaca por su ambiente bohemio, sus mercadillos, tiendas artesanales y la colorida decoración de sus calles. Las playas, por su parte, son ideales para el descanso y la desconexión.

Altea es uno de los muchos pueblos costeros que hay en Alicante que, a pesar de ser muy turísticos, mantienen su esencia mediterránea. Situada entre las ciudades de Benidorm y Calpe y a una hora y media de Valencia, Altea se presenta como una opción más tranquila que las primeras (aunque, en temporada alta suele estar llena de gente) y una escapada increíble para hacer desde la capital de la Comunidad Valenciana. Su oferta turística combina lo mejor de la playa con atractivos culturales que le dan mucha categoría.

¿Qué ver en Altea?

Altea es un pueblo pequeño en el que no se necesita más de un día para conocer sus atractivos. De todos modos, nuestra propuesta es que te quedes un par de noches o te escapes a Altea un fin de semana completo para disfrutar de sus playas y el ambiente nocturno de su bonito casco histórico.

Si vas únicamente a pasar el día tendrás que aparcar en los alrededores del casco urbano o en alguno de los parkings. Una vez que hayas aparcado, puedes dedicarte a descubrir la variada oferta turística de este enclave alicantino: playas, un animado puerto, miradores, callejuelas con encanto, una deliciosa gastronomía mediterránea…

El casco antiguo de Altea (el Fornet en la época árabe) se ubica en lo alto de un cerro y es peatonal. Muchas calles están empedradas y repletas de restaurantes y hoteles en los cuales pasar la noche. Su corazón es la plaza de la Iglesia y el epicentro de ocio y cultura de la villa, especialmente en las noches de verano.

El paseo marítimo de Altea tampoco tiene desperdicio. Paseando por él llegarás a bonitas playas de cantos rodados, mucho más tranquilas que las de los pueblos vecinos. Las mismas son ideales para ir con niños, en pareja, con amigos y para practicar deportes náuticos como la navegación, la pesca, el snorkel, la natación y más.

Si esto te parece poco, las montañas que rodean al pueblo (concretamente, la Sierra de Bernia y el Parque Natural de Sierra Helada) permiten disfrutar de actividades al aire libre como el senderismo y el ciclismo de montaña. Esto habla de la riqueza paisajística de la provincia de Alicante, tanto en la costa como en el interior.

En definitiva, son tantos los motivos que hacen de Altea un pueblo especial, que estamos seguros de que luego de tu primera visita querrás regresar. Sin más que decir, veamos cuáles son los principales atractivos de Altea.

Por cierto, si quieres conocer mejor el pueblo, incluyendo su historia y rincones más emblemáticos, te sugerimos sumarte a este free tour por Altea.

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Calle de San Miguel

Como muchos pueblos mediterráneos, Altea es un destino que invita a callejear. Todo el casco urbano situado en la parte alta está adoquinado, es peatonal y tiene cuestas. Esto puede cansar un poco, pero es lo que a su vez le da tanto encanto a su entramado urbano. Subir por las escaleras tiene como recompensa llegar a miradores desde los cuales se disfruta de las mejores vistas del pueblo. Eso sí, si vas en pleno verano procura hacer esto en las últimas horas del día, cuando el sol ya no aprieta tanto.

Ya que hablamos de las calles de Altea, tenemos que mencionar la de San Miguel. Esta vía repleta de tiendas de artesanías, galerías de arte y rincones fotogénicos es probablemente la más bonita del pueblo. Al final del paseo te encontrarás con una vista de las fachadas blancas de las casas y las cúpulas azules que tanto encanto le dan a Altea.

Otras calles pintorescas de Altea

No creas que la Calle de San Miguel es la única bonita de Altea. El pueblo está lleno de calles pintorescas cuyas casas con fachadas blancas están adornadas con buganvillas, jazmines y geranios. De todos modos, un buen consejo es que recorras Altea sin rumbo fijo. De ese modo tus sentidos te irán conduciendo a los rincones más fotogénicos de este pueblo mediterráneo.

Entre las calles más bonitas de Altea encontramos la Calle Salamanca, donde se pueden ver casas adosadas a la muralla bellamente decoradas. Si quieres llevarte una foto diferente, entonces tienes que recorrer la Calle Consuelo, la cual se distingue por sus puertas de colores. En la Calle Salamanca encontramos la Casa Cervantes, una vivienda construida por Francisco Martínez i Martínez, miembro del movimiento literario conocido como la «Renaixenca Valenciana» del siglo XX y un estudioso de la obra de Miguel de Cervantes.

La Calle Mayor es una pintoresca vía que desciende desde la plaza de la Iglesia y está repleta de restaurantes y tiendas de recuerdos. La misma conduce al Portal Vell, por el cual se accedía al recinto amurallado en épocas de antaño.

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Plaza de la Iglesia

La Calle de San Miguel desemboca en la plaza de la Iglesia. Antiguamente este espacio estaba ocupado por el Castillo de Altea, pero hoy está presidido por la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo.

