Reikiavik (o Reykjavík) es una de las capitales europeas más pequeñas y la capital más septentrional del mundo. Si bien suele no ser el principal objetivo de los viajeros que visitan Islandia, sino más bien el punto de origen de la habitual ruta circular por el país, lo cierto es que merece la pena dedicarle uno o dos días. No muchos saben que Reikiavik posee muchos sitios de interés y es buena base para hacer excursiones interesantes. Además, es una buena manera de tomar el primer contacto con la gente, las costumbres y la gastronomía de Islandia. En conclusión, no hay excusas para no descubrir Reikiavik.
Con esta guía completa de Reikiavik podrás planificar tu paso por la capital islandesa y descubrir sus principales sitios de interés. A lo largo del artículo te damos tips de viaje que te serán muy útiles y al final te detallamos cuáles son las mejores excursiones para hacer desde la ciudad. No perdamos más tiempo y comencemos a conocer Reikiavik.
¿Cómo llegar a Reikiavik?
Tu puerta de entrada a la Tierra del Fuego y del Hielo será el aeropuerto de Reikiavik-Keflavik, que es el más importante y el único internacional del país. Se encuentra a 3 km de Keflavik, ciudad de la que toma el nombre, y a 50 km de Reikiavik. Para moverte desde el aeropuerto hasta el centro de la capital dispones de taxis, autobuses, transportes privados o coches de alquiler.
El aeropuerto Reikiavik-Keflavik es relativamente pequeño, moderno y práctico. Posee dos pistas y una única terminal llamada Leif Erikson. Moverse por él es sencillo y afortunadamente las indicaciones también están en inglés.
Las principales conexiones son las ciudades de Copenhague, Londres y Ámsterdam y la mayoría de las capitales europeas. También hay vuelos a las grandes ciudades de Estados Unidos y Canadá.
Aclaración importante: al que oficialmente llaman aeropuerto de Reikiavik se encuentra a un par de km del centro y solo realiza vuelos domésticos y a Groenlandia, por lo que no será tu punto de llegada a la ciudad.
¿Cómo ir del aeropuerto al centro de Reikiavik?
Como te anticipamos, tienes varias opciones para llegar desde el aeropuerto al centro de Reikiavik. La más elegida por los viajeros son los autobuses. Son cómodos, prácticos y una buena alternativa en relación calidad-precio (ten en cuenta que Islandia es un país caro).
Las dos alternativas de autobuses son Flybus y Airport Express. En el primer caso, la parada se encuentra justo a la salida del hall de llegadas y los viajes al centro salen entre 30 y 45 minutos después del aterrizaje de cada vuelo. El viaje dura 45-60 minutos hasta la estación de autobuses BSI de Reikiavik, ubicada a 10 minutos a pie del centro.
El Airport Express tiene un sistema similar al anterior, solo que el trayecto desde el aeropuerto al centro finaliza en su propia estación, a unos 30 minutos a pie del centro. Por ende, deberás contar con otro medio para que te lleve luego a tu alojamiento, salvo que tu hotel se encuentre a las afueras de la ciudad. El servicio también te brinda la posibilidad de ir directo en minibús desde el aeropuerto a tu alojamiento en Reikiavik (es un poco más caro, pero ahorra tiempo).
También tienes la opción de tomar el autobús urbano (Islandia no posee red ferroviaria para pasajeros) que no es específico del aeropuerto, por ende realiza varias paradas antes de llegar a la ciudad. Tampoco tiene espacio especial para el equipaje. En otras palabras, no es la opción más recomendada.
Alquilar un coche solamente vale la pena si vas a hacer una ruta en coche por el país. En ese caso, el aeropuerto es la mejor opción porque tienes más agencias y mejores precios. Para llegar a Reikiavik debes tomar la carretera Route 41 que está perfectamente señalizada y no posee tráfico excesivo.
Finalmente, también puedes cubrir el trayecto desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad en taxi o transporte privado. Las dos opciones son más cómodas, pero bastante más caras. En todo caso, dependerá del presupuesto con el que cuentes.
¿Qué hacer en Reikiavik?
Reikiavik no tiene mucho en común con otras capitales europeas. Es decir, no es una gran metrópoli llena de edificios altos. Más bien se caracteriza por sus casitas bajas, sus museos y por la posibilidad de hacerle vivir al viajero grandes experiencias, como tomar una excursión para ver ballenas o presenciar auroras boreales.
Tip viajero: si piensas pasar 2 o 3 días en la ciudad, la opción más conveniente es contratar la Reikiavik City Card. La misma te permite ingresar de manera gratuita a muchos de los museos y galerías, viajar en autobús de manera ilimitada, visitar las piscinas de Reikiavik y tomar un ferry a la isla Viðey.
Ahora sí, llegó la hora de meternos de lleno en los atractivos turísticos de Reikiavik.
Iglesia de Hallgrímskirkja
Cuando pones Reikiavik en el buscador de Google lo primero que aparece es una imagen de esta iglesia tan rara. Sí, es totalmente rara y fuera de lo común. El motivo es que simula las increíbles formaciones basálticas, uno de los sellos naturales de Islandia. Cuando estés frente a sus 74 metros de altura comprenderás por qué es tan fotografiada: porque sencillamente es increíble.
Este templo luterano (principal religión del país) es erróneamente llamado “Catedral de Reikiavik”, ya que lo cierto es que no es una catedral. Su increíble altura la convierte en el edificio más alto de Reikiavik y la hace visible desde diferentes puntos. También es la iglesia más grande del país y uno de los monumentos más destacados de la ciudad.
La Iglesia de Hallgrímskirkja fue inaugurada en 1986 y su construcción llevó más de 40 años. Si bien al principio el diseño del arquitecto Gudjón Samúelsson fue un poco polémico, lo cierto es que con el tiempo se convirtió en el gran orgullo de Reikiavik. Una curiosidad del templo es que está dedicado a Hallgrímur Pétursson, un famoso poeta y destacada figura nacional.
Si bien apreciar Hallgrímskirkja desde afuera y visitarla por dentro vale la pena, lo verdaderamente especial es subir a su torre panorámica. El acceso se realiza por un ascensor (solo al final hay unos escalones) y el billete puede comprarse en la misma iglesia. La entrada cuesta unas 1000 coronas islandesas (6,7 EUR). Por su parte, la entrada a la iglesia es gratuita.
Desde lo alto te encontrarás con una postal característica de Reikiavik, con sus casitas de colores y el escenario natural increíble que se abre alrededor de ella.
Otro de los atractivos del templo es la estatua de Leif Eriksson, ubicada justo delante de la puerta de entrada a Hallgrímskirkja. Sus casi 50 toneladas la convierten en el monumento más importante de Reikiavik. Ahora, ¿quién fue Leif Eriksson? Un explorador vikingo de finales del siglo X y, según los historiadores, el primer europeo en pisar Norteamérica. Otro dato de la estatua es que fue un regalo que hizo Estados Unidos a Islandia para conmemorar el aniversario número 1.000 del Parlamento más antiguo del mundo. La misma fue inaugurada en 1930, antes de que se construyera la iglesia.
Centro de la ciudad
Luego de visitar la iglesia de Hallgrímskirkja puedes dedicarte a recorrer las principales calles comerciales de Reikiavik, la mayoría peatonales. La más importante es Laugavegur, aunque también están Austurstraeti, Laekjargata y Skolavordustigur.
Laugavegur es la calle comercial más conocida de Reikiavik y el sitio donde se concentran la mayor parte de restaurantes, bares y tiendas de ropa. No esperes toparte con las concurridas avenidas comerciales de las grandes ciudades. Aunque, no es necesario, ya que en Reikiavik te acostumbras pronto a sus paseos más bien solitarios llenos de encanto. La principal oferta está destinada a los deportes extremos y de montaña, es de calidad muy alta, como también lo son sus precios.