La plaza de la Iglesia es el corazón del casco antiguo y está rodeada de terrazas que invitan a sentarse a comer un rico platillo mediterráneo o tomar una cerveza bien fría. También hay algunos puestos de artesanías y tiendas para comprar recuerdos de viaje. Su ambiente es muy animado en todo momento, especialmente durante las noches de verano, cuando los locales y turistas se reúnen a despedir el día.

La Iglesia de la Virgen del Consuelo se encuentra en el punto más alto del pueblo y destaca por su cúpula con mosaicos azules y blancos y su estilo modernista y neoclásico. Fue construida a principios del siglo XX y desde ese entonces es todo un símbolo de Altea. Su interior decorado con motivos clásicos y florales se puede visitar de forma gratuita.

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Mirador de los Cronistas y del Portal Viejo

Luego de visitar la iglesia puedes acercarte al Mirador de los Cronistas, un punto panorámico desde el cual se aprecian vistas fabulosas del Mediterráneo, la bahía de Altea, el Parque Natural de la Serra Gelada y, si el día está despejado, los edificios de Benidorm y el Peñón de Ifach en Calpe.

El Mirador del Portal Viejo ofrece una bonita vista de la bahía de Altea y la costa de Calpe, con las casitas blancas y el azul del Mediterráneo adornando el paisaje. Lo encontrarás siguiendo la calle del Portal Viejo. No te preocupes, porque al final del artículo te dejamos un mapa interactivo con la localización de cada sitio mencionado.

Las puertas y torres medievales de Altea

Paseando por el casco antiguo de Altea te toparás con dos torres de vigía que en la época medieval defendían el recinto amurallado: la torre de la Galera y de la Bellaguarda. También encontrarás las dos puertas principales: la Puerta de Valencia (o Portal Vell) y la Puerta del Mar (o Portal Nou).

La antigua torre de vigilancia de la Bellaguarda se encuentra de camino a la playa y en su momento protegía la población de posibles incursiones de piratas y berberiscos. Fue construida en mampostería en el siglo XVI y luego de una profunda restauración se convirtió en un excelente mirador al Mar Mediterráneo y a la parte alta de Altea.

El Portal Vell comunicaba en el siglo XVII el norte de la muralla con el Camino Real. Hoy en día, une la Calle Mayor con la plaza de la Iglesia. Por su parte, el Portal Nou es quien da la bienvenida al casco histórico desde el puerto. Data del siglo XVIII y se ubica junto a la Plaza de Carmelina Sánchez Cutillas.

Paseo marítimo

Una vez que termines el recorrido por el casco antiguo de Altea puedes bajar a la costa y hacer un recorrido por el relajante paseo marítimo. El mismo se extiende desde la playa de Roda y culmina en Albir, una localidad aledaña a Altea.

El paseo está lleno de restaurantes donde saborear las tradicionales tapas y manjares del mar. Durante el verano su ambiente es sumamente animado y generalmente está abarrotado de gente que se reúne para comer y tomar algo con vistas al Mediterráneo.

Las playas de Altea

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El paseo marítimo pasa por varias playas urbanas que constituyen el principal reclamo turístico de Altea. El litoral abarca un total de 8 km e incluye calas escondidas entre acantilados que se alternan con tramos de playa en terrenos planos.

La costa de Altea abarca desde la punta del Mascarat, o Morro de Toix, hasta el espigón del puerto. Todas las playas poseen la característica de ser de cantos rodados y guijarros, lo cual evita que tengan la concurrencia de las playas de arena fina y dorada de Calpe y Benidorm. Por ende, las playas de Altea son mucho más tranquilas que en otros tramos del litoral alicantino. La mayoría cuenta con servicios como alquiler de sombrillas, tumbonas y socorristas. Pero, también hay playas más vírgenes y poco conocidas, al igual que calas muy pequeñas ideales para desconectar.

Las principales playas urbanas de Altea son la de Roda, Cap Negret y Cap Blanc. La primera se ubica cerca del puerto y del pueblo, justo en la desembocadura del río Algar. Posee 1400 metros de longitud y está acompañada en todo momento por el paseo marítimo. Cuenta con acceso para personas con movilidad reducida, centros náuticos, escuelas de buceo y todo tipo de servicios gracias a su proximidad al núcleo urbano. Al igual que muchas playas de Alicante, lleva la distinción de Bandera Azul.

La playa Cap Negret está situada en las afueras del pueblo, cerca de la desembocadura del Río Algar y es una de las más hermosas de Altea. Al igual que las otras playas de Altea es de guijarros, aguas cristalinas y es muy tranquila. La playa de Cap Blanc es una playa de 1 km de largo con características similares a la anterior. También está un poco más alejada del puerto, pero cuenta con excelentes servicios.

Puerto de Altea

El puerto de Altea regala otra de las estampas más hermosas de la villa. En realidad, son 3: el Puerto Deportivo Campomanes (o Marina Greenwich, a 3 km de Altea); el Puerto Deportivo Porto Senso y el Puerto Deportivo del Club Náutico de Altea, a los cuales se suman un puerto pesquero.