Es la calle con más vida de la ciudad, ideal para visitarla por las noches, cuando el ambiente nocturno invita a tomar un trago y conocer gente en algún bar.
Prácticamente perpendicular a Laugavegur y separada por tres calles, encontramos Skólavördustígur. Esta arteria comercial une el centro de la ciudad con la iglesia de Hallgrímskirkja y, si bien es menos turística y más residencial, es otro lindo paseo que te sugerimos hacer. Allí encontrarás las tradicionales casitas bajas con fachadas coloridas. Además, acoge a uno de los restaurantes de más renombre de la ciudad: Sjavargrillid, varios cafés y algunas tiendas.
El corazón de la ciudad es la plaza Austurvollur, que cuando hace buen tiempo se llena de terrazas en donde tomar y comer algo. Frente a ella se encuentra el edificio del Parlamento islandés y en la parte del centro la estatua de Jón Sigurdsson, el héroe nacional.
Junto a la plaza aparece otro de los edificios más importantes de Islandia: la Catedral luterana de Reikiavik. Levantada a finales del siglo XVIII, es un templo pequeño y sencillo que poco tiene que ver con las grandes catedrales europeas. Sin embargo, es la única catedral de toda Islandia y la entrada es gratuita, por lo que puedes hacer una breve visita.
Lago Tjörn
Otro de los sitios para ver en Reikiavik es el Lago Tjörn, muy popular entre locales y viajeros. Está ubicado muy cerca del centro de la ciudad y es un verdadero remanso de paz, perfecto para dar un paseo mientras observas las muchas aves que hay en él.
El estanque es habitado por unas 40 especies de gansos, patos, cisnes y gaviotas durante la mayor parte del año. Por eso, es muy frecuentado en los meses más cálidos por las familias con niños pequeños que van a darles pan a las aves (de allí que se conozca como “la sopa de pan más grande del mundo”). En invierno, en cambio, el estanque se congela y da lugar a una pista de patinaje improvisada.
Junto al lago se encuentra el Ayuntamiento y muchos edificios importantes de la ciudad, como la Galería Nacional y la iglesia protestante Fríkirkjan. Al sur del estanque verás la famosa Casa Nórdica, un edificio único de Reikiavik donde a menudo se realizan exposiciones de arte, y la Universidad de Islandia.
Puerto Viejo y Viajero del Sol
Una de las zonas con más ambiente de la ciudad es el Puerto Viejo, en donde las antiguas casetas de madera de los pescadores se han convertido en acogedores restaurantes. Allí podrás pasear por los muelles, observar el tráfico de barcos y probar la gastronomía local a base de pescados y mariscos frescos. Además, si tu visita coincide con el fin de semana, podrás asistir al mercadillo Kolaportid que se monta en el puerto y cuenta con puestos muy variados.
Tip viajero: en la zona del Puerto Viejo se encuentra un puesto de burritos calientes llamado Bæjarins Beztu Pylsur, que se hizo muy famoso tras la visita de Bill Clinton. Los hot dog que venden allí tienen fama de ser los mejores de Islandia.
Desde el Puerto Viejo sale un pintoresco paseo paralelo al mar que culmina en la famosa escultura llamada Viajero al Sol o Sólfar. Fue construida en acero para conmemorar el aniversario número 200 de la ciudad y representa el esqueleto de un barco vikingo. Simbólicamente, representa un viaje hacia el sol, el progreso y la esperanza. Sin dudas que es un rincón muy bonito para disfrutar de las vistas del Océano Atlántico y las montañas nevadas de fondo.
Siguiendo por el paseo marítimo, luego de la escultura del Viajero del Sol, llegarás a una bonita casa llamada Höfði. Te preguntarás qué tiene de especial. Bueno, su interés es histórico, puesto que allí tuvo lugar en 1986 la reunión entre el presidente Ronald Reagan, de Estados Unidos, y Mijaíl Gorbachov, de la antigua Unión Soviética, para dar fin a la Guerra Fría. Si bien no puede visitarse por dentro, la casa se encuentra en un bonito entorno que hace que valga la pena llegar hasta ella.
Museo y Galería Nacional de Islandia
Si tienes la Reikiavik City Card y te gustan los museos, estas dos propuestas son ideales. El Museo Nacional de Islandia es una visita de lo más interesante que ofrece una exposición dividida en tres plantas. La misma incluye más de 2000 piezas y obras de arte que llevan al visitante a un recorrido por la historia islandesa, desde el siglo IX d.C. hasta la actualidad.
Por su parte, en la Galería Nacional de Islandia se exhiben obras de arte de artistas islandeses. Además, se encuentra situada a orillas del lago Tjörnin, por lo que puedes combinar la visita con él.
Harpa Concert Hall
Uno de los edificios que no pueden quedar fuera de tu visita por Reikiavik es el Harpa Concert Hall. Lo encontrarás en el paseo marítimo, entre el Puerto Viejo y el Viajero del Sol. Su arquitectura magistral destaca por su peculiar fachada compuesta por un entramado de hexágonos de cristal que reflejan el cielo, el mar y el puerto. Lo mejor de todo es que su entrada es gratuita, así que no dudes en visitarlo.
La increíble acústica del edificio hace que sea sede de conciertos y conferencias. Dispone además de bares, restaurantes, una zona de exposición y varias tiendas. Cada una de sus 4 salas están inspiradas en diferentes elementos de la naturaleza. De ese modo, la sala de conciertos Eldborg lo hace en la actividad volcánica de la isla y es la representación del fuego; la sala de recitales Norðurljós se inspira en las auroras boreales y representa el aire; por su parte, la sala de conferencias Silfurberg se inspira en los cristales de calcita y representa la tierra; y, por último, la sala Kaldalón está inspirada en las lagunas y representa el agua.
Museo Perlan
El Museo Perlan ocupa un curioso edificio con forma de perla, de más de 25 metros de altura y estratégicamente situado sobre una colina. Si bien está un poco alejado del centro, lo cierto es que es una visita que merece mucho la pena hacer. Las vistas panorámicas desde su cuarto piso son únicas, como también lo es la exposición que guarda.
En el Museo Perlan podrás aprender todo sobre la fascinante geografía de Islandia, especialmente sus volcanes, géiseres y aguas termales. El museo cuenta también con una cueva de hielo artificial y un planetario que realiza una simulación de la aurora boreal.
Otro detalle que hace de Perlan un sitio destacado, es que posee el restaurante de alta cocina más importante de Islandia. Los platos deleitan a los comensales con los mejores productos locales, como el pescado y el cordero, perfectamente combinados con sabores franceses. Además, el restaurante se sitúa dentro de una gran cúpula de cristal y es giratorio, de manera que la panorámica de Reikiavik será completa.
Los mejores paseos para hacer desde Reikiavik
La ventaja de tomarse unos días para conocer la ciudad, es que se encuentra cerca de muchos sitios atractivos que complementan perfectamente la visita. La capital islandesa posee una oferta de tours a sus alrededores y a puntos más alejados. En caso de que no vayas a conducir, tomar estas excursiones es una buena idea en donde tu única preocupación debe ser disfrutar. Otros paseos, en cambio, podrás hacerlos por tu propia cuenta, ya sea caminando o usando el transporte público.
Veamos cuáles son los mejores paseos para hacer desde la capital islandesa.
Faro Grotta
El faro Grotta se encuentra a las afueras de la ciudad, en Seltjarnarnes, a más o menos una hora andando desde el centro. Vale la pena visitarlo por varios motivos. Por un lado, por la posibilidad de ver un gran número de aves y, además, porque permite disfrutar de unos amaneceres y atardeceres únicos.