La zona portuaria está llena de embarcaciones recreativas y es perfecta para disfrutar de actividades acuáticas como paseos en kayak, catamarán o paddle surf. En ese sentido, te recomendamos sumarte a este paseo en catamarán con barbacoa.

Si visitas Altea en verano podrás presenciar el campeonato de vela más famoso del Metierráneo, las «200 millas a 2», que realiza el recorrido de Altea a Ibiza ida y vuelta.

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Iglesia Ortodoxa de San Miguel Arcángel

A las afueras de Altea (en dirección a Calpe) nos encontramos con la curiosa Iglesia Ortodoxa de San Miguel Arcángel. Realizada completamente en madera de Rusia, parece sacada de un cuento infantil.

Se trata de la primera iglesia ortodoxa construida en España por los inmigrantes ortodoxos que huyeron de la Unión Soviética. Si bien su exterior es llamativo e invita a tomar varias fotografías, no dejes de visitar su interior para apreciar su hermosa cúpula decorada con frescos. Sin dudas, encontrarse con esta joya en plena costa alicantina es todo un placer.

¿Cuál es la mejor época para visitar Altea?

El mejor momento para visitar Altea es la temporada baja, especialmente la primavera y el otoño. El verano claro que es genial para disfrutar de las playas sobre el Mediterráneo, pero en estos meses (especialmente julio y agosto) el pueblo se llena de turistas. En todo caso, dependerá de cuán tolerante seas a las muchedumbres y el ajetreo propio de los meses de verano.

Igualmente, tal como te comentamos antes, las playas de Altea son menos concurridas que las de Calpe y Benidorm. Si bien suele recibir mucho turismo, no están excesivamente masificadas como sus vecinas.

¿Cómo llegar a Altea?

Al estar entre medio de dos grandes destinos turísticos de Alicante (Calpe y Benidorm), llegar a Altea es muy sencillo. Si viajas en coche tienes que tomar la autopista A-7 hasta la salida 64 que conduce al pueblo. También se puede llegar por la N-332 (Valencia-Alicante).

El aeropuerto más cercano es el de Alicante (a 61 km), por lo que si viajas en avión es una buena opción. Allí puedes alquilar un coche o bien contratar un servicio de traslado privado.

Otros medios para llegar a Altea son el tren (con la línea Alicante-Denia) y en autobús desde diferentes municipios de la provincia (con la compañía ALSA).

¿Qué comer en Altea?

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Como buen pueblo costero, Altea tiene una larga tradición pesquera que se ve reflejada en sus platos con sabor a mar. Las hortalizas, los pescados y los mariscos son los protagonistas indiscutibles de su escena culinaria, la cual se disfruta en los muchos bares y restaurantes repartidos en el pueblo.

¿Qué platos típicos se pueden comer en Altea? Son varias las opciones. Una de ellas es el “arròs amb fessols ” o “l’arròs amb fessols i polp”, (arroz con habichuelas), dos recetas que llevan años transmitiéndose de generación en generación. Los platos son iguales, solo que en uno hay pulpo y en el otro variedad de verduras.

La paella es otro de los platos bandera de la gastronomía de Altea. En todos los restaurantes del pueblo la podrás comer, mientras que en las familias locales es un ritual que se celebra el domingo al mediodía. Una de las variantes populares es la “paella d’aladroc”, una paella de boquerón, coliflor, alcachofa y habas que se consume generalmente en invierno.

El arroz se hace presente en otros platos como l’arròs amb ceba, (arroz con cebolla), una preparación que se consume en todo el año y se suele acompañar de pescado azul. Otro es el caldero marinero, una receta propia de los marineros que también lleva este ingrediente tan apreciado; o el l’arròs amb peix, que no es más que arroz con pescado.

Las cocas y las empanadas también son populares en Altea. Las cocas “a la llumà” se consiguen en cualquier panadería del pueblo los días jueves, haciendo honor a la tradición. Los “bollos de bleda” o “bollos de farina de dacsa” son otro manjar que se consigue fácilmente. Se trata de unas empanadas fritas que se rellenan de espinaca, morcillas y anchoas, ideal para un día frío de invierno.

Mapa de Altea

¿Listo para viajar a Altea? El calor en España aprieta y qué mejor que escaparse a la playa para soportar las altas temperaturas. Pero, no olvides que este pueblo con sabor a mar se disfruta en cualquier momento del año. Por ende, siempre tendrás una buena excusa para viajar a Altea y desconectar de la rutina.

Créditos fotográficos

  • (https://pixabay.com/es/photos/altea-iglesia-monumento-894886/), por juliox (https://pixabay.com/es/service/license-summary/)
  • (https://pixabay.com/es/photos/puerto-barcos-mar-ciudad-costa-7006230/), por AitanaCostaBlanca (https://pixabay.com/es/service/license-summary/)

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