El camino hasta el faro Grotta es una especie de paseo marítimo en donde por un lado verás rocas y mar y, por otro, las típicas casas coloridas islandesas. Pero, si prefieres llegar en coche también podrás hacerlo tranquilamente (en este caso no te tomará más de 10 minutos).
Junto al faro hay una playa de arena negra de origen volcánico, como todas las que encontrarás a lo largo del país. Por si no sabías, Islandia es conocida como la Tierra del Hielo y del Fuego precisamente porque, además de glaciares, se encuentra plagada de volcanes. Las playas de arena negra son una de las consecuencias de ello, como también lo son los campos y las cuevas de lava.
¿Sabías qué? El faro Grotta es un buen lugar para ver auroras boreales. Más adelante te daremos más detalles sobre este fenómeno único.
Ver ballenas y frailecillos
Los avistajes de ballenas y frailecillos son una de las excursiones más famosas para hacer desde Reikiavik. En el primer caso, las fechas indicadas son de abril a septiembre, mientras que la época de los frailecillos va de mayo a agosto.
Ambas experiencias son fantásticas, por lo que te sugerimos hacerlas a las dos, o al menos una. En el caso de los frailecillos, la diferencia principal con las ballenas es que está prácticamente asegurado que los verás (para las ballenas, en cambio, necesitarás un poco de suerte). El motivo es que siempre suelen estar en los mismos puntos: las pequeñas islas frente a la costa de Reikiavik (Enhey, Videy, Lundey). Desde el puerto de la ciudad, el guía te llevará al sitio indicado y te irá contando todo sobre estas preciosas aves propias de los países nórdicos.
Con las ballenas sucede lo mismo que con las auroras boreales, no existe garantía al 100% de que vayas a verlas. Lo bueno es que si no tienes suerte, podrás repetir la experiencia sin coste extra (por eso, lo mejor es contratar la excursión el primer día que estés en Reikiavik).
Blue Lagoon
Un viaje a Islandia no está completo sin una parada en las aguas termales del Blue Lagoon. Si dudas de si realmente vale la pena visitar este lugar, a lo mejor el hecho de que las prestigiosas National Geographic y Conde Nast Traveller lo hayan posicionado entre los 25 mejores balnearios curativos del mundo te sirve de incentivo.
La laguna azul ocupa una superficie de 350 m² y se caracteriza por sus singulares aguas color azul turquesa. Están situadas en un campo de lava en Grindavík, en la península de Reykjanes, a unos 40 minutos en coche de Reikiavik (de camino al aeropuerto)
El origen de la Laguna Azul se remonta a los años 70, cuando la zona comenzaba a ser explotada para generar electricidad a partir del vapor de agua subterráneo. Sin embargo, el agua con más contenido en silicio fue vertida a un lago artificial y no pasó mucho tiempo para que comenzaran a percibirse sus efectos curativos. En 1987 el sitio se abrió al público y en 1999 se inauguró un complejo con restaurantes y tiendas alrededor de la laguna.
Con el tiempo, se convirtió en uno de los grandes atractivos para ver cerca de Reikiavik. Hoy en día, cientos de viajeros visitan estas aguas termales que en cualquier momento del año tienen una temperatura de 38 – 40 °C.
Tip viajero: si vas a viajar a Reikiavik en temporada alta lo mejor es reservar tu entrada con tiempo, puesto que suele llenarse de gente y los ingresos diarios son limitados.
Círculo Dorado
El Círculo Dorado incluye 3 grandes joyas naturales de Islandia: el Parque Nacional Thingvellir, los géiseres de Geysir y la cascada Gullfoss. Es una de las excursiones imprescindibles para hacer desde Reikiavik, aunque también tienes la opción de alquilar un coche y hacer el recorrido por tu cuenta. Como sea, no te lo puedes perder.
La naturaleza de Islandia es impresionante. Allí la Madre Tierra ha moldeado a su antojo alguno de los escenarios más fascinantes del mundo. Tres de ellos son los incluidos en el Círculo Dorado, por lo que puedes sentirte un afortunado de tener la oportunidad de conocerlos. Lo mejor de todo, es que ninguno de estos tres destinos del suroeste de Islandia se encuentran a más de 2 horas en coche de Reikiavik, por lo que puedes dedicar un día completo a la excursión.
Parque Nacional de Thingvellir
El Parque Nacional de Thingvellir es la primera parada del Círculo Dorado, ubicado apenas a 45 minutos en coche desde Reikiavik. Fue uno de los primeros parques nacionales de Islandia y el único en haber sido nombrado Patrimonio de la Humanidad, ya que es el sitio donde se creó el primer Parlamento islandés. Por eso, podría decirse que en él se encuentran los orígenes de la isla y el modo en que se generó su sociedad civil. En otras palabras, allí confluyen una geología única y una parte fundamental de la historia del país.
La geología destacada del parque se debe a que está situado en un valle tectónico justo entre las placas de Norteamérica y Eurasia. Allí podrás pasarte horas descubriendo cómo se formó este país tan singular. Aunque, como nos encanta darte datos interesantes, te adelantamos un poco.
Islandia es un país geológicamente muy joven, que todavía está en pleno proceso de formación. Su origen se debe a un depósito de magma formado a partir de estas dos placas, que se elevó como consecuencia de la separación de ambos continentes. A pesar de su joven edad, lo cierto es que esto ocurrió hace millones de años. También es cierto que el continuo alejamiento entre las placas es la razón por la que Islandia posee una actividad volcánica tan impresionante. Bueno, las pruebas de todo este proceso son visibles en Thingvellir.
Otro detalle importante del parque nacional es que, además de muchos volcanes, aloja el lago natural más grande de Islandia (Thingvallavatn).
Área Geotérmica de Geysir
A 15 minutos en coche de Thingvellir se encuentra la segunda parada del Círculo Dorado, el Área Geotérmica de Geysir, ubicada en el Valle de Haukadalur. A mitad de camino encontrarás varias fumarolas y chimeneas que hacen de preludio de lo que viene más adelante.
El valle de Haukadalur se caracteriza por poseer una actividad geotérmica intensa. Tan es así que el vapor que se eleva desde allí es visible incluso a varios kilómetros de distancia. La zona está llena de piscinas calientes, fumarolas y calderas de arcilla. Al mismo tiempo, la fuerte presencia de minerales llena de color el suelo y las colinas circundantes. Aunque, los verdaderos protagonistas del lugar son dos géiseres.
El primero de ellos es el Gran Geysir que es nada más y nada menos que el primer géiser documentado en la literatura europea. La particularidad de Geysir es que entra en erupción muy raramente. Por su parte, el géiser Strokkur lanza su chorro de agua que alcanza entre 20 y 40 metros de altura cada 10 minutos. La actividad de Geysir es mucho más impredecible, no obstante más impresionante. En el año 2000 arrojó agua a una altura de 122 metros, aunque, la erupción más alta registrada ocurrió en 1845, alcanzando un estimado de 170 metros.
Cascada Gullfoss
La última parada de la ruta del Círculo Dorado es en la Cascada Gullfoss, una de las más espectaculares de Islandia. La misma está situada en un antiguo valle a menos de 10 minutos por carretera de Geysir.
Las aguas de la Cascada Gullfoss caen en dos niveles desde una altura total de 32 metros, alcanzando su máximo caudal en verano. Es famosa por su potencia y por su arcoíris, que es visible los días soleados. Sin dudas que es uno de los sitios más encantadores para visitar desde Reikiavik y el broche de oro de un día espectacular.
Tip viajero: la mejor estación para visitar la cascada es en verano, aunque también tiene su encanto durante el invierno.
Isla de Viðey
Es otra de las mejores cosas para hacer desde Reikiavik. Además, si tienes la City Card recuerda que podrás hacer uso del ferry que lleva pasajeros a la isla.
La Isla de Viðey es una joya oculta que aloja múltiples monumentos históricos y es el hogar de casi 30 especies diferentes de aves. Uno de sus grandes atractivos es la Torre Imagine Peace, que en realidad es un haz de luz que Yoko Ono creó en honor a su difunto marido, John Lennon. El haz de luz es un símbolo de paz que se enciende varias veces al año, principalmente para el cumpleaños de John y de Yoko.
Por su parte, la isla es otro buen lugar para ver de cerca a los frailecillos. Los avistajes se realizan desde varios senderos disponibles que suelen cerrarse en épocas de anidamiento, para proteger la especie. También tienes la posibilidad de visitar muchos monumentos históricos, algunos relacionados con los vikingos.
¿Dónde ver auroras boreales en Reikiavik?
Cualquier viajero que visita Islandia sueña con poder presenciar las auroras boreales, unas curiosas estelas de color verde que aparecen contorneándose en el cielo. Las auroras boreales son fenómenos propios de los países cercanos al Polo Norte (como Islandia, Noruega y Finlandia) durante el otoño e invierno (finales de agosto hasta mediados de abril).
Entonces, la mejor temporada para ver auroras en Islandia es de noviembre a marzo.
Como te contamos antes, al igual que con las ballenas, nunca hay garantía asegurada de contemplar auroras boreales. El motivo es que este fenómeno natural único depende del clima, las condiciones naturales y lumínicas. Por ende, es como una especie de lotería.
Lo mejor que puedes hacer para ver auroras boreales en Reikiavik es reservar una excursión. De ese modo, contarás con expertos que te llevarán a sitios sin contaminación lumínica. Además, al igual que con las ballenas, si no tienes suerte tienes la posibilidad de repetir gratuitamente el tour las veces que sea necesario. Por ende, lo mejor es reservar para la primera noche de tu viaje.
¿Qué tipo de clima tiene Reikiavik?
La cercanía de Islandia al Círculo Polar Ártico hace que los inviernos sean muy duros, especialmente en diciembre, enero y febrero. En cambio, en noviembre y marzo el invierno ya es más suave. Ten en cuenta que independientemente de la época en la que viajes, en Reikiavik hace frío durante todo el año, por lo que el abrigo será fundamental. Los meses en donde las temperaturas son más agradables son junio, julio y agosto. Por ende, si planeas visitar la capital islandesa y hacer una ruta por el país, esos meses son una buena opción.
La ventaja de estos meses es que los días son largos, por lo que podrás disfrutar de muchas horas de luz. Otra ventaja de viajar en estos meses es que los paisajes son mucho más coloridos, a diferencia de cuando la isla se encuentra cubierta de nieve. La desventaja es que coincide con la temporada alta de turismo, por lo que deberás prever con antelación el alojamiento y las excursiones. Ten en cuenta que el turismo en Islandia ha crecido considerablemente en los últimos años.
Mapa de Reikiavik y alrededores
Aquí tienes un mapa con los atractivos mencionados a lo largo del artículo, de manera que puedas calcular distancias y ubicarte mejor. Nuestro consejo es que dediques un día completo a recorrer la ciudad (puede ser un día y medio) y otro día y medio para ver sus alrededores y tomar alguna excursión.
Hasta acá llegamos con nuestra guía de Reikiavik. Como pudiste ver los atractivos son muchos, tanto dentro de la ciudad como en sus alrededores. Por eso, sigue nuestro consejo y aprovecha tu paso por Reikiavik para conocerlo a fondo. No quedan dudas de que Islandia es el sueño de muchos viajeros y su capital una parte importante de la ruta